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¡Atrapenlo! [Libre]
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¡Atrapenlo! [Libre]
Recuerdo del primer mensaje :
- ¡Deme otro plato por favor! -
O pasársela en un restaurante, devorando cuanto plato de comida le ponían al frente, también era una opción, y una muy plausible pensando que se trataba de Alex.
Hacía ya casi una hora que había llegado a ese restaurante, ubicado frente a uno de esos canales de agua que recorrían la ciudad, con la peculiaridad de que en la puerta había un cartel donde se leía "Todo lo que puedas comer", prácticamente un imán para el joven dragón slayer. Desde su llegada hasta ese momento ya había acumulado una buena cantidad de platos sobre su mesa, todos apilados uno sobre otro, además de algún que otro hueso sobre ellos. La gente ya comenzaba a preguntarse si ese chico era normal, pues pocas veces habían visto a alguien comer de tal manera, tal cantidad de alimentos.
- Emm, disculpe -una de las meseras del local trato de llamar la atención del muchacho, logrando que despegara la mirada de la comida para posarla sobre ella y asentir con levedad, indicando que la escuchaba- Perdón por preguntarlo así ¿Pero usted tiene para pagar todo lo que va comiendo? -pregunto la mesera y luego se quedó callada, esperando una respuesta.
- Claro señorita, yo... -un pequeño sonido, apenas audible pero audible a final de cuentas, lo hizo frenarse, levantándose de su lugar en la mesa para mirar un segundo por la ventana que se hallaba junto a la misma antes de, sin dar explicación alguna, salir corriendo fuera del local, frenándose delante de este para mirar alrededor mientras trataba de agudizar el oído y localizar la fuente de ese sonido que había oído antes.
- ¡Ayuda! ¡Ese chico se quiere ir sin pagar! ¡Deténganlo, por favor! -se escuchó el grito de la mesera al esta haber seguido al muchacho hasta fuera del local, o bueno, solo hasta el umbral de la puerta, lugar donde se frenó y comenzó a gritar pidiendo que alguien detuviese al chico.
Alex no tenía pensado volver a entra al loca, al menos no en ese momento, pues si lo que había escuchado era lo que sospechaba entonces debía encargarse de ello lo más pronto posible, ya luego volvería y pagaría por la comida.
- Off-rol:
- Es un tema libre, así que todo el que quiera entrar sera bienvenid@ ^^
Viene de esta misión:
https://ft-fp.foroactivo.mx/t325-espero-que-seas-sexy-mision-rango-e
- ¡Deme otro plato por favor! -
O pasársela en un restaurante, devorando cuanto plato de comida le ponían al frente, también era una opción, y una muy plausible pensando que se trataba de Alex.
Hacía ya casi una hora que había llegado a ese restaurante, ubicado frente a uno de esos canales de agua que recorrían la ciudad, con la peculiaridad de que en la puerta había un cartel donde se leía "Todo lo que puedas comer", prácticamente un imán para el joven dragón slayer. Desde su llegada hasta ese momento ya había acumulado una buena cantidad de platos sobre su mesa, todos apilados uno sobre otro, además de algún que otro hueso sobre ellos. La gente ya comenzaba a preguntarse si ese chico era normal, pues pocas veces habían visto a alguien comer de tal manera, tal cantidad de alimentos.
- Emm, disculpe -una de las meseras del local trato de llamar la atención del muchacho, logrando que despegara la mirada de la comida para posarla sobre ella y asentir con levedad, indicando que la escuchaba- Perdón por preguntarlo así ¿Pero usted tiene para pagar todo lo que va comiendo? -pregunto la mesera y luego se quedó callada, esperando una respuesta.
- Claro señorita, yo... -un pequeño sonido, apenas audible pero audible a final de cuentas, lo hizo frenarse, levantándose de su lugar en la mesa para mirar un segundo por la ventana que se hallaba junto a la misma antes de, sin dar explicación alguna, salir corriendo fuera del local, frenándose delante de este para mirar alrededor mientras trataba de agudizar el oído y localizar la fuente de ese sonido que había oído antes.
- ¡Ayuda! ¡Ese chico se quiere ir sin pagar! ¡Deténganlo, por favor! -se escuchó el grito de la mesera al esta haber seguido al muchacho hasta fuera del local, o bueno, solo hasta el umbral de la puerta, lugar donde se frenó y comenzó a gritar pidiendo que alguien detuviese al chico.
Alex no tenía pensado volver a entra al loca, al menos no en ese momento, pues si lo que había escuchado era lo que sospechaba entonces debía encargarse de ello lo más pronto posible, ya luego volvería y pagaría por la comida.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Slash
No era demasiado fácil seguir al tuerto en una ciudad donde la gente acostumbra estar despierta a todas horas estando en alerta por culpa del escandaloso gremio que todo mundo conoce. La ciudad era grande. Incluso para una tortuga de dos metros, y eso es ya mucho decir. El tuerto estaba tan metido en sus asuntos que aún no había notado mi presencia, para mi buena suerte. ¿Se iba a quedar caminando por toda la noche? Varias veces tuve la necesidad de sentarme en uno que otro tejado para no aburrirme de la espera en saber a donde irá a quedarse. Si entraba a uno de esos burdeles que estaban cerca de la zona no me arriesgaré a esperarle. Se notaba a kilómetros de distancia el olor de esos asquerosos lugares.
–Anda chico. Escoge un maldito lugar donde dormir de una maldita vez–me estaba comenzando a desesperar. Para perder el tiempo tuve que indagar en los callejones que estuviesen cerca buscando algún animal que estuviese perdido o con falta de alimento. Pero ni eso encontré. La ciudad parecía estar muy al tanto de los animales abandonados. No estaría mal vivir en un lugar como éste.
Cuando finalmente se alejó de las personas, fue la señal para seguirle nuevamente y alejarme del riesgo de ser visto. Trepé nuevamente hasta llegar al tejado de una casa que estaba cerca de un parque y observe como el pelirrojo se introducía en el deteniéndose específicamente en uno de los árboles. Y se recostó. – ¡Oh vamos! ¿¡Me estás jodiendo?! –traté de gritar para mí esperando que nadie me haya escuchado. A que clase de loco se le ocurre dormir en un parque. Hasta los burdeles eran más seguros. Ahora me sería más difícil acercarme con tanta gente al aire libre. Pero ni hablar, para eso le había seguido. Busqué un lugar donde poder escabullirme hasta el parque hasta notar como un gato salía de uno de los callejones a toda prisa evitando a los perros de una de las casas, donde estaban haciendo una parrilla, tras un pilar de basura y luego tomar uno de los pescados que estaban asando; después de eso corrió directo hasta el parque sin ser visto por los humanos que no encontraban su comida. Vaya ladrón. Pero eso me dio una idea.
Entre los callejones siempre hay pilas y pilas de basura que la gente había olvidado su existencia, así que busqué el que estuviera mas cerca para introducirme en él y tomar varios botes de basura esparciendo su contenido sobre mí hasta quedar completamente impregnado con el hedor. -Lo que es basura para unos…–. Ni yo mismo podía aguantar el olor, pero lo necesitaba si quería llegar hasta el lugar donde se encontraba el tuerto antes de que amaneciera. Cuando terminé la tarea de camuflar mi verdadero olor, desgarré las bolsas negras y cubrí el caparazón con el plástico que guardaba la basura y busqué la parte por donde el gato había pasado y espere hasta ver que ya nadie estaba pasando por ahí.
La maniobra fue rápida. En unos cuantos segundos ya me encontraba tras la pila de basura sin que los perros se diesen cuenta de mi presencia ocultando brazos y piernas en las cajas. Alcancé a escuchar los gritos del que había preparado la parrilla regañando sin cesar a sus mascotas. El dueño de la parrilla estaba paranoico. Estaba tan furioso que no había notado a una tortuga de dos metros deslizarse por su casa hasta llegar al parque. Quité todo rastro de basura sin dejar una sola cascara sobre mi cuerpo y me dispuse a buscar al tuerto entre los arbustos. Era una lastima que no podía hacer lo mismo del hedor.
Entre los arbustos donde intentaba ocultarme, me topé con el gato que ya había devorado por completo su cena y en cuanto me vio gruñó erizando su pelaje, aún no se si era por mi presencia o por el encantador aroma que había adquirido. Entonces cuando ambos escuchamos el grito de alguien además de un golpe, éste salió corriendo en dirección a la persona escandalosa para luego gruñirle como lo había echo conmigo y desaparecer de nuestra vista. Parece ser que había notado mi presencia. Pero volvió a recostarse al ver que solo se trataba de un mísero gato abandonado. Hasta eso, el gato me había servido de distracción inconscientemente.
Espere un par de minutos antes de salir hasta no estar lo suficientemente seguro. Cuando el silencio volvió a reinar el parque fue entonces cuando decidí pararme frente al tuerto y esperar a que abriera los ojos y tomarlo nuevamente por la pierna que anteriormente había echo. Lo hacía más que nada por diversión. –Hola colega. Te fuiste sin despedirte de mí, creí que teníamos algo especial–le mostré una sonrisa hipócrita antes de continuar:–Tu y yo tenemos algo pendiente.
–Anda chico. Escoge un maldito lugar donde dormir de una maldita vez–me estaba comenzando a desesperar. Para perder el tiempo tuve que indagar en los callejones que estuviesen cerca buscando algún animal que estuviese perdido o con falta de alimento. Pero ni eso encontré. La ciudad parecía estar muy al tanto de los animales abandonados. No estaría mal vivir en un lugar como éste.
Cuando finalmente se alejó de las personas, fue la señal para seguirle nuevamente y alejarme del riesgo de ser visto. Trepé nuevamente hasta llegar al tejado de una casa que estaba cerca de un parque y observe como el pelirrojo se introducía en el deteniéndose específicamente en uno de los árboles. Y se recostó. – ¡Oh vamos! ¿¡Me estás jodiendo?! –traté de gritar para mí esperando que nadie me haya escuchado. A que clase de loco se le ocurre dormir en un parque. Hasta los burdeles eran más seguros. Ahora me sería más difícil acercarme con tanta gente al aire libre. Pero ni hablar, para eso le había seguido. Busqué un lugar donde poder escabullirme hasta el parque hasta notar como un gato salía de uno de los callejones a toda prisa evitando a los perros de una de las casas, donde estaban haciendo una parrilla, tras un pilar de basura y luego tomar uno de los pescados que estaban asando; después de eso corrió directo hasta el parque sin ser visto por los humanos que no encontraban su comida. Vaya ladrón. Pero eso me dio una idea.
Entre los callejones siempre hay pilas y pilas de basura que la gente había olvidado su existencia, así que busqué el que estuviera mas cerca para introducirme en él y tomar varios botes de basura esparciendo su contenido sobre mí hasta quedar completamente impregnado con el hedor. -Lo que es basura para unos…–. Ni yo mismo podía aguantar el olor, pero lo necesitaba si quería llegar hasta el lugar donde se encontraba el tuerto antes de que amaneciera. Cuando terminé la tarea de camuflar mi verdadero olor, desgarré las bolsas negras y cubrí el caparazón con el plástico que guardaba la basura y busqué la parte por donde el gato había pasado y espere hasta ver que ya nadie estaba pasando por ahí.
La maniobra fue rápida. En unos cuantos segundos ya me encontraba tras la pila de basura sin que los perros se diesen cuenta de mi presencia ocultando brazos y piernas en las cajas. Alcancé a escuchar los gritos del que había preparado la parrilla regañando sin cesar a sus mascotas. El dueño de la parrilla estaba paranoico. Estaba tan furioso que no había notado a una tortuga de dos metros deslizarse por su casa hasta llegar al parque. Quité todo rastro de basura sin dejar una sola cascara sobre mi cuerpo y me dispuse a buscar al tuerto entre los arbustos. Era una lastima que no podía hacer lo mismo del hedor.
Entre los arbustos donde intentaba ocultarme, me topé con el gato que ya había devorado por completo su cena y en cuanto me vio gruñó erizando su pelaje, aún no se si era por mi presencia o por el encantador aroma que había adquirido. Entonces cuando ambos escuchamos el grito de alguien además de un golpe, éste salió corriendo en dirección a la persona escandalosa para luego gruñirle como lo había echo conmigo y desaparecer de nuestra vista. Parece ser que había notado mi presencia. Pero volvió a recostarse al ver que solo se trataba de un mísero gato abandonado. Hasta eso, el gato me había servido de distracción inconscientemente.
Espere un par de minutos antes de salir hasta no estar lo suficientemente seguro. Cuando el silencio volvió a reinar el parque fue entonces cuando decidí pararme frente al tuerto y esperar a que abriera los ojos y tomarlo nuevamente por la pierna que anteriormente había echo. Lo hacía más que nada por diversión. –Hola colega. Te fuiste sin despedirte de mí, creí que teníamos algo especial–le mostré una sonrisa hipócrita antes de continuar:–Tu y yo tenemos algo pendiente.
Arcueid Crimson- Rango D
- Mensajes : 165
Fecha de inscripción : 11/04/2015
Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
En momentos como ese no podía dejar de pensar en el mal sentido de la orientación que tenía, pues había leído el mapa de Magnolia ya varias veces y conocía la localización de la zona de posadas más popular, pero claro, era incapaz guiarme por las calles de la ciudad para llegar a dicha zona sin un mapa. En verdad debía mejorar en ese aspecto, no era la primera vez que me perdía en una ciudad o pueblo, aunque este fuera pequeño, y aunque normalmente me pasaba en viajes o cosas así, el día en que me sucediera en una misión las cosas se podían complicar mucho. Recordar direcciones o el camino a algún lugar se me daba muy mal y debía de remedia eso para evitar futuros problemas, como perderme a mitad de una persecución o no conocer la dirección a la que me dicen que se está moviendo el enemigo.
Sin importar cuanto tiempo buscaba ni cuanto de Magnolia había recorrido ya, no encontraba una sola posada, así que tuve que buscar una opción diferente para poder dormir esa noche, y aquel árbol del parque parecía el lugar perfecto. No era la primera vez que dormía a la intemperie, ni la primera que lo hacía bajo un árbol, así que me pareció la opción perfecta. Me recosté entre las dos raíces visibles más grandes del mismo a esperar que el sueño llegara, espere varios minutos pero nada, el sueño no quería hacer acto de presencía y estaba seguro de que era por esa sensación que tenía de estar siendo observado. Me frustre y explote, levantándome de golpe y gritando a los cuatro vientos en busca de que quien sea que estuviera por allí, se fuera de una vez o en su defecto diera la cara, pues estaba convencido de que alguien me estaba observando escondido en algún lado. La cara se me quedo en blanco al ver un gato negro salir de entre unos arbustos, acercarse a mí, gruñirme y luego irse huyendo hacía quien sabe dónde. No pude evitar chasquear la lengua con molestia, en verdad estaba poniéndome muy paranoico por algo… que ni siquiera estaba ahí.
Me volví a recostar, tratando de olvidar la pequeña escena que me había montado hacía solo unos segundos. Suspire, apoyando ambas manos en mi nuca para usarlas de apoyo y así no tener que tocar directamente la dura corteza del árbol con la cabeza, buscando estar levemente más cómodo para poder dormir. Y funciono, luego de unos pocos minutos el ojo comenzó a cerrárseme solo, presa del cansancio por el largo día que había transcurrido en Magnolia. Entre la misión de la mañana y la carrera de la tarde había quedado bastante agotado, y luego del baño de agua caliente que me había dado el dormir en verdad era una necesidad divina para mi cuerpo. Quizás por eso me frustre tanto al pensar que alguien estaba por los alrededores, observándome, y que por ello no podía dormir.
Finalmente, luego de unos minutos de lucha, tanto mi ojo como mi mente cedieron y se dejaron llevar por el cansancio, zambulléndome tranquilamente en la inconsciencia. Como era costumbre, mientras dormía no veía más que oscuridad. No soñaba nada, solo veía todo en negro hasta que volviera a abrir el ojo, con el pasar de las horas. Bien, no era la mejor experiencia de todas, estar en una infinita oscuridad no era para nada divertido y menos cuando debes aguantar allí hasta poder despertar en el mundo real, pero con el tiempo me había acostumbrado a esa extraña clase de “Sueño” que tenía todas las noches. Le había contado a mi padre de estos, así como a Sting, Rogue y Olga en su momento, pues eran a quienes más confianza les tenía, pero ninguno supo darme una respuesta clara. Escuche muchas teorías, algunas absurda y otras con su lógica, pero no muy exactas tampoco, así que decidí dejar ese misterio sin resolver, después de todo, el sueño no afectaba en nada a como me despertaría al día siguiente. Al levantarme siempre me encontraba perfectamente bien y descansado, como su hubiera pasado una noche de sueño perfecta ignorando las horas solo en esa eterna oscuridad.
Un repentino y pútrido olor asalto mi nariz, haciéndome abrir los ojos, o bueno, ojo, de golpe mientras tosía por lo fuerte que era esa peste. No pude hacer mucho, ni levantarme, cuando comencé a ver todo patas arriba. La situación se me hacía familiar, como un deja bu, así que hable por mero reflejo- Slash... –y efectivamente, al salir un poco del estopor de haberme quedado dormido por unos pocos minutos, pude enfocar mejor la vista y ver el caparazón de la gigantesca tortuga que una vez más me sostenía por la pierna. Me quede callado mientras escuchaba las palabras de la mascota de Arcueid, suspirando antes su actitud tan… ¿Cómo podría describirla? ¿Abusiva?- Cierto colega, me fui sin despedirme, error mío –dije en tono amable, llevándome la mano derecha a la nuca y dejando la izquierda para taparme la nariz, tratando de aislarla del hedor- Pero creo que tú y yo no tenemos ningún asunto pendiente, así que por favor bájame para que pueda seguir durmiendo y tú hacer… lo que sea que estés haciendo por el parque ¿Buscando una fuente donde bañarte, quizas? –le pregunte, haciendo alusión al horrible olor que llevaba encima el animal.
A pesar de que era clara la actitud poco amigable de Slash hacía mí, lo que menos quería era terminar peleando con él, así que lo evitaría todo lo posbile. No estaba ni con energías ni ánimos de luchar, lo único que quería era dormir.
Sin importar cuanto tiempo buscaba ni cuanto de Magnolia había recorrido ya, no encontraba una sola posada, así que tuve que buscar una opción diferente para poder dormir esa noche, y aquel árbol del parque parecía el lugar perfecto. No era la primera vez que dormía a la intemperie, ni la primera que lo hacía bajo un árbol, así que me pareció la opción perfecta. Me recosté entre las dos raíces visibles más grandes del mismo a esperar que el sueño llegara, espere varios minutos pero nada, el sueño no quería hacer acto de presencía y estaba seguro de que era por esa sensación que tenía de estar siendo observado. Me frustre y explote, levantándome de golpe y gritando a los cuatro vientos en busca de que quien sea que estuviera por allí, se fuera de una vez o en su defecto diera la cara, pues estaba convencido de que alguien me estaba observando escondido en algún lado. La cara se me quedo en blanco al ver un gato negro salir de entre unos arbustos, acercarse a mí, gruñirme y luego irse huyendo hacía quien sabe dónde. No pude evitar chasquear la lengua con molestia, en verdad estaba poniéndome muy paranoico por algo… que ni siquiera estaba ahí.
Me volví a recostar, tratando de olvidar la pequeña escena que me había montado hacía solo unos segundos. Suspire, apoyando ambas manos en mi nuca para usarlas de apoyo y así no tener que tocar directamente la dura corteza del árbol con la cabeza, buscando estar levemente más cómodo para poder dormir. Y funciono, luego de unos pocos minutos el ojo comenzó a cerrárseme solo, presa del cansancio por el largo día que había transcurrido en Magnolia. Entre la misión de la mañana y la carrera de la tarde había quedado bastante agotado, y luego del baño de agua caliente que me había dado el dormir en verdad era una necesidad divina para mi cuerpo. Quizás por eso me frustre tanto al pensar que alguien estaba por los alrededores, observándome, y que por ello no podía dormir.
Finalmente, luego de unos minutos de lucha, tanto mi ojo como mi mente cedieron y se dejaron llevar por el cansancio, zambulléndome tranquilamente en la inconsciencia. Como era costumbre, mientras dormía no veía más que oscuridad. No soñaba nada, solo veía todo en negro hasta que volviera a abrir el ojo, con el pasar de las horas. Bien, no era la mejor experiencia de todas, estar en una infinita oscuridad no era para nada divertido y menos cuando debes aguantar allí hasta poder despertar en el mundo real, pero con el tiempo me había acostumbrado a esa extraña clase de “Sueño” que tenía todas las noches. Le había contado a mi padre de estos, así como a Sting, Rogue y Olga en su momento, pues eran a quienes más confianza les tenía, pero ninguno supo darme una respuesta clara. Escuche muchas teorías, algunas absurda y otras con su lógica, pero no muy exactas tampoco, así que decidí dejar ese misterio sin resolver, después de todo, el sueño no afectaba en nada a como me despertaría al día siguiente. Al levantarme siempre me encontraba perfectamente bien y descansado, como su hubiera pasado una noche de sueño perfecta ignorando las horas solo en esa eterna oscuridad.
Un repentino y pútrido olor asalto mi nariz, haciéndome abrir los ojos, o bueno, ojo, de golpe mientras tosía por lo fuerte que era esa peste. No pude hacer mucho, ni levantarme, cuando comencé a ver todo patas arriba. La situación se me hacía familiar, como un deja bu, así que hable por mero reflejo- Slash... –y efectivamente, al salir un poco del estopor de haberme quedado dormido por unos pocos minutos, pude enfocar mejor la vista y ver el caparazón de la gigantesca tortuga que una vez más me sostenía por la pierna. Me quede callado mientras escuchaba las palabras de la mascota de Arcueid, suspirando antes su actitud tan… ¿Cómo podría describirla? ¿Abusiva?- Cierto colega, me fui sin despedirme, error mío –dije en tono amable, llevándome la mano derecha a la nuca y dejando la izquierda para taparme la nariz, tratando de aislarla del hedor- Pero creo que tú y yo no tenemos ningún asunto pendiente, así que por favor bájame para que pueda seguir durmiendo y tú hacer… lo que sea que estés haciendo por el parque ¿Buscando una fuente donde bañarte, quizas? –le pregunte, haciendo alusión al horrible olor que llevaba encima el animal.
A pesar de que era clara la actitud poco amigable de Slash hacía mí, lo que menos quería era terminar peleando con él, así que lo evitaría todo lo posbile. No estaba ni con energías ni ánimos de luchar, lo único que quería era dormir.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Slash
Era increíble como el sujeto logró verme entre la oscuridad contando simplemente con un ojo. Debe tener muy buena vista. Aunque si ya has vivido una experiencia similar a la que estamos viviendo sabrías de quien se iba a tratar, no todos los días te voltean de cabeza para tener una amigable charla dos veces seguidas. –Que no se te olvide la próxima vez, colega…–observe como cubría su nariz con la mano izquierda por culpa del pútrido aroma que me había cargado para llegar hasta acá. Yo habría echo lo mismo en su lugar, debía ser demasiado desagradable que una persona, bueno…tortuga llegara a interrumpir tus sueños volteándote de cabeza y que además apestara lo suficiente como para despertar a cualquiera. Pero era divertido. Ante su comentario me había dejado muy en claro sus pensamientos hacia mí. No le interesaba en lo absoluto lo que venía a decirle, eso quizás me ofendió; igual su pregunta me causó un poco de gracia. –No, hoy no me toca baño. Mañana tal vez, en una tina caliente–recordé la forma en la que solía bañarme con Arcueid cuando la veía muy relajada en la tina y tenía la necesidad de unirme para ver porque tanto escándalo. Era mejor cuando lo hacía solo, toda una tina para mi solo es más tentador que compartirla con alguien mucho más grande que tú.
–Escucha enano, no soy tan idiota como para pelear en medio de una de las ciudades más pobladas de Fiore. Vine a conversar–solté de golpe su pierna y sacudí ambas manos entre sí por mera maña mía después de soltar a las personas mucho más bajas que yo. También lo hacía cuando cargaba a Arcueid. Crucé ambos brazos y esperé alguna señal del tuerto para ver si accedía a mi petición, aunque la verdad no tenía muchas ganas de esperar, así que me senté sobre el suelo aun con los brazos cruzados y comencé a decir todo lo que tenía guardado fuese o no aceptada:–No te conozco, ni tú a mí, no me agradas y supongo que soy muy indiferente para ti. Pero tengo que saber si realmente vas a prometer no decir nada a nadie acerca de mí–hice una pequeña pausa mientras miraba la palma de mi mano cubierta de barro por culpa del escabullimiento y recordé a ciertas personas que había tenido el mismo tema de conversación en el pasado.
–Quiero saber, no mejor aún, NECESITO saber que puedo confiar en ti–no había tenido momentos agradables con aquellas personas que según esto mantendrían el secreto hasta la tumba pero que realmente te traicionan y todo por un poco de dinero. A Arcueid no le cuesta trabajo confiar en las personas debido a su edad, aún no tiene la experiencia necesaria para saber en quien debe o no confiar. ¿Invitar a tu habitación al sujeto que armó un escandalo en la ciudad y que además me había lanzado sin saber si podría ser o no atrapado? Si hubiese sido un pedófilo coleccionista de partes humanas igual lo hubiese invitado. Esa cabeza de chorlito terminará en la morgue un día de estos. Si el sujeto me daba el mismo rollo que los otros sujetos con los que lidie me dieron, esto terminaría muy mal, y no quiero seguir nuevamente a este sujeto, suficiente tuve por un día–Es fundamental para mí saber que no le dirás a nadie sobre mí– No se porque a las personas les cuesta tanto trabajo entender los problemas que uno se carga al mantener sus secretos fuera del alcance de cualquiera. Hay cosas que no deben darse a la luz así de simple. Comprenderlo o no ya sería simplemente un plus. El tendrá sus propios secretos que sin duda no querría mostrar a nadie. Pero los otros sujetos también los tenían y prefirieron el dinero a la lealtad. Suerte que nunca salió a la luz. Cargar con un secreto más no es siempre muy ameno, pero si la persona te lo está solicitando, simplemente gárdalo. ¿Es tan difícil de entender eso? Menuda lata.
Cuando intente acomodarme en una posición menos fastidiosa, sentí que algo estaba pegado a mi cuerpo. Fue bastante desagradable ver cierta cascara de banana pegada a uno de mis picos como adorno navideño. Lo quité y miré de manera burlona al sujeto–No puedes tomarte enserio a una tortuga gigante con esto pegado a su cuerpo, ¿verdad? –necesitaba un baño. Aunque fuese en una laguna no me importaba. Lo necesitaba ya mismo– ¿Tienes idea de donde pueda remojarme sin ser visto? Al menos para quitar el resto de basura y algo del hedor–debió ser bastante desagradable para el sujeto aguantarse el aroma todo el tiempo que estuve charlando. Pero como había dicho antes, era bastante divertido.
Arcueid Crimson- Rango D
- Mensajes : 165
Fecha de inscripción : 11/04/2015
Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Estar siendo sostenido boca abajo no era precisamente una buena forma de pasar el rato, mucho menos cuando te habían despertado de esa manera. Con la sangre subiéndote... o bajándote a la cabeza, según de cómo lo vieras, en uno pocos segundos podías comenzar a sentir unas horribles palpitaciones en las cienes que te hacían imposible el escuchar lo que te dicen o entenderlo, te distrae demasiado. Además el cuerpo estaba diseñado para que los pies estén más cerca del suelo que la cabeza, no al revés, pero bueno, no podía hacer nada... o si, podía quemarle la mano a Slash y obligarlo a que me soltara, pero tampoco era plan de hacer la maldad solo porque sí. De seguro si esperaba un poco terminaría por soltarme... tarde o temprano.
Rodé los ojos ante la respuesta a mi última pregunta, suspirando por lo bajo al no verle un rápido final a esa situación- ¿Pasaras toda la noche con esa peste? Pobre de Arcueid, deberá de usar pincillas en la nariz -susurre por lo bajo al tiempo en que escuchaba las siguientes palabras de la tortuga, para a continuación ser soltado de improvisto, cayendo de cabeza al piso- Oye, podría avisar antes de soltarme así -le dije al levantarme, apoyando la mano derecha en mi hombro izquierdo mientras giraba el cuello, haciéndolo tronar de manera bastante audible- Un buen día terminare desnucado -comente por lo bajo mientras volvía hacer tronar mi cuello, bajando luego la mano de mi hombro y dejándola dentro del bolsillo de mi pantalón, al igual que la otra, callándome luego para prestar atención a las palabras de la mascota de la chica que conocí ese mismo día.
Entendía que quisiera asegurarse de que yo no diría nada sobre su secreto, como también comprendía la seriedad de la situación, pero no podía evitar retener una risa al notar la cascara de banana que se mantenía aferrada a uno de los picos del caparazón del animal. Cuando este se dio cuenta y se la quitó, no pude contenerme más y rompí a reír, tratando constantemente de frenarme- Kukuku, lo siento, es que era muy gracioso escucharte hablar tan serio con la cascara de banana allí, aferrada a tu caparazón -me disculpe cuando fui capaz de controlar mi risa, unos segundos después de haberla comenzado. Solté un largo suspiro, deshaciéndome de todo impulso que me quedara de seguir riendo, y mire fijamente a Slash- Y puedes quedarte tranquilo, prometí que no diría nada y cumpliré, para mi esta forma tuya no existes y ahora mismo estoy frente a una tortuga común y corriente, nada más -hable ya más serio, queriendo dejarle claro a la tortuga de piel cobalto que podía confiar en mí y que no le contaría a nadie sobre él.
Mire alrededor, asegurándome de que no hubiera personas cerca. Afortunadamente, y consecuencia de las horas que eran, no se veía a nadie por los alrededores, ni un solo alma se podía percibir dando vueltas por allí- Bueno, este parque tiene una fuente bastante grande, la vi hoy por la mañana, seguro que allí puedes pegarte una remojada para quitarte al menos un poco de ese olor de encima -le comente mientras estiraba mis brazos, soltando un largo bostezo antes de refregarme el ojo con el dorso de mi mano izquierda- Deja que te llevo, solo hay que atravesar un poco de árboles y estaremos allí -dije en un tono algo soñoliento, dándole la espalda a Slash y haciéndole un ademan de que me siguiera, para luego guardar las manos en mis bolsillos de nuevo.
La fuente del centro del parque era enorme, demasiado para mi gusto, pero de un buen tamaño para lo que era Slash. Con el tamaño que tenía le sería fácil sumergirse allí y pasar un rato bajo el agua, despegándose el pútrido olor que llevaba encima. El camino a recorrer hasta la fuente no era muy largo y cuando llegamos, habiendo atravesado en silencio unos como mucho setenta metros desde el árbol donde estaba recostado, me pare a un lado de esta y voltee, suponiendo que el reptil gigante me había seguido, aunque con el sueño que tenía ya no prestaba mucha atención a los alrededores y ni siquiera había revisado si iba siguiendo mis pasos- Aquí puedes remojarte un poco, yo vigilare por mientras. Si alguien se acerca, simplemente lo espantare -le diría si lo encontraba tras de mí, sentándome en el borde de la fuente para mirar alrededor en lo que la "pequeña" tortuga se aseaba un poco.
Rodé los ojos ante la respuesta a mi última pregunta, suspirando por lo bajo al no verle un rápido final a esa situación- ¿Pasaras toda la noche con esa peste? Pobre de Arcueid, deberá de usar pincillas en la nariz -susurre por lo bajo al tiempo en que escuchaba las siguientes palabras de la tortuga, para a continuación ser soltado de improvisto, cayendo de cabeza al piso- Oye, podría avisar antes de soltarme así -le dije al levantarme, apoyando la mano derecha en mi hombro izquierdo mientras giraba el cuello, haciéndolo tronar de manera bastante audible- Un buen día terminare desnucado -comente por lo bajo mientras volvía hacer tronar mi cuello, bajando luego la mano de mi hombro y dejándola dentro del bolsillo de mi pantalón, al igual que la otra, callándome luego para prestar atención a las palabras de la mascota de la chica que conocí ese mismo día.
Entendía que quisiera asegurarse de que yo no diría nada sobre su secreto, como también comprendía la seriedad de la situación, pero no podía evitar retener una risa al notar la cascara de banana que se mantenía aferrada a uno de los picos del caparazón del animal. Cuando este se dio cuenta y se la quitó, no pude contenerme más y rompí a reír, tratando constantemente de frenarme- Kukuku, lo siento, es que era muy gracioso escucharte hablar tan serio con la cascara de banana allí, aferrada a tu caparazón -me disculpe cuando fui capaz de controlar mi risa, unos segundos después de haberla comenzado. Solté un largo suspiro, deshaciéndome de todo impulso que me quedara de seguir riendo, y mire fijamente a Slash- Y puedes quedarte tranquilo, prometí que no diría nada y cumpliré, para mi esta forma tuya no existes y ahora mismo estoy frente a una tortuga común y corriente, nada más -hable ya más serio, queriendo dejarle claro a la tortuga de piel cobalto que podía confiar en mí y que no le contaría a nadie sobre él.
Mire alrededor, asegurándome de que no hubiera personas cerca. Afortunadamente, y consecuencia de las horas que eran, no se veía a nadie por los alrededores, ni un solo alma se podía percibir dando vueltas por allí- Bueno, este parque tiene una fuente bastante grande, la vi hoy por la mañana, seguro que allí puedes pegarte una remojada para quitarte al menos un poco de ese olor de encima -le comente mientras estiraba mis brazos, soltando un largo bostezo antes de refregarme el ojo con el dorso de mi mano izquierda- Deja que te llevo, solo hay que atravesar un poco de árboles y estaremos allí -dije en un tono algo soñoliento, dándole la espalda a Slash y haciéndole un ademan de que me siguiera, para luego guardar las manos en mis bolsillos de nuevo.
La fuente del centro del parque era enorme, demasiado para mi gusto, pero de un buen tamaño para lo que era Slash. Con el tamaño que tenía le sería fácil sumergirse allí y pasar un rato bajo el agua, despegándose el pútrido olor que llevaba encima. El camino a recorrer hasta la fuente no era muy largo y cuando llegamos, habiendo atravesado en silencio unos como mucho setenta metros desde el árbol donde estaba recostado, me pare a un lado de esta y voltee, suponiendo que el reptil gigante me había seguido, aunque con el sueño que tenía ya no prestaba mucha atención a los alrededores y ni siquiera había revisado si iba siguiendo mis pasos- Aquí puedes remojarte un poco, yo vigilare por mientras. Si alguien se acerca, simplemente lo espantare -le diría si lo encontraba tras de mí, sentándome en el borde de la fuente para mirar alrededor en lo que la "pequeña" tortuga se aseaba un poco.
Alex Zeik- Rango A
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Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Slash
Al ver la manera en como tronaba sus huesos para alivianar el dolor, comprendí que de ahora en adelante esta sería la manera más cordial que se me ocurría para saludarle. Desnucarlo sonaba muy tentador. Por lo menos se había tomado las molestias de escuchar cada palabra que decía, parece que después de todo mostraba algo de educación, algo de lo que yo carecía. Faltaban muchas horas para el amanecer así que no me importaba tomarme toda la noche para hacerle entender la difícil situación en la que nos encontrábamos mi dueña y yo. Aún así, era confortante saber que si no lo hacía, una buena tunda sería de gran ayuda.
Después de quitarme esa cascara de banana ha saber como llego ahí, el infeliz soltó una carcajada que al parecer tenía guardada desde hace rato. No lo culpo, yo también me reiría. Pero si ya sabía que la tenía encima pudo haberme dicho algo, maldito enano tuerto. –Muy gracioso. Que yo recuerde eres tú al que le gusta usar cosas ridículas en público, ¿no es así princesita? –trate de sonar serio y burlón al recordar ese concurso que Arcueid me obligó a ver. Después de quitarme la maldita basura que traía sobre mí, comencé a buscar si no traía otra cosa encima, suerte que solo era la cascara, no quería tendedero de basura. Pero luego sonreí y me levanté mirando fijamente al único ojo que traía visible en su rostro notando como la risa se había alejado dejando un semblante serio en el cual podía confiar–Gracias, colega. Aprecio eso.
Ahora solo estaba el problema del olor. No podía ir al cuarto en estos momentos, seguramente los de mantenimientos continuaban arreglado el desastre que Arcueid y yo habíamos causado pero que sin duda valió la pena. No sabía que tan bueno era el olfato de este sujeto y a decir verdad, no creo que cualquiera pudiese soportarlo. Suerte que había mencionado un lugar en las instalaciones del parque que pudiesen ayudar con mi problema. El problema era que nadie estuviese cerca. Durante todo el rato que estuve indagado los movimientos del tuerto, no había visto alma alguna dentro del lugar además de él. Sería bueno que se mantuviera de esa forma–Si esa fuente puede soportar a un animal de 2 metros, anótame en la idea–sería sorprendente ver aquello. Seguí al muchacho manteniendo mi distancia y así observar mejor los alrededores por si alguien se acercaba, esperando a que no estuviera tan lejos y lleno de gente. Aunque a estas horas dudo mucho que alguien además de nosotros esté chapuceando en una fuente decorativa.
Mi sorpresa fue grande cuando vi el tamaño de aquella pieza de arte la cual no estaba tan lejos como creí. Era enorme, para mi gusto, y eso ya es mucho decir. No tendría problema alguno en bañarme, también sería una buena forma para ocultarme por si alguien se acercaba a ver que estaba sucediendo. Eso si, aún no puedo bajar la guardia por mas cómo que estuviese dentro de ella. Decidí mantener el antifaz y el resto de los accesorios conmigo y no tener que limpiarlos aparte, si ya me iba a bañar, que fuera con todo el paquete de ropa. Entré a la fuente mientras el tuerto se acomodaba en una de las orillas de la fuente mostrando un rostro cansado y agotado. – ¿También eres guardaespaldas? No tienes que hacerlo si no quieres–dije antes de sumergirme dentro de la fría pero cómoda agua donde salía únicamente los picos del caparazón.
Aprovecharé para preguntarle algunas cosas que me tenían intrigado antes de que se durmiera y cayera al suelo por mi culpa, quien lo manda a dormirse en un parque abandonado. Me levanté hasta dejar el agua sobre mis caderas tallando cualquier extremidad que mis brazos alcanzaran a limpiar. –Sácame de una duda colega, ¿Cómo supiste donde nos manteníamos alojados? Dudo que hayas ido por toda la ciudad preguntando sobre una rubia con una tortuga en la cabeza–talle con mayor fuerza al ver una mancha de grasa sobre el antebrazo esperando a que no se quedara marcado como un maldito tatuaje. Miré la luna brillar de manera admirable mientras esperaba la respuesta del pelirrojo, si es que me la quisiera dar.
–No solo eso, aceptaste la invitación de Arcueid como si nada. Cualquiera en tu lugar hubiese aprovechado la situación, si sabes a lo que me refiero–recordé un incomodo momento donde un sujeto del gremio había acorralado a Arcueid para aprovecharse de ella y tuve que morderle la nariz para alejarlo de ella. Si hubiera estado de tamaño normal, le hubiera destrozado el rostro sin piedad. La verdad no entiendo si quiera que le vio, ella era fea. Debe ser porque mis gustos se basan en pelirrojas con escamas y colmillos, sí…debe ser eso, pero eso no le quita lo fea.
Nadé un rato más boca arriba intentando entablar una conversación agradable en lo que el hedor decidía desaparecer por completo de mi cuerpo. Estoy de muy buen humor cuando nado y contemplo una estupenda vista al mismo tiempo. En magnolia se podían apreciar mucho mejor las estrellas sin tanto ruido.
Arcueid Crimson- Rango D
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Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Solo atine a soltar un bostezo mientras observaba a la tortuga sumergirse en las aguas de la fuente, sentándome en el borde de esta para asegurarme que nadie se acercara en lo que el hedor se iba con el agua- No soy guardaespaldas, no creo que alguien como tú necesite de uno, pero si una persona se acerca mientras estas sumergido no sé exactamente que podrías hacer para que no te vea si se asoma a la fuente –respondí con simpleza, metiendo ambas manos en mis bolsillos- Además, no me cuesta nada quedarme un rato aquí sentado y mirar alrededor, no moriré por ello –termine de responder a su pregunta, soltando un suspiro en lo que miraba alrededor y trataba de concentrarme, buscando sentir alguna presencia cerca. Afortunadamente no había nada, ni una sola persona cerca, algo que me aliviaba pues no se me daba bien eso de “Espantar a la gente”.
La siguiente pregunta por parte de Slash me tomo algo desprevenido, haciéndome voltear en su dirección mientras sacaba una de mis manos del bolsillo y con ella señalaba mi nariz- Tengo buen olfato, y el olor a tortuga no es precisamente uno muy común por estos lugares. Encontrarlos fue fácil siguiendo el olor que dejaste en la manga de mi chaqueta durante la pequeña carrera –respondí, recordando el hecho de que la manga derecha de mi chaqueta seguía sin estar. Sería una lástima tener que desecharla solo por eso, así que tenía pensado preguntarle a Yukino si no podía hacer algo para que quedara utilizable- Aunque si hubiera preguntado por una chica rubia con una tortuga en la cabeza creo que también los habría encontrado, pero bueno, quise hacer el camino complicado –comente mientras me recostaba sobre el borde de la fuente, mirando el cielo en lo que esperaba. Daba lo mismo si miraba o no, si alguien se acercaba lo sentiría antes de que fuera capaz de ver a mi “Pequeño” compañero.
Ver las estrellas era algo bastante relajando, en especial en noches como esa, sin una sola nube en el cielo que las tapara. El viento que corría era agradable, me ayudaba a mantenerme despierto al menos por unos minutos más- ¿Uhm? –balbucee en duda ante lo último que logre escuchar, girando la cabeza para mirar a Slash desde mi posición, recostado con ambas manos tras la cabeza funcionando de almohadas- ¿Aprovechar la situación? –levante una ceja, confundido. No entendía exactamente a qué se refería, pero luego de unos segundos llegue a la conclusión más lógica, al menos para mí- Ohh, ¿Te refieres a atacarla? –en algún lugar lejano a Magnolia, Olga se daba una palmada a la frente sin siquiera saber porque- No, para nada, mi intención nunca fue luchar con ella. Además, aunque quisiera hacerlo solo para ver qué tan fuerte es, no podría, lo tengo prohibido –respondía la que, suponía, era la duda que me planteaba el enorme animal acorazado.
Aunque la situación en si fuera un poco… extraña, me sentía bastante cómodo hablando con el reptil gigante que se encontraba dentro de la fuente. Era bastante llevadera su actitud cuando no te estaba sosteniendo de cabeza- Yo también tengo alguna duda que me gustaría que me aclarases, ya que estamos en el asunto –le comente mientras miraba el cielo y pensaba exactamente en cómo hacer mis preguntas- Eres una tortuga que fácilmente me duplica en tamaño corporal ¿Cómo me seguiste sin que nadie se percatara de ti? –esa duda se mantuvo clavada en mi mente desde que abrí los ojos y vi todo boca abajo, ¿Cómo logro cruzar un tramo tan largo de la ciudad sin que nadie lo viera?- Yo iba distraído, pero para esas horas aún había bastante gente dando vueltas por las calles ¿O es que ibas en tu forma de “Tortuga normal”? –cerré la pregunta y me callé, esperando una respuesta mientras dejaba caer un brazo por el borde de la fuente y con la mano tocaba el agua, tratando de que el frio de esta me mantuviera despierto un rato más.
La siguiente pregunta por parte de Slash me tomo algo desprevenido, haciéndome voltear en su dirección mientras sacaba una de mis manos del bolsillo y con ella señalaba mi nariz- Tengo buen olfato, y el olor a tortuga no es precisamente uno muy común por estos lugares. Encontrarlos fue fácil siguiendo el olor que dejaste en la manga de mi chaqueta durante la pequeña carrera –respondí, recordando el hecho de que la manga derecha de mi chaqueta seguía sin estar. Sería una lástima tener que desecharla solo por eso, así que tenía pensado preguntarle a Yukino si no podía hacer algo para que quedara utilizable- Aunque si hubiera preguntado por una chica rubia con una tortuga en la cabeza creo que también los habría encontrado, pero bueno, quise hacer el camino complicado –comente mientras me recostaba sobre el borde de la fuente, mirando el cielo en lo que esperaba. Daba lo mismo si miraba o no, si alguien se acercaba lo sentiría antes de que fuera capaz de ver a mi “Pequeño” compañero.
Ver las estrellas era algo bastante relajando, en especial en noches como esa, sin una sola nube en el cielo que las tapara. El viento que corría era agradable, me ayudaba a mantenerme despierto al menos por unos minutos más- ¿Uhm? –balbucee en duda ante lo último que logre escuchar, girando la cabeza para mirar a Slash desde mi posición, recostado con ambas manos tras la cabeza funcionando de almohadas- ¿Aprovechar la situación? –levante una ceja, confundido. No entendía exactamente a qué se refería, pero luego de unos segundos llegue a la conclusión más lógica, al menos para mí- Ohh, ¿Te refieres a atacarla? –en algún lugar lejano a Magnolia, Olga se daba una palmada a la frente sin siquiera saber porque- No, para nada, mi intención nunca fue luchar con ella. Además, aunque quisiera hacerlo solo para ver qué tan fuerte es, no podría, lo tengo prohibido –respondía la que, suponía, era la duda que me planteaba el enorme animal acorazado.
Aunque la situación en si fuera un poco… extraña, me sentía bastante cómodo hablando con el reptil gigante que se encontraba dentro de la fuente. Era bastante llevadera su actitud cuando no te estaba sosteniendo de cabeza- Yo también tengo alguna duda que me gustaría que me aclarases, ya que estamos en el asunto –le comente mientras miraba el cielo y pensaba exactamente en cómo hacer mis preguntas- Eres una tortuga que fácilmente me duplica en tamaño corporal ¿Cómo me seguiste sin que nadie se percatara de ti? –esa duda se mantuvo clavada en mi mente desde que abrí los ojos y vi todo boca abajo, ¿Cómo logro cruzar un tramo tan largo de la ciudad sin que nadie lo viera?- Yo iba distraído, pero para esas horas aún había bastante gente dando vueltas por las calles ¿O es que ibas en tu forma de “Tortuga normal”? –cerré la pregunta y me callé, esperando una respuesta mientras dejaba caer un brazo por el borde de la fuente y con la mano tocaba el agua, tratando de que el frio de esta me mantuviera despierto un rato más.
Alex Zeik- Rango A
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Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Slash
Si era cierto que lo más importante era evitar cualquier contacto con la especie humana, aún no comprendía porque alguien que acababa de conocer se mantendría vigilando la zona para una tortuga que en cada encuentro lo mantiene boca abajo. Igual no necesitaba de su ayuda, difícilmente alguien le creería a un pobre desdichado que tuvo la mala suerte de pasar por el parque y toparse con un monstruo que le doblaba el tamaño. Aunque, si ese desdichado terminaba siendo un mago legal o ilegal, eso si que sería un problema mayor. No esta demás tener ayuda extra–Tío, si que dices cosas románticas al natural. Se lo has de decir a todos los monstruos que conoces–salpiqué un poco de agua para que cayera justo en el rostro del sujeto. Quizás con eso podría despertarle, tenía pinta de que se iba a desmayar en cualquier momento.
Después de su larga explicación de cómo había dado con nosotros a pesar de estar del otro lado de la ciudad, era curioso saber que un simple humano pudiera poseer tales facultades físicas a menos que tuviera una especie de poder sobrehumana. Lo cual podría ser posible, no le encuentro ninguna otra lógica respecto a eso. Había olvidado el pequeño regalito que le había dejado cuando estaba de pequeño y me tenía a su merced. Es algo que me salía al natural, que yo recuerde no lo hice con intención alguna…eso creo. Se podría decir que por mi culpa nos había encontrado. –No había notado la rasgadura de tus ropas. Espero que no haya costado mucho porque no pienso pagarte–sonreí mientras soltaba un pequeño gruñido al observar el pequeño daño que le había causado a su atuendo.
Nade un par de minutos antes de preguntarle acerca de la visita extrañamente guiada de Arcueid a nuestra habitación. Tremenda sorpresa me lleve al escuchar las palabras de Alex. ¿Acaso era retrasado? Lo peor era que este sujeto hablaba en serio. No se como hayan educado a este crío sus padres, pero era obvio que no tenía ni idea de lo que sucedía cuando un hombre y una mujer estaban solos…dentro de una habitación…en un hotel. Vamos, que hasta yo sabía lo que significaba. Eso sí, estoy seguro de que Arcueid era mucho más retrasada que él, estaba tan seguro que por eso lo había invitado, no tenía ni puta idea lo que conllevaba invitar a un hombre a tu propia habitación. Esa idiota. No me preocuparé por el asunto de ahora en adelante. –Es…bueno saberlo–tuve que poner la sonrisa más forzada que había logrado hacer para no mostrar lo que ocultaba bajo ella. Creo que incluso me había dado un tic en el ojo. Quien sea la persona que le haya prohibido semejante cosa, debo estar un tanto agradecido por ello, aunque debió enseñarle otras cosas de pasada.
La situación había dado un giro inesperado de conformidad convirtiendo lo que inició como una advertencia en una amena platica. Volví a acomodarme boca abajo con los brazos en la nuca y usando mis piernas para impulsarme a donde yo quisiera de la fuente sin perder de vista el cielo nocturno. El movimiento del agua estaba comenzando a dormirme e intente mantenerme despierto a pesar de que mis ojos hacían caso omiso de mis ordenes, pero se abrieron de inmediato cuando la voz de Alex se escucho en un pequeño eco dentro de mi cabeza–Mmm…para eso tengo que responderte con otra pregunta, ¿sabes lo que es un ninja? –recordé un tanto de mi pasado antes de llegar a las manos de la anciana que me había criado como su propio hijo. No sería fácil plantearle lo que alguna vez viví en una sola noche, pero tratare de resumirlo en sencillas palabras como:–Mi raza se especializaba en eso. Antes de la guerra, vivíamos para servir y servíamos para vivir. Nos entrenaban los humanos en el arte ninja del disfraz y las artes marciales para defender a nuestros amos. Era algo histórico. Es por eso que puedo encogerme, es una especie de camuflaje–me levante de la fuente y salí de un golpe de ella para estirar mejor las extremidades de mi cuerpo hasta escuchar el tronar de los huesos. Sacudí mi cuerpo desde la punta de mi cabeza hasta el pico de mi cola sin dejar rastro alguno de agua, ni la más pequeña de las gotas se habría salvado de ésta. –Dejaré el resto para nuestra segunda cita, colega. Debo ver que esa pequeña idiota no se haya quebrado algún brazo–o la cabeza, si bien me iba.
Esta vez me despediría normalmente del pelirrojo. Se lo había ganado. Había estirado mi brazo para concluir nuestro extraño encuentro y debo decir que me gustaría volver a verle. Tal vez hasta pelear con él sería interesante. No me había dado cuenta, de que mientras esperaba un objeto había salido de entre los árboles golpeando directamente al rostro de Alex. Reaccioné de inmediato en posición de defensa buscando por donde había salido exactamente aquel objeto que resulto ser…un…¿zapato? El zapato estaba flotando sobre la fuente, tal parece que cayó ahí después del impacto. Como no me esperaba aquello, di un par de olfateadas para ubicar el aroma de la persona que había lanzado dicho objeto. Era una tremenda joda. Y de las grandes.
– ¿¡Se puede saber dónde rayos has estado!? –de entre los árboles, una rubia disfrazada de gato negro salió echando humo regañándome entre dientes. Odio…su maldita pijama para salir.
Arcueid Crimson- Rango D
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Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
La actitud siempre tan sobrada de Slash en verdad era algo molesta, al parecer se creía que en verdad nada podría contra él o que nadie jamás reaccionaría de mala manera a sus palabras. En cierta forma me recordaba a Olga, el God slayer del gremio y, a mi parecer, de los más presuntuosos del mismo. Está bien, él era fuerte, pero mucha veces jactarse de eso le había costado más de una humillación. Todavía recordaba el día en que me mostraron el video del combate entre él, Jura Neekis, miembro de los diez magos santos y del gremio de lamia scale, y Laxus Dreyar, una mago Rango S de Fairy Tail. Las risas que me eche al verlo caer derrotado nomas empezar el combate resonaron en el gremio por horas, junto con el silencioso sonido del orgullo de Olga cayéndose a pedazos. Si, ese día fue divertido.
El orgullo y la confianza en uno mismo no eran malos aspectos para una persona, pero cuando lo llevas al extremo de tratar a los demás como si fueras alguna clase de "Ser superior" que no se preocupa por las reacciones que podía causar... venga, que no era algo bueno. Conmigo no pasaba nada, era muy paciente para esas cosas y hacerme enojar era bastante complicado, pero si Slash se topaba con Olga... buff, no quería ni siquiera imaginarme la situación.
- Nah, tú tranquilo, apenas vuelva al gremio le diré a la señorita Yukino que le haga algo a esto para que siga siendo utilizable, después de todo solo le falta una manga -dije por lo bajo, secándome el agua que me había echado al rostro unos segundos antes. En verdad esperaba que se pudiera hacer algo, después de todo esa ropa la había traído desde mi antiguo hogar, la había conseguido mi padre después de mucho hablar con un viejo espíritu que rondaba los alrededores de la zona donde vivíamos. Era especial para mí y no quería tener que desecharla.
La pregunta sobre los ninjas me tomo por sorpresa, despertándome del estado medio-inconsciente en el que estaba. Recordaba haber escuchado de ellos de papá, él solía contarme montones de historias sobre el mundo humano cuando era pequeño, y la de los ninjas era una de esas. Personas entrenadas en el arte del sigiló y el asesinato, armas letales que podían matarte cuatro veces antes de que siquiera te percatases de que había alguien siguiéndote. Era de mis historias favoritas, me encantaba la idea del sigilo y, aunque por esa edad era algo perturbante, también la del asesinato. Escuchar como los ninjas degollaban a sus víctimas con una velocidad y profesionalidad que la cabeza despegaba del cuerpo permanecía haciendo equilibrio en el cuello, hasta que las rodillas cedían y el cuerpo se volcaba al piso... me emocionaba más de lo que debería. Enterarme que Slash había sido entrenado en esas artes, aunque no dijo exactamente tener las habilidades que yo le acreditaba a los ninjas, me dio una nueva visión de respeto hacia él. Joder había sido entrenado como un ninja, si con su tamaño y peso podía pasar desapercibido por allí y asesinar de forma rápida e indolora a quien quisiera... definitivamente era alguien a quien respetar.
La repentina despedida de la mascota de Arcueid me saco de mis cavilaciones. Me levante del borde de la fuente y extendí mi mano derecha hacía la suya para intentar tomarla y corresponder el saludo, pero antes de que pudiera siquiera acercarla...- Bueno, creo que es un hasta lueg... ¡Hek! -mi despedida se vio interrumpida al abrir los ojos y ver cómo, a una absurda velocidad, un zapato volador se dirigía directamente hacía mi rostro, golpeándolo con la suficiente fuerza como para dejarme atontado por unos segundos. Caí de espaldas al suelo, mirando el cielo nocturno mientras sentía como el ardor de mi frente lentamente iba disminuyendo. Algo cayo en mi pecho y, al bajar la mirada, pude ver que se trataba del zapato que me había dejado la marca de su suela en toda la cara- Había escuchado de proyectiles terrestres, pero esto es absurdo -murmure mientras me levantaba, sobándome la frente, aún roja por el golpe- ¿De dónde vino esto? -le pregunte a Slash mientras me levantaba, pero al ver a Arcueid salir de entre los arboles con un traje algo... extraño, no tarde en atar cabos sueltos y deducir que ella la había lanzado, pues vamos, era la única en la zona, aunque me extrañaba que pese a estar con la detección bastante atenta, no la haya visto acercarse, pero bueno, quizás solo fue un fallo de concentración- ¿Es tuyo? -le preguntaría, lanzándole su zapato de vuelta, obviamente solo con la fuerza necesaria para llegar a ella y que pudiera tomarlo- ¿A que vino ese golpe? -le preguntaría mientras seguía sobándome la zona de la frente, la más afectada por el impacto de aquel calzado aerodinámico.
El orgullo y la confianza en uno mismo no eran malos aspectos para una persona, pero cuando lo llevas al extremo de tratar a los demás como si fueras alguna clase de "Ser superior" que no se preocupa por las reacciones que podía causar... venga, que no era algo bueno. Conmigo no pasaba nada, era muy paciente para esas cosas y hacerme enojar era bastante complicado, pero si Slash se topaba con Olga... buff, no quería ni siquiera imaginarme la situación.
- Nah, tú tranquilo, apenas vuelva al gremio le diré a la señorita Yukino que le haga algo a esto para que siga siendo utilizable, después de todo solo le falta una manga -dije por lo bajo, secándome el agua que me había echado al rostro unos segundos antes. En verdad esperaba que se pudiera hacer algo, después de todo esa ropa la había traído desde mi antiguo hogar, la había conseguido mi padre después de mucho hablar con un viejo espíritu que rondaba los alrededores de la zona donde vivíamos. Era especial para mí y no quería tener que desecharla.
La pregunta sobre los ninjas me tomo por sorpresa, despertándome del estado medio-inconsciente en el que estaba. Recordaba haber escuchado de ellos de papá, él solía contarme montones de historias sobre el mundo humano cuando era pequeño, y la de los ninjas era una de esas. Personas entrenadas en el arte del sigiló y el asesinato, armas letales que podían matarte cuatro veces antes de que siquiera te percatases de que había alguien siguiéndote. Era de mis historias favoritas, me encantaba la idea del sigilo y, aunque por esa edad era algo perturbante, también la del asesinato. Escuchar como los ninjas degollaban a sus víctimas con una velocidad y profesionalidad que la cabeza despegaba del cuerpo permanecía haciendo equilibrio en el cuello, hasta que las rodillas cedían y el cuerpo se volcaba al piso... me emocionaba más de lo que debería. Enterarme que Slash había sido entrenado en esas artes, aunque no dijo exactamente tener las habilidades que yo le acreditaba a los ninjas, me dio una nueva visión de respeto hacia él. Joder había sido entrenado como un ninja, si con su tamaño y peso podía pasar desapercibido por allí y asesinar de forma rápida e indolora a quien quisiera... definitivamente era alguien a quien respetar.
La repentina despedida de la mascota de Arcueid me saco de mis cavilaciones. Me levante del borde de la fuente y extendí mi mano derecha hacía la suya para intentar tomarla y corresponder el saludo, pero antes de que pudiera siquiera acercarla...- Bueno, creo que es un hasta lueg... ¡Hek! -mi despedida se vio interrumpida al abrir los ojos y ver cómo, a una absurda velocidad, un zapato volador se dirigía directamente hacía mi rostro, golpeándolo con la suficiente fuerza como para dejarme atontado por unos segundos. Caí de espaldas al suelo, mirando el cielo nocturno mientras sentía como el ardor de mi frente lentamente iba disminuyendo. Algo cayo en mi pecho y, al bajar la mirada, pude ver que se trataba del zapato que me había dejado la marca de su suela en toda la cara- Había escuchado de proyectiles terrestres, pero esto es absurdo -murmure mientras me levantaba, sobándome la frente, aún roja por el golpe- ¿De dónde vino esto? -le pregunte a Slash mientras me levantaba, pero al ver a Arcueid salir de entre los arboles con un traje algo... extraño, no tarde en atar cabos sueltos y deducir que ella la había lanzado, pues vamos, era la única en la zona, aunque me extrañaba que pese a estar con la detección bastante atenta, no la haya visto acercarse, pero bueno, quizás solo fue un fallo de concentración- ¿Es tuyo? -le preguntaría, lanzándole su zapato de vuelta, obviamente solo con la fuerza necesaria para llegar a ella y que pudiera tomarlo- ¿A que vino ese golpe? -le preguntaría mientras seguía sobándome la zona de la frente, la más afectada por el impacto de aquel calzado aerodinámico.
Alex Zeik- Rango A
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Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Slash
Era una joda. Una completa y verdadera joda. No solo había salido a la calle a tan altas horas de la noche en un parque donde todo puede suceder, si no que también, se había puesto ese ridículo disfraz que usa según esto para “salir” en la noche. Que yo recuerde no lo había empacado, a menos que lo hubiese echo a mis espaldas para no darme cuenta porque sabe que lo odio demasiado.
Iba a ayudar a Alex a levantarse después de tremendo golpe salido de la nada, pero al ver su rostro con la suela del zapato tatuado en rojo no pude evitar reírme un poco, bueno más que poco, solté una carcajada. Y luego si le agregaba a lo que había mencionado, reí mucho más fuerte. –Lo siento…pero deberías de ver tu cara en estos momentos–reí nuevamente mientras me recargaba en la fuente para no perder el equilibrio quitando las gotas de sal que se habían acumulado en mis ojos debido a la risa. – ¡No deberías reírte! Estoy muy enojada contigo–escuché a mis espaldas la voz chirriante de Arcueid y tengo la seguridad de que estaba apuntando su dado disfrazado de garra en mi dirección. No quería voltear a verla. Si lo hacía, la echaría a la fuente para que me dejara en paz. – ¡Ah, Alex! Creí que te irías a dormir. ¿Qué haces aquí? –entonces me giré para ver como el le lanzaba devuelta el zapato y ésta lo atrapaba sin dificultad alguna. Lucía bastante confundida, y creo saber porque. – ¿Golpe? Pero si se lo lancé a Slash. ¿Por qué lo tenías tú? ¿Y, por qué tienes la cara roja? –cubrí mi rostro con la mano izquierda para ocultar la vergüenza que me había dado ante tal pregunta. En serio me costaba trabajo creer que ésta chica siga viva y que dominaba a la perfección el Take-Over sin ningún problema.
No supe como salir de ésta. Me limité a tomarla por la espalda para separarla del suelo sintiendo las pataletas que estaba preparando hacer cuando se diera cuenta de que la había levantado– ¡Hey bájame! –gritó bastante molesta mientras intentaba zafarse de mi agarre lanzando patadas al aire para ver si así lograba separarse. – ¿Ves con lo que tengo que lidiar todos los días? –miré a Alex que comenzaba a borrarse la marca del zapato finalmente–No es su culpa, tiene la peor puntería del mundo. No sabe cocinar, no sabe callarse y mucho menos limpiar. Deberías ver como esta la casa–no me gustaba resaltar los defectos de mi dueña, pero ella se lo buscó. Un traje como ese debería estar siendo quemado ahora mismo. Incluso me disgustaba tocarlo. La solté para ver si por lo menos logró captar la situación en la que se había metido. Solo se limitó a inflar sus rozadas mejillas con el ceño fruncido. –¿Cómo se dice?–me crucé de bazos esperando una reacción positiva de lo que había provocado.
–Siento mucho haberte golpeado con el zapato Alex. Pero no te prometo que no lo vuelva hacer–bueno algo era algo. Es muy difícil lograr que se disculpe cuando no tenía idea alguna de porque debería hacerlo. Aunque esta claro porque debía hacerlo, es decir…la prueba viviente estaba en el rostro enrojecido de Alex. Aún quedaba una duda, si venía en su traje de gato el cual cubría por completo su cuerpo, ¿por qué tenía un zapato? Dudo mucho que haya viajado por todo el camino con un zapato en su mano, bueno no lo dudo eso es bastante creíble cuando se trataba de ella. Igual le preguntaré por eso:–No me digas que caminaste hasta aquí con un zapato en la mano–ella al igual que yo, observamos el zapato que hace unos momentos Alex le había devuelto. Se veía bastante grande, no se veía siquiera de su talla. –Te refieres a este–levanto el zapato y se mantuvo callada por unos segundos. Largos segundos. Incomodos segundos. –Se lo quite a una señora que le estaba pegando a su hija con el–podía escuchar desde muy lejos, desde una tumba muy profunda, la risa de mi antigua dueña que había aprobado a la de ahora para ser mi guía. Cuando no se trataba de misiones, era todo un caos lidiar con ella.
Tuve la necesidad de golpear con fuerza mi frente para que me despertara de esta estúpida pesadilla. Entiendo que su intención fuera buena, pero no puede darse el lujo de ir por ahí robándole las cosas a las personas. Era necesario salir de aquí antes de que le robara el parche al tuerto. Volví a tomarla por la espalda acomodándola inmediatamente sobre mi hombro izquierdo teniendo cuidado de no lastimarla con los picos del caparazón. Sus pequeños brazos muy apenas y lograban hacerme algún daño al igual que sus piernas por mucho que se esforzara–Bueno Alex, creo que esta vez sí podré despedirme sin interrupciones–estiré la mano derecha esperando a que hiciese lo mismo y le miré tal vez por última vez–Nos veremos luego colega–después de eso, simplemente le di la espalda sintiendo como Arcueid se estiraba un poco por encima de mí– ¡Adiós Alex! ¡A la próxima iremos a comer helado! –debí esperar algo de eso por su parte. Tiene el estomago más grande que la cabeza. Ahora solo restaba volver al hotel sin ser visto y volver mañana a primera hora a nuestra casa.
- OFF-ROL:
- ¡LISTO NENE! Pues ya con esto podremos dar por finalizada la trama, si lo deseas, porque ya me quedé sin ideas XD. Tal vez podremos continuarle en algún otro lugar....o reencarnación chan chan chaaaaan.
Arcueid Crimson- Rango D
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Fecha de inscripción : 11/04/2015
Re: ¡Atrapenlo! [Libre]
Tirado en el suelo y aún con el zapato sobre mi pecho, tuve que contener mi propia carcajada al escuchar la risa de Slash al verme la cara. De seguro tendría la suela del proyectil marcada en toda la cara, no podía culparlo, ver eso tenía que ser gracioso. Luego de esto me levante y le lance de vuelta el zapato a Arcueid, que venía saliendo de entre los arboles vestida de una forma bastante... curiosa- ¿Por qué lo tenía yo? Pero si... -calle al ver como Slash la levantaba en el aire, soltando una pequeña risa por lo bajo al escuchar cómo se quejaba de ello y agitaba las piernas para que la bajara. Era una situación muy extraña, pero divertida a la vez, era una pena que no pudiera comentarle de ello a Sting cuando volviera al gremio.
- No pasa nada, he recibido peores golpes jeje -dije tras la forzada disculpa de la rubia, mirando con una gota de sudor bajando por mi cien la curiosa actitud que tomaba Slash en esos momentos- Parece su padre... -y eso que supuestamente era su mascota.
El detalle de que el zapato lo había robado de una mujer que golpeaba a su hijo con él me sabio un poco mal, más que nada por el pobre niño que haya tenido aguantar los golpes de esa dura suela que tuve el enorme placer de recibir en toda la cara unos segundos antes- Pobre del niño que fuera golpeado con esa cosa -susurre mientras giraba la cabeza, haciendo tronar sonoramente mi cuello- Podrían certificarlo como arma de larga distancia -dije a modo de broma mientras sentía que mi rostro volvía a la normalidad, es decir, dejaba de estar más rojo que mi cabello y perdía las marcas de la suela del zapato.
Extendí mi mano derecha hacía Slash y estreche la suya, sonriendo de lado y conteniendo una pequeña risa al ver como se llevaba a la chica sobre su hombro- Bueno, será hasta otra Slash -lo solté, observando cómo me daba la espalda y se disponía a irse junto a Arcueid, no sin que antes esta última se despidiera de mi desde su lugar sobre el hombro de su mascota- Claro, para la próxima nos pondremos gordos de tanto comer -me despedí de ella agitando mi mano abierta antes de voltear en dirección al árbol en el que había intentado dormir minutos antes.
Había sido un día bastante entretenido, demasiado quizás, como también agotador. Ni bien llegue de nuevo a aquel árbol y me recosté a sus faldas, caí presa del sueño. Mis ojos se cerraron pesadamente y ya no los volvería a abrir hasta el día siguiente, cuando fuera hora de volver al gremio.
- No pasa nada, he recibido peores golpes jeje -dije tras la forzada disculpa de la rubia, mirando con una gota de sudor bajando por mi cien la curiosa actitud que tomaba Slash en esos momentos- Parece su padre... -y eso que supuestamente era su mascota.
El detalle de que el zapato lo había robado de una mujer que golpeaba a su hijo con él me sabio un poco mal, más que nada por el pobre niño que haya tenido aguantar los golpes de esa dura suela que tuve el enorme placer de recibir en toda la cara unos segundos antes- Pobre del niño que fuera golpeado con esa cosa -susurre mientras giraba la cabeza, haciendo tronar sonoramente mi cuello- Podrían certificarlo como arma de larga distancia -dije a modo de broma mientras sentía que mi rostro volvía a la normalidad, es decir, dejaba de estar más rojo que mi cabello y perdía las marcas de la suela del zapato.
Extendí mi mano derecha hacía Slash y estreche la suya, sonriendo de lado y conteniendo una pequeña risa al ver como se llevaba a la chica sobre su hombro- Bueno, será hasta otra Slash -lo solté, observando cómo me daba la espalda y se disponía a irse junto a Arcueid, no sin que antes esta última se despidiera de mi desde su lugar sobre el hombro de su mascota- Claro, para la próxima nos pondremos gordos de tanto comer -me despedí de ella agitando mi mano abierta antes de voltear en dirección al árbol en el que había intentado dormir minutos antes.
Había sido un día bastante entretenido, demasiado quizás, como también agotador. Ni bien llegue de nuevo a aquel árbol y me recosté a sus faldas, caí presa del sueño. Mis ojos se cerraron pesadamente y ya no los volvería a abrir hasta el día siguiente, cuando fuera hora de volver al gremio.
- Off-rol:
- Pues sera hasta que reencarnemos, solo espero no ser una pizza (?)
Alex Zeik- Rango A
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Fecha de inscripción : 02/08/2015
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