Un año juntos [Sarah x Neltharion][+18]

*Los rayos de luz inundaron suavemente el interior de la habitación, los ojos de Neltharion se apretaron ligeramente mientras intentaba seguir durmiendo, lo cual fue prácticamente imposible para el, durante unos instantes mas se revolvió suavemente en la cama, sin embargo el peso de otro cuerpo junto a el hizo que se resignara a quedar en aquel lugar, abrió sus ojos solo para encontrarse con el angelical rostro de su esposa mientras dormía, estuvo a punto de ponerse en pie, pero recordo que no traia nada de ropa... una costumbre que llevaban desde que se casaron a mediados del año pasado, por ello mismo se deslizo suavemente hacia la parte de afuera de la cama, evitando que Sarah se despertara, una vez que logro desembarazarse de su pareja se puso algunas ropas livianas: aun era temprano para presentarse en el consejo mágico; desde que Fairy Tail había desaparecido tanto el como Sarah siguiendo el ejemplo de Gajeel y Levy se unieron al consejo, ese nuevo consejo era el lugar perfecto para evitar que Zeref y sus súbditos volvieran a poner en problemas a todo el mundo.

- Supongo que me daré una ducha y prepararé el desayuno - dicho esto se ocupo de meterse en el baño a  darse esa mentada ducha, mientras lo hacia se preguntaba si Alexandros ya había salido del lugar, claro que eso no era su mayor preocupación, su compañero Exceed era tan responsable o mas que el, se observo con el cabello mojado al espejo, recordaba antes cuando lo tenia azul, no lo extrañaba en lo absoluto, al contrario; finalmente salio de la ducha poniéndose algunas ropas mas livianas y con la toalla en los hombros para evitar mojarse, su destino era la cocina de esa casa, una gran casa que había comprado con la ayuda de sus ahorros para que Sarah y el viviesen a gusto. Luego de la pelea con Tartaros, Neltharion se habia encontrado con su maestra Sindragosa, quien habia vivido en su cuerpo desde hacia rato, ahora no le quedaba mas deseo que dedicar su vida a su pareja, a su esposa; mientras decia esto levanto la mano contemplando aquel anillo, la alianza que justificaba su union.

- Creo que ya es hora de despertarla - dijo mientras observaba el desayuno sobre la mesa, subio lentamente hasta la habitacion y se acerco a la cama del lado de Sarah, se inclino hacia ella y beso un par de veces el cuello de la joven castaña, jugo con las hebras coloradas del cabello ajeno.- Amor despierta...- dijo con suavidad mientras acariciaba los brazos de la joven, al ver que no reaccionaba comenzo a hacer cosquillas en la cintura a Sarah.*

El primer beso fue tan dulce y profundo como los otros, estaba siendo tentado a regresar a la cama una vez mas, dejarse llevar por la dulzura y la calidez de su esposa, el mordisco hizo que se relamiera y ante el saludo matutino sonrió ampliamente, parpadeo un par de veces y entonces se recostó junto a ella para poder contemplarla de arriba a abajo, no había manera que pudiese resistirse a esas curvas y esa piel tersa, perfecta, Sarah representaba todo lo hermoso y perfecto que el mismo deseaba, no la hubiese cambiado nunca por nada... por ello mismo le pidió casarse y juntos buscar un trabajo acorde a sus necesidades, ahora eran una familia y quería darle a ella todo lo que fuese necesario o ella pidiese.
— Buenos días dormilona, te ves hermosa hoy... — luego de decir aquello llevo la mano desde el hombro de la pelirroja descendiendo lentamente por este hasta llegar a la cintura, alli la curva del muslo se elevaba lentamente para luego bajar otra vez, los labios del pelinegro se pegaron al cuello de su pareja para besarla suavemente, repegando sus labios por la piel y deslizando cada tanto alguna lamida traviesa, queria escuchar esos leves gemidos y voces tan tiernas que hacia cuando comenzaba a jugar con su cuerpo.
— Hoy es nuestro aniversario, nadie nos culpara si faltamos al trabajo — comento con picardia mientras deslizaba su mano ahora hacia la cintura de ella, acariciando su abdomen con lentitud, como marcando el espacio que ocupaba en su cuerpo, sintiendo el aroma perfecto de su piel. — Alex no está en casa, solo somos tu y yo — añadio tentandola.— Tambien te prepare un rico desayuno — mientras decia esto mordio el hombro y elevo sus manos casi hasta rozar sus pechos desnudos.
La deseaba tanto que se le volvia insoportable, y cada dia era igual... cada noche, cada momento que la podia ver, su corazon le pertenecia y solo deseaba hacerla feliz, no importaba como o con que sacrificio, el era capaz de dejarlo todo por Sarah, era su esposa y asi lo deseaba.