Infiltración de alto riesgo [Misión Rango C]

Especificaciones de misión:

Otra vez estaba allí, en Crocus, últimamente todas las misiones que tomaba me llevaban allí. En esa oportunidad estaba allí por una misión muy sería, la cual en verdad necesitaba de ser tomada en serió pues los errores que cometiera podrían poner en riesgo la vida de muchos agentes del consejo. Mi tarea era infiltrarme en el edificio sede de una pequeña organización criminal, no muy conocida ni peligrosa, pero de la cual el consejo se quería encargar antes de que pudieran tener la posibilidad de crecer.

Como era normal en misiones que tenían directamente que ver con el consejo, las cosas se volvían mucho más profesionales y calculadas, por eso mismo,  la entrega de información para el cumplimiento del trabajo estaba fijada en una hora exacta en un lugar exacto, en esa ocasión la hora eran las 8pm y el lugar un pequeño restaurante de comida vegetariana. La misión era sería, así que fui puntual y estuve allí en la hora solicitada, encontrándome con un sujeto tapado hasta las narices con una chaqueta negra con capucha, además de llevar una chalina que tapaba aún más los detalles de su rostro. Este mismo se encontraba sentado en la mesa que me habían avisado que me sentara, así que supuse que se trataba del informante. A paso lento, me acerque a la mesa y al sentarme, él comenzó a hablar.

- Tu deber es infíltrate en el edificio que se encuentra a dos manzanas siguiendo por esta misma calle en dirección el castillo, allí entraras bajo el nombre de “Ojo de cobra”, un criminal miembro de la organización que atrapamos ayer –del interior de su chaqueta saco un pequeño maletín y lo dejo sobre la mesa, yo lo tome y lo deje a un lado de mi silla- Allí tienes todo lo necesario, me dijeron que no es la primera vez que haces un trabajo como este, así que creo que entenderás. Debes entrar a las 10pm y salir antes de las 11:30pm. Es todo lo que necesitas saber, puedes irte –me dijo y, como al parecer eso era todo, no vi más que hacer que levantarme de la silla, tomar el maletin e irme de allí.

Salí del restaurante y tome rumbo al edificio donde había rentado habitación, pensando en el camino en todo lo que debía hacer esa noche. En mi última infiltración no me había ido nada mal, pero entonces entraba el tema del sigilo. Mi magia no servía de mucho cuando de sigilo se necesitaba, al menos las técnicas que había aprendido hasta el momento, así que tendría que valerme del combate cuerpo a cuerpo sin magia para eliminar el mayor número de criminales posible antes de que fuera hora de la entrada de las fuerzas del consejo al edificio. Tampoco me asustaba esta pequeña limitación, era consciente de que cuerpo a cuerpo igual sabía defenderme y no sería tan fácil el derrotarme para criminales comunes, si podía juntar el sigilo con las llaves que conocía el trabajo se podía hacer rápidamente y sin necesidad de un solo combate.

Recorrí las calles de la ciudad sin mucho apuro, tenía dos horas antes de que fuera el momento de ingresar al edificio vestido como el tal “Ojo de cobra”, así que no había porqué apurarme. El hotel en el cual había rentado habitación estaba bastante cerca, a no más de unas cinco manzanas del restaurante donde tuve la pequeña reunión, así que el tiempo que tardaría en llegar me dejaría con al menos una hora de sobra luego de haberme cambiado, hora en la que trataría de centrarme en mi objetivo de la misión. No era como las anteriores, en esa misión no podía ir de pelea en pelea como a mí se me diera la gana no, debía de mantenerme de bajo perfil y atacar de la manera más sigilosa posible, algo que nunca había hecho.

Llegue a la puerta de mi edificio e ingrese en él, saludando a la recepcionista como era costumbre antes de ir caminando hasta las escaleras. Subí por ellas hasta el segundo piso, donde se encontraba la habitación que había rentado, e ingrese a está cerrando la puerta tras de mi con una pequeña patada. M desvestí tranquilamente, dejando toda mi ropa tirada sobre la cama y quedándome solo con los bóxer puestos, abrí el maletín y comencé a sacar algunas prendas, entre ellas un pantalón color crema con detalles en negro, un cinturón con la hebilla con la forma del símbolo de peligro biológico y una máscara anti-gas a la que le faltaba el cristal de uno de los ojos, el izquierdo. Ya me estaba resignando a que este sujeto también sería un exhibicionista que va sin remera, como el tal “Cadena de hierro” en mi última misión de infiltración, pero afortunadamente encontré, al fondo del maletín, una remera de mangas largas negras, con el mismo símbolo de la hebilla en el pecho.

Ya vestido y preparado, saque la lacrima que había dentro del maletín como último objeto y la active, tras lo cual hizo un pequeño flash que me segó por unos segundos, segundos en los cuales se me metía toda la información necesaria en la cabeza, dejándome un poco mareado por la repentina llegada de detalles sobre la misión.

- Buff, como odio esto –sabía que se trataba de esa misma magia “Archive”, una magia de la cual había investigado un poco desde la última vez. Al parecer, y por lo que había experimentado ya, las lacrimas de esta magia podían guardar información y luego plantarla en la mente de una persona. Era una magia cuanto menos curiosa, quizás no tendría mucho uso en el combate pero a niveles estratégicos y de apoyo, en misiones como esa podía servir de mucho. Reconocer mapas, caminos, rostros de personas que nunca viste antes pero que esa magia te hacía reconocer a pesar de todo. En fin, tenía muchas utilidades.

En fin, una vez ya estuvo todo listo mire la hora en el reloj que tenía en la pared, las 9:10pm, aún me quedaba casi una hora antes de que la misión en sí comenzara, hora en la que repase todo lo posible la información que me había sido implantada en la cabeza por aquella lacrima de Archive. Lo principal era un mapa del edificio, con puntos marcados como ventana y puertas, las cuales suponía que debía abrir para que las fuerzas del consejo pudieran entrar.

Se liaría bastante en ese edificio.

Ya vestido y con la información que me habían dado más que repasada, lo único que me quedaba por hacer era esperar a que fuera hora de salir hasta el edificio donde debía de infíltrame, pero para eso quedaban aún unos treinta minutos,  treinta minutos en los cuales no tenía ni idea de qué hacer. Me recosté en la cama un rato, pero no sirvió de mucho, fui a la cocina y me prepare un té, que era lo que solía hacer para pasar el rato, tomar té mirando el cielo estrellado por la ventana principal de la habitación, eran buenos momento para pensar.

Me quede sentado en la cama, mirando por la ventana mientras le daba sorbos ocasionales a la taza de té en mis manos. Para mí era curioso pensar en todo lo que había pasado desde mi salida del inframundo, o infierno como se quiera llamar. Los viajes que hice y la cantidad de cosas que aprendí, luego mi llegada a Sabertooth y el comienzo de mis entrenamientos con Sting, Rogue y Olga. Esos tres eran unas bestias entrenando, en especial Olga, pero no podía negar que practicar con ellos daba sus resultados. Cuando llegue al gremio misiones como la que estaba por cumplir no se me permitía tomar, por propia palabra del maestro aún no estaba preparado para lo que me podía encontrar allí, así que me limitaba a tomar misiones algo más simples. Pero con el tiempo y los entrenamientos me fui volviendo más fuerte, podía sentirlo y Sting sabía eso, así que hacía ya unas semanas me había dado el visto bueno para comenzar con las misiones de mayor rango de dificultad. Hasta el momento las había podido cumplir de manera bastante… normal, es cierto que eran mucho más difíciles, pero sabía manejarme en ellas.

Salí de mis pensamientos y recuerdos cuando me percaté de que ya era la hora, faltaban solo diez minutos para que tuviera que ingresar al edificio. A las apuradas, me toma el té que quedaba en la taza y la deje sobre la mesita de la cocina antes de salir corriendo de allí. Baje las escaleras del edificio en un tiempo record, asustando a algunos de sus inquilinos al verme con las pintas de criminal que llevaba, para luego llegar al lobby, saludar a las recepcionista que también se asustó y salir del hotel para tomar rumbo directo a aquel edificio que se encontraba a dos manzanas del restaurante vegetariano. Llegue muy sobre la hora, pero llegue, frenándome en un callejón antes para regular mi respiración y “Entrar en personaje”. Cuando me vi listo, salí del callejón y me dispuse a entrar, siendo frenado por un hombre de seguridad que resguardaba la puerta.

- Mira nada más, pero si es Ojo de cobra ¿Qué cuenta la vida compañero? Tiempo sin verte por aquí –por fortuna, o desgracia, el sujeto conocía al tipo por el cual me estaba haciendo pasar. No podía responderle con palabras, reconocería que mi voz no es la del tal “Ojo”, pero tampoco podía quedarme callado, sería muy sospechosos.

- Ya sabes, robos, secuestros, lo de siempre –respondí haciendo la voz más gruesa que pude, tratando así de pasar sin que él seguridad se diera cuenta de que no era quien creía.

- ¿Uhm? ¡Vaya, Ojo, vienes muy jodido de la garganta ¿Verdad?! Jajaja –el hombre soltó una carcajada antes de hacerse a un lado, señalándome la puerta- Entra y descansa compañero, que el jefe nos necesita a todos listos para el robo de mañana –eso fue música para mis oídos, no quise ni intentar responder, solo me mande hacía adentre del edificio. Habían sido unos segundos tensos, pero ya me había infiltrado.

Lo primero que vi nada más entrar al edificio fueron puertas, puertas, puertas y más puertas a cada lado del pasillo. Todas y cada una de ellas estaba cerrada, pero mientras iba avanzando algunas se abrían, dejando salir a mujeres con las ropas desarregladas, el maquillaje corrido y el cabello para cualquier lado, todas ellas seguidas por un sujeto con una sonrisa de oreja a oreja en su cara. No quise ni imaginarme que demonios estarían haciendo allí, pero era imposible ignorar las miradas que me tiraban algunas de esas mujeres, pues a pesar de llevar aquella mascara anti gas que solo dejaba visible mi ojo derecho, parecía tener algo que les llamaba la atención. Eso o simplemente que no veían problema en que alguien vistiera así.

Trate de ignorar todo aquello y seguir derecho por el pasillo, llegando al ascender que había al final para presionar el botón correspondiente a la segunda planta, lugar donde debía abrir dos ventanas según las indicaciones de la lacrima de Archivo. El ascensor no tardo más de unos segundos en llevarme hasta donde quería, sonando una pequeña campanada al llegar al piso elegido. Las puertas se abrieron y salí de allí, mirando alrededor para comprobar un poco que y quienes había en el piso. Según parecía, estaba bastante abandonado, solo unas pocas personas había allí, sentadas en un enorme sillón que prácticamente cubría todo el largo de la sala ¿Acaso era un piso entero solo para ese sillón?. En fin, ese no era asunto mío, solo debía hacer lo que me indicaron y seguir al siguiente piso.

Abrir los ventanales de la sala fue bastante fácil, principalmente porque los pocos criminales que había allí estaban todos dormidos, recostado en el enorme sillón. Con el trabajo de ese piso ya hecho, volví hasta el ascensor y presión el botón del siguiente piso, donde debería de abrir unas puertas además de una que otra ventana. En ese piso tampoco tuve muchos inconvenientes, al parecer en verdad era una organización pequeña, pues los miembros eran bastante menos de lo que esperaba al tener un edificio de diez pisos como base. Era eso, o todos estaban en los pisos más altos, otra buen posibilidad.

Los siguientes pisos también fueron relativamente fáciles de despejar, en el sentido de que las puertas y ventanas que debía de abrir estaban fuera de la vista de quienes estaban en esos pisos. Hasta el quinto piso todo fue fácil, pues había muy poca gente en las salas y prácticamente podía pasearme por ellas sin que nadie me preguntara qué estaba haciendo o porqué estaba allí, no había mucha seguridad y era dentro de todo comprensible, una organización pequeña como esa supuestamente no tenía que tener miedo a ser atrapada por el consejo, principalmente cuando hay otras mucho más grandes con las cuales tratar.

Pero la cosa cambio cuando llegue al sexto piso…

- No me jodas… –la sala estaba repleta de gente, pero repleta, las personas que no había en los pisos anteriores parecían estar reunidas todas allí ¿Pero qué demonios hacía tanta gente en un solo piso?- Al menos aquí no debo abrir ventanas ni nada –eso era in alivio, pues haciendo memoria de lo que me habían indicado en los pisos cinco, siete y nueve no debía hacer otra cosa que noquear a cuantos sujeto pudiera, pero sin ser descubierto, escondiendo los cuerpos inconscientes. Pero claro, ¿Cómo podría hacer eso con la cantidad de gente que había allí?- Lo mejor será intentar atraparlos solos… –era la única idea que se me ocurría, así que salí del ascender sortee la gran cantidad de personas que había para dirigirme al baño del logar, señalados con el símbolo de masculino y femenino. Ingrese al que tenía la puerta con el símbolo de masculino y lo revise, suspirando al notar que estaba vacío- Perfecto –susurre mientras me preparaba.

Al pasar  unos minutos ingreso otra persona al baño, dirigiéndose a los grifos para mojarse las manos y la cara, para su mala suerte yo me encontraba esperando detrás de la puerta, así que apenas ingreso la cerré y me acerque a él por la espalda, rodeando su cuello con mi brazo derecho y haciendo presión sobre este para que no pudiera respirar. Luego de unos segundos de forcejeo, finalmente cayo inconsciente- Uno menos –susurre mientras arrastraba el cuerpo del hombre hasta uno de los tantos cubículos que había en ese baño y dejándolo sentado sobre el váter, cerrando la puerta para que nadie sospechara nada. Era una buena estrategia, así que la repetí algunas veces más hasta que solo quedaron dos cubículos libres, de los casi veinte que había. Algunos sujetos me dieron más pelea que otros, pero al final siempre terminaban cayendo por la falta de aire. Al notar que solo quedaban dos cubículos libres decidido frenarme allí, pues sería muy sospechoso que todos los cubículos estuvieran ocupados por tanto tiempo.

Me lave las manos antes de salir del baño, disimulando un poco la situación y lo que acababa de hacer. A paso lento y tranquilo me dirigí al ascensor y presione el botón del séptimo piso, pues en el sexto no tenía nada qué hacer según la información que me habían dado.

La puerta del ascensor se abrió y ya estaba en el séptimo piso que, contrariamente al anterior, no parecía tener a nadie recorriendo sus pasillos, ni un alma a simple vista, por otro lado, había montones de puertas. Al parecer era alguna clase de piso de habitaciones, donde no había más que habitaciones donde los miembros de la organización pudiera descansar antes de los golpes que efectuaban. En ese piso tenía que dejar varías puertas abiertas, además de ventanas y ventanales que en su mayoría estaban en las habitaciones

- Esto tomara más tiempo del que esperaba… –susurre antes de abrir lentamente la puerta de una habitación, ingresando en esta que, para mi fortuna, estaba deshabitada. Me apresure a cumplir con mi labor, abriendo la ventana que había junto a la litera y al salir, deje la puerta abierta. Así pase a la siguiente habitación, pero esa si tenía a alguien dentro, se podían escuchar sus ronquidos. Chasquee la lengua con molestia, pero no podía hacer nada, debía entrar igualmente- Al mal paso… –susurre antes de abrir la puerta de golpe e ingresar cerrándola tras de mí. Lo primero que pude ver fue a un sujeto sentado en la cama única que había allí, afilando un cuchillo.

- ¿Tú quién eres y que haces aquí? –me pregunto, admirando el filo del cuchillo antes de apuntarlo en mi dirección. Yo solo me quede callado, esperando unos segundos. Cuando vi que era oportuno, levante un dedo, como pidiendo la palabra, pero justo al notar que había logrado llamar su atención moví mi otra mano rápidamente, tomando la muñeca con la que el sujeto sostenía el cuchilla y torciéndosela con fuerza, siendo escuchado un sonoro Crack* al romperle el hueso de la muñeca- ¡Hijo de… ¡! –lo calle apoyando mi otra mano en su boca y apretando se nariz, de forma en que no tuviera forma de respirar. Solté su muñeca para tener una mano libre, con la cual me defendí de los golpes que me tiraba el sujeto, tratando desesperadamente que lo soltara. Al final, como los de antes, callo desmayado por la falta de aire. La mejor opción que vi fue dejarlo en la cama, así pensarían que estaba dormido, y así lo hice, para luego abrir la ventana y salir dejando la puerta abierta.  Iban dos, faltaban cuatro más en ese piso.

Afortunadamente en el resto de habitaciones que tuve que invadir para abrir ventanas y puertas las cosas fueron más tranquilas, principalmente porque encontraba a la gente dormida, o en proceso de acostarse, así que era fácil tomarlos silenciosamente por el cuello y quitarles el aire hasta que se desmayaran, dejándolos luego sobre la cama mientras abría las ventana que debía abrir y dejaba la puerta de la habitación abierta.

Cuando todo estuvo listo, salí de la última habitación que quedaba por asegurar y me dirigí al ascensor, mirando la hora en el camino. Me quedaban solo veinte minutos para despejar el último piso e irme de allí, así que debía apurarme.

Ingrese al ascensor y busque el botón del décimo piso, subí del primero al noveno, pero cuando pensé que me encontraría con el botón con el diez en el ¡Sorpresa!, No había tal botón- ¿Pero qué? ¿Cómo que no hay décimo piso? -pregunte a la nada mientras seguía mirando el tablero con los botones que representaban cada piso, pero nada, no había ninguno que indicara llevar al décimo piso, no obstante, si había uno sobre el noveno botón que tenía en el escrito la palabra "Terraza" con marcador. No podía ser ¿O sí?- Es la única opción que me queda... -y como no tenía nada más que hacer, presione el botón y me quede esperando que el ascensor subiera los tres pisos que debía subir para llegar a ese nivel del edificio, el que sería el décimo si no fuera porque era directamente la terraza.

La curiosidad me carcomía mientras lentamente el ascensor iba subiendo hasta mi destino ¿Acaso era eso lo que la gente del consejo quería que hiciese? ¿O simplemente se habían equivocado con el número de pisos? La segunda opción la veía muy complicada, pues algo que había aprendido con las misiones que había hecho en las que el consejo estaba involucrado, su trabajo era preciso al igual que la información que me daban. Que se les pasara un detalle tan grande como la cantidad de pisos... no, no podía ser.

El sonido distintivo del ascensor al llegar al piso seleccionado me hizo salir de mis cavilaciones, enfocando mi mirada al frente para ver el momento en que la puerta se abría y, sorpresivamente, alguien entraba volando en el pequeño cubículo. Reaccione a tiempo para atrapar a quien sea que sea en el aire, chocando mi espalda contra la pared del ascensor por la fuerza con la que había sido proyectado hacía mi- Oye Ojo, tráenos a ese gilipollas aquí que aún no terminamos con él -escuche una vos proveniente de fuera, y al mirar me encontré con que había cuatro sujetos en la terraza, todos vestidos con trajes negros y manoplas en sus manos. Luego mire hacia abajo, observando al sujeta que había quedado tendido en el piso frente a mí. Era un hombre joven, no más de 21 años, de tés pálida y cabello negro azabache, tenía moretones por toda la cara y un hilo de sangre bajaba por su labio y nariz. Le habían dado una buena paliza.

- Si, ya va -respondí, volviendo a fingir esa voz gruesa en lo que levantaba al sujeto y lo arrastraba fuera del ascensor- Mierda ¿Ahora qué hago? -no podía dejar al tipo así, pero tampoco tenía claras las órdenes para ese momento ¿Debía dejar que lo golpearan hasta que fuera hora del allanamiento? No, no podía dejar que siguieran con eso, algo debía de estar mal- ¿Cuál era la orden para el décimo piso? -trate de hacer memoria, metiéndome en la información que me había proporcionado esa lacrima de Archive. Algo debía de faltarme por leer, decía que llegara al décimo piso, hiciera un reconocimiento rápido y...

No pude contener una pequeña sonrisa al leer la última tarea que hacer allí- Eliminar la basura -susurre mientras dejaba al sujeto que estaba siendo golpeado a un lado, con la espalda apoyada en una de las paredes del ascensor y trabando la puerta para que no se fuera aunque presionen el botón de llamada en otros pisos.

- ¿Qué haces? ¡Tráelo aquí o te golpearemos a ti también! -ante sus palabras no pude hacer más que reír, reír de una manera para nada agradable. El sigilo había terminado allí, a partir de entonces ya podía hacer todo el ruido que quisiera.

Coloque ambas manos a los costados del cuerpo y las cerré en puños, apretando con fuerza mientras estas se cubrían por una gruesa capa de llamas negras que lentamente fue tomando la forma de filosas garras de dragón, al igual que en mis piernas que, cubiertas de llamas hasta las rodillas, comenzaban a botar lentamente, cual peleador de boxeo- Inténtenlo, matones de cuarta -susurre y sin más me lance contra ellos, acercándome primero al más cercano a mi posición, aquel sujeto que había estado hablando y que se quedó callado al ver mis llamas- ¡Golpéame ahora, grandulón! -grite al tiempo en que impactaba mi puño izquierdo en la mandíbula del sujeto en un gancho ascendente, generando una pequeña explosión que le despego los pies del suelo el mastodonte y lo hizo caer de espalda, completamente inconsciente y con una grave quemadura en la zona del cuello. Viviría, pero lo costaría hablar a partir de ese día.

- ¡Condenado! -escuche un grito a mi izquierda, retrocediendo un paso a tiempo para evitar que el filo de una katana me degollara. En lugar de esto solo me hizo un pequeño corte superficial sobre mi mejilla, además de dejar en una muy mala posición al que empuñaba dicha arma, tirado hacía delante al no haber calculado las consecuencias de la fuerza con la que lanzo el corte si este no daba a nada. Básicamente el sujeto se había ido de frente, cruzando de izquierda a derecha frente a mí. Oportunidades como esa no podía desaprovechar.

- ¡Muy lento! -grite al tiempo en que golpeaba el estómago del sujeto de la katana con una patada ascendente de mi pierna derecha, generando una pequeña explosión por las llamas que la cubrían mí. El pobre sujeto no pudo hacer más que caer de rodillas al suelo, tocándose el estómago por un segundo antes de caer inconsciente sobre el primero de ellos que cayo- El que sigue -llame, con las llamas de mi puño derecho y mi pierna izquierda aún encendidas y deseosas de explotar contra el cuerpo de aquellos matones.

Para mi mala suerte, la diversión termino allí.

Dos tipos vestidos con las típicas armaduras de las fuerzas del consejo aparecieron a las espaldas de los dos contrincantes que me quedaban, dándoles un certero golpe en la nuca a cada uno y desmayándolo, una a preguntar qué había pasado cuando sentí una mano tomarme por el hombro e instintivamente me voltee, poniéndome en posición defensiva con mi puño derecho listo para ser lanzado contra quien se me había acercado por la espalda- ¡Baja ese puño, enano maleducado! -al reconocer esa voz algo en mi cabeza hizo click*, mandando a apagar las llamas de mi puño y pierna. Era aquella mujer, la que me había entregado la información en la misión del torneo- Ya cumpliste con lo que debías, puedes irte -me dijo y volteo hacía el ascensor, tomando al sujeto que había dejado.

- ¿Ya? Pero... -no sabía exactamente cómo reaccionar ¿Ya se había terminado?

- Si, tú misión era eliminar la mayor cantidad de matones sigilosamente mientras abrías puertas y ventanas estratégicamente elegidas. Las puertas y ventanas que te indicaron están todas abiertas, además de que según vimos te deshiciste de un buen número de ellos sin que nadie se diera cuenta. Tú misión está completa, puedes esperar a que el allanamiento termine e irte a buscar tú paga, o por otro lado, entrar y ayudar a reducir a... -no la deje terminar, pues antes de que pudiera decir más yo ya me había ido directo hacía las escaleras de emergencia, queriendo luchar un poco más, además de quitarme las ganas de golpear a esos matones que no había podido noquear al estar siempre en grupo.

La misión estaba cumplida, divertirme un poco y de paso ayudar a los tipos del consejo no era algo malo ¿Cierto?

Técnica utilizada: