No soy un pervertido![Priv. Vanya]

No podía dejar de dar patadas al suelo, solo tenía un día para ella, por primera vez lo quería, no le importaba hacer nada y justo una de las chicas del gremio tenía que solicitar su ayuda, era como si todo estuviera para hacer que se enojara, sus labios se apretaron con fuerza sin ni siquiera mostrar sus dientes, el ceño lo mantenía fruncido caminando por aquellas calles, lo peor es que tenía que llevar aquellas prendas, le eran incómodas, incluso le costaba respirar, tenía ganas de romper aquello que le habían obligado a llevar, solo tenía que ir, buscar a la chica que necesitaba de su ayuda, encargarse de que estaba bien y volver al gremio para pasarse el resto del día en su habitación leyendo sin descanso, se cruzo de brazos intentando ir lo más rápido posible, todo lo que le permitía sus pies, por las calles, los ricos no dejaban de mirarla, pues aun con aquellas prendas destacaba bastante, sin embargo nuestra joven de cabellos rosados no se percataba de aquellas miradas, solo seguía con su camino, era la primera vez que estaba en aquella ciudad, aunque fuera más pequeña que las demás se sentía bastante incómoda por ser un lugar de ricos, estuvo buscando durante bastante tiempo entre aquellos callejones que parecían no tener fin, para al final no encontrar a la joven, estaba bastante extrañada de no haber dado con ella aun, tal vez solo había sido alguna broma por parte de las chicas, no estaba segura.

En cuestión de segundo vio llegar volando a aquella mascota suya, este estaba con un pequeño papel entre sus labios, la joven de cabellos rosados no tardo en agarrar este para ver lo que estaba en su interior, dejando que el ceño se hiciera más notorio en su semblante ¿Había sido engañada? Por las chicas, cuando quería estar tranquila, aquel mensaje le dejaba claro que solo había sido una broma de las chicas del gremio, nadie necesitaba su ayuda y que podía volver al gremio, en pocas palabras solo querían ver como le quedaban las prendas como si fuera una persona rica, chasqueo la lengua girando sobre si misma para volver su gremio, había perdido mucho tiempo solo para que aquellas chicas se divirtieran, eso no le gustaba, cuando llegara a aquel lugar gritaría y mostraría lo enojada que estaba, el día libre que tenía después de mucho tiempo y a aquellas chicas solo se les había ocurrido burlarse de su persona, estaba claro que se llevaban bien solo porque les gustaba molestar a Vanya de alguna forma, algo en aquel instante le dijo que se diera la vuelta, tal vez solo se trataba de su intuición pero solo sintió un golpe contra su persona, dejando que chocara contra el suelo, un dolor intenso en su cabeza hizo que se llevara su mano poco a poco al lugar donde se había dado dejando ver una mueca de dolor en su rostro, abriendo los ojos para observar quien era la persona que había hecho que cayera al suelo, lo peor era que la falda que llevaba incluso se había alzado un poco, sin embargo a nada de esto hizo caso aquella joven al sentir una mano en uno de sus pechos, lo primero que hizo fue dar una bofetada al contrario intentando separarse de este lo más rápido posible llevando sus manos a aquel pecho para intentar tapar este.

-¿Cual es tu problema? No puedes ir tocando de esa forma a las chicas - gruñe con el ceño fruncido deseando querer darle otra bofetada a aquel joven, le venía bien, pues ya estaba enojada de antes, tal vez así podría quitarse un poco el mal humor que tenía- ¿Quien eres? Voy a recordarte por lo que acabas de hacer ¿Te parece divertido hacer como que te has caído para solo tacar el pecho de una chica? -comienza a alzar la voz llevando la mirada a otro lado totalmente molesta por aquello, solo le faltaba eso, parecía que aquel día no iba a ser su día libre, no un día libre como el que ella había planeado.

La joven de cabellos rosados como el chicle estaba a punto de levantarse del suelo, sin escuchar demasiado las palabras de escusa del contrario, así es, para la muchacha de orbes rosados, aquellas palabras que decía el chico solo eran escusas para intentar parecer inocente aun cuando le había tocado el pecho, había sido el primero en que le había tocado así uno de sus atributos como mujer, no se lo había esperado en realidad, siempre se le quedaban mirando estos, pero ninguno había sido tan valiente como para tocar estos, eso es lo que más le sorprendió a la vez que le pareció bastante valiente por su parte, no podía negar que el que se hubiera atrevido a tocarla a ella, era bastante valiente, teniendo en cuenta su personalidad, la cual todos sabían cual era, lo tsudere que podía ser, lo rápido que esta se enojaba, tal vez eso hizo que comenzara a sentir algo extraño, pero en estos momento ni siquiera nuestra joven de cabellos rosados se había dado cuenta de esto, solo sentía un profundo odio hacía la persona en particular, bajo la mirada intentando revisar si había alguna parte más de las prendas que estuviera rota, limpiando un poco estás cuando el contrario dejo algo de espacio entre ambos sintiendo como caía en su prendas un líquido de carmín, haciendo que por mero instinto su mirada se alzara observando aquel rostro tan divertido que había puesto el joven, sin embargo ella estaba tan enojada en aquellos instante que ni siquiera se reía por aquella situación tan cómica, sus labios solo se apretaban mientras se levantaba haciendo que el joven que estaba encima suya se cayera de espaldas logrando solo que la falda que llevaba se rompiera más por un lado dejando que se viera mucho más su muslo.

Solo en aquel momento se percato de lo que había pasado llevando sus manos a aquel trozo de tela que se había roto juntando las piernas para de esta forma en un intento totalmente inútil la prenda volviera a estar como en el principio, juntaba los trozos de tela por los cuales se había abierto la falda logrando solo partir más aquella prenda haciendo que se quedara totalmente quieta volviendo su mirada a aquel chico con el ceño aun más fruncido que antes, no se podía creer lo que estaba pasando, aquellas prendas no eran suyas, se las tenía que devolver a una joven de su gremio y además le habían tocado el pecho alguien que acababa de conocer, el cual por defenderse dándole una bofetada le había puesta la peor escusa de la historia, ciertamente Vanya tenía alguna clase de don para que los planes no salieran según ella quería, que las cosas se volvieran totalmente alteradas, llegando a tener varios encuentros que no lograba soportar, por mucho que intentara estar calmada, parecía que a las personas de aquel lugar les gustaba verla enojada, su rostro comenzó a coger un color carmín, no por la vergüenza sino por la rabia que estaba teniendo que aguantar, era suficiente, estaba a punto de explotar y el que tendría que llevarse todas sus quejas tendría que ser aquel chico que estaba delante de ella, aunque la única culpa que tuviera este hubiera sido la de tropezarse con una piedra, también aquel chico tenía mala suerte, pues de todas las personas que había en Shirotsume, había acabado por caer encima de la joven de cabellos rosados, eso era lo peor que e podía pasar -Me da igual lo que digas, no cambia la cosa de que eres un maldito pervertido que solo buscaba tocar mi pecho- comenzó a alzar la voz aun cuando las personas que pasaban a su alrededor se le quedaban mirando, claro que al darse cuenta de esto la joven abrió los labios encogiendo su cuerpo para que no pudieran ver lo que mostraba su falda.

Aquel momento era el más vergonzoso que había tenido en mucho tiempo, después de todo, esperaba que no tuviera que pasar por algo parecido nunca más, acostumbraba a llevar faldas mas cómodas, no como aquella que era apretada al cuerpo, dejando marcada su silueta o por lo menos lo era antes de ser rota, en sus orbes comenzaron a crearse unas grandes gotas, quería llorar de la vergüenza que sentía, estaba más que acostumbrada a que los chicos no dejaran de ver sus pechos pues sabía que estos no parecían reales, pero que ahora se pararan no solo los hombre sino las mujeres a admirar aquella raja que tenía su falda, eso si que no lo podía soportar, incluso se había olvidado de lo enojada que estaba, aunque solo durante aquel período de tiempo, deseando que de una vez le dejaran de mirar, sin dejar de rogar en su cabeza que le ayudaran, en aquel momento incluso aceptaba la ayuda de aquel joven con el cual había tenido una situación bastante extraña y en la que pocas veces por no decir nunca podrías encontrarte, habían tenido un encuentro difícil de olvidar para la joven de cabellos rosados, aunque claro nunca admitiría si recibía la ayuda de aquel joven que este la salvo de una situación como aquella, sus manos pasaron por sus propias rodillas para luego abrazarse a si misma, ocultando su rostro en las rodillas para que no le vieran el rostro, incluso llego a escuchar algunas risas provenientes de los que paseaban por allí, no lo soportaba más, ella era de aguantar cosas así antes de pedir ayuda, pero había llegado a su tope -p-por favor a-ayúdame- susurro, deseando que aquel contrario le hubiese escuchado.

Se sorprendió bastante al ver aquellos movimientos del contrario, no se esperaba que fuera a ayudarla de verdad, pero al menos con aquella chaqueta no podría ver a las personas que la estaban observando lo que significaba que podría estar más tranquila, no dudo en seguir a aquel mayor desconocido a un lugar más tranquilo, solo para al llegar a este llevar su mirada de un lado a otro intentando asegurarse de que realmente nadie pasaría por aquel lugar, todo había sido culpa de aquel chico, si simplemente no le hubiera tocado el pecho o se hubiera "caído" encima suya entonces no se le hubiera roto la falda, lo que no hubiera hecho que las personas se pararan a admirar su cuerpo, estaba tan enojada que incluso su rostro comenzó a tener un color rojizo, inflando las mejillas, intentando coger todo el aire que estaba a su alrededor antes de volver a alzar la voz al contrario ¿como se atrevía a disculparse después de todo lo que había provocado? Le debía un favor, sin lugar a dudas, si en algún otro momento lo vería o si se lo volvía a encontrar le recordaría que le debía aquel favor, si era cierto que la había salvado, pero no hubiera tenido que hacerlo si no se hubiera aprovechado desde un principio de la situación, sus manos pasaron por aquella falsa ¿como le diría a la persona que se la dejo que la había roto? además ¿Como podría volver al gremio con aquello desgarrado? Parecía que había estado haciendo cosas que no eran normal en ella.

Su cabeza se movió de un lado a otro con el ceño totalmente fruncido antes de coger impulso con una de sus manos para regalarle a aquel contrario otra bofetada, esta vez más fuerte, lo suficiente como para dejar en la mejilla del contrario la marca de su pequeña mano, totalmente rojo y parecía como si estuviera latiendo, se soplo incluso después de aquel golpe la mano pues le había dolido a ella también al usar toda la fuerza, ahora se encontraba mejor, tal vez ahora si podría personar al contrario o quizás no, todo dependía de como se siguiera desarrollando todo, sin embargo tenía también que agradecer que le sacara de aquella situación así que le agarro del cuello de la camisa con fuerza para obligarlo a que se inclinara un poco y así poder llegar a la mejilla del contrario soltando en la que no esta herida por su bofetada un delicado y dulce beso, intentando indicar con esto que era su forma de agradecer que le hubiera sacado de aquella zona, tenía que pensar que era lo que haría con aquellas prendas, no podía salir de aquel callejón, pues volvería a ser rodeada por personas de la calle en cuestión de segundo, entonces fue cuando señalo al contrario dejando aun ver lo enojada que estaba con este- tú, debes de buscar algo para que pueda usar en vez de esta falda, ya esta rota, me da igual si eres tú el que tiene que ir mostrando su ropa interior pero debes de darme algo para que no se pueda ver de forma tan simple mi silueta -gruño un poco antes de apartar la mirada no queriendo volver a aquel chico, abriendo solo los labios para dejarle claro una última cosa- me debes una por todo lo que has provocado.