Reunión interrumpida [Misión Rango C] [Natsu Dragneel y Alex Zeik]

Especificaciones de misión:

Era temprano por la mañana y yo recién estaba llegando a Clover, lugar donde por la tarde se llevaría a cabo una reunión entre Sting y el maestro de Fairy Tail, un hombre de avanzada edad llamado Makarov Dreyar según había escuchado. La razón de esa reunión era desconocida para mí, lo único que sabía era que un gremio oscuro iba a mandar a un equipo de magos a atacar Clover para que la reunión no se pueda realizar como se había previsto. El consejo había hecho bien su trabajo, investigando a fondo aquel gremio oscuro y logrando infiltrar a un miembro en él. La información que había traído con él era exacta, esa misma mañana, antes del mediodía, llegarían los magos a Clover. Por esto mismo, el consejo pidió a los gremios involucrados, Fairy Tail y Sabertooth, que enviaran magos de confianza para acabar con la amenaza que podía suponer un equipo de magos de un gremio oscuro.

Me sentí muy orgulloso cuando Sting me llamo a mí al despacho para encomendarme esa misión, habiendo miembros mucho más fuertes como Olga y Rogue. Eso me demostraba que en verdad estaba confiando en mi para esa misión, no podía decepcionarlo.

El viaje había sido como siempre, un infierno, pero uno que ya me estaba acostumbrando a aguantar. Al llegar a la ciudad note que era muy temprano aún, pues había muy poco movimiento por las calles y la mayoría de casas estaban con las puertas y ventanas cerradas, señal de que los dueños seguían durmiendo. No podía ser por miedo al ataque, pues este había sido sellado como secreto para cualquier otro que no esté implicado en la situación, así que para los habitantes de Clover ese sería otro día normal- Y lo será si haces bien tu trabajo -me dije a mi mismo mientras a paso lento y calmado iba llegando a la zona central de la ciudad, lugar donde me encontraría con quien sería mi compañero en esa misión, un mago enviado por Fairy Tail del cual no sabía nada aún.

Iba vestido con mi traje típico, que constaba de una chaqueta negra con detalles en gris y blanco, la cual llevaba abierta, mostrando debajo una remera de color rojo oscuro sin estampado alguno, pantalones negros, también con detalles en gris y unas botas de combate negras, macizas pero ligeras, buenas para patear. Como siempre, el parche sobre mi ojo derecho y la bandana verde que mantenía mi cabello a raya, lo fundamental de mis conjuntos.

Me di cuenta de que había llegado al lugar de encuentro al ver el edificio municipal de la ciudad, delante del cual había una pequeña plaza en la cual habíamos acordado que nos encontraríamos ambas partes del equipo. Mirando la posición del sol era fácil deducir que aún no eran ni las 8am, así que llegaba algo temprano, pues la hora fijada eran las 8:30am. No era la primera vez que pasaba, así que hice lo de siempre: Me busque un banco en la plaza, vacía por las horas que eran, y me senté, sacando un pequeño libro del bolsillo interior de mi chaqueta y sosteniéndolo abierto frente a mi rostro. Leería un poco hasta que llegara mi compañero, pues luego debíamos ir a la puerta norte de la ciudad, por donde me informaron que llegarían los magos.

- Ains~ -suspire mientras pasaba la página, relajándome un poco con el aire frio de la mañana. Dentro de menos de una hora de seguro estaría luchando con cuanto mago oscuro se me pusiera en frente, así que relajarse un poco antes no estaba de más.

Deje que los minutos pasaran en lo que esperaba la llegada de mi compañero, adelantando un poco en mi lectura de ese pequeño libro que había conseguido unos días atrás en la biblioteca de la ciudad. Era una historia interesante, con mucho drama y situaciones difíciles en las que no importaba la fuerza que alcanzara el personaje principal, nunca era suficiente. Era raro para mi leer como el sujeto se frustraba por nunca alcanzar el poder que necesitaba, pues en cierta forma me recordaba a mi unos años atrás, en los tiempos en que aún vivía allí abajo. Esos eran tiempos horribles, donde era sometido a mil combates contra distintos entes que habitaban el infierno y si no los derrotaba, debía de aguantar un día más enfrentándome a ellos, con esa regla estuve cerca de un año con combates día tras día, terminando cada vez más herido y cansado solo para ser atacado de nuevo al día siguiente. Era frustrante, pues sabía si me daban el tiempo necesario para descansar podría con ellos, pero claro, eso jamás pasaría.

Cerré el libro un momento, soltando un largo suspiro por esos viejos recuerdos- No hay que vivir en el pasado, eso me diría el viejo -susurre antes de volver a abrir el libro, dejando esos recuerdos para otro momento. Seguí con mi lectura por unos minutos más, mirando de vez en cuando alrededor para asegurarme de que nadie se acercara, quería ver llegar a mi compañero y que de preferencia no me tomara por sorpresa. No había nadie aún, de seguro porque había llegado bastante más temprano de lo que se había marcado como la hora de encuentro, siendo que tendría que esperar unos minutos más hasta que llegara el mago de Fairy Tail. Bueno, no me quejaba de ellos, tendría tiempo para adelantar un poco mi lectura.

Luego de unos pocos minutos más finalmente fui capaz de sentir como alguien más se acercaba, pero no despegue mi mirada del libro hasta que no me asegure de que se trataba de a quien estaba esperando. Al escuchar sus palabras, presentándose como Natsu, mago de Fairy Tail y además aclarándome que se trataba de un Dragon Slayer de fuego, sonreí de medio lado de manera casi imperceptible. Cerré el libro frente a mi rostro y lo guarde en el bolsillo interior de mi chaqueta, levantándome del banco y estirando los brazos mientras soltaba un pequeño bostezo- Si, soy yo. Alex Zeik de Sabertooth, Dragon Slayer... de fuego, se podría decir -me presente, girando en dirección al pelirrosa y extendiendo mi mano hacía él y sonriendo en señal de saludo. Mi magia no era exactamente la de un Dragón Slayer de fuego, pero como no quería tener que explicar en qué consistía mi magia, que ya de por si era complicado, simplemente dije eso para ahorrar palabras- Veo que hoy nos toca hacer de limpieza de magos oscuros, así que mejor nos apuramos, que llegaran por la entrada del norte en cualquier momento -le diría luego de estrechar su mano, volteando en dirección a la calle que daba directamente con la puerta norte de la ciudad antes de echar a correr por ella, esperando que mi compañero viniera conmigo- Tú nombre se me hace familiar ¿Eres muy conocido en tu gremio? -le preguntaría mientras íbamos corriendo por las calles de la ciudad rumbo a la entrada norte, por donde se suponía que llegaría el equipo de magos del gremio oscuro.

La pregunta era más que nada para romper un poco el hielo, encontrar algún tema de conversación hasta que nos cruzáramos con los objetivos a eliminar. Como era costumbre en mi al salir de misión, estaba bastante serio, pero no tanto como en otras ocasiones, quizás por la emoción que me entraba al pensar que esa misión era una a la cual Sting me había mandado expresamente a mí a cumplir, teniendo muchas más opciones en el gremio. Luego de tanto entrenamiento debía demostrarle que podía con cuanto encargo me pusiese, sin importar lo difícil que fuera, cumpliría con cualquier misión y me volvería más fuerte para en un futuro poder formar parte del equipo más fuerte de Sabertooth.

El nombre de Natsu se me hacía muy familiar, estaba seguro que lo había escuchado antes en algún lugar. No recordaba donde, pero estaba seguro de que lo conocía de algo. Preguntar no estaba de más, al menos para sacar un tema de conversación en lo que llegábamos a la entrada norte de la ciudad, así que ni bien le expuse mi duda al mago de Fairy Tail continúe corriendo mientras esperaba una respuesta. La misma llego apenas un segundo después, dejándome levemente sorprendido al enterarme de que él era quien derroto a Sting y Rogue en los juegos mágicos de hacía un años atrás- Con que fuiste tú, sabía que ambos habían perdido contra un mago pero nunca averigüe contra quien -comente al salir de la pequeña pausa que me tome para absorber la información de la respuesta, mirando al mago de Fairy Tail con una expresión entre curiosidad y sorpresa- Si, Sting es el actual maestro de Sabertooth. Él y Rouge están bien, entrenando duro a diario para volverse más fuertes -le comente mientras nos íbamos acercando a la entrada norte de la ciudad, siendo esta ya visible a unas manzanas de distancia.


No podía negar que me sorprendía que ese pelirosa haya sido quien derroto al maestro y a Rogue un años atrás, no porque se viera débil ni mucho menos, pero me esperaba que quien derroto a los más fuertes de Sabertooth en ese momento fuera un poco más... no sé ¿Alto, quizás?- Bueno Natsu, será un placer ver el poder de quien derroto a los dragones gemelos hace más de un año. Espero que no me decepciones -le dije a modo de juego, acelerando un poco más el paso buscando llegar lo más rápido posible al lugar de enfrentamiento con el equipo del gremio oscuro que iba de camino a atacar la ciudad. Mientras corríamos, no pude evitar escuchar el susurro de mi compañero, alzando una ceja con curiosidad al reconocer uno de los dos nombre que dijo- ¿Vanya? -no podía ser la misma Vanya que yo conocía, era demasiada coincidencia, así que decidí ignorar aquel pequeño detalle y continuar con la carrera, aunque ese detalle me quedaría bastante grabado en la mente. Quizás luego le preguntaría por ello, pero ese no era momento para pararse a conversar.

Luego de unos pocos minutos finalmente llegamos a la entrada norte de la ciudad, lugar desde el cual se podían escuchar una gran cantidad de pasos acercarse. El suelo vibraba como si se tratara de un terremoto, por un segundo llegue a dudar de la información que nos había dado el consejo. Según ellos era un grupo de seis magos, pero eso que sonaba parecía un ejército de montones- ¿Pero que... demonios? -y en un momento dado, más allá de una colina que quedaba de frente a la entrada, se vio como decenas de personas asomaban con rumbo directo a la ciudad. Lo curioso de todo, era que de esas docenas solo cinco eran diferentes, el resto eran montones de clones de igual apariencia uno con otro- ¿De dónde salieron todos esos? -pregunte a la nada mientras veía como se acercaban corriendo a gran velocidad, aunque los cinco que eran diferentes de quedaron atrás, caminando a un paso más lento. Eran cuatro hombres, si se contaba ese ejercito de clones como un solo hombre, y dos mujeres, todos con túnicas negras que no dejaban ver más que sus rostros y el símbolo de su gremio que llevaban todos en su mejilla izquierda- Oye, Natsu -llame a mi compañero de misión, mientras me paraba unos metros delante de la entrada a la ciudad, mirando seriamente el ejercito de clones que se acercaban a nosotros- Yo me encargare de que ninguno de esos pase, tú ve a dar la bienvenida a los otros cinco. Te alcanzare una vez acabe con quien esté generando los clones -le plantee esa estrategia, esperando que aceptara y se salteara el gastar energías con aquel montón de clones, yendo directamente por los otros cinco.

No tuve tiempo de esperar más por la respuesta de mi compañero de misión, aquel ejercito de clones ya estaba encima nuestro y si no hacía algo, llegarían a la ciudad en un abrir y cerrar de ojos- De aquí no pasan... -susurre mientras era rodeado por una gran concentración de llamas negras, las cuales fueron lentamente moldeándose sobre mi hasta formar cuatro cabezas de dragón- ¡Renryū no... -grite, siendo segundado por el potente rugido de mis creaciones de fuego negro- ... Hidora tōei! -una vez nombrada la técnica, las cabezas de dragón se abalanzaron contra el ejército de magos de igual apariencia. Como supuse, era alguna clase de magia de clonación, pues al eliminar a uno este se descomponía en un montón de tierra.

La ferocidad de mi ataque aumento, arrasando rápidamente con un gran número de contrincantes antes de lo planeado. El grupo de cinco seguía lejos, así que tenía tiempo para acabar con todo ese mini-ejercito antes de que llegaran y luego concentrarme en ellos, si es que mi compañero no hacía algo antes. En fin, tampoco podía confiarme de algo que no sabía, así que apure el paso mandando aún más magia a las llamas que componían las cabezas de dragón, logrando que estas aumentaran su velocidad y fuerza de sus arremetidas, además de que al aumentar la intensidad de las llamas estas eliminaban a los clones de forma muchos más rápida. Al final, el ejército quedo reducido a no más que un montón de tierra regada por todo lo que sería el campo de batalla de aquel día, a excepción de uno, el original, que yacía inconsciente tirado en el suelo.

Los cinco magos restantes ya estaban llegando a la entrada, y yo estaba listo para recibirlos. Estaba en desventaja numérica, eso era cierto, pero en verdad eso era lo que menos me importaba. El verdadero combate iba a empezar, y me sentía muy preparado para este.

Off-rol:

Técnica utilizada:

No quería que la pelea fuera muy cerca de la entrada de la ciudad, así que lo que hice fue acercarme al grupo de cinco antes de que llegaran a la entrada. Me frene al estar a unos escasos seis metros de ellos, observando cómo estos también se frenaban y por sus rostros cruzaban unas casi imperceptibles sonrisas llena de malicia.- Váyanse ahora y esto no tendrá que terminar mal -les ofrecí, esperando poder evitar una confrontación innecesaria si era posible hacerlo.

Quien parecía ser el líder del grupo me miro, sus ojos apenas eran visibles por la capucha pero era muy obvio que me estaba mirando, y río, río con total burla hacia mis palabras.- No te creas mucho por haber derrotado al idiota de los clones, él solo era una distracción pero como lo eliminaste, tendremos que arrasar con toda la ciudad por nuestra cuenta una vez te matemos -sus compañeros lo segundaron en la risa, mofándose de mí. Menuda arrogancia, personas como ellos eran con las que odiaba tratar y a la vez, a quienes adoraba poner en su lugar.

- Después no digan que no intente frenar esto -avise mientras me colocaba en posición de pelea, flexionando levemente mis rodillas mientras colocaba las manos a los lados de mi rostro en una clásica posición de boxeo. Mis contrincante no parecían tomarme en serio, ni siquiera pusieron atención a mis palabras, solo continuaron riendo unos segundos más antes de tratar de cruzar por mi lado sin más, dirigiéndose a la entrada de la ciudad- No me subestimen... -susurre, dando varios pasos rápidos al frente hasta colocarme justo frente a uno de los sujetos. Ver su pupila contraerse por la sorpresa fue algo curioso, pero a lo cual no preste demasiada atención.- ¡Toma! -grite al tiempo en que mis manos se cubrían de llamas negras al igual que mis pies, las cuales tomaron la forma de garras de dragón y, al impactar mi puño derecho directo en el estómago de mi contrincante, estas explotaron multiplicando el daño y lanzando varios metros hacía atrás al primero de los cinco. El resto miraba sorprendidos como su compañero era despachado de un solo golpe, tomando su distancia para empezar el combate de una vez mientras yo, aún con mi puños izquierda y pies cubiertos de llamas, esperaba el movimientos de mis enemigos.

Técnica utilizada:

La respuesta por parte de los cuatro magos restantes fue inmediata: Dos de ellos, dando un rápido paso al frente, generaron un sello mágico bajo sus pies, tras lo cual varias estacas de tierra comenzaron a surgir del suelo, lanzándose a toda velocidad contra mí. Mis reflejos se vieron desafiados por la velocidad con la que se acercaban aquellas estacas, pero logre esquivarlas a tiempo al dar un rápido salto, propulsándome en el aire. Más sin embargo, esto termino por ser malo pues al saltar, me percaté de que los dos magos restantes estaban por encima mía. Ambos extendieron sus manos hacía mí, de las cuales brotaron dos potentes chorros de agua que impactaron mi espalda y me impulsaron contra el suelo, chocando abruptamente contra lo que había quedado de las estacas. Una gran nube de polvo se levantó tras el impacto, segando temporalmente a mis contrincantes que, convencidos de que la pelea había terminado, dieron media vuelta para tomar rumbo a la ciudad. Grande fue su sorpresa al ver como uno de sus compañeros era repentinamente impactado por un potente haz de llamas negras, el cual provenía directamente de la nube de tierra.

- Ya se los dije... -decía luego de soltar mi rugido y ya viendo los resultados de este: Aquel sujeto al que le di había quedado completamente fuera de combate, con varias quemadura de tercer grado por varias partes de su cuerpo. Me asome fuera de la nube de polvo, mirando fijamente a los tres magos restantes con mi ojo visible. Mi chaqueta había quedado algo rota, pero más allá de eso los daños no habían sido muy graves.- No me subestimen -sus miradas cargadas de odio me decían que las cosas se pondrían muy serías, pero estaba listo para derrotarlos de una vez, aunque la zona terminara algo destruida era la forma más rápida de hacerlo...

Técnica utilizada:

Fueron unos segundos de silencio los que siguieron a mis palabras, unos largos segundos en los cuales cada uno pensaba en una forma de atacar a su contrincante. Eran tres contra uno, estaba claramente en desventaja y si no quería terminar más dañado aún, debía acabar con todos rápidamente y de un solo golpe. Por suerte estábamos en una llanura, no había árboles que pudieran quemarse u animales cerca que salieran afectados. Eran las condiciones perfectas para ejecutar "Esa" técnica. Lentamente, me acomode parado de perfil a mis oponentes, y espere a que lanzaran su ataque.

Dos de ellos se armaron cubriendo tanto brazos como piernas de piedras, ganando así una capa de protección bastante gruesa a la vez que deformaban está en la zona de los brazos para volverlos en forma de estacas. Por mientras, la tercera del grupo generó dos látigos de agua, uno para cada mano, y antes de que pudiera analizar mejor sus técnicas los tres ya estaban lanzándose contra mí, listos para atacar por tres ángulos diferentes. Aquello solo me confirmó una cosa: Era imposible que ganara rápido sin hacer lo que llevaba ya varios minutos pensando.- ¡Renryū no...! -tanto mis brazos como mis piernas se inundaron de llamas, las cuales fueron avanzando hasta cubrirme al completo como si se tratara de una armadura. Las llamas fueron aumentando tanto en cantidad como en intensidad, al tiempo en que yo comenzaba a girar abruptamente en mi lugar, siendo propulsado por las mismas llamas. En menos de un segundo el fuego negro que me rodeaba comenzó a girar con ferocidad, tomando la forma de un gigantesco torbellino.- ... Tsubasa senpū!! -grite mientras continuaba girando a una gran velocidad, para que a continuación del mismo torbellino comenzarán a salir disparadas una gran cantidad de cuchillas de fuego, las cuales bombardearon toda la zona a mi alrededor y generaron explosiones bastante potentes que dejaron a mis contrincantes fuera de combate. Al frenar, una vez terminado el bombardeo, tuve que quedarme unos segundo sentado en el suelo por el mareo provocado por tantas vueltas dadas, pero al levantarme me di cuenta de que había valido la pena: Todos mis contrincantes estaban noqueados, la misión estaba cumplida y ni siquiera necesite de la ayuda de aquel Dragon slayer de Fairy Tail. Bueno, quizás él no era tan bueno después de todo.

- Solo queda volver con el maestro... -susurre mientras me levantaba, algo mareado aún, y tomaba rumbo de vuelta a la ciudad, atravesando el paraje quemado por mis técnicas. Luego pediría poder volver a arreglar un poco las cosas, pero lamentablemente la naturaleza de mi magia me permitió evitar esos daños.

Técnica utilizada: