Secuestrador, Carnicero [Misión Rango D] [Horokeu Usui, Sinbad Saer y Alex Zeik]

Especificaciones de la misión:

Crocus, la capital del reino de Fiore y hogar del rey, además de la sede de los juegos mágicos que se disputaban cada año para coronar al que sería el gremio más fuerte de todos. Una ciudad lujosa en todos los sentidos, con calidad de arquitectura en cada una de sus edificaciones, ni hablar del castillo del rey, una verdadera monstruosidad en lo que a tamaño y diseño se refería.

Pero, lamentablemente, ni todo lo anteriormente nombrado salvaba a la capital de Fiore de sus habitantes, o bueno, de la llegada de ciertos habitantes no deseados que para lo único que la visitaban era para manchar su nombre con la sangre de inocentes de las maneras más brutales e inhumanas, o al menos eso había investigado uno de los más nuevos miembros de Sabertooth antes de mandarse allí en la misión de capturar al asesino serial que tenía en jaque a la guardia real, aunque esto último solo era una suposición del mago al verse obligados a llamar por la ayuda de un gremio.

Ed Gein, un carnicero psicópata que había estado aterrorizando a las jóvenes de todas partes del reino de Fiore, asesino serial conocido y temido por las chicas del reino. Las ultimas pistas que se tenían sobre él era que estaba en Crocus, y como la guardia real se había mostrado incapaz de atraparlo habían recurrido a los magos, una buena decisión a su parecer. Se había estudiado el caso a fondo, con una seriedad extraña en él. Las costumbres del asesino, las características en común de sus víctimas, su modus operandi, como y cuando atacaba y su forma de matar, lo tenía a todo leído y releído de los expedientes que pudo encontrar y estudiar de camino a la ciudad. El problema para él era otro...

- Le dije a Sting que quería este trabajo en solitario... -su pensamiento se fue a las condiciones de la misión, mientras al mismo tiempo iba ingresando a la ciudad de Crocus por la entrada principal, la cual se encontraba alineado a la entrada del castillo- ¿Por qué demonios tengo que hacer equipo con otros dos? -era una idea que en verdad le molestaba, por el simple hecho de que las misiones siempre las hacía en solitario, principalmente para mejorar y no retrasar a los demás ni sentirse un peso. Era nuevo como mago de un gremio, esta era su tercer misión y lo que menos quería era meter la pata por no poder llevarles el paso a otros magos que tal vez estuvieran a mayor nivel que él. Pero claro, Sting no entendía eso ni aunque se lo gritara.

Desde que pidió la misión el maestro del gremio había estado evadiendo el tema, hasta que hace menos de dos días lo llamo al despacho para reportarle que la misión era suya, pero que tenía que hacer equipo con otros dos magos ajenos al gremio para cumplirla. En un principio se negó rotundamente, por razones ya explicadas, pero la palabra de Sting era inalterable y finalmente tuvo que aceptar, solo para no perder esa misión por la que había esperado tanto.

Según le habían explicado debía reunirse con los otros dos magos en una plaza ubicada al suroeste de la ciudad, junto al afluente del lago que rodeaba el castillo, donde deberían de trazar un plan para encontrar y capturar a su objetivo. En verdad deseaba que "Matar" también estuviera en las opciones, pero no tenía nada que hacer cuando las especificaciones decían que solo debían llevarlo ante la justicia.

Llego a la plaza 10 minutos antes de la hora prevista, siendo esta las 6pm, por lo cual se acercó a uno de los árboles que abundaban en esa pequeña plaza, desierta por pedido de la misma guardia real para que la pequeña "reunión" no fuera espiada por nadie. Llego al árbol y se sentó, reposando la espalda contra este mientras sacaba un pequeño libro de la chaqueta negra que llevaba, del mismo color que sus pantalones y botas, además del parche que cubría su ojo derecho, solo la bandana que llevaba en la frente no era negra, sino verde. Sostuvo el libro con una mano frente a él mientras comenzaba a leer tranquilamente, esperando que sus dos "compañeros de misión" hicieran acto de presencia si es que aún no habían llegado al lugar.

Off-rol:

Gremio de Quatro Cerberus. Dicho lugar donde provenia y estaba sin ningún problema donde la mayoría de los hombres se encontraban como siempre embriagándose entre otras cosas, sobre todo aquel sujeto que a veces me caia mal por su borrachera que tenia demasiadas veces. Bacchus. Siempre reclamándole y diciéndole que se calmara y dejara de beber tanto, si el caso que siempre me hacia, provocando que me cabreara causando que por momentos le diera golpes, pero por supuesto siempre era interrumpido por alguien mas y mas por el maldito de mi compañero de gremio. Ren Tao. Si ese punteagudo que me traía hasta las puntas de mis cabellos y hacían relucir aquellas venas que se me mostraban en la sien de tanto enojo.

No obstante me dirigi a un tablero donde mencionaban cierta misión y por lo tanto tenia que ir ya que era para ganar dinero y poder ser el mejor mago de todos los de saber y claro. Superar la fuerza de Ren para que no me ganara.

Lei la misión concuidado y se lo enviaba al maestro para que me diera el permiso. Dicho esto me dejo el permiso por lo cual encamine hacia Crocus, lugar donde mis otros dos compañeros me esperarían sin ningún problema. Al estar en dicha capital de Fiore, recordaba ese viejo tiempo donde habia conocido a Ruan siendo atacado por una banda de monstruos vegetales en cierto bosque. Tan solo con recordar que los de fairy tail habían ganado y estaba seguro que Ruan Bishamon estaba feliz y contento con dicha victoria, aunque por desgracia los de mi gremio habían perdido de inmediato, eran como el gremio mas débil de todos en los juegos mágicos. Gracias a dios no estaba en aquel entonces en Quatro Cerberus si no en uno de los antes conocidos como Jue Borbolete.
Fui entonces directamente a la plaza donde nos reuniríamos y ahí se encontraba un sujeto parcheado con una banda en su cabeza de color verde, tan solo sonreí para asi acercarme a el y mencionarle lo siguiente:

Asi que tu eres uno de mis compañeros que realizara esta misión cierto?

Decia sonriendo mientras que mi voz era gruesa y serio a la vez.

Spoiler:

Unas reuniones mentalmente abrasadoras. Había enviado una solicitud formal al gremio llamada Sabertooth para unirse a una de sus misiones (algo muy normal, ya que estaban ligeramente mejor pagadas). La misión consistía en atrapar a un asesino en serie que se centraba en secuestrar meseras jóvenes. A parte de la misión, ya era algo personal para Sin el echo de que matasen a señoritas.

Había llegado a las afueras de crocus la mañana anterior. Había pasado la mañana leyendo algunos informes, no muy en profundidad ya que eran escasos sus recursos al no tener gremio. Apenas había conseguido un mapa con las localizaciones de sus ataques y la hora a la que solía atacar. La verdad es que el mapa podría ser algo útil para buscar un patrón e intentar adivinar la localización de su siguiente ataque pero, la verdad, ese no era el estilo de Sin. Por la noche intentó ver si había algún ataque e intentar interceptarlo, asustarlo o seguirlo, pero tampoco.

Según se había enterado, había dos mujeres supervivientes de los ataques. Eso se acercaba más a su estilo, así que, la mañana del día que tenía que reunirse con sus compañeros, la empleó para hacerles una visita. Obtuvo sus direcciones preguntando a los guardias reales que había por ahí. Fueron muy escrupulosos para identificarle y protegerlas por si el propio Sin era el carnicero, pero al fin consiguió ambas localizaciones.

Fue a visitar ambas jóvenes. La primera por la mañana, se llevó gran parte de ella hablando con la muchacha. Era un chica realmente guapa, habría que ver a la segunda para ver por qué tipo de personas era a por lo que iba. Notó que la chica estaba todavía en shock, con miedo de salir de casa. Vivía con su novio y éste a penas se separaba de ella. Era algo normal, pensó Sin. Le preguntó por lo que le había ocurrido. La chica se lo explicó lo mejor que pudo, pero estaba muy confusa. Según lo que le contó, iba andando por la calle y quedó inconsciente y cuando se despertó, se encontraba en una sala y el carnicero le decía que iba a jugar con ella un poco antes de matarla. No le dió detalles, Sinbad tampoco se los pidió. Estaba comportándose serio. Solo le enseñó unas cuantas cicatrices, entre las que pudo distinguir cortes de cuchillo, golpes, marcas de cuerdas sobre gran parte de su cuerpo y otras marcas que no supo diferenciar. Sinbad le preguntó como escapó y ella simplemente le enseñó su mano derecha, totalmente vendada y le explicó que la soga de su mano derecha no estaba muy apretada y que pudo liberar esa mano cuando él no estaba, aunque se había dejado gran parte de la piel y carne de la mano intentando sacarla. Le explicó que había salido de allí y comenzó a caminar hasta que la encontraron. Le marcó en el mapa donde la habían encontrado.

Una vez terminado lo que Sinbad quería, le dio las gracias, su apoyo y salió de su casa, prometiendo a la chica que iba a ayudarla. Era el turno de la segunda. El procedimiento fue el mismo, solo que allí coincidió con la hora de comer y le invitaron a comer mientras le hacía las preguntas. Fueron las mismas preguntas y las respuestas fueron casi las mismas. La inconsciencia, despertar en un sala y "El Juego" antes de matarlas. Tenía unas marcas muy parecidas a la de la chica anterior, lo que quería decir que las habían llevado al mismo lugar. El escape de esta chica fue muy parecido. Una de las sogas estaba un poco floja y consiguió zafarse por ahí. Cuando fue a levantarse para irse, la chica le dijo que esperara un momento y le dió una especie de pañuelo raído y le dijo que el asesino utilizó eso como mordaza mientras llevaba a cabo "El Juego".

Salió de la casa, con el pañuelo en el bolsillo y se puso a caminar en dirección a una heladería, donde compró un polo. Comenzó a pasear, lamiendo el polo mientras iba metido en su mundo. Había muchas coincidencias entre las dos chicas. Las marcas eran muy parecidas, el método de secuestro era el mismo, "El Juego" antes del asesinato, el escape... Todo coincidía excepto una cosa. Llevó su mirada al mapa, observando los dos puntos que marcaban dónde las habían encontrado. Habíaun kilómetro de distancia entre ambas. El radio donde podría localizarse aquel lugar era bastante amplio. Su única esperanza era el pañuelo, pero para ello necesitaría, al menos, un perro y eso con suerte de que los olores no se hayan mezclado. Tenía un lío bastante gordo.

Despertó de sus pensamientos justo para mirar un reloj enorme. Una gran cara de sorpresa se dibujó en su rostro. Eran las 6 justas, la hora a la que debía reunirse con sus compañeros y estaba bastante lejos de punto de reunión. Comenzó a correr tan rápido como sus pies le permitían, levantando una polvareda por su camino. Tardó diez minutos en acercarse a aquel afluente, corriendo tan rápido como podía. Vió a dos personas que ya estaban reunidas. Llegaba tarde, apenas diez minutos, pero tarde es tarde.-Ya estoy aq... -Comenzó a decir, pero se tropezó con una piedra y, debido a la velocidad a la que iba, salió volando por encima de sus compañeros como un misil y se estampó de cara contra un árbol, cayendo al suelo lentamente mientras su cara se iba resbalando por la corteza del árbol. Cuando llegó al suelo se dió la vuelta para quedar boca arriba. Tenía la nariz sangrando y la cara completamente roja por el golpe. Levantó una mano lentamente, la mano con la sujetaba el polo que se estaba comiendo, que ahora se encontraba derritiéndose. -Mi...Nombre... es... Sinbad.... Encantado-dijo a duras, pero con una pequeña sonrisa en su rostro.

off rol:

El presunto lugar de reunión para los magos, aquella plaza ubicada al sureste de la ciudad, era un lugar bastante poco concurrido y para nada popular en Crocus, ¿Por qué? Pues básicamente por su ubicación geográfica, bastante apartada del centro de la ciudad y su zona más transitada, y que no a muchas familias, en especial al tener niños, les gustaba estar tan cerca del afluente de agua que, en un momento de distracción, podría cobrarse la vida de sus pequeños. Podía sonar un poco paranoico, pero nadie quería correr el riesgo y por ello, la plaza perdió bastante popularidad, y por ello atención de parte del reino.

La plaza en esos momentos se encontraba en un estado bastante deplorable: Los bancos de concreto, que rodeaban el centro enfilados en una circunferencia bastante amplia, ya se veían con varías grietas y plantas trepadores comenzando a escalarlos desde su base. La fuente que adornaba el centro ya no funcionaba como debía, y el agua estancada comenzaba a desprender un olor muy poco agradable. Los pocos juegos que habían estaban todos, o rotos, u oxidados. Los pastos estaban por demás crecidos y los árboles, al parecer los únicos no afectados por el descuido del reino, estaban enormemente crecidos y lograban dar una sombra bastante amplia con sus largas ramas y abundantes hojas, pero sin los mantenimientos necesarios llegado el otoño, las hojas cubrirían todo el suelo y eso ya no sería algo agradable.

Para su suerte el joven mago de Sabertooth no tuvo que esperar mucho para la llegada de sus compañeros de misión, o al menos de uno, que llego apenas unos minutos después que él, acercándose para preguntarle si en efecto se trataba del mago con el que debía hacer equipo para la misión. Alex despego la mirada del libro al escucharlo y la centro en el chico frente a él, soltando un pequeño suspiro para seguidamente levantarse, guardando el libro en el interior de su chaqueta- Si, soy el mago que mando Saber... ¡! -y fue todo lo que pudo decir, pues el repentino cruzar de algo por el aire, justo por sobre sus cabezas, lo hizo frenarse y voltear en la dirección en la que se había precipitado aquel "Proyectil"

Se sorprendió levemente al ver que no se trataba de un proyectil, sino de una persona y al parecer, el mago que faltaba para poder comenzar la misión. El muchacho de cabellera rojiza se le quedo mirando por un segundo, sin ninguna expresión en particular- Como decía, soy el mago que mando Sabertooth para esta misión -continuo tras recuperarse de la repentina sorpresa, esperando que el "Proyectil humano" se levantara y se acercara para no tener que repetir nada- Me llamo Alex, y es un placer ser su compañero en esta... cacería -les sonrío con levedad por un segundo, volviendo rápidamente a su actitud sería de antes. Se estaba tomando muy enserio esa misión.

Esperaría a escuchar una respuesta de parte del resto de sujetos presentes allí, principalmente la presentación del primero en llegar pues saber su nombre era algo importante a la hora de comunicarse. Luego, hablara o no alguien, tomaría la palabra él- Ahora a lo importante, está por anochecer -apunto con el índice de la mano derecha al cielo, el cual se encontraba con un leve tono anaranjado al estar terminando el atardecer- Y como sabrán, nuestro objetivo trabaja en la noche, así que debemos ponernos en marcha rápido -su tono serio reflejaba la firme decisión de que ni una mujer más caeria en manos de aquel psicópata- ¿Algún plan? ¿Idea? -preguntado esto se llevaría ambas manos a los bolsillos, esperando por lo que tuvieran que decir sus compañeros.

Al ver al muchacho notar con el libro que traía en manos se notaba algo serio, pero en cambio yo me encontraba con animos de estar seguro de mi mismo, “todo estaría bien” por supuesto que todo acabaría bien de alguna forma, no me encontraba tan serio ya por tener este tipo de experiencias con unas personas que en el cual participaba con ellas misiones. Al final de cuentas estaba seguro que derrotaríamos aquel enemigo que tanto hacia desaparecer a las chicas y que a cambio hacia que perdiera turistas en Crocus y la gente no estuviera tan segura de si misma.

Escuchando que era mago de Saberthoot y escuchando su respuesta, un objeto grande se dirigía hacia nosotros causando que volteara al lugar y me quitara rápidamente de ahí estando alarmante y poniéndome cómicamente para que no me golpeara y este mismo cayera encima de mi o cosa que fuera. Flexionaba mi brazo izquiderdo hacia arriba mientras que con el derecho lo llevaba hacia mi cuerpo teniendo la mano flexionada junto con mi rodilla flexionada de igual manera.-Uaaa!-

Hecho esto quede paralizado con los ojos en blanco, observe al chico volteando solamente mi cabeza con algo de seriedad y por supuesto estando cómicamente-Mucho gusto Sinbad…como es que alguien llega de la nada y se estampa contra el árbol….no es normal-Terminando de decir me puse en estado normal y tranquilo escuchando lo que el otro decía con seriedad. Esto provoco que lo observara mas detenidamente y me quejara un poco y al mismo tiempo darle un chiste al ambiente-Ui que seriedad- Todos se habían presentado, en ese instante también me presente para mencionarles lo siguiente-Bueno, yo soy Horo horo y soy uno de los miembros de Quatro Cerberus. Un gusto en conocerlos-Mostraba un semblante de sonrisa con mis blanquesinos dientes y cerrando los ojos. Observe que entonces el cielo ya empezaba a oscurecerse y el sol a ocultarse, esto indicaba que llegaría aquel sujeto a secuestrar a las mujeres que se encontraban en la ciudad divagando, por lo tanto era de ponerse algo serios, aunque en mi experiencia ya era hora de que pudiese saber que era lo que pasaría en ese momento.

-la noche ya esta a punto de oscurecer, bueno, ya verán que aparecerá, pero si quieren hacer un plan-Ponia mis manos sobre la nuca, cerrando los ojos y hablando como si ya supiese que es lo que vendría a continuación-pueden hacerlo-.

Espere entonces a los dos chicos que ideas portaban mientras que en mi caso yo estaba realmente seguro que aparecería en cualquier lugar y parte. Por supuesto estaba atento a mi alrededor ya que no faltaría algo inesperado como una trampa o que alguien nos estuviese observando.

El loco mago independiente se levantó de golpe una vez se pasó un poco el dolor por el golpe. Hechó un vistazo a sus compañeros. Sabertooth y Quatro Cerberus, Alex y Horo. Lo había memorizado. Llevó lo poco que quedaba de polo a su boca y comenzó a lamerlo tranquilamente mientras los miraba desde el mismo sitio en el que se había levantado. Alex, el mago de Sabertooth, parecía un poco más serio, lo que podía significar que era una de sus primeras misiones. El otro estaba más relajado y hasta bromeaba, por lo que tendría que tener un poco más de experiencia. Horo le caía mejor en un inicio. Se acercó a ellos sin dejar de comerse el polo. Querían algún plan rápido, ya que estaba anocheciendo. Sin tenía un plan y por ello debería decírselo.

Se sentó en el suelo de golpe, en medio de ellos dos. Le dió un ú´ltimo mordisco al polo, con lo que se lo terminó, dejando el palito en su boca para poder entretenerse mordiéndolo si se aburría. Llevó las manosentre su ropa y sacó un papel doblado varias veces. -He estado preguntando e investigando con las supervivientes, tengo un plan - Lo desplegó, siendo éste el mapa con el que había estado trabajando. Fue señalando unas X rojas. -Estas son las localizaciones donde las chicas desaparecieron -Comenzó a explicar, pasando a señalar seguidamente un gran círculo que había dibujado alrededor de las X, donde todas quedaban dentro-. Este es el rango de acción en el que el carnicero puede actuar, ahora explicaré por qué -. prosiguió. Señaló dos X verdes en el mapa, un poco más cerca entre sí y un círculo que cogia otra área, mucho más pequeño que el anterior-. Estos son los puntos donde encontraron a las dos supervivientes y el círculo pequeño marca el área donde se puede encontrar su base. Su base debe estar dentro del círculo pequeño, sin duda alguna, ya que según las chicas el carnicero "juega" con ellas. Podríamos estar hablando tanto de una tortura física, psicológica o una violación sexual. O las tres cosas, no estoy seguro porque no les he preguntado ni tampoco me interesa, el caso es, que las chicas estaban físicamente muy deterioradas y no han podido caminar muy lejos. El radio del este área es de medio kilómetro y el del círculo mayor es de dos -volvió al circulo grande que rodeaba todas las marcas anteriores -. Actuará en este área si o sí, ya que, aunque sea de noche, no se puede permitir cargar con una mujer inconsciente durante tanto tiempo, ya que le podrían ver.

Paró un poco de hablar, por si saltaban más preguntas. No había sido consciente del tono serio de su voz hasta ahora y quedó un poco sorprendido de sí mismo. ¿Por qué demonios estaba tan serio? No era típico en él. Quizás eran los nervios o quizás el simple echo de estar hablando de alguien que agrede a las mujeres. Separó la mirada del mapa y la centró en sus compañeros. -Según las dos supervivientes, su manera de actuar es siempre la misma: primero las deja inconscientes, despiertan ya dentro del lugar, atadas a algún sitio, después empieza algo que se conoce como "El Juego". Hasta ahí he llegado a saber, ya que ellas han vivido hasta ahí -Volvió a meter la mano en sus ropas y sacó un pañuelo -. Durante "El Juego", las chicas eran amordazadas con esto, por lo que he supuesto que el lugar no debe estar muy apartado de las calles y que con algún animal con mucho olfato podríamos rastrearlo -.Dejó el pañuelo sobre el mapa y comenzó con la parte final-. Sin embargo, hay algo que me preocupa. Las chicas no recuerdan ningún golpe ni nada, por lo que su inconsciencia puede deberse a una magia comprada de sueño. Contra seres mágicos como nosotros no debería hacer efecto pero lo que en realidad me preocupa es que no se debe descartar que tenga algún tipo de arma mágica. Mi plan es el siguiente: encontrarlo, dejar que se lleve la chica sin perderlo de vista, encontrar su escondite, entrar, derrotarlo y rescatarla. Al principio pensé en no dejar que se llevase a la chica, pero si le atacamos cuando la tiene en sus manos vamos jodidos porque tendrá un rehén. Si se la lleva a su base, jugaremos en su campo pero podremos separarle de ella si lo hacemos bien, pero hay que hacerlo bien, porque hay que separarlo de ella y no perderlo en su campo, ya que puede tener otras chicas por ahí y puede utilizarlas como rehén, así que había pensado también en no ir todos a por el carnicero, sino ir uno o dos a por él y que el tercero busque posibles chicas que sigan vivas. Ya no es solo una misión de captura, también es una misión de rescate -Concluyó el mago-. ¿Qué os parece mi plan?

Se cruzó de brazos e hizo caso omiso a las primeras palabras del joven peliazul referidas a su forma de tomarse la misión. Si bien él no era de los que se tomaban las cosas muy "enserio", si sabía cuándo ponerse un alto y hacer las cosas con seriedad. Ese era un caso importante, estaban buscando a un psicópata asesino de mujeres que ya tenía 15 víctimas a su espalda, le gustara o no le gustara no se podía tomar esa misión con diversión, para nada. Al contrario, debía esforzarse para tomar el caso con la mayor profesionalidad posible. No podía haber marguen de error, si se equivocaban podía significar la muerte de otra mujer, y el sufrimiento de otra familia.

No dijo nada mientras escuchaba la presentación del muchacho, quien se identificó como "Horo Horo", un miembro de Quatro Cerberus. Arrugo levemente el ceño al notar la actitud tan despreocupada del joven peliazul, pero no dijo nada, solo trato de ignorar su comentario y dejar ese tema allí. Podía no ser un mago experimentado en el asunto de cumplir misiones, pero si algo sabía era que un asesino no aparecería de la nada solo porque si, lo que estaba diciendo el niño era una completa incoherencia y muestra de que en verdad le importaba poco si encontraban al asesino esa noche, o si por no encontrarlo este terminaba cobrándose la vida de otra mujer más. Ya le estaba cayendo mal y eso que recién lo conocía.

Ignorando todo lo anterior, centro su atención en Sinbad y la explicación de su plan. Al parecer tenía bien estudiado el caso, pues toda la información que iba diciendo él la había leído en los expedientes antes de salir del gremio. Tenía un plan bien trazado, no era perfecto obvio, pero estaba muy bien pensado, en especial al reconocer los lugares de ataque del asesino y deducir por cual zona sería su siguiente ataque. Debía admitirlo, el tal Sinbad se había preparado bastante para la misión, o al menos eso suponía al ver todo ese plan trazado. Vamos que nadie podría hacer todo eso de un día para otro, mucho menos en tan solo unos minutos.

Cuando termino de explicar su plan, Alex se quedó un segundo pensando antes de proceder a dar su punto de vista respecto al mismo- Pues... -soltó un corto suspiro, tras lo cual se pasó ambas manos por el rostro- Es un buen plan, pero dejar que se lleve a una chica... -hizo una pequeña pausa, odiaba la idea de tener que hacer pasar por tal experiencia a otra mujer- Estando en su base alejarlo de la chica será mucho más difícil, y peligroso, piensa que podría tener armas allí o cualquier tipo de artefacto. Es su base después de todo, sería lo más lógico de pensar. -se llevó una mano a la nuca, sobándose con cierta frustración- Es un asunto delicado... en cualquier caso preferiría atraparlo sin que tenga ninguna mujer en sus manos... -iba a continuar, pero cuando quiso agudizar su olfato para intentar comprobar si alguien los estaba espiando, solo para estar seguros, un poderoso olor lo hizo callar de golpe. Apoyo el rostro en su antebrazo para aislar un poco su nariz, mirando alrededor hasta localizar el origen de tal aroma. Lo encontró al fijar la mirada en el pañuelo que Sinbad había traído.

No quiso acercarse más, por obvias razones- Esa cosa... -dijo, mirando fijamente el pañuelo con un ojo cerrado por el hedor que sentía- Huele a... sangre... mucha sangre... y carne cerdo... -se frenó tras decir eso, analizando mejor el olor, conteniendo los ganas de vomitar que le daba- ¿No hay ningún matadero o frigorífico por la zona de los ataques? -pregunto, volviendo a cubrir su nariz para mantenerla aislada de ese pútrido olor.

Pude observar entonces como aquel chico sacaba un mapa donde mencionaba todo lo referente a lo que había ocurrido con las dos victimas, esto me había sorprendido un poco ya que me había recordado tanto a Ruan cuando se le ocurria en aquel entonces hacer ese tipo de cosas e investigar el área de los incidentes del problema de una misión. Desgraciadamente los demás miembros que siempre nos tocaban le robaban dicha explicación o motivo, causando que el pobre se desmotivara. Quise dar aplausos a ese sujeto ya que al parecer era su primera vez y no lo hacia para nada mal.

Esbozaba una sonrisa para asi decirle lo siguiente-Entonces tal parece ser, que aquí se encontrara el enemigo, ya me suponía yo que tarde o temprano estaría rondando aquí, hasta puede que tal vez no este espiando…solo hay que tener esa consideración-Decia poniendo el índice hacia arriba en el cielo para volver en la posición que estaba cuando escuchaba al joven de cabellos moradizos.

Observe como estaba ese pañuelo causando que viera evidencias de sangre en el, esto si que era de preocuparse pues me había imaginado por un instante que era lo que les pasaba, pero no debería de estar tanto alarmante, había visto cosas peores que ese, pero no hay que dejar que el delincuente hiciera de las suyas. Esta acción conllevo a que mi rostro se viera un poco molesto y a la vez preocupante.

Terminando su explicación sonreí y decía seriamente ante el, pero aun teniendo esa postura de fascinación con el. –Tu plan no a estado nada mal, lo haces muy bien, sin embargo ten en cuenta que también hay que tomar seriedad en el asunto y sobre todo cuidarse, no todo puede salir bien.- Conclui diciendo esto, cruzándome de brazos y dándole un poco la espalda a los demás. Por un momento divage en mi pasado con el gremio en el que antes pertenecia, me preocupaba que ese sujeto en el cual atraparíamos era de ellos, sobre todo de aquella ocasión cuando intente salvar a los novios. Pero gracias a mi espíritu acompañante kororo que me había movido un poco mi banda, pude percatarme de algo que andaba pasando a nuestro alrededor. Pues al parecer el chico estaba relacionado con los Ds gracias a que decía sobre el olfato-Espera un segundo-Ponia mi mano sobre su hombro diciéndole con seriedad- Dime que el olor es mas intenso que ese pañuelo que esta en el mapa de nuestro compañero. Trata de ubicar al enemigo.- Terminando de decir esto, cualquiera de los dos métodos que había escuchado uno del otro funcionaria. Aunque los dos mismos tenían sus desventajas, pero este era una gran oportunidad para poder vencerle si el chico de cabellos rojizos y parcheado era un Dagron slayer.

El olor a sangre no termino de irse de mi nariz cuando note la reacción de uno de mis compañeros a mi comentario, aquel de menor estatura, que coloco su mano en mi hombro antes de darme unas especificaciones de qué hacer- Espera un poco -me acuclille y comencé a refregarme la nariz, tratando de disipar un poco el aroma que se me había quedado demasiado pegado a la misma- Esa cosa es muy fuerte, hasta que no se disipe un poco no podré localizar nada -en ese momento todo lo que podía oler era sangre, así sería imposible localizar nada, si sentía el olor en todos lados.

Con el pasar de los minutos el olor se fue disipando y poco a poco deje de sentir que todo olor era sangre, con lo cual localizar la dirección en la que se hallaba la mayor fuente de dicho aroma fue mucho más fácil. Al este de nuestra posición, kilómetro y medio como mucho, de allí venía ese olor, estaba seguro- Bien, lo tengo -me levante de mi posición en cuclillas y vire en la dirección de la que provenía el olor- Puedo sentir una fuente de olor a sangre igual a la de ese pañuelo, pero está lejos, derecho en esa dirección -Señale con la mano derecha la dirección a la que me refería- El olor es sangre de cerdo, así que lo más seguro es que se trate de un frigorífico. Hay que llegar rápido, está a más de un kilómetro de aquí, así que o le metemos pata o llegaremos muy tarde -dije y sin más me fui corriendo de allí, esperando que mis dos compañeros hicieran caso a mis palabras y fueran en la dirección que les había indicado.

Luego de unos pocos minutos de carrera, saltando de tejado en tejado hasta pasar la zona residencia y adentrarme en lo que era un viejo predio con almacenemos abandonados, finalmente llegue al lugar donde se sentía más fuertemente el olor a sangre de cerdo: Un viejo frigorífico, de gran tamaño con paredes de hierro y varías ventanas por la zona alta, lo cual indicaba que tenía dos pisos por dentro. Casi toda la pared delantera era una persiana de hierro cerrada, con una pequeña puerta a un costado. Podía sentir cuatro presencias dentro, tres muy juntas y una última en el centro del lugar- Esto se supone que está abandonado -era muy sospechoso, pero lo único que podía hacer era esperar a ver si mis compañeros habían venido conmigo, y hablar con ellos de como podíamos proceder.

Como esperar parado frente al edificio no era la mejor idea, me apresure a esconderme en el callejón que separaba el frigorífico de un almacén a su lado, donde la oscuridad me mantendría bien camuflado si alguien pasaba por allí y de casualidad volteaba en mi dirección. No sé qué tendría que hacer una mujer aquí, pero pensando en la situación en la que se encontraba no es difícil deducir que era el lugar donde la había traído el secuestrador. Pedazo de escoria, no podía esperar a ponerle las garras encima. Era una lástima que el consejo lo pidiera vivo.

Observaba con seriedad aquel chico con un parche en el ojo izquierdo, al parecer mis sospechas eran ciertas, tenia que ver con un Dragon Slayer pero la cosa era simplemente observar cual seria su elemento, pero eso era lo de menos. Observe detenidamente al joven cruzándome de brazos escuchando con atención todo lo que decía en sus palabras.-Entonces el enemigo esta demasiado cerca…-Mire hacia la derecha e izquierda disimuladamente sin embargo no había nada en lo absoluto, esto no me agradaba para nada y esto apenas empezaba a empeorar la situación, pues como el olor era tan fuerte para mi compañero de misión, era probable que lo perdiéramos de vista.

-Rayos..-Pensaba en mi mente para luego después notar que el chico se levantaba rápidamente-Ya lo tienes?! Bien, es hora de ver que no podrá con nosotros el enemigo-Sonreia confiadamente mientras hablaba seriamente con mi voz grave.

Deje de cruzarme los brazos y empeze a perseguirlo, para asi ir tras de él, pero dado a que presenti que nuestro otro compañero se había quedado atrás causando que me extrañara pero a la vez ya andaba acostumbrado a que habían personas que dejaban las misiones por tal razón o circunstancias. Entre tejado y tejado brincábamos sin hacer ni el mas minimo ruido, aunque esto me recordaba cuando hacia misiones sigilos con algunos compañeros que tuve en Jue Borbolate.

Llegando al punto nos detuvimos en un viejo predio de almacenamiento, todo estaba abandonado y no había nada en lo absoluto en nuestros alrededores. –Tipico, los asesinos y secuestradores como siempre escondiéndose en lugares desolados y oscuros como este-Dicho esto nos dirigimos silenciosamente a un frigorio hasta que nos detuvimos-Si te das cuenta. La zona esta abandonada, que mas se puede esperar?, aquí esta el enemigo no?-De inmediato un pequeño ruido se había escuchado por nuestro alrededor como si de una lata se tratara, de inmediato volte a la zona donde resonó el objeto para asi escondernos rápido, por supuesto, yo me había escondido en un callejón donde ahí habían muchos tambos y bolsas que al parecer almacenaban cosas de fierro.

-Maldicion, nos habran descubierto el enemigo? Espero que no-Estando escondido se encontraba un señor con una sonrisa tétrica en el mismo, al parecer era el carnicero que andaba tras las mujeres, no solo eso si no que había una mujer inconciente que el mismo andaba arrastrando en el suelo siendo que me impactara.

Al llegar frente al frigorífico pude sentir la presencia de uno de mis compañeros llegar tras de mí. Al parecer era solo uno, al otro no lo sentía ni cerca de la zona. Quizás había acobardado, o simplemente era más lento que nosotros, tampoco sacaría conclusiones tan rápido sin saber con certeza que había pasado. Decidi no pensar más en ello, al menos tenía al tal Horo Horo de apoyo en lo que se venía, ¿Y que se venía? Bueno, pues podía sentir otras dos presencias acercarse al lugar, y estaba bastante seguro de que ese era el escondite donde el carnicero llevaba a las mujeres, así que era facil suponer quienes eran los que venían. Cuando estuvieron cerca, el sonido de una lata caerse me alerto y me fui a esconder dentro de un callejón junto a mi compañero, lugar desde donde observamos, escondidos por las sombras, como el malnacido llegaba arrastrando a una mujer inconsciente. Apreté los puños con fuerza para contener las ganas de salir disparado contra él, aferrarme a su cuello y borrarle el rostro con un solo rugido, pero no podía hace algo así, tenía a la mujer en sus manos y era muy peligroso atacar hasta que no la soltara.

- Escucha Horo -le dije a mi compañero mientras observábamos, apoyados contra la pared del callejón que daba con el frigorífico, como el sujeto se acercaba a la puerta del mismo- Dentro de este frigorífico siento otras 4 presencias, si tiene a más mujeres allí no podemos dejar que entre, será más difícil atraparlo sin herir a ninguna por daño colateral -la rabia era fácilmente palpable en mis palabras, pues ver como aquel sujeto arrastraba una mujer como si fuera una bolsa de basura me hacía hervir la sangre- Cuando suelte el cuerpo para abrir la puerta, aprovecharemos ese momento para recuperar a la mujer y hacer pedazos a ese bastardo -chasquee la lengua al ver como se frenaba frente a la puerta, por lo que no tardaría en soltar a la mujer para sacar la llave y abrir la puerta, o eso suponía pues sería raro que la puerta no estuviera con llave- Deja que sea yo quien vaya por él, por favor. Tú pon a salvo a la mujer y entra a revisar si hay más mujeres dentro -por el enojo que crecía en mi ya eran apreciables unas pequeñas llamas negras que se movían por mi cuerpo, haciendo ondear mis ropas y cabello levemente.

En momentos como ese era cuando me arrepentía de haberme unido a un gremio, pues si no estuviera bajo el nombre de Sabertooth no dudaría en matar a ese sujeto rápidamente, o no, de manera lenta, haciéndolo sufrir por todas las vidas que arrebato en su demencial juego de secuestrar y asesinar mujeres. Pero no podía, eso mancharía la reputación del gremio, pues estaría desobedeciendo una de las especificaciones de la misión. Sting, Rogue, Olga, Yukino y todos los demás me habían recibido muy bien en el gremio y siempre se mostraban amables conmigo, hasta Sting que era el maestro se tomaba sus momento para charlar conmigo y a veces hasta para ayudarme a entrenar junto a Olga. Un Dragon slayer y un God slayer que te entrenaran, eso no era algo que todo mundo pudiera tener y algo de lo cual me sentía muy feliz, no podía fallarles así.

Estando impactado me quede mirando su mano olvidándome un poco de lo que había visto, pude observar que mi compañero si se lo tomaba tan enserio y al parecer tenia ganas de destrozar al enemigo con sus propias manos. Esto hizo que frunciera un poco mis cejas casi a punto de decirle que se calmara, pero no obstante el hablo dándome instrucciones de que era lo que iríamos hacer asi que escuche con atención con los oídos demasiado abiertos y evitando a que se me saliera por el otro lado del oído.

Bien me parece una buena estrategia lo que dices, aunque debo decirte que no todo puede salir a como lo puedas planear, ya que los enemigos pueden ser astutos, no solo eso, puede suceder otra cosa durante el trayecto del plan, algo inesperado-Decia mirándole seriamente con voz baja frunciendo las cejas y tomándome enserio la situación en el que nos encontrábamos, no obstante había hecho un chisquido con los dientes mi compañero, esto hizo que reaccionara rápidamente mi cuerpo y le tapara un poco la boca, mi iris de mis ojos se volvieron mas pequeños y hice que se apartara un poco mas de la orilla, asi que le susurre en el oído-Puedes dejar de hacer chisquidos con la lengua?, podría descubrirnos y dirigirse hacia aquí, no solo eso el enemigo puede escaparse.

Por momentos después el carnicero volteaba a ver hacia la derecha donde se había escuchado el sonido, se había quedado tan quieto que no hizo absolutamente nada de ruido, sin embargo no le había importado tanto y siguió adelante como si nada pasara.

Con un leve suspiro sin que el carnicero se percatara del sonido mire a mi compañero como una expresión de alivio que no nos hayan descubierto, después de un poco de tensión que se ocasiono. Asi que escuche lo demás que me diría el mismo.

Claro y trata de calmarte, el enemigo no puede descubrinos ahora.

Terminando el carnicero había dejado el cuerpo tal cual como lo habíamos previsto, asi que abriendo la puerta por completo de dicho frigorio. Es en ese instante donde hicimos acción.

La rabia me consumía, y eso era evidente al notar las llamas que se hacían cada vez más intensas alrededor de mi cuerpo, formando una fina capa de fuego negro que, gracias a la posición en la que estábamos, no llegaba a alertar al sujeto con su brillo. ¿Pero que podía hacer? Ese sujeto arrastraba a una mujer como si de un pedazo de carne se tratara, sin escrúpulo alguno lastimaba su piel por la fricción con el piso. Las pobres piernas de la fémina se notaban lastimadas y con pequeños hilillos de sangre bajando por su magullada piel, llena de moretones. Mi padre me inculco el nunca poner mano encima de una mujer indefensa, era de los principales principios que siempre insistió en enseñarme durante el tiempo que pase junto a él y le agradecía por ello, pero por esa misma razón no podía mostrarme tranquilo al ver semejante maltrato.

Pese a todo, respire hondo y trate de calmarme un poco cuando mi compañero de advirtió de los sonidos que hacía involuntariamente con la boca, presa del enojo. Él tenía razón en que podrían localizarnos por ese simple sonido y lo tenía que reconocer- Perfecto entonces... -susurre, volteando de nuevo hacía el carnicero mientras asomaba levemente la cabeza para poder verlo- Vamos por ese bastardo -escupí las palabras al momento de ver como el sujeto abría la puerta, a sabiendas de que era la señal para ir a por él a toda la velocidad que podía generar. Y así lo hice, de un salto salí del callejón y me propulse con una pequeña explosión de fuego en la planta de mi pies para acercarme a mayor velocidad al carnicero, que sorprendido por el destello de fuego volteo en mi dirección justo en el momento en que le di alcance, pero ya era muy tarde para moverse- ¡Comete esto! -grite al tiempo en que impactaba mi puño derecho en el rostro del sujeto, propulsándolo unos metros hacía atrás antes de que volviera a tocar suelo, cayendo pesadamente en este sin oportunidad de acomodarse para caer de pie.

Su mirada de miedo solo me hizo sonreír, mostrando mis afilados caninos mientras soltaba una pequeña risilla de diversión- ¿Qué pasa? ¿Asustado? Si solo somos unos magos, de gremios legales, no te mataremos -por un segundo llegue a apreciar un destello de tranquilidad en la mirada del sujeto, que rápidamente paso a  ser miedo al ver como mis puños se encendían en llamas negras- Pero créeme que desearas estar muerto una vez acabe contigo -dije, arrugando el entrecejo y afilando la mirada, o bueno, la del ojo que era visible- ¡Te haré sufrir por todas las mujeres que mataste, escoria! -grite y me abalance contra él, con la rabia desbordándose por cada poro de mi piel. No me medí al momento de impactar mi puño izquierdo, cubierto de llamas, en el rostro semi-tapado del sujeto, quemando el barbijo blanco que llevaba y dejando algunas marcas negras sobre su rostro. No contento con esto, volví a golpearlo, más fuerte aún, esta vez con la derecha, mandándolo a chocar bruscamente contra el muro de ladrillos de un almacén cercano, dejándolo parado con la espalda recostada contra este- ¡Aún no he terminado! -corrí contra él y un segundo antes de llegar, mis brazos fueron inundados por llamas que los cubrieron hasta los codos, llamas negras que presentaban un leve brillo azul oscuro- ¡Renryū no Jūdan ken! -una pequeña explosión en la zona del codo de mi brazo derecho, segundos antes de impactarlo contra el estómago del carnicero, impulsaron el mismo a un velocidad mucho mayor, aumentando en gran proporción la fuerza del golpe y haciéndolo escupir saliva al momento del impacto. Luego de ese golpe siguió otro, y otro, y otro. Pronto, una lluvia de puñetazos de gran fuerza y velocidad se cernía sobre el cuerpo ya magullado del secuestrador, quemando al completo su ropa de la zona delantera del torso y dejando graves quemaduras por toda la zona del estómago y el rostro, además de algún que otro hueso roto.

Mi puño derecho quedo incrustado en el estómago del carnicero al momento de frenarme, mirando con asco su cara deformada por el dolor. Su boca se mantenía abierta y con un hilo de baba cayendo, sus ojos, en blanco, miraban un punto sobre mi rostro, señal clara de que había perdido la consciencia al completo. No sabía cuándo lo había hecho, pero en algún punto uno de mis golpes lo había noqueado- Es una lástima... merecías sufrir un poco más -susurre antes de tomarlo por la muñeca del brazo derecho y arrastrarlo conmigo hasta el frigorífico al cual había entrado mi compañero, esperando que nada raro haya pasado dentro. Si todo estaba bien, la misión estaba casi cumplida, solo quedaba entregar al pedazo de basura inconsciente y quemada que arrastraba conmigo.

Técnica utilizada :

Corriendo inmediatamente, no dude que en el primer pie que daba era el derecho para impulsarme y levantarme de mi lugar, después de hacer tal acción inmediatamente contra el enemigo, pero claro no iba tras de el, como estaba la puerta en la entrada mi objetivo era rescatar a las demás mujeres que se encontraban adentro. No obstante saque de mi mochila una tabla para nieves subiéndome rápidamente sobre esta, no solo eso, mi espíritu acompañante rápidamente se había fucionado con el objeto para asi poder moverme libremente por los aires como si se tratase el mismo oxigeno que respiramos nieve por el cual me movia libremente-Estas acabado!-Decia mientras me apresuraba de inmediato en adentrarme al refrigerio causando asi que le diera unos cuantos copos de nieve y sintiera un poco de frio el enemigo aparte de los dichos golpes tremendos que le daba mi compañero.

Terminando de entrar pude observar que las tres mujeres andaban inconcientes, no solo eso amarradas en un tubo con sogas y teniendo un pañuelo en el cual hacia que no pudiesen gritar demasiado. Frunci las cejas al notar dicha escena que veía asi que de inmediato me baje para poner los pies en la tierra y con un cuchillo en mano quitarle lo que tenían que hacia impedir que se moviese su cuerpo, para esto al escuchar el sonido de mis pies las mismas se habían despertado, pero al mismo tiempo se escandalizaron poniéndose nerviosas-Vamos tranquilas, e venido ayudarlas, no se preocupen.-Terminando de decir esto inmediatamente las libere, no obstante un enemigo se acercaba a mi con un cuchillo en manos, yo no dude ni un tantito en poner un rostro serio ante el, la ventaja que ya había terminado de liberar a las rehenes de estos dos sujetos pero al parecer no era ese el gran problema que se tenia. –Tonto- En un abrir y cerrar de ojos había tomado mi snowboard con mi brazo derecho y simular que le golpearía con algo aquel sujeto con mi objeto en mano, sin embargo rápidamente el entorno de aquel sujeto empezó a congelarse de pies a cabeza. Mi mirada se mostraba fría y penetrante hacia este mostrándose mi sombra y de que cierto modo estaba molesto ante ellos-Cañon Anquilador!-De inmediato al decir esto, la tabla se había formado como un martillo y el enemigo completamente ya congelado pude golpearlo causando que se desquebrajara dicho hielo y se hiciera pedazos exceptuando al enemigo que tenia enfrente mio.

Cayendo al suelo inconcientemente y derrotado completamente puse los pies firmes para asi mirarlo con seriedad y frialdad-Estupidos, jamas debieron de confiarze, mucho menos cuando se trata de chicas.-Me retiraba sin mirar hacia el sujeto inconciente agachando mi cabeza.

Arrastrando el cuerpo inconsciente del carnicero, llegue a la puerta de entrada al frigorífico y al asomar la cabeza dentro, pude ver como mi compañero se encontraba frente a tres mujeres con marcas de mordazas en las muñecas. Arrugue la nariz ante esto y el deseo de matar al sujeto que llevaba al arrastre me invadió, pero logre controlarlo, mordiéndome el labio inferior para mantenerme a mí mismo a raya. Necesitábamos al sujeto vivo, si no la misión sería dada como no cumplida y no nos pagarían nada, además de que nuestros respectivos gremios se llevarían una mancha en su historial de trabajos. Note el hielo que había junto a Horo pero no quise darle importancia, si había otro sujeto allí lo más seguro era que ya estaría fuera de combate.

Suspire y a paso lento me fui acercando a mi compañero y a las chicas, quitándome la chaqueta para abrigar a una de ellas, que se encontraba sin nada más que la ropa interior cubriendo su cuerpo. Al parecer el resto de su ropa le había sido arrebatada- La misión está cumplida, solo queda llevar esta basura con las autoridades -dije mientras tiraba el cuerpo del carnicero, inconsciente y con graves quemaduras, frente a mi- Y llevar a estas señoritas a un lugar seguro. Al menos lo más difícil ya está... ¡! -mis palabras fueron cortadas al escucharse de repente una gran cantidad de pasos acercándose a nosotros y el sonido de metal chocando. Voltee hacía la puerta para ver como una docena de hombres, vestidos con armaduras de hierro y con lanzas en sus manos, entraban al frigorífico y se apresuraban a rodearnos, apuntándonos con sus lanzas- ¿Qué demonios es esto? -pregunte, bastante molesto por el hecho de ser acorralados así.

- Tranquilos todos, bajad las armas -se escuchó una voz proveniente de afuera, para segundos despues ver como un sujeto, con una armadura a simple vista mucho más pesada que las demás, de fáciles dos metros de altura y una espesa barba cubriendo parte de su rostro, entraba al frigorífico- Venimos por el... -se frenó al ver el estado en el cual se encontraba el carnicero, aún inconsciente a mis pies- ...pedazo de carbón ese, y a llevar a las mujeres a ser atendidas -se acercó a mí a paso lento y yo no pude evitar ponerme en guardia, ya era un simple reflejo, aún estaba muy tenso por el asunto de la misión- Tranquilo chico, su misión ya termino. Unos vecinos nos avisaron que los habían visto acercarse aquí, así que supusimos que ya lo habrían encontrado -dicho esto, paso frente a mí y se cargó al sujeto medio muerto al hombro, como si no pesara nada, mientras unos caballeros se acercaban a ayudar a las mujeres a moverse, tratándolas con sumo cuidado- Pasad por el castillo a buscar su paga, luego haced lo que queráis. Crocus es un hermoso lugar donde descansar -nos sonrío con convicción y dio media vuelta, saliendo del frigorífico acompañado por sus tropas.

Yo me quede parado allí, aún algo sorprendido por la eficacia de la caballería a la hora de escuchar a su pueblo- Bueno, será mejor que hagamos lo que dijo y vayamos a buscar nuestra paga. Fue un placer trabajar contigo, Horo -le dije a Horo, sonriendole con amabilidad antes de enfilarme hacía la puerta de entrada con la intensión de salir de allí e ir rápidamente hasta el castillo, lugar donde tomaría mi paga y luego me iría a descansar a una posada, ya por la mañana volvería al gremio. Después de todo nadie me apuraba, habíamos cumplido con la misión en tiempo record y me merecía un pequeño descanso por ello.