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Las imágenes usadas aquí (editadas) son del foro, básica mente nos pertenece de está manera, si lo tomas es robo, puedes tomarlas de algún lado y hacer tu propias modificaciones, ¡Se autentico!, las tablillas usadas del foro también son de Shoei a excepciones las que salgan tablillas con otro crédito que no sean de él.
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Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
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Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Había llegado una carta al consejo donde había problemas al oeste de Magnolia, algo muy raro pasaba… ¡Una carta peligrosa! Así es como muchos decían o describían a este fenómeno tan inusual, aunque era un día festivo, el día de pascuas, un momento único para comer chocolates, buscar huevos ¡y más cosas! Pero claro, había ciertos problemas… Había un mago, o mejor dicho un monstruo con apariencia de conejo, esté metía alborotos diciendo: “Metí unos huevos con bombas por todo Hosenka, ¿tu podrás salvar este lugar?” algo como eso, mientras muchos temían por eso.
Las cosas habían llegado al lugar donde tenía que haber tocado la puerta, el consejo mágico actual, todo iba a perfección (claro estaba, dado que estaba llena de solicitudes y ayudas por parte del mismo consejo) quién tomo una iniciativa para eliminar este problema a como dé lugar fue el rubio, quizás era un pervertido que le gustaba hacer bromas con todo y lugar, o quizás sea un tipo de juego interesante, habían muchas formas de pensar pero ninguna cosa que se pudiera decir si se podía ser o no.
Justo tocando su escritorio, poniendo sus gafas rojas, leyendo todas las quejas, papeles, muchos miedos y más de las personas – veo que el tema está tomando un giro muy… ¡Extraño! Aunque, no hay por qué alarmarse tanto – decía con tranquilidad mientras miraba a su compañero gatuno mientras esté comía una naranja.
Tomo un tiempo pensarlo más o menos, pero por lo que decía en cada nota, cada carta también tenía sus propias ideas y también muchas cosas extrañas… Aunque había una que sin duda alguna había dado risa, que tenía una firma muy rara también, no falto mucho como para alistarse así mismo mientras el gato vestido de panda se subiera a su cabeza para poder salir – vamos Wa-chan, tenemos trabajo que hacer, además quizás sea un día agitado… ¡No he comido ningún huevo de chocolate! Que cosa más horrible – decía mientras suspiraba y miraba hacía el techo.
Saliendo de la puerta y cerrando con tranquilidad dejando la llave a disposición a los trabajadores y además dejando una carta por si las moscas, dado que ahora si tenía una excusa para visitar el oeste de Magnolia – tal vez esté día estemos sin hacer nada más que esto, Wa-chan, dado que tenemos que buscar unos huevos extraños, además también… Se dice, que quién los encuentre podrá saber por qué los puso y también de que están hechos en realidad, oh eso decía la carta que tenía una firma extraña – su mente divagaba mientras pensaba dudo que eso mienta, aunque tengo algunas sospechas, no de esa, si no… De una en especial su mente seguía igual.
Habían muchos problemas y dudas, mientras las cosas parecían ir de manera normal, pero un enemigo, o alguien de sombra de conejos andaba saltando en Hosenka como si nada, mientras que nadie podía verlo… ¡Era alguien totalmente distinto a todo lo que se había enfrentado el consejo mágico
El rubio llegando a Hosenka, notaba muchas cosas raras una ciudad tan exótica y muy visitada, estaba un tanto asustada y muchos no salían de su casa, y algunos tenían miedo, muchas cosas pasaban además de que también se encontraba solo en un lugar muy… Pero, muy raro – bueno… Vamos a comer un poco, dado que es lo primero, llenamos nuestro estómago y después ¡A ello! – sacando un almuerzo preparado más de comer sentados con su “hijo” es decir Wa-chan, tranquilos sin causar ningún mal ni nada a nadie, en un banco donde había un árbol y esté daba sombra por todo el lugar y la brisa estaba todo bien mientras el sol no era tan potente.
Terminando la comida para así mismo observar todo esté sitió que rodeaba a los dos mientras el rubio con su sonrisa miro al gato panda – ¡Está bien, adelante! Aún falta mucho y recién empezamos – simple, único y así empezaron a caminar por todo el lugar buscando ideas, sacando un mapa y guiándose por este para no perderse y hacer todo de nuevo.
Las cosas habían llegado al lugar donde tenía que haber tocado la puerta, el consejo mágico actual, todo iba a perfección (claro estaba, dado que estaba llena de solicitudes y ayudas por parte del mismo consejo) quién tomo una iniciativa para eliminar este problema a como dé lugar fue el rubio, quizás era un pervertido que le gustaba hacer bromas con todo y lugar, o quizás sea un tipo de juego interesante, habían muchas formas de pensar pero ninguna cosa que se pudiera decir si se podía ser o no.
Justo tocando su escritorio, poniendo sus gafas rojas, leyendo todas las quejas, papeles, muchos miedos y más de las personas – veo que el tema está tomando un giro muy… ¡Extraño! Aunque, no hay por qué alarmarse tanto – decía con tranquilidad mientras miraba a su compañero gatuno mientras esté comía una naranja.
Tomo un tiempo pensarlo más o menos, pero por lo que decía en cada nota, cada carta también tenía sus propias ideas y también muchas cosas extrañas… Aunque había una que sin duda alguna había dado risa, que tenía una firma muy rara también, no falto mucho como para alistarse así mismo mientras el gato vestido de panda se subiera a su cabeza para poder salir – vamos Wa-chan, tenemos trabajo que hacer, además quizás sea un día agitado… ¡No he comido ningún huevo de chocolate! Que cosa más horrible – decía mientras suspiraba y miraba hacía el techo.
Saliendo de la puerta y cerrando con tranquilidad dejando la llave a disposición a los trabajadores y además dejando una carta por si las moscas, dado que ahora si tenía una excusa para visitar el oeste de Magnolia – tal vez esté día estemos sin hacer nada más que esto, Wa-chan, dado que tenemos que buscar unos huevos extraños, además también… Se dice, que quién los encuentre podrá saber por qué los puso y también de que están hechos en realidad, oh eso decía la carta que tenía una firma extraña – su mente divagaba mientras pensaba dudo que eso mienta, aunque tengo algunas sospechas, no de esa, si no… De una en especial su mente seguía igual.
Habían muchos problemas y dudas, mientras las cosas parecían ir de manera normal, pero un enemigo, o alguien de sombra de conejos andaba saltando en Hosenka como si nada, mientras que nadie podía verlo… ¡Era alguien totalmente distinto a todo lo que se había enfrentado el consejo mágico
El rubio llegando a Hosenka, notaba muchas cosas raras una ciudad tan exótica y muy visitada, estaba un tanto asustada y muchos no salían de su casa, y algunos tenían miedo, muchas cosas pasaban además de que también se encontraba solo en un lugar muy… Pero, muy raro – bueno… Vamos a comer un poco, dado que es lo primero, llenamos nuestro estómago y después ¡A ello! – sacando un almuerzo preparado más de comer sentados con su “hijo” es decir Wa-chan, tranquilos sin causar ningún mal ni nada a nadie, en un banco donde había un árbol y esté daba sombra por todo el lugar y la brisa estaba todo bien mientras el sol no era tan potente.
Terminando la comida para así mismo observar todo esté sitió que rodeaba a los dos mientras el rubio con su sonrisa miro al gato panda – ¡Está bien, adelante! Aún falta mucho y recién empezamos – simple, único y así empezaron a caminar por todo el lugar buscando ideas, sacando un mapa y guiándose por este para no perderse y hacer todo de nuevo.
Keisuke Bishamon- Jefe Disciplinario
- Mensajes : 206
Fecha de inscripción : 28/03/2015
Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Sin duda alguna aquellas fechas la ponían sumamente melancólica, y no era nada por el estilo común por el cual toda mujer se ponía triste, un suceso fallido o algo que no iba a volver a repetirse en su vida, Bueno. Para ella aquella melancolía se debía a las fechas festivas cuando niña salía al jardín de su casa a buscar el famoso significado de la festividad de las pascuas “Vida Nueva” un nuevo comienzo dentro de la vida de todos cómo la primavera que renacía tras un largo invierno.
Había estado todo el día en su colorida Oficina a un lado de Blue que se encontraba dormido en su hamaca rosa llena de almohadas, más sus plumas que funcionaban como almohadas, llevaba todo el día sin mucho trabajo, solo estaba ahí, aburrida y de a momentos se ponía a hacer una que otra cosa, ir a molestar al vecino de al lado hasta que este salió en una misión. En pocas palabras estaba algo solita, pero después recordó que podía ir a ver a Kei, se lo pensó tres veces ¿Estaría muy ocupado? ¿Lo molestaría? Bueno, si no le costó nada dejar sin paciencia al de la oficina de al lado, no sería mucho problema ir a ver a Keisuke.
–Blue, vamos a ver a Kei – Mencionó una grata alegría en su mirada mientras se ponía de pie para ir a la puerta de la entrada. El ave solo alzo su cabeza con cierta molestia pero fue tras ella como siempre lo hacía, no la dejaba por ningún motivo, y por ninguna razón. “Mamá pato y bebé pato”
Curvó una sonrisa al estar frente a la puerta de su esposo, y se estiró levemente a la par que acomodaba su ropa, miró a Blue curvando una sonrisa – Pórtate bien Blue, Kei te quiere, a su manera claro – El ave aun no seguía muy convencida de su “relación amistosa” con el rubio, pero ¿Qué le iba a hacer?, Al girar la perilla de la oficina y mencionar un “ Kei-cchi” en voz alta al asomarse se dio cuenta de que no había nadie en la oficina, no estaba Walter y tampoco estaba su señor panda.
¡Vaya tragedia! Solo se quedó con una mirada de una misión fallida y suspiró levemente para terminar entrando a la oficina ajena, le dejaría una cartita en su escritorio para avisar que se había paseado por ahí cómo siempre acostumbraba hacerlo.
Al sentarse en la silla aterciopelada del rubio tomó una pluma y un papel al azar para escribir, pero ese papel ya estaba raya. . Un momento, arqueó una ceja poniéndose a leer la carta y curvó una sonrisa feliz – Blue, Ve por las mejores canastas que tengamos en la oficina, Nos vamos a buscar Easter Eggs – Se podía notar que el ave solo arqueaba una ceja extrañado mientras daba media vuelta para ir a buscar lo que le pedían, ¡Iba a ser un día realmente divertido!, se llevó la carta del escritorio para irse tras Blue, Y claro que tampoco tardó mucho en Salir corriendo del consejo para irse a los territorios de Hosenka.
– Escucha Blue, tendremos que trabajar en equipo, debemos encontrar más Easter Eggs que ellos así podemos pedir algo a cambio – Asintió con la cabeza curvando una sonrisa en su rostro y alzó su dedo índice – Podemos pedir un enorme huevo de chocolate si encontramos al conejo dorado – Abrió los ojos con cierta emoción.
Blue caminaba al lado de su dueña contorneando aquellas plumas tan exóticas que poseía, y con solo imaginar la comida, y el huevo de chocolate le hacía revolotear levemente sus alas, No se habían tardado mucho en llegar, bueno, no con la emoción que llevaba consigo la joven, pero ¿Cómo los iban a encontrar?, No era fácil perderlos de vista realmente, solo debían buscar a un rubio con un pequeño gato vestido de panda.
Se sentía un ambiente un tanto "rarito" dentro de las calles de aquel pequeño pueblo, tragó grueso mirando hacía todos lados y arqueó una ceja puesto que eran vísperas de pascua ¡Y deberían de haber miles de niños buscando sus dulces!, Hasta que recordó lo que había escrito la carta, debía de ser por eso, no pudo evitar suspirar levemente sintiendo cierto pesar, Cosa que pudo recuperar con una sonrisa y una idea, ¡Y Ahí estaban! Aceleró su andar hasta llegar a correr a dónde se encontraban Kei y Walter – ¡KEI! –Alzó su mano libre ya que la otra llevaba las canastas de pascua, curvó una sonrisa hasta llegar a su lado – ¡Fui a buscarte! Pero no estabas, y después ¡Vi esto! – Alzó la carta curvado una sonrisa, y las canastas con la otra mano – Hay que devolverles su Easter Day a los niños de Hosenka – Curvó una sonrisa cariñosa mirando a los ojos azules del rubio. Quizás aquella idea la había motivado a un más, ya no era niña pero podía devolverles la búsqueda de huevos de pascua a los niños de aquel pueblo.
Había estado todo el día en su colorida Oficina a un lado de Blue que se encontraba dormido en su hamaca rosa llena de almohadas, más sus plumas que funcionaban como almohadas, llevaba todo el día sin mucho trabajo, solo estaba ahí, aburrida y de a momentos se ponía a hacer una que otra cosa, ir a molestar al vecino de al lado hasta que este salió en una misión. En pocas palabras estaba algo solita, pero después recordó que podía ir a ver a Kei, se lo pensó tres veces ¿Estaría muy ocupado? ¿Lo molestaría? Bueno, si no le costó nada dejar sin paciencia al de la oficina de al lado, no sería mucho problema ir a ver a Keisuke.
–Blue, vamos a ver a Kei – Mencionó una grata alegría en su mirada mientras se ponía de pie para ir a la puerta de la entrada. El ave solo alzo su cabeza con cierta molestia pero fue tras ella como siempre lo hacía, no la dejaba por ningún motivo, y por ninguna razón. “Mamá pato y bebé pato”
Curvó una sonrisa al estar frente a la puerta de su esposo, y se estiró levemente a la par que acomodaba su ropa, miró a Blue curvando una sonrisa – Pórtate bien Blue, Kei te quiere, a su manera claro – El ave aun no seguía muy convencida de su “relación amistosa” con el rubio, pero ¿Qué le iba a hacer?, Al girar la perilla de la oficina y mencionar un “ Kei-cchi” en voz alta al asomarse se dio cuenta de que no había nadie en la oficina, no estaba Walter y tampoco estaba su señor panda.
¡Vaya tragedia! Solo se quedó con una mirada de una misión fallida y suspiró levemente para terminar entrando a la oficina ajena, le dejaría una cartita en su escritorio para avisar que se había paseado por ahí cómo siempre acostumbraba hacerlo.
Al sentarse en la silla aterciopelada del rubio tomó una pluma y un papel al azar para escribir, pero ese papel ya estaba raya. . Un momento, arqueó una ceja poniéndose a leer la carta y curvó una sonrisa feliz – Blue, Ve por las mejores canastas que tengamos en la oficina, Nos vamos a buscar Easter Eggs – Se podía notar que el ave solo arqueaba una ceja extrañado mientras daba media vuelta para ir a buscar lo que le pedían, ¡Iba a ser un día realmente divertido!, se llevó la carta del escritorio para irse tras Blue, Y claro que tampoco tardó mucho en Salir corriendo del consejo para irse a los territorios de Hosenka.
– Escucha Blue, tendremos que trabajar en equipo, debemos encontrar más Easter Eggs que ellos así podemos pedir algo a cambio – Asintió con la cabeza curvando una sonrisa en su rostro y alzó su dedo índice – Podemos pedir un enorme huevo de chocolate si encontramos al conejo dorado – Abrió los ojos con cierta emoción.
Blue caminaba al lado de su dueña contorneando aquellas plumas tan exóticas que poseía, y con solo imaginar la comida, y el huevo de chocolate le hacía revolotear levemente sus alas, No se habían tardado mucho en llegar, bueno, no con la emoción que llevaba consigo la joven, pero ¿Cómo los iban a encontrar?, No era fácil perderlos de vista realmente, solo debían buscar a un rubio con un pequeño gato vestido de panda.
Se sentía un ambiente un tanto "rarito" dentro de las calles de aquel pequeño pueblo, tragó grueso mirando hacía todos lados y arqueó una ceja puesto que eran vísperas de pascua ¡Y deberían de haber miles de niños buscando sus dulces!, Hasta que recordó lo que había escrito la carta, debía de ser por eso, no pudo evitar suspirar levemente sintiendo cierto pesar, Cosa que pudo recuperar con una sonrisa y una idea, ¡Y Ahí estaban! Aceleró su andar hasta llegar a correr a dónde se encontraban Kei y Walter – ¡KEI! –Alzó su mano libre ya que la otra llevaba las canastas de pascua, curvó una sonrisa hasta llegar a su lado – ¡Fui a buscarte! Pero no estabas, y después ¡Vi esto! – Alzó la carta curvado una sonrisa, y las canastas con la otra mano – Hay que devolverles su Easter Day a los niños de Hosenka – Curvó una sonrisa cariñosa mirando a los ojos azules del rubio. Quizás aquella idea la había motivado a un más, ya no era niña pero podía devolverles la búsqueda de huevos de pascua a los niños de aquel pueblo.
Valentina J.S DuBois- Rango E
- Mensajes : 12
Fecha de inscripción : 28/03/2015
Edad : 26
Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Buscando por todos lados con un mapa tranquila mente con el panda gatuno que así mismo parecía ir bien, oh así mismo, en un rincón había una cajita, con un huevo y una nota en esté mientras mirando con mucha atención la cosa esta, no sabía que hacer… Por lo cual sin problemas, sin dudas, sin miedos y sin más que hacer, agarró la caja para tomar esta y abrirla, tomando con mucha decisión empezó a leer la carta con mucha intriga y también ganas de resolver este misterio en un día festivo donde tendría que ser una diversión entre todos, empezó a toser mientras se arreglaba su traje y cerraba sus ojos, para luego de tomar coraje, valor y más ahí empezó en realidad sin perder más tiempo de lo que había perdido – este… Bueno, está carta quiere decir que has encontrado uno de mis huevos ¡Felicidades! Esté huevo, es de chocolate, quién la coma podrá tener una felicidad inmensa y una ayuda mutua cuando lo necesite, además de una delicia única, cosa que ninguna cosa podrá darte, a un quedan más huevos por toda la ciudad – ya leído eso andaba muy sorprendido mientras sonreía y así mismo guardaba este con mucha felicidad, no había problemas, por ahora.
Caminando por cada rincón de este inmenso pueblo, tan decorado, brillo, bonito y un sol bastante agradable como su brisa de viento – ¡Kei-chan! Ya vamos uno… ¿Cuántos faltarían para así terminar esto? Puede ser que sea divertido, pero… ¡Nadie está disfrutando esto, es como… Algo malo! Sin duda alguna debemos acabar esto y ayudar a este pueblo – las palabras del gatuno eran ciertas y muy nobles a pesar de cómo fuera este animal su corazón por hacía las otras personas inocentes que este día lo era todo para muchos… ¡No podían divertirse, que cosa más fea! Así que Keisuke con una sonrisa en sus labios acariciaba su cabeza y sonreía, mientras sus ojos se cerraban y mostraban sus dientes – ¡Tranquilo! Eso estamos haciendo, ayudando a todos, y así… ¡Poder reír todos juntos! – Walter el gatuno disfrazado de panda sonrío demasiado bien con sus mejillas sonrojadas y muy feliz.
Ambos con unas ganas salieron corriendo a toda velocidad, mientras habían encontrado otro, en un tipo de lugar muy ¿Fácil? Dado que andaba en una silla a lo lejos, allí mismo agarrando, tenía otra nota – ¡Enhorabuena! Has encontrado otro huevo, esté es sabor menta, quién te da un buen sabor de boca para cuando vayas hablar o socializar, además de un dulce muy rico, ¡sigue así! – terminando de leer eso en voz altas ambos tenían más fe en su búsqueda de terminar lo que habían empezado.
Tomando la misma ruta, hacía el centro para mirar hacia allí, dos cartas, dos huevos… Algo muy avanzado, pero no se había acordado cuantos faltaban ¿Cuántos eran? ¡No me acuerdo! decía muy pensativo, mientras escucho un sonido, más bien una voz, muy familiar, demasiado familiar… Dio vuelta, mirando hacia atrás, una mujer, de pelo negro, una sonrisa muy amigable, unos bellos ojos y un… Bicho raro que tenía que comerlo asado, pensaba así mismo mientras sonreía con una antorcha, que no sé sabía de donde la había sacado – ¡Hola amor! Qué bueno encontrarte, justo tenía… ¡Mucha hambre! – decía mirando hacía al animalejo que tenía, no le gustaba en lo más mínimo, no eran celos… Si no, un tipo de odio hacía esas aves. Luego noto lo que dijo una carta… Carta… ¡Una carta! decía tomando la carta más que rápido a una velocidad muy rápida – ¡Ohhhhh! Nos faltan diez cajas más, además… ¡También encontrar la más grande de todas, qué bien Wa-chan, vamos muy bien! – decía mientras el gatuno también saltaba de emoción junto a Keisuke, sin duda alguna el rubio andaba de suerte, todo gracias a su panda esposa que le había dado una mano – ¡Demasiado bien después de todo Valentina, no es una inútil! – decía muy feliz, para luego notar lo que dijo y tapar su boca.
Se había oído un “ups” del parte del panda mientras volaba hacia atrás de Keisuke, el rubio…Quizás lo defendería por ser un “panda” aunque era más gato que eso, solo que andaba disfrazado así por qué le gustaban también a él – ¡Lo siento mucho, Valentina, no era mi intención ser tan literal en este aspecto, enserio, perdón! – decía aun así sin detener lo que decía… Aunque aun así seguía detrás del rubio, sin escapar, sin nada, andaba muy seguro de que él lo ayudaría – Wa-chan… No digas eso de Vale-chan, ella es muy genial y también quiere ayudar a todos así que trabajaremos todos juntos y encontraremos los huevos entre todos – sonreía y tomaba la mano de su amada señora panda con una enorme sonrisa en su rostro sin despegarse de esta, aunque el gatuno andaba tomando una buena distancia.
Ya éramos cuatros para buscar – Amor, ¿hasta cuanto estás al tanto de esto? Más o menos para darte una más detallada información de este suceso – decía mirando a su esposa en una distancia muy cercana.
Caminando por cada rincón de este inmenso pueblo, tan decorado, brillo, bonito y un sol bastante agradable como su brisa de viento – ¡Kei-chan! Ya vamos uno… ¿Cuántos faltarían para así terminar esto? Puede ser que sea divertido, pero… ¡Nadie está disfrutando esto, es como… Algo malo! Sin duda alguna debemos acabar esto y ayudar a este pueblo – las palabras del gatuno eran ciertas y muy nobles a pesar de cómo fuera este animal su corazón por hacía las otras personas inocentes que este día lo era todo para muchos… ¡No podían divertirse, que cosa más fea! Así que Keisuke con una sonrisa en sus labios acariciaba su cabeza y sonreía, mientras sus ojos se cerraban y mostraban sus dientes – ¡Tranquilo! Eso estamos haciendo, ayudando a todos, y así… ¡Poder reír todos juntos! – Walter el gatuno disfrazado de panda sonrío demasiado bien con sus mejillas sonrojadas y muy feliz.
Ambos con unas ganas salieron corriendo a toda velocidad, mientras habían encontrado otro, en un tipo de lugar muy ¿Fácil? Dado que andaba en una silla a lo lejos, allí mismo agarrando, tenía otra nota – ¡Enhorabuena! Has encontrado otro huevo, esté es sabor menta, quién te da un buen sabor de boca para cuando vayas hablar o socializar, además de un dulce muy rico, ¡sigue así! – terminando de leer eso en voz altas ambos tenían más fe en su búsqueda de terminar lo que habían empezado.
Tomando la misma ruta, hacía el centro para mirar hacia allí, dos cartas, dos huevos… Algo muy avanzado, pero no se había acordado cuantos faltaban ¿Cuántos eran? ¡No me acuerdo! decía muy pensativo, mientras escucho un sonido, más bien una voz, muy familiar, demasiado familiar… Dio vuelta, mirando hacia atrás, una mujer, de pelo negro, una sonrisa muy amigable, unos bellos ojos y un… Bicho raro que tenía que comerlo asado, pensaba así mismo mientras sonreía con una antorcha, que no sé sabía de donde la había sacado – ¡Hola amor! Qué bueno encontrarte, justo tenía… ¡Mucha hambre! – decía mirando hacía al animalejo que tenía, no le gustaba en lo más mínimo, no eran celos… Si no, un tipo de odio hacía esas aves. Luego noto lo que dijo una carta… Carta… ¡Una carta! decía tomando la carta más que rápido a una velocidad muy rápida – ¡Ohhhhh! Nos faltan diez cajas más, además… ¡También encontrar la más grande de todas, qué bien Wa-chan, vamos muy bien! – decía mientras el gatuno también saltaba de emoción junto a Keisuke, sin duda alguna el rubio andaba de suerte, todo gracias a su panda esposa que le había dado una mano – ¡Demasiado bien después de todo Valentina, no es una inútil! – decía muy feliz, para luego notar lo que dijo y tapar su boca.
Se había oído un “ups” del parte del panda mientras volaba hacia atrás de Keisuke, el rubio…Quizás lo defendería por ser un “panda” aunque era más gato que eso, solo que andaba disfrazado así por qué le gustaban también a él – ¡Lo siento mucho, Valentina, no era mi intención ser tan literal en este aspecto, enserio, perdón! – decía aun así sin detener lo que decía… Aunque aun así seguía detrás del rubio, sin escapar, sin nada, andaba muy seguro de que él lo ayudaría – Wa-chan… No digas eso de Vale-chan, ella es muy genial y también quiere ayudar a todos así que trabajaremos todos juntos y encontraremos los huevos entre todos – sonreía y tomaba la mano de su amada señora panda con una enorme sonrisa en su rostro sin despegarse de esta, aunque el gatuno andaba tomando una buena distancia.
Ya éramos cuatros para buscar – Amor, ¿hasta cuanto estás al tanto de esto? Más o menos para darte una más detallada información de este suceso – decía mirando a su esposa en una distancia muy cercana.
Keisuke Bishamon- Jefe Disciplinario
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Fecha de inscripción : 28/03/2015
Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Ahí estaba, ¡Era el! Con aquella sonrisa tan vivaz que poseía, y aquel... ¿Por qué era tan perfecto ante sus ojos? Le costaba creer que alguien tan vivo además de energético como él se había fijado en ella, pero ¿quién lo diría? Realmente el destino prepara las cosas más alocadas para todos, a ella le encantaba el destino que le había tocado al lado del rubio, curvó una sonrisa enorme al mirarle tan alegre, por supuesto que su fuerza y felicidad venían de la sonrisa de Keisuke y nada más de ello. Estaba llegar a sus brazos con una inexplicable y algo ñoña felicidad que le inundaba cada que lo miraba, hasta que frenó en seco tomando a Blue entre sus brazos que de igual manera iba corriendo hacía al rubio, bien sabía que su prometido y su mascota no se llevaban para nada, nada bien.
Frunció levemente el ceño al mismo tiempo que inflaba levemente las mejillas aferrando a Ariblue a su pecho, el ave obviamente sentía que lo estrujaban, pero como respuesta del ave se enroscó en ella fingiendo miedo, era un ave astuta por supuesto y nada tonta a decir verdad, ya que la mayoría de las veces Valentina se tragaba los “sentimientos” del ave –¡Oh Kei! Mira que has asustado a Blue – Menciono con un tono de voz algo preocupado mientras acariciaba el plumaje del animal que parecía una almohada – Ya te dije que si tienes hambre que esperes a casa que puedo preparar algo con mucho amor, Blue no es comida – Negó con la cabeza levemente y una carita de reproche. No le había alcanzado decir más con respecto a la nota, no entendía la emoción de su amado, pero al mismo tiempo le hacía feliz mirarlo tan animado.
Pero su sonrisa desapareció de golpe dejando ver un pequeño puchero formado en sus labios por lo que había dicho el pequeño Walter – Oh Walter. . . – Se dio media vuelta abrazando más al ave sollozando levemente, de alguna manera aquello le había lastimado de una rara manera, sabía que las intenciones del gato no eran malas, miraba de reojo al pequeño Exceed de su novio pero no tenía palabras para poder dirigirle la misma al pequeño, tenía algo que toda mujer tenía, como una especie de arma secreta que no era muy secreta que digamos, no, no hablamos de características especiales, sino, una habilidad especial.
Crear un enorme sentimiento de culpa.
No miraba al pequeño Walter a los ojos, pero tampoco lo ignoraba, más bien era una especie de Ley de hielo que aplicaba cuando se sentía bastante triste con alguna persona, como si intentara demostrar su decepción con una especie de “rechazo” momentáneo, miró a su rubio curvando una pequeña sonrisa – Solo sé que hay que buscar Easter Eggs, por eso traje canastas, pero solo entendí que eran unos huevos escondidos entre otras cosas más peligrosas. . . – Dejó que Blue se bajara de sus brazos, y entrelazó sus dedos afianzando su agarre para no soltar a su amado, miraba a sus alrededores y suspiró con pesadez – Esto, está muy . . . "muerto" se supone que pascua es nueva vida, ¿Porqué no hay niños buscando dulces? – Mencionó con un leve tono y pesar,a ella le encantaba buscar dulces cuando niña, no le gustaba para nada mirar como a los niños de aquel lugar se les privaba aquello con una mala broma de alguien tan ruin.
Frunció levemente el ceño al mismo tiempo que inflaba levemente las mejillas aferrando a Ariblue a su pecho, el ave obviamente sentía que lo estrujaban, pero como respuesta del ave se enroscó en ella fingiendo miedo, era un ave astuta por supuesto y nada tonta a decir verdad, ya que la mayoría de las veces Valentina se tragaba los “sentimientos” del ave –¡Oh Kei! Mira que has asustado a Blue – Menciono con un tono de voz algo preocupado mientras acariciaba el plumaje del animal que parecía una almohada – Ya te dije que si tienes hambre que esperes a casa que puedo preparar algo con mucho amor, Blue no es comida – Negó con la cabeza levemente y una carita de reproche. No le había alcanzado decir más con respecto a la nota, no entendía la emoción de su amado, pero al mismo tiempo le hacía feliz mirarlo tan animado.
Pero su sonrisa desapareció de golpe dejando ver un pequeño puchero formado en sus labios por lo que había dicho el pequeño Walter – Oh Walter. . . – Se dio media vuelta abrazando más al ave sollozando levemente, de alguna manera aquello le había lastimado de una rara manera, sabía que las intenciones del gato no eran malas, miraba de reojo al pequeño Exceed de su novio pero no tenía palabras para poder dirigirle la misma al pequeño, tenía algo que toda mujer tenía, como una especie de arma secreta que no era muy secreta que digamos, no, no hablamos de características especiales, sino, una habilidad especial.
Crear un enorme sentimiento de culpa.
No miraba al pequeño Walter a los ojos, pero tampoco lo ignoraba, más bien era una especie de Ley de hielo que aplicaba cuando se sentía bastante triste con alguna persona, como si intentara demostrar su decepción con una especie de “rechazo” momentáneo, miró a su rubio curvando una pequeña sonrisa – Solo sé que hay que buscar Easter Eggs, por eso traje canastas, pero solo entendí que eran unos huevos escondidos entre otras cosas más peligrosas. . . – Dejó que Blue se bajara de sus brazos, y entrelazó sus dedos afianzando su agarre para no soltar a su amado, miraba a sus alrededores y suspiró con pesadez – Esto, está muy . . . "muerto" se supone que pascua es nueva vida, ¿Porqué no hay niños buscando dulces? – Mencionó con un leve tono y pesar,a ella le encantaba buscar dulces cuando niña, no le gustaba para nada mirar como a los niños de aquel lugar se les privaba aquello con una mala broma de alguien tan ruin.
Valentina J.S DuBois- Rango E
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Fecha de inscripción : 28/03/2015
Edad : 26
Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Notando aquel ave que había estado al frente, sin duda alguna sentía odio hacía este obviamente su estómago sonaba, pidiendo comida y este tenía la oportunidad de poder así mismo molestar aquella mascota. El rubio no tenía experiencia molestando a alguien y más a un animal no es de las personas que torturarán o mataría a alguno pero esto es algo que muchos dirían “excepciones” de la vida. Sus cejas andaban un tanto levantadas sus colmillos se notaban y misma mente este miraba al animal ajeno que era de su mujer mientras que este se adelantaba por cada paso – calmar este hambre es muy doloroso… ¿Por qué detenerme? No haré nada malo, así es la vida misma – sus manos se movían mientras que su sentido de carnívoro se podía sentir de cerca o de lejos, simple mente andaba con sus mañas de molestar, aunque si había oportunidad quizás si se comería un pájaro asado dicen que… Son demasiado ricos pensando en su mente mientras sonreía y miraba con mucha tranquilidad el cielo.
Escucho clara mente… “Ella cocinara” eso había sido letal en su mente, algo se había roto, un vidrío, un plato, un vaso… Sentía como si había pasado una cosa muy rara recorrer su estómago, náuseas y más cosas – Ehh… ¿Enserio? Pero… Yo no tengo hambre después, es ahora que lo siento, por eso mismo déjame comer a Blue o siento que voy a morir… – mentía clara mente, pero bueno este tenía que zafar de alguna u otra forma, por que más jodido no podía estar.
Mientras Vale ignoraba a Walter, Walter ignoraba a la mujer, sin duda alguna había tornado de una forma muy extraña – ¡Kei-chan! Aún falta camino y estamos perdiendo el tiempo, comete ese animal y deja de andar molestando. – había un especie de espada colgada en su espalda mientras la desvainaba y miraba junto a su mejor amigo, este miraba con mucha picares al ave con una cara que parecía un sádico asesino, un psicópata, pero claro su intención simple mente era buena, un chiste nada más no iba a pasar de más, así que simple mente sonrío y volteó con una cara seria y pensante el gato no había encontrado más huevos ¡Y quería más! Andaba muy desesperado quería ganar junto a su compañero para así saber que pasará.
El rubio miraba a su mujer con una sonrisa y le abrazaba por detrás sonrojado y una sonrisa, simple mente no había forma de quitarle dicha expresión, pero en realidad andaba preocupado, la chica que ama tanto no tenía una sonrisa eso le afectaba mucho mientras que solo tenía una cosa que hacer – tranquila mi amor, todo se va a solucionar, lo prometo. Nosotros les devolveremos la sonrisa a estos niños y los haremos buscar dulces – su sonrisa se empleaba y de ahí beso su mejilla con mucha dulzura, no iba a dar paso hacia atrás, iba a solucionar todo esto con ella para así mismo que pueda sonreír sin problemas.
Escucho clara mente… “Ella cocinara” eso había sido letal en su mente, algo se había roto, un vidrío, un plato, un vaso… Sentía como si había pasado una cosa muy rara recorrer su estómago, náuseas y más cosas – Ehh… ¿Enserio? Pero… Yo no tengo hambre después, es ahora que lo siento, por eso mismo déjame comer a Blue o siento que voy a morir… – mentía clara mente, pero bueno este tenía que zafar de alguna u otra forma, por que más jodido no podía estar.
Mientras Vale ignoraba a Walter, Walter ignoraba a la mujer, sin duda alguna había tornado de una forma muy extraña – ¡Kei-chan! Aún falta camino y estamos perdiendo el tiempo, comete ese animal y deja de andar molestando. – había un especie de espada colgada en su espalda mientras la desvainaba y miraba junto a su mejor amigo, este miraba con mucha picares al ave con una cara que parecía un sádico asesino, un psicópata, pero claro su intención simple mente era buena, un chiste nada más no iba a pasar de más, así que simple mente sonrío y volteó con una cara seria y pensante el gato no había encontrado más huevos ¡Y quería más! Andaba muy desesperado quería ganar junto a su compañero para así saber que pasará.
El rubio miraba a su mujer con una sonrisa y le abrazaba por detrás sonrojado y una sonrisa, simple mente no había forma de quitarle dicha expresión, pero en realidad andaba preocupado, la chica que ama tanto no tenía una sonrisa eso le afectaba mucho mientras que solo tenía una cosa que hacer – tranquila mi amor, todo se va a solucionar, lo prometo. Nosotros les devolveremos la sonrisa a estos niños y los haremos buscar dulces – su sonrisa se empleaba y de ahí beso su mejilla con mucha dulzura, no iba a dar paso hacia atrás, iba a solucionar todo esto con ella para así mismo que pueda sonreír sin problemas.
Keisuke Bishamon- Jefe Disciplinario
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Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Poco a poco su malestar por el comentario que había realizado Walter se fue disminuyendo, y tampoco es que fuese a durarle mucho ciertamente, no estaba en su naturaleza el poder enojarse con la personas por un muy largo periodo, tenía el conocimiento claro de lo que era perdonar por más grave que fuese el daño hacía su persona. Ya que era mejor dejar los problemas y comentarios en el pasado, por lo cual había termina de tomar aire para pasar a lo siguiente, seguir buscando los huevos de pascua antes de que el día junto con el plazo para poder encontrarlos terminara, lo menos que deseaba dentro de su ser es que algo terminara mal, mucho menos en un día tan especial cómo la pascua. Llevaba al ave en sus brazos para sentir que Ariblue estaba seguro de las garras del hambre que su amado parecía tener en esos momentos, no obstante se quedó pensando detenidamente hasta lograr encontrar una solución al problema, solución que no fue cien por ciento efectiva ya que su amado tenía razón. Si el hambre que poseía se aplazaba a lo largo iba a estar muy débil, ¡Hasta podía marearse si llegaba a empeorar!, a lo cual formó una mueca de preocupación en su rostro pero eso no significaba que iba a dejar que cocinaran a su mascota, ¡No señor!. — Si tienes hambre ahorita, tendrás hambre después, pero. Tampoco puedo dejar que pases hambre… te hará mal no comer...— Mencionó en un tono de voz suave mientras inflaba las mejillas de una manera bastante cómica, miró a su ave y claro el pájaro casi se ponía más pálido que las nubes al pensar de manera errónea que la pelinegra iba a entregarlo a su prometido, a decir verdad, esa era la idea que estaba dando al bajar al ave de sus brazos. El pájaro miró a Valentina con ojos acuosos cómo si en verdad fuese a llorar en ese mismo instante, más ella llevó sus manos hasta una de las canastas que su Blue poseía colgando y sacó una barrita de dulce con proteínas para tendérsela a su amado — Con esto podrás calmar el hambre hasta que lleguemos a casa y pueda cocinarte —
Dicho y hecho de esa manera el rubio había firmado su sentencia de "cena casera" después de que terminaran de buscar los huevitos de pascua; Ariblue si tuviera voz se estaría carcajeando ahora mismo pero solo limitó a esponjar sus plumas de manera contenta, tarde o temprano Valentina miraría lo "malvada" que era su mascota, pero eso sería en un futuro muy lejano, ya que la cegaba su cariño por el ave al haberla visto crecer, no obstante volvió en si a su cabales sacando de su bolsillo un pequeño dulce parecido a una pastilla de menta, pero tenía un color naranja, exactamente era un dulce de naranja que tendió hasta ponerlo en la manita del exceed y pasar su mano hasta su mejilla para cederle una leve caricia. Era su manera de perdonarlo al mismo tiempo que demostraba una pequeña acción de cariño hacía el pequeño, aunque el comentario le hubiese dolido de una rara manera, el enojo no le duró mucho.
Dio media vuelta con las mejillas más rojas que las cerezas en plena cosecha, habían veces que no sabía cómo era que su amado lograba ponerle el mundo en las nubes y hacer sus rodillas temblar, si era aquel corazón heroico que poseía que la hacia enamorar todo el tiempo, desde que eran muy pequeños — Los haremos buscar dulces cómo a nuestros futuros hijos —¡Madre mía! ¿Qué había dicho?, río levemente ya que aquello le había causado gracia, no se imaginaba cómo madre, una bebé no puede tener bebés, y ella aun era una bebé, eso ¡Y con Walter bastaba! Su ave respiró profundo mientras negaba con la cabeza, y ella caminó varios pasos mirando a los costados, si tenía más imaginación podría encontrar los huevitos restantes, pensó por un rato hasta recordar — Olvidé preguntar — Cruzó de brazos mientras se giraba para vislumbrar a su querido — Mencionaste que hay diez cajas, pero ya encontraron varios huevitos sueltos. ¿No saben que cantidad hay exactamente?– Alzando sus manitas y comenzando a contar con sus dedos para no perderse — En todas las carteras regulares de huevitos hay diez piezas — Señaló los dos huevitos que habían encontrado y bajó dos de sus dedos — Quedan ocho huevitos de la primera caja, y suponiendo que la cantidad de huevitos que imagino que hay en cada cartera es cierta — Enarcó una ceja mientras miraba sus manos — Son cien huevitos en total — Al decir una cifra tan grande sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero sus cuentas en voz alta habían terminado de dormir a su ave, arqueó una ceja mientras cruzaba de brazos hasta que perdió poquito de su paciencia para ir a tomar a Blue y agitarlo por arriba de su cabeza un tanto enojada ya que parecía que le hablaba a las plumas de su mascota — ¡OE ¡¿ESTÁS ESCUCHANDO?! ¡Esto es importante BLUE! — A veces el mundo tenía una manera bastante curiosa de devolver el karma, pero el ave lo estaba sufriendo en ese mismo instante.
Dicho y hecho de esa manera el rubio había firmado su sentencia de "cena casera" después de que terminaran de buscar los huevitos de pascua; Ariblue si tuviera voz se estaría carcajeando ahora mismo pero solo limitó a esponjar sus plumas de manera contenta, tarde o temprano Valentina miraría lo "malvada" que era su mascota, pero eso sería en un futuro muy lejano, ya que la cegaba su cariño por el ave al haberla visto crecer, no obstante volvió en si a su cabales sacando de su bolsillo un pequeño dulce parecido a una pastilla de menta, pero tenía un color naranja, exactamente era un dulce de naranja que tendió hasta ponerlo en la manita del exceed y pasar su mano hasta su mejilla para cederle una leve caricia. Era su manera de perdonarlo al mismo tiempo que demostraba una pequeña acción de cariño hacía el pequeño, aunque el comentario le hubiese dolido de una rara manera, el enojo no le duró mucho.
Dio media vuelta con las mejillas más rojas que las cerezas en plena cosecha, habían veces que no sabía cómo era que su amado lograba ponerle el mundo en las nubes y hacer sus rodillas temblar, si era aquel corazón heroico que poseía que la hacia enamorar todo el tiempo, desde que eran muy pequeños — Los haremos buscar dulces cómo a nuestros futuros hijos —¡Madre mía! ¿Qué había dicho?, río levemente ya que aquello le había causado gracia, no se imaginaba cómo madre, una bebé no puede tener bebés, y ella aun era una bebé, eso ¡Y con Walter bastaba! Su ave respiró profundo mientras negaba con la cabeza, y ella caminó varios pasos mirando a los costados, si tenía más imaginación podría encontrar los huevitos restantes, pensó por un rato hasta recordar — Olvidé preguntar — Cruzó de brazos mientras se giraba para vislumbrar a su querido — Mencionaste que hay diez cajas, pero ya encontraron varios huevitos sueltos. ¿No saben que cantidad hay exactamente?– Alzando sus manitas y comenzando a contar con sus dedos para no perderse — En todas las carteras regulares de huevitos hay diez piezas — Señaló los dos huevitos que habían encontrado y bajó dos de sus dedos — Quedan ocho huevitos de la primera caja, y suponiendo que la cantidad de huevitos que imagino que hay en cada cartera es cierta — Enarcó una ceja mientras miraba sus manos — Son cien huevitos en total — Al decir una cifra tan grande sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero sus cuentas en voz alta habían terminado de dormir a su ave, arqueó una ceja mientras cruzaba de brazos hasta que perdió poquito de su paciencia para ir a tomar a Blue y agitarlo por arriba de su cabeza un tanto enojada ya que parecía que le hablaba a las plumas de su mascota — ¡OE ¡¿ESTÁS ESCUCHANDO?! ¡Esto es importante BLUE! — A veces el mundo tenía una manera bastante curiosa de devolver el karma, pero el ave lo estaba sufriendo en ese mismo instante.
Valentina J.S DuBois- Rango E
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Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
El hambre no lo hacía pensar demasiado bien, aunque claro había ciertas cosas que debía hacer antes de comer. Obviamente mirar al emplumado blue y saber que este podría “morir” sería una hermosa sensación ya que ese animal y él no se llevaban bien era como unir el aceite con chocolate, eso jamás puede suceder terminar siendo un desastre una mala combinación, pero era más que razonable que no quería ver muerto literalmente aquel animal dado que era el mejor compañero de su mujer por lo cual directa mente se podía tomar como una broma demasiada negra en sentido que era demasiado malo con el ave. Su mente se dirigía a los huevos, al igual que el gato disfrazado de panda, el mismo Walter andaba en su mente, en su imaginación, en su meta de conseguir todos los huevos de pascua a como sea, mientras miraba el intenso cielo azul con sus ojos de esté casi mismo color las nubes blancas rodeando todo lugar, su mente andaba concentrada mientras miraba por todo sitió – siento como un cosquilleo en mi mente, como si olvidase algo… – pensaba nueva mente, esperando que no sea la comida que había dejado calentando, aunque recordó que no había hecho nada en la cocina así que no haría los malos ejemplos de su esposa, un buen hombre se encarga de la sonrisa de su mujer y sobre la cocina más que nada… Si, la cocina era muy importante para comer, por lo cual era mejor tener más mente al momento de eso.
Sus mejillas se habían sonrojado demasiado, se había puesto muy rojo aquella cara un tanto bronceada mientras que sus ojos azules bajaban mirando su nariz con una sonrisa bastante amplia – ¿U-un hijo…? Yo no recuerdo haber hecho algo… ¡¿Acaso está embarazada?! No, no… No creo… ¿Oh tal vez? …. – Su mente andaba perdida pensando cosas no sucedidas, pensó que era un tipo de llamada de atención que hacen las mujeres cuando tienen algo y discuten un tema para ver si el hombre se da cuenta, aunque muchas veces el rubio parece más un niño ignorante que otra cosa dado que su inteligencia en tema de mujeres o de sus cosas no es muy bueno la mitad de las veces, sus manos comenzaron a moverse mientras respiraba hondo – Amor… ¿Acaso quieres un hijo? – dijo apenado mientras le miraba con sus mejillas sonrojado, nunca pensó que saldría un tema así o se hablaría, obviamente no aquí y durante un tiempo dado que han estado solos y bien así durante mucho tiempo.
Miró a su esposa lo que había dicho sobre los huevos que debíamos tener, teníamos pocos, no teníamos un gran porcentaje y más lo que debíamos descubrir, tener en estos mismos instantes eran pocos, aunque faltaban también unos pocos más si así pensaba uno con fuerza – cierto… Aunque yo creo que aquí hay una trampa bastante gorda en sentido y no me refiero al hombre obeso que anda comiendo hamburguesa en aquella silla gigante, no, no. Me refiero a algo peor – dijo omitiendo mirar dicho hombre mientras comía la proteína de su señora, el gato rápida mente le miro con los ojos abiertos mirándolo – ¿Qué es, Kei-chan? Estoy muy preocupado – decía mientras metía la naranja como un jodido ninja para que no se supiera que andaba con comida frente a su compañero la naranja era solo de él y de nadie más, así pensaba el gato – aunque es cierto, se nota una tensión bastante gordo… Y no es la tensión de aquel señor que nos mira, no, no… ¡Es sobre los huevos de pascua! – insultando al pobre hombre a toda boca sin pena, esos dos sin vergüenzas simple mente andaban sincronizados.
Sus mejillas se habían sonrojado demasiado, se había puesto muy rojo aquella cara un tanto bronceada mientras que sus ojos azules bajaban mirando su nariz con una sonrisa bastante amplia – ¿U-un hijo…? Yo no recuerdo haber hecho algo… ¡¿Acaso está embarazada?! No, no… No creo… ¿Oh tal vez? …. – Su mente andaba perdida pensando cosas no sucedidas, pensó que era un tipo de llamada de atención que hacen las mujeres cuando tienen algo y discuten un tema para ver si el hombre se da cuenta, aunque muchas veces el rubio parece más un niño ignorante que otra cosa dado que su inteligencia en tema de mujeres o de sus cosas no es muy bueno la mitad de las veces, sus manos comenzaron a moverse mientras respiraba hondo – Amor… ¿Acaso quieres un hijo? – dijo apenado mientras le miraba con sus mejillas sonrojado, nunca pensó que saldría un tema así o se hablaría, obviamente no aquí y durante un tiempo dado que han estado solos y bien así durante mucho tiempo.
Miró a su esposa lo que había dicho sobre los huevos que debíamos tener, teníamos pocos, no teníamos un gran porcentaje y más lo que debíamos descubrir, tener en estos mismos instantes eran pocos, aunque faltaban también unos pocos más si así pensaba uno con fuerza – cierto… Aunque yo creo que aquí hay una trampa bastante gorda en sentido y no me refiero al hombre obeso que anda comiendo hamburguesa en aquella silla gigante, no, no. Me refiero a algo peor – dijo omitiendo mirar dicho hombre mientras comía la proteína de su señora, el gato rápida mente le miro con los ojos abiertos mirándolo – ¿Qué es, Kei-chan? Estoy muy preocupado – decía mientras metía la naranja como un jodido ninja para que no se supiera que andaba con comida frente a su compañero la naranja era solo de él y de nadie más, así pensaba el gato – aunque es cierto, se nota una tensión bastante gordo… Y no es la tensión de aquel señor que nos mira, no, no… ¡Es sobre los huevos de pascua! – insultando al pobre hombre a toda boca sin pena, esos dos sin vergüenzas simple mente andaban sincronizados.
Keisuke Bishamon- Jefe Disciplinario
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Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Había terminado de martirizar un poco a su ave, dejar de agitarlo antes de que este se enfureciera con ella al grado de ya no querer “hablarle” lo que restaba de toda la semana, infló sus mejillas sin despegar la mirada de Blue cómo si realmente estuviera enojada con aquella ave de blanco plumaje, pero opto por suspirar pesado dejando a Ariblue en la tierra nuevamente, y no terminó el regaño ya que siguió con su sermón un pequeño sermón sobre lo grosero que era el quedarse dormido cuando alguien se encontraba hablando o explicando algo, ya que era cómo si le estuviese hablando totalmente a la pared. Primero Walter, después Ariblue ¿Acaso era el día de sacar de los cabales a Valentina? Con solo imaginar aquello un leve deje de gracia inundó sus pensamientos volviendo a reír levemente mientras cerraba sus ojos, confundiendo de sobremanera al ave de nueva cuenta haciendo pensar y recapacitar lo bipolar que era su dueña, ¿No os dije? Es difícil que ella mantuviese un perfil molesto, no va con ella ni por poquito.
Pero aparte de aquello, escuchar aquellas palabras salir de los labios de Kei hicieron que se congelara por unos segundos haciendo su cerebro carburar leve y lentamente, pero sobre todo de manera lenta, ya que aún no estaba al cien por ciento segura de dar aquel gran paso que se da en la relación, pero entre más lo pensaba, más colorada se ponía volviendo más notoria su timidez con respecto al tema, pero ella misma lo había sacado anteriormente ¿No?, Sobó su nuca mientras miraba de reojo hacía muchos lugares, hasta que sus ojos llegaran a posarse frente a los de Kei y obviamente una sonrisa enorme se curvó en sus labios — No lo sé, siempre he pensado que una bebé no puede tener a un bebé — Haciendo referencia a su infantil modo de vida, no se sentía bastante segura con respecto a ser un buen ejemplo — Pero, no me molestaría tener uno, o dos, me hace una ilusión enorme formar una familia contigo Kei — Tomar aquel tema tan serio, lo tomaba con gracia ya que miraba el sonrojo de su amado y ni siquiera se imaginaba cómo estaría su cara en ese momento, Se acercó al rubio mientras tomaba sus manos para acercar sus labios a la mejilla derecha de Bishamon, Obviamente el ave traía una cara mala, y no porqué le doliera la panza, sino porqué sentía que le iba a dar un paro diabético, eso y era un ave muy celosa.
—¿Pero y tú Kei? — Por su parte, era lo más normal estar teniendo aquella plática en medio de lo que parecía ser un apocalipsis en Hosenka, pero bueno, a fin de cuenta en un rato volverían a ello, quizás, dentro de su rara imaginación se hacía la idea de un villano siendo vilmente ignorado por una escena romántica, y bueno, ese era el caso del pobre infeliz que había llevado a los extremos a estos dos. Y Con extremos se hace mención a sacarlos de sus oficinas para ir detener el caos que había creado en su totalidad dentro del pueblo de Hosenka; En fin, Ella quería saber si no lo presionaba aunque realmente caminar antes de correr era lo correcto, al menos lo era para ella, pero no quería espantarlo de un momento a otro con haber mencionado la palabra dorada en todo compromiso/matrimonio, “Hijos” conllevaban una enorme responsabilidad, no era simplemente pedirle a la cigüeña que trajera una vida de color rosa (Aunque ella viera la vida de esa manera constantemente), aquello no podía ser visto así tan a la ligera, Una criatura no podía descuidarse, debía recibir amor y cuidado, además de tener un ejemplo el cual seguir, quizás aquello le preocupaba demasiado por cómo había terminado en relación con su madre, pero claro ella podía afinar aquellos pequeños detalles.
Regresando al trabajo, miraba los huevitos e infló las mejillas poniéndose a pensar de nuevo, ya que algo no cuadraba del todo y era cierto, pero su concentración se fue al caño dejando escapar una carcajada de sus labios al escucharlos abrir la boca, de una manera bastante extraña no pudo evitar sentir cierta pena por el hombre al que le habían dicho “gordito”, y que consta, piensa “gordito” en buen sentido porqué era más redondo que las plumas de Ariblue, su risa resonaba levemente en sus propios oíods — ¡PFT! K-Kei, Walter, ¡No sean groseros! El señor pudo sentirse mal — Bueno, no tan mal cómo el hecho de que una chica se ría de ti casi en tu cara, pero, se entendía el concepto de una rara manera.
Pero aparte de aquello, escuchar aquellas palabras salir de los labios de Kei hicieron que se congelara por unos segundos haciendo su cerebro carburar leve y lentamente, pero sobre todo de manera lenta, ya que aún no estaba al cien por ciento segura de dar aquel gran paso que se da en la relación, pero entre más lo pensaba, más colorada se ponía volviendo más notoria su timidez con respecto al tema, pero ella misma lo había sacado anteriormente ¿No?, Sobó su nuca mientras miraba de reojo hacía muchos lugares, hasta que sus ojos llegaran a posarse frente a los de Kei y obviamente una sonrisa enorme se curvó en sus labios — No lo sé, siempre he pensado que una bebé no puede tener a un bebé — Haciendo referencia a su infantil modo de vida, no se sentía bastante segura con respecto a ser un buen ejemplo — Pero, no me molestaría tener uno, o dos, me hace una ilusión enorme formar una familia contigo Kei — Tomar aquel tema tan serio, lo tomaba con gracia ya que miraba el sonrojo de su amado y ni siquiera se imaginaba cómo estaría su cara en ese momento, Se acercó al rubio mientras tomaba sus manos para acercar sus labios a la mejilla derecha de Bishamon, Obviamente el ave traía una cara mala, y no porqué le doliera la panza, sino porqué sentía que le iba a dar un paro diabético, eso y era un ave muy celosa.
—¿Pero y tú Kei? — Por su parte, era lo más normal estar teniendo aquella plática en medio de lo que parecía ser un apocalipsis en Hosenka, pero bueno, a fin de cuenta en un rato volverían a ello, quizás, dentro de su rara imaginación se hacía la idea de un villano siendo vilmente ignorado por una escena romántica, y bueno, ese era el caso del pobre infeliz que había llevado a los extremos a estos dos. Y Con extremos se hace mención a sacarlos de sus oficinas para ir detener el caos que había creado en su totalidad dentro del pueblo de Hosenka; En fin, Ella quería saber si no lo presionaba aunque realmente caminar antes de correr era lo correcto, al menos lo era para ella, pero no quería espantarlo de un momento a otro con haber mencionado la palabra dorada en todo compromiso/matrimonio, “Hijos” conllevaban una enorme responsabilidad, no era simplemente pedirle a la cigüeña que trajera una vida de color rosa (Aunque ella viera la vida de esa manera constantemente), aquello no podía ser visto así tan a la ligera, Una criatura no podía descuidarse, debía recibir amor y cuidado, además de tener un ejemplo el cual seguir, quizás aquello le preocupaba demasiado por cómo había terminado en relación con su madre, pero claro ella podía afinar aquellos pequeños detalles.
Regresando al trabajo, miraba los huevitos e infló las mejillas poniéndose a pensar de nuevo, ya que algo no cuadraba del todo y era cierto, pero su concentración se fue al caño dejando escapar una carcajada de sus labios al escucharlos abrir la boca, de una manera bastante extraña no pudo evitar sentir cierta pena por el hombre al que le habían dicho “gordito”, y que consta, piensa “gordito” en buen sentido porqué era más redondo que las plumas de Ariblue, su risa resonaba levemente en sus propios oíods — ¡PFT! K-Kei, Walter, ¡No sean groseros! El señor pudo sentirse mal — Bueno, no tan mal cómo el hecho de que una chica se ría de ti casi en tu cara, pero, se entendía el concepto de una rara manera.
Valentina J.S DuBois- Rango E
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Fecha de inscripción : 28/03/2015
Edad : 26
Re: Buscando los Huevos de Pascuas [Privado; Vale-chan]
Sin duda alguna le había agarrado sorprendido todo lo que pasaba, pensando que todo lo de hoy sería algo común, una misión normal y nada más, aunque no podía ser solo normal, claro que no, ya que su amada andaba ahí a su lado, no podía ser nada normal, no porque sea rara, si no él mismo rubio era el raro cuando pasaban temas muy explotados en su mente, la amaba tanto que se ponía como un niño con temas de adultos. Aunque claro, Keisuke era muy amable también de que podía ser un joven que se sonrojaría ya que no era un hombre digamos que muy serio, tenía muchos sentimientos y más por la persona que más ama, era normal que se pusiera ruborizado y de forma muy cariñosa, a pesar de que su cicatriz la tenía ahí, con sus sonrojos casi no se podía notar, se veía muy dulce durante las palabras de Valentina, quedo un rato pensando en su mente – ¡¿Hijos?! Que… Le digo… – a pesar que muchas veces parece un machote que no se sonroja con nada, aquí aparenta otras cosas.
Tomo valor, puso sus cejas casi juntas y miraba a los ojos a su pelinegra amada, además de que también tomo un poco de aire, sujeto con ambas manos las de ella, entrelazaba sus dedos de tal forma que se ajuntaba a su lado y con la suficiente cercanía mirando sus ojos, aquellos ojos hermosos que tenía ella, sonriendo y quedó un pequeño rato mirando sus ojos para luego tomar la iniciativa como hombre que era – bueno la verdad no me molestaría tener hijos contigo, me parece una buena idea ya que estamos teniendo la oportunidad de hacer al menos de momento un hijo, tener una responsabilidad y hacer que nuestro amor nazca algo grande, un bebé que tenga nuestra sangre, producto de nuestro amor, así es – sonrojado con una sonrisa, tomando su mejillas con ambas manos mientras acercaba sus labios lenta mente, el rubio ya no tenía miedo, ya sabía cómo afrontar las cosas, o al menos eso aparentaba claro estaba.
Ambos labios de una forma lenta se acercaban, tanto que parecía una novela donde los novios daban por primera vez un beso y por lo tanto se visualizaba en forma de cámara lenta, sus labios al fin andaban sincronizados con ambas manos sostenidas y un beso perfecto bajo la luz del sol, todo parecía ser único, sabiendo que una ave azul estaría de forma muy molesta, ya conocía al maldito, por lo tanto comerlo luego sería una buena opción, en su mente cruzaba los dedos ya que había prometido no hacer nada, aunque lo haría con ganas y mucha honra mataría un ave azul con plumas, nueva almohada tendría en su casa la cual dormiría muy cómodo, claro que sí, no era de dañar a un pequeño animal, pero este le tenía rencor, odio y más, no se llevaban nada bien.
Ya despegando sus labios de una forma muy delicada con una sonrisa, miro hacía el suelo y luego nueva mente a sus ojos – creo que ya quedamos que debemos tener dos hijos, ¿no? Pues está bien, yo me haré cargo de todo – sin más dijo lo que tenía que hacer para dejar segura a la mujer que ama con todo su corazón ya que cuando andaba con ella no podía evitar ser romántico y proteger su sonrisa y también su propio pellejo y más si tocaba que ella cocinara.
Se metieron con un pobre señor, pero ella también se había reído ambos la miraron con una cara sería pensando ambos en la misma cosa en sus mentes – ¡¿Enserio?! – ignoraron un momento eso cuando ambos tosieron y vieron que más que hacer, aún faltaban pistas y más cosa son se podía quedar todo tranquilo, claro que no. Sacaron las pistas de momento, aún faltaban más cosas obviamente una silueta sospechosa se notaba desde un rincón aunque el rubio no había sintió nada, por lo cual siguió mirando con intriga todo, clara mente le faltaban más cosas cuando comenzó a caminar y seguir encontrando huevos, ya casi el último encontrado – bien ya casi terminados – pero de repente una nota tenía casi el último, este decía lo siguiente – ”El último huevo está cerca de su narices, si lograrán encontrarlo, ¡Ganarán! – leyó con mucha calma el rubio.
Walter muy emocionado saltaba de la emoción mientras afilaba su cuchillo mientras cantaba el nombre de Blue algo como – pájaro a las brasas, pájaro para la comida, que hambre tengo, quiero patas de pollo – eso y mucho más además de que el rubio le miro para sonreír acercarse y cantar junto con él.
Tomo valor, puso sus cejas casi juntas y miraba a los ojos a su pelinegra amada, además de que también tomo un poco de aire, sujeto con ambas manos las de ella, entrelazaba sus dedos de tal forma que se ajuntaba a su lado y con la suficiente cercanía mirando sus ojos, aquellos ojos hermosos que tenía ella, sonriendo y quedó un pequeño rato mirando sus ojos para luego tomar la iniciativa como hombre que era – bueno la verdad no me molestaría tener hijos contigo, me parece una buena idea ya que estamos teniendo la oportunidad de hacer al menos de momento un hijo, tener una responsabilidad y hacer que nuestro amor nazca algo grande, un bebé que tenga nuestra sangre, producto de nuestro amor, así es – sonrojado con una sonrisa, tomando su mejillas con ambas manos mientras acercaba sus labios lenta mente, el rubio ya no tenía miedo, ya sabía cómo afrontar las cosas, o al menos eso aparentaba claro estaba.
Ambos labios de una forma lenta se acercaban, tanto que parecía una novela donde los novios daban por primera vez un beso y por lo tanto se visualizaba en forma de cámara lenta, sus labios al fin andaban sincronizados con ambas manos sostenidas y un beso perfecto bajo la luz del sol, todo parecía ser único, sabiendo que una ave azul estaría de forma muy molesta, ya conocía al maldito, por lo tanto comerlo luego sería una buena opción, en su mente cruzaba los dedos ya que había prometido no hacer nada, aunque lo haría con ganas y mucha honra mataría un ave azul con plumas, nueva almohada tendría en su casa la cual dormiría muy cómodo, claro que sí, no era de dañar a un pequeño animal, pero este le tenía rencor, odio y más, no se llevaban nada bien.
Ya despegando sus labios de una forma muy delicada con una sonrisa, miro hacía el suelo y luego nueva mente a sus ojos – creo que ya quedamos que debemos tener dos hijos, ¿no? Pues está bien, yo me haré cargo de todo – sin más dijo lo que tenía que hacer para dejar segura a la mujer que ama con todo su corazón ya que cuando andaba con ella no podía evitar ser romántico y proteger su sonrisa y también su propio pellejo y más si tocaba que ella cocinara.
Se metieron con un pobre señor, pero ella también se había reído ambos la miraron con una cara sería pensando ambos en la misma cosa en sus mentes – ¡¿Enserio?! – ignoraron un momento eso cuando ambos tosieron y vieron que más que hacer, aún faltaban pistas y más cosa son se podía quedar todo tranquilo, claro que no. Sacaron las pistas de momento, aún faltaban más cosas obviamente una silueta sospechosa se notaba desde un rincón aunque el rubio no había sintió nada, por lo cual siguió mirando con intriga todo, clara mente le faltaban más cosas cuando comenzó a caminar y seguir encontrando huevos, ya casi el último encontrado – bien ya casi terminados – pero de repente una nota tenía casi el último, este decía lo siguiente – ”El último huevo está cerca de su narices, si lograrán encontrarlo, ¡Ganarán! – leyó con mucha calma el rubio.
Walter muy emocionado saltaba de la emoción mientras afilaba su cuchillo mientras cantaba el nombre de Blue algo como – pájaro a las brasas, pájaro para la comida, que hambre tengo, quiero patas de pollo – eso y mucho más además de que el rubio le miro para sonreír acercarse y cantar junto con él.
Keisuke Bishamon- Jefe Disciplinario
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