––– Mission Rank D [Destroy]

Acomodaba todo su repentino viaje hacía una nueva misión sin duda haría algo que quizás llame la atención de todos, aunque claro de todos los E hoy tomaría una misión rango D muy peligrosa donde tenía que hacer mucho, aun sin muchas ideas en su mente de lo que podría tomar, de lo que podría hacer, mirando al cielo que también andaba un poco tranquilo aunque quizás habría un poco de lluvia aunque no le molestaba en nada ya que también la lluvia tenía lo bueno, seguía caminando con tranquilidad mientras cerraba sus ojos decidido, sin miedos, todo estaría bien mientras, observaba como los niños jugaban recordando su infancia cuando fue creado y todo lo demás, fijo fue hermoso de ver todo aquello su manos tranquilas sueltas al igual que su cabello pero atado mientras que sus cejas normal sin hacer nada extraño, básicamente un tipo tranquilo, así mismo se le podía observar, entro a la sala del consejo mágico donde allí pueden tomar los “mercenarios” misiones para ganar dinero también.

Sin pertenecer en ningún gremio tenía sus problemas de cómo ganar dinero para lo que quisiera gastar, aunque sea un espíritu él ya se había adaptado a la vida de los humanos ya que él tomaba un poco de té y comía de forma normal como todos. Al ingresar vio las pocas misiones que quedaban, algo triste, pero era lo que se tenía, observo con sus ojos una misión muy importante donde la tomo y la leyó con cuidado, notando que era muy peligrosa, el papel decía que magos no volvían y los que volvían, dijeron que todo era un terror que habían muerto muchas personas y ellos apenas vivos llegaron, una misión terrible aunque claro, él no podía morir simplemente haría algo loco.

Mostró el papel donde decía la misión que iba a tomar al sujeto del consejo lo cual le seguía mirando y le dijo si quería esa misma, que era peligroso ––si esta misma la quiero, ¿puedo hacerla?–– dijo que si, mientras sonrío y se alisto para marcharse hacía su nuevo punto de viaje y quién sabe que le pueda deparar esta misión que tan peligrosa era, aunque su paga era muy buena y básicamente hacerla sería entretenida de algún modo. Por suerte en el papel andaba un mapa donde tenía que ir, si no, sería un problema enorme ir a un lugar que desconoce totalmente.

Caminando hacía las vía del trenes uno donde pago con su dinero en una antigua misión donde lo llevaría hasta la mitad ya que lo otro sería caminar por sus propios pies donde el aventón sería hasta un poco, pero al menos ya con eso estaría hecho el viaje. Nada más que se asomó hacía el lugar donde andaban con los trenes vio a un anciano de nariz muy grande y también de gran cabello noto que este lo estaba esperando sonriendo se acercó lo cual le miro con mucha atención ––llegué, perdón la demora que me he mandado, lo siento mucho–– bajando su cabeza mientras miraba al señor ambos entraron donde este encendió el tren muy pequeño por cierto, donde era para dar aventones en sitios lejanos como el que tenía que ir rápidamente.

El viaje era grato donde por la ventanilla se podía ver la naturaleza misma y los animales muy tiernos también, aunque huían con el humo y ruido que hacía aquel tren pequeño aunque otros más “poderosos” y grandes miraban con intriga aquel vehículo mágico que se movía por magia de una lacrima que absorbe la magia para poder moverse de forma que podía ir hasta más lejos con lo que tenían ahorrado para el viaje.

A pesar de tener muchos problemas más adelante no tuvo mucho miedo, ni miedo, algo se le ocurriría acerca de esto, no perdería bajo ninguna circunstancia aunque se ponía a pensar ¿Por qué los ogros de la nada hacen esto? Tenía muchas de las dudas, además de que su misión es parte de esto, de momento pensar en opciones no haría mal con investigación haría esto más fácil de descubrir, una pista de seguro que toparía en el camino y también si se enfrenta contra alguien, aunque de forma de que él quería era terminar todo esto de forma pacífica y sin lastimar a nadie, pero sabía que eso era imposible dado que ellos se habían puestos salvajes y mataban a muchas personas.

Se había detenido aquel tren donde el señor dijo hasta aquí llegamos joven con una sonrisa mientras, el pelinegro bajaba con una sonrisa ––muchas gracias por el viaje ha sido muy divertido–– el señor dijo lo mismo, cerró la puerta mientras que se iba rápido hacía su destino y luego en unas horas vendría nuevamente a buscarlo ya que tenía que recargar magia al tren ––vaya con cuidado–– al final siguió caminando mientras se adentraba en un bosque muy raro donde tenía una forma ¿monstruosa? No se sabía distinguir bien daba mucho miedo a simple vista parecía que un mismo diablo vivía ahí y terminarías muerto, aunque decidido, y sin miedo avanzando hasta aquel enorme sitió lleno de árboles arriba de estos para no ser comido por unos animales peligrosos que andaban en la tierra, que con un mal paso podría quizás terminar muerto en segundos sin poder escapar.

Caminando con plena curiosidad ya que cada pisada era una cosa muy diferente, cada árbol podía observar muchas cosas debajo de este, muchos animales que se comían unos a otros ya se sabía porque era un bosque muy peligroso ––si no tengo cuidado, podría morir–– se dijo así mismo en voz alta mientras seguía saltando y saliendo de ahí para encontrar la guarida de los ogros que hacían maldades, cuando de repente dio un salto hacia atrás nuevamente, noto un ataque y como se quemaba dicho rama gigante del árbol ––¿Acaso es magia de fuego? ¿Acaso, serán ellos? Vaya problema–– decía mientras se mantenía en guardia y saltaba directo golpeando con una patada en la cara del ogro y este cayera al suelo.

Rápidamente dos más llegaron, pero con magia de hielo y agua lanzando un ataque combinado, saltaba hacía la punta de un árbol donde con velocidad, apareció debajo de ellos pegando en sus piernas y así, su equilibrio fuera roto en el sentido que se cayeran y golpearlos para que no se movieran mucho, con un fuerte golpe no se moverían como deben y así mismo igual podrían responder a lo que dijera el pelinegro, mientras de que lo observaban de forma que este dudaba mucho de qué hacer, pero claro debía completar esta misión cuanto antes, se suponía que diez son los más fuertes y tenía a tres… Vaya problema tenía en sus manos por así decirlo, pero se calmó y agacho mientras le miraba a los ojos cada uno de ellos, quizás ellos contestarían sus dudas.

Les dio un poco de agua además de que se sentó con ellos con calma mientras sabía que no hablarían mucho, pero no usaría la violencia con ellos ––mi nombre es Rairikuro Takayuki, un gusto conocerles, lo siento que les haya golpeado de tal forma… No quería hacerlo, pero no tuve elección–– los ogros se sorprendieron aunque claro que uno, se enojó ––¡No te burles de nosotros, humano, tu eres igual que todos!–– miro sorprendido la ira de aquel ogro, aunque claro, se había equivocado en muchas cosas con sus palabras tanto que se acercó y le miro con mucha sorpresa, algo había sucedido después de todo ––en eso te equivocas señor ogro-san–– dijo cuando este quedo sorprendido a las palabras que decía, directamente él no era humano, pero físicamente “lo era” ––¡¿En qué me equivoco, humano?!–– sonrío y le miro nuevamente de forma amistosa mientras se sentaba a su lado –– es que… Yo no soy humano, soy un espíritu celestial de la constelación del Dragón–– los tres quedaron muy impactos de forma que no sabían cómo reaccionar a lo que había dicho, directamente su poder mágico, todo era muy distinto.

Simplemente no sabían cómo decirle a Rairi lo que había dicho, aunque noto que alguien vendría y no era solo una presencia venían muchos más. Estos comenzaron atacar, eran más ogros intentando aniquilar al pelinegro, saltando, esquivando, corriendo todas las magias daban en el suelo, en los árboles pero no en Rairi. Todos los que faltaban es decir los sietes ogros defendiendo a sus amigos, atacando al espíritu aunque no sabían que, no era humano pero como le vieron en su forma humana decidieron atacarle sin dudar, algo oscuro andaba en duda ahí, algo había pasado y lo que haya sucedido fue totalmente malo para estos ogros. Los ataques seguían viniendo y no sabía qué hacer en ese momento, atacarlos… Eran muchos para hacer un contraataque aunque tampoco quería huir, tenía que idear un plan, se escondió atrás de un árbol gigante donde vino uno de ellos y lo golpeo con su rodilla en su estómago.

Ataco a otro que venía en otra dirección con su puño en el abdomen con fuerza necesaria para derrotarlos, de siete, quedaron cinco. Aunque los dejo inconsciente para no decir donde se encontraba y los dejaba en el mismo lugar que los otros tres, mientras se ocultaba en los pastizales con mucho cuidado mientras observaba a dos venir con mucha tranquilidad golpeando a los dos rápidamente en la nuca para que perdieran la conciencia con una fuerza que no era capaz de matarlos, faltaban tres más.

Seguía oculto aunque rápidamente con dos golpes en la nuca a dos más quedaron inconscientes y el último con una patada en el abdomen también quedo fuera de pelea, se había movido mucho ya andaba agotado sin duda alguna tenía que descansar, pero… Antes los ato con una soga que les quito a ellos que tenían para él y así mismo se sentó a tomar agua con tranquilidad ––Sí que eran muchos… Vaya pelea más agotadora, sin duda alguna son fuertes… Pero debo esperar que despierten para escuchar su historia–– tomaba un poco de agua, ya casi sudaba algo, fue muy difícil atraparlos esperando que no vinieran más, aunque miro el papel y decía que solo diez sabían usar magia o eso mismo no se podía decir que otro más supiera.

De repente al pasar unos minutos estos recobraban la conciencia un ogro de fuego quiso quemar dichas sogas pero no podía no tenía más magia ––no te sobre esfuerces, no les haré nada, lo prometo–– dijo muy serio hacía ellos, ––los tengo así porque me pueden atacar y no sería bueno–– dijo mientras tosía y uno de ellos enojado antes que dijera algo uno de ellos hablo rápidamente ––tranquilos compañeros, no es humano… Es un espíritu celestial, solo tiene forma como uno–– los demás que no lo sabían se sorprendieron al escuchar eso sabiendo que era un tanto imposible, pero lo era.

Dio unos pasos quedando muy cerca de ellos ––yo vine con el propósito de saber que pasa, porque están atacando, ¿Hay alguna razón, que le hicieron los humanos para hacer todo eso?–– todos quedaron en silencio un momento ya que al parecer había pasado algo sumamente enorme que quizás… Los humanos habían hecho muy malo, pero sabía que no todos los humanos eran así y quizás fue idea de algún gremio oscuro… Tenía que pensar en quién pudo haber sido y hablar con ellos.

Pensó rápidamente algo y les miro ––no todos los humanos son iguales…. No sé qué haya pasado, pero así lo creo yo–– dijo con mucha seriedad y creía en su palabra mientras aquellos “amigos” no podían pensar igual de la forma que pensaba Rairi, ––¡¡Ellos destruyeron nuestro hogar, mataron a nuestros amigos, malditos humanos, nos toman como una especie inferior, débil, abusan de nosotros!! ¡Tú dices eso porque tu amo quizás fue un humano, pero es una mierda igual que todos!–– Rápidamente perdió la calma de algún modo y lo sostuvo de su ropaje que tenía y le miro ––¡M-MI PRIMER AMO NO ES ASÍ NO HABLES MAL DE ÉL, NUNCA MÁS!–– dijo con seriedad mientras que se asusto aquel ogro mientras se disculpó por miedo de lo que venía.

Lo soltó y claramente le miro nuevamente a los ojos ––mi amo… Cuidaba de los animales, siempre protegía a todos, ¡Él no es como tu crees!–– sus lágrimas habían salido, para luego limpiarse y mirarlos ––¡Estoy seguro que fue un mago oscuro que ha planeado todo esto!–– todos le miraron y así mismos decidieron “creer en él” de forma hasta que llegarán al fin de todo cuando de repente se escuchó un disparo en la aldea reciente de los ogros, en ese momento los libero y salió corriendo con ellos en esa dirección rápidamente un hombre enmascarado empezó a atacar, a los que andaban ahí, por suerte de momento nadie había muerto.

Con un gran salto y cayendo encima con una súper patada en su rostro destruyendo su máscara, tapando su rostro con su mano miro rápido hacía donde andaba Rairi salvando a un pequeño bebé ogro ––¡¿Maldito cómo te atreves golpear mi rostro?!–– rápidamente con mucha velocidad en la parte de sus piernas recorría mana con furia por lo que intentaba hacer le daba una patada muy fuerte con su magia en su estómago ––¡Patada Yang!–– justo en una forma muy poderosa donde su energía vital y del mana fue afectada en el golpe haciendo que este tocará el suelo con sus rodillas y manos, rápido corriendo sin dejarlo respirando otra gran patada con su magia en la cara.

Ya casi inconsciente con su propia mano, sin magia directo en su cara y lo dejaba tirado en el suelo sin fuerza para poder levantarse ––has hecho… Muchas cosas imperdonable–– dijo muy serio mientras golpeaba con su pie en su abdomen con mucha fuerza y pateaba su mejilla, los ogros aplaudieron y dieron las gracias por lo que había hecho ––¡Muchas gracias, Rairikuro, nos has salvado!–– sonrío y dejaba atado a ese hombre ––de nada me alegro que anden todos bien, ¿Qué harán con él?–– dijo, aunque lo que le pasará ya no le importaba ––algo haremos…–– sonrío y así mismo cerro sus ojos ––está bien, ¿ahora hacemos un pacto, de que no atacarán más?–– dijeron que si.

Rápidamente todo logrado corriendo hacía el tren que llegaba un poco rápido al menos llegó y se fue, una nueva experiencia acabada.