––– Mission Rank D [Protection]

En una mañana muy tranquila cuando el dragón andaba en el mundo espiritual donde todos los seres de las llaves andaban en aquel lugar tan amplió tan lleno de estrellas, unas nubes blancas y esponjosas el tiempo que transcurría en el mundo espiritual era mucho tanto que el doble, pasaban muchas cosas. Ya con su propia magia activando las puertas para ingresar al mundo de los humanos común, como siempre lo hacía, no había duda que donde andaba su llave era un misterio, pero claro caminando con las manos en su espalda con tranquilidad una sonrisa marcaba una gran rostro feliz, mientras que veía las nubes del mundo humano que andaban muy lejos, pero a la vez “cerca” ––veo que los humanos, siguen estando de una forma muy llamativa, trabajadores y más–– dijo muy feliz en su mente mientras seguía caminando con plena seguridad de si mismo.

Tenía ganas de probar un poco su fuerza, por lo tanto camino directo hacía un lugar donde los mercenarios ––creo que haré una misión–– dijo feliz en su mente, mientras paso y vio una misión un tanto especial ––Guardaespaldas del Señor Demian–– sus dedos toco el papel, después agarro el papel y pidió esa, el hombre del consejo mágico movió su cabeza de aprobación y le dijo que tuviera cuidado y bajo su cabeza, Rairikuro con todo respeto luego de levantar su cabeza como muestra de respeto comenzó a viajar donde tenía una misión la cual debía lograr, sin duda alguna su mente positiva le decía que hoy sin duda alguna tenía dinero que gastar y salvar a alguien como un desconocido, aunque claro también vería muchas cosas más.

Su valentía además de su orgullo decían que tenía una vida que ayudar un hombre trabajador, al igual que su primer amo Taisuke, tomo unas cosas necesarias una comida china para el viaje, ya que tenía que ir a tren al sitió indicado, mucho viaje hoy.

Ya subiendo al tren como debido como todos los pasajeros que tenían su tiempo ingresando con mucho cuidando a uno de los asientos, cuando un niño se había tropezado ya casi cayendo al suelo, sujetando a este con mucho cuidado mientras sonreía y le miraba a este con plena felicidad dado que no era un hombre que tenía una cara que daba miedo ––¿se encuentra bien, no está herido?–– dijo con mucha amabilidad y el niño respondió que andaba bien mientras su madre le llamaba por su nombre por allí, este pequeño dio las gracias y se fue despidiendo con la mano y una sonrisa en sus labios, sus ojos cerrados en ese instantes, se tomó su tiempo, se sentó a un lado donde había una persona ––disculpe ¿Puedo tomar asiento aquí?–– la persona que andaba en el otro lado no le importo, tomo un libro donde leía con mucho cuidado mientras podía observar aquel hombre dormir.

Se le había caído la manta que tenía puesta para dormir, con una tranquilidad se la volvió a poner mientras miraba que no le pasará nada y al final todo andaba bien, ya viendo que todo andaba perfecto sus ojos fueron al libro. El tren ya se movía con plena velocidad muy potente y todos ya andaban en sus lugares, como bien parecía andaba calmado y muchos niños, incluso uno lloraba al lado, tal cual el pelinegro sonrío le toco la cabeza para que se calmará, rápidamente de algún modo se calmó para dormir.

El tren se detuvo en clover donde tenía que bajar para ir hacía la dirección que decía el papel, con mucho cuidado mirando una ciudad que no había venido, según tenía la información en sus conocimiento aquí, un lugar donde los maestros, grandes personas se reunían aquí en un sitio muy esplendido y calmado ––no parece un mal sitió–– seguía caminando cuando miraba muchas familias también reunidas y niños jugando como si nada pasará, aunque claro tenía una misión que completar.

Siguiendo el “mapa” que indicaba aquel papel, mirando y caminando claramente seguía con normalidad y vio que iba por buen camino ––es por aquí–– dijo, vio una gran mansión muy enorme, ingreso a la mansión donde mucha seguridad lo toco por donde no debían también, aunque claro quedo mirando con ganas de “aniquilarlos” pero luego se calmó, mostro su papel donde tenía el mapa y lo dejaron ingresar, ingreso por grandes puertas a un lugar muy enorme.

Quedo con los ojos abiertos y anduvo asombrado dado que lo visto, aunque claro ya sabía que una cosa así debía pasar, camino directamente donde una dulce y hermosa mujer que andaba señalando,  o mejor dicho llevando al dragón hacía donde tenía que ir para hablar acerca de la misión con aquel señor importante que debía viajar y no podía porque lo habían amenazado de muerte, con eso no podía salir ni un momento afuera de su casa, ni de su habitación, rápidamente la mujer golpeo la puerta con mucho cuidado y también con su sonrisa, el pelinegro de Rairi sonrió también con sus ojos cerrados, mientras que una joven de un hombre adulto se escuchó ––puedes pasar, Anna–– eso hizo que ella abriera la puerta dejando ver aquel hombre importante con traje, una corbata muy colorida, sin duda alguna alguien con dinero.

Entro él solo la mujer se fue bajando su cabeza y haciendo una reverencia y además cerró la puerta ––veo que has aceptado mi solicitud, mago, me es increíble que solo haya venido uno solo… Pensé que vendría más gente–– preocupado dijo lo siguiente, mientras que abría sus ojos el dragón, Rairikuro andaba calmado dado que esto debía mantener un poco de paz interior suspirando un poco y dejando que toda duda, todo “mal” se fuera y además haciendo un pequeña reverencia hacía al hombre ––lamento que haya sido yo y nadie más en esta misión, pero usted no debe alterarse, todo irá bien–– el hombre también suspiro pero sonrió dado que el pelinegro le dio mucha tranquilidad en todo, básicamente con sus palabras calmo su alma angustiada y asustada ––muchas gracias, sus palabras me han calmado–– bajo su cabeza el pelinegro y sonrío de forma haciendo una reverencia mientras le seguía mirando ––mi nombre es Raikuro Takayuki, un gusto conocerle señor Demian–– no dijo más, simple y directo en plena charla, debía saber su nombre o no sabía cómo ser llamado.

El hombre con una sonrisa también hizo una reverencia ––es un gusto, Takayuki-san, me alegra que hayas venido a mi petición, pensé que nadie vendría a salvarme… La verdad, es que…–– tenía mucho miedo y este temblaba mientras no sabía cómo hablar, tartamudeaba, sin duda alguna tenía mucho miedo. Una pobre alma de un hombre trabajador, tenía una presión importante y ya con pocos días, hoy era el último día de ir hablar con el hombre y no solo era eso, después de calmarse tomo un poco de aire y continuo ––hoy me reúno con un amigo el cual es constructor y haremos un hotel para magos. Debo hablar de lo principal con él y también no solo eso, si no también más, dado que también una comunicación con muchas más personas, pero como verás… Salir de mi habitación es peligroso–– quedo pensando con tranquilidad mientras el hombre le miraba, sin duda debía hacer algo y rápido para que esto acabará bien y no hubiera problemas y todo saliera bien.

Sonrío y le miro con plena tranquilidad ––veo… Que lo han molestado mucho, todavía estos magos… Son unos estúpidos, lastiman a un hombre que piensa en ellos, la verdad no tienen un perdón por ningún lado, sin duda alguna, está misión será completada con éxito, señor Demian–– no había nada que lo volviera loco, todo lo haría con la calma sin duda alguna tendría que acabar con todo esto.

El hombre más energético sonrío también mientras contesto ––¿Usted cree que podremos salir y hablar con la persona que tenemos que ir, es decir mi buen amigo, o hay que hacer algo, como un preparativo?–– sonrío el pelinegro mientras puso su mano en su barbilla mientras cerraba sus ojos no iba a decir mucho claramente pero tenía que idear una cosa para que todo saliera bien, había un riesgo muy grande salir y también puede que no sea un simple mago, quizás… Había muchos mercenarios buscando algo grande, ya que le parecía raro todo esto.

Miro hacía la ventana de Demian con plena curiosidad y luego le observo ––le tengo una pregunta señor, ¿Usted tiene algún enemigo, que quiera verlo hundido, o algo similar? Se me vienen muchas cosas a las cabezas, es raro que los magos ataquen cuando las cosas salen así–– el hombre cerro sus ojos mientras pensaba con mucha paciencia, aunque también sin saber mucho que quizás había alguien detrás de eso ––yo creo que alguien contrato magos para esto, es decir dejar que usted sea poderoso en todo lo que tenga, que ver el dinero, ¿está seguro que no tendrá algún rival?–– seguía con la charla viendo posibilidades mientras le seguía mirando y el hombre bajaba su cabeza con mucho miedo aunque tampoco quería decir mucho ––puede que si… Pero no me gustaría decir mucho… Ya que no estoy completamente seguro…–– sonrío Rairi y nada más que hacer, simplemente suspiro y sonrío, para decir ––esta bien, tiene razón en eso, no hay nada que discutir, veremos eso más tarde–– camino hacía la ventana y corría un poco la cortina mirando hacía muchas direcciones.

Observo cada cosa, claramente se le pensó mucho… Y la verdad le parecio raro que aun… No atacarán, sin duda alguna pudieron tener oportunidad de atacar ya que las personas que andaban ahí no tenían magia y entrar podía ser fácil.

Se acercó al señor Demian con muchas dudas pero no dijo nada, claramente sabía más o menos que pasaba ––creo que podemos salir e ir hablar con su amigo para el acuerdo, ya que no hay nada que pueda atacarnos, cualquier cosa yo entro a la acción, señor Demian no hay que tener miedo–– dijo mientras el señor se levantó se arregló sus cabellos y simplemente peinaba su bien cuidado bigote, abriendo ambas puertas con un carácter decidido, hoy todo quizás iba a salir bien.

Ya saliendo de allí con algunas preocupaciones, aunque Rairi no tenía ningún problema ya que andaba muy calmado, una tranquilidad emitida muy saludable para cualquiera  que anduviera con él contagiando algo simplemente genial. Ya saliendo todo acomodado el señor claramente se abrieron las grandes puertas donde al frente en pleno directo salió primero el pelinegro, ya cuando el señor salió segundo para no tener tantos problemas y así el más joven aparentemente podía darle mucha calma al otro, calmado mientras el viento movía sus cabellos negros, sus ojos escarlatas mirando hacia adelante, sus piernas avanzaban de un paso a otro muy lento para no andar haciendo esto como un especie de miedo ––¿Hacía donde tenemos que ir, señor Demian?–– muy amigable y sereno, mientras espero su respuesta, ––debemos ir al centro de la ciudad cloverr, donde hay una casa al centro, ahí donde podemos charlar con mi amigo de forma tranquila y protección–– ya con eso comenzó caminar directamente hacía allí sin miedo cuando de repente, escucho un ruido un tanto ¿inusual? Si así era la palabra, tomo al señor del brazo y lo movió.

Un ataque de cuchillos, pero pudieron moverse al tiempo que le dieran y quedaron clavados en el suelo. Ya con su distancia, vio que eran unos cuatro magos, aunque claro noto unas ganas de matar por parte de ambos muy peligroso, tanto que sus ojos se tornaron más rasgados con su pupila marcando forma de un animal salvaje mientras miraba aquellos magos ––más les vale no tocar a este hombre, lo digo por si… Valoran su propia vida–– no mostró reacción de andar enojado, serio ni nada, andaba calmado, su tranquilidad aunque sus ojos decían “matar” con solo verlo se podía sentir, aunque no tenía ganas de aquellos. Rápidamente noto que uno dio un salto hacía un lado y otro, hacía aún lado ––señor Demian con cuidado vaya hacía atrás–– dijo avisando con una sonrisa, ––e-esta bien… ¡Tenga cuidado, Takayuki-san! ¡Por favor!–– asintió con su cabeza, ya que cada paso tres atacaron directo, puso sus manos con calma, bajando su cuerpo un poco, haciendo un movimiento de giro y levantando su pierna derecha y atacando a los tres.

Había usado una de sus magias ––¡Patada Yang!–– una llama blanca en su pierna había salido y golpeo a los tres, mandando con fuerza los tres hacía atrás. Sonriendo, Rairi se puso nuevamente en forma de combate, mientras todos huyeron apurados y sin más que hacer, el pelinegro hizo un suspiro nuevamente y sonrío, había defendido al hombre a la perfección, ––¡Takayuki-san, ¡ha sido asombroso!–– dijo con mucha sorpresa cuando vio aquel magnifico ataque de patadas hacía los tipos, aunque claro eso no iba a hacer nada, aunque pelear en desventajas con tres heridos tampoco hubiese sido muy bueno para los tres.

Sonriendo muy alegre contesto ––no, para nada, simplemente protegerlo me dio las fuerzas suficiente para golpear a esos tres–– con calma, miro hacía el señor haciendo una reverencia ––bien ¿continuamos?–– caminando junto al lado del señor con su intuición activada para que todo saliera bien ––¡Claro!–– ambos siguieron su destino, hasta que lo hicieron, ambos entraron y fueron recibidos de una manera agradable y única, mientras sonreía mirando hacía todos lados, vio a su amigo ¡Eran idénticos! Vaya lo único que su amigo tenía una barba sumamente grande y bien cuidada. Ya recibido y con mucha seguridad, ––¡Demian, mi gran amigo! ¡Estaba muy preocupado por ti!–– salto encima del señor Demian y le miraba con mucha preocupación, Rairi contento miraba, esa gran amistad.

Vio a Rairi con una sonrisa y noto la presencia del pelinegro ––¿El es tu ayudante, Demian? ¡Pues muchas gracias por cuidar de mi gran amigo!–– sonrío puso su mano hacia adelante y bajo su cabeza, no iba a decir nada, para no interrumpir nada ––si es un mago muy talentoso se llama Rairikuro Takayuki, gracias a él estoy a salvo hace un momento nos atacaron… Eran cuatro, ¡Pero él venció a tres en un solo giro de patadas! ¡Fue sorprendente Bobby!–– al parecer el nombre de su mejor amigo era Bobby, un raro nombre… Aunque tampoco iba a decir, o pensar mucho en cosas negativas, no era lo que pensaba hacer ––¡Ohh, señor Taka-san, muchas gracias de nuevo!–– seguía sonriendo y sin decir nada, ya que simplemente se limitaba a decir algo.

Pero, esta vez por educación también le contesto ––denada, señor Bobby, la verdad fue un honor salvarlo y también, me siento muy feliz por sus grandes palabras hacía a mi–– ponía sus manos juntas y bajaba su cabeza, una reverencia hacía la persona del frente que era el amigo del señor Demian.

Su sentidos de pelea se encendieron, toco ambas cabezas de ambos y los tiro al suelo, alguien había lanzado un ataque de fuego directo ––creo que ya vinieron, les tomo un poco de tiempo, pero vinieron–– tomo a los dos y los saco de ahí en la puerta trasera donde quedaron allí, mirando hacía por la ventana del lugar no había nadie algo totalmente extraño ¿Volvieron a huir? No se sabía nada, de nada… Pero claro ya con las personas de seguridad y ambos señores a salvo, de algún modo todo salió bien y nadie murió ––de algún modo salimos con vida, si no hubiéramos movido hacía abajo… Todos hubiéramos muertos, que alegría que todos están en perfecto estado–– todos sonriendo, pero aun pensando muchas cosas, como ¿Quién haría algo semejante, porque? Aún tenía la sospecha de que alguien quiere ver destruido al señor Demian y lo harían con cualquier método, incluso matar gente.

Saliendo de allí que estaba todo quemado, caminaron hacía otra casa la cual discutieron sobre los temas que debían, sabiendo que aún faltaban muchas cosas, ambos estrecharon su mano, todo salió bien, aunque faltaban más cosas y sobre todo… Derrotar a esos magos que habían sido contratados por quién sabe de tipo, de persona logro contratar dichos magos que asesinarían a alguien por simple dinero.

Se calmó y seguía pensando, ya llegando a la mansión. Miro rápidamente al señor Demian lo cual se le ocurrió una idea ––Señor, tengo una idea que decirle–– ambos se fueron a la habitación del señor Demian, donde discutieron unas cosas muy importantes, ––¿Cree que funcione?–– dijo muy emocionado mientras le decía que mandará una carta donde cambiaría el lugar de la reunión al señor Bobby, y él iría disfrazado al punto donde estarían los magos, ––¡Me parece una buena idea! Pero… ¿Tu estarás bien?–– sonrío Rairi y afirmo con su cabeza, no había nada que temer ––usted tranquilo, nada malo pasará ya va a ver, cuando acabemos con esto, podrá andar bien y sin miedos–– sonrieron ambos y de ahí planearon más cosas.

Al fin el día llego donde la reunión se hacía exactamente hoy en unos minutos claro, ambos ya con todo hecho, donde se arreglaban como tal haciendo, todo lo indicado correcto y más.

Un traje elegante que marcaba mucha diferencia, aunque era muy difícil moverse con eso dado que no está muy familiarizado con la vestimenta no tuvo de otra, acomodando aún más lo que le faltaba un bigote falso en sus labios acomodando más camisas en la zona de la pansa para así definir más su perfil del señor Demian al cien por ciento, con un gran sombrero en su cabeza mientras que todo lo demás seguía igual, aunque claro a quién atacarían sería a un falso que puede luchar contra ellos, según la mente de Rairi eran cuatro magos de rango E pero como eran tantos y su formación era similar a la de un mago rango D quizás debía tener mucho cuidado con forma de que lo ataquen.

Estando en la puerta sin ser abierta, el señor Demian lo vio por última vez con mucho miedo por lo que haría ––ten mucho cuidado, Rairi, por favor no muera…–– sonrío y acomodo su bigote con una sonrisa el pelinegro mostrando que podía completar su misión con éxito ––no este así, tranquilo, todo estará bien, no hay nada de porque temer–– con más seguridad en sus palabras, más que nunca todo saldría bien ya que su mente decía que aquellos hombres irían a un lugar donde el verdadero jamás tocaría su pie ahí, todo estaba bien calculado y ya se podría decir que todo andaba a la perfección. Ya abriendo las puertas, con un hombre de seguridad disfrazado de él mismo con su traje chino caminaron hacia el norte.

El señor Demian real iría hacía al Sur donde su amigo Bobby estaría allí. Ya llegando a su lugar de “encuentro” del norte, el falso Demian tomo asiento y miro a cuatro personas con mucha ropa escondido su rostro con este, noto que eran ellos.

Mando al guarda de seguridad que andaba disfrazado de él mismo lejos dado que ya comenzaría la acción, viendo como se le acercaron y pusieron un cuchillo en la mesa donde no había nadie por ahí, donde una nota decía “hoy acaba tu vida” sonrío, tomo de la garganta a uno de ellos y lo dio contra la mesa y lo noqueo con una fuerte patada, andaba contento ya había salido todo bien, sin duda alguna todo perfecto y además dejo uno fuera de lugar ––que bueno, que todo salió bien y más deje uno fuera, solo me quedan tres–– los tres que andaban atrás retrocedieron con mucho susto no sabían que pasaba, todo su plan había salido mal.

Uno de ellos sacaba unas dagas donde fue directo al pelinegro con su intuición noto eso, sostenía sus ambas manos le pego con su rodilla en su pera, haciendo que soltará las dagas y colocaba su mana en ambas manos –– Golpes Yin –– dando un golpe en su estómago y luego atrás de su nuca con las palmas desnuda de sus manos haciendo que perdiera el conocimiento. Luego de eso rápidamente con una velocidad increíble le dio un golpe en el estómago a otro más, y con la otra palma de mano en la frente al faltante, haciendo que esto fuera un poco imposible su movimiento, dado que al que había noqueado con facilidad estaba ileso, pero estos habían recibido la antigua patada y un no estaban curados al cien por ciento.

Rápidamente el guardia vino y con magos del consejo mágicos haciendo que ellos se los llevará hacía la prisión por su intento de asesinato ––todo salió bien, que bueno–– decía donde fue directo hacía al señor Demian lo cual le encontró bien y todo había sido firmado a la perfección, ––¡Takayuki-san! ¡¿Estás bien?!–– dijo exaltado, preocupado mientras le miraba ––si estoy bien de maravilla, ya están atrapados bajo prisión en la cárcel mágica en el consejo mágico, no hay nada de qué preocuparse–– suspiro aliviado mientras se sentaba en unas de las sillas, pero le paso la carta y una foto de los que tenían los magos que le iban a atacar ––este es el sujeto que le dije que alguien los mando, era cierto–– el hombre trago saliva quedo mirando de forma impactado mientras luego se deprimió ––ya veo… Muchas gracias, Takayuki-san, me ha ayudado bastante–– sonrió y puso su mano adelante con pleno respeto hacía el señor Demian.

Sonrío de forma tranquila y le miro ––tranquilo, yo sé qué hará lo correcto, no hay nada de que temer–– el señor Demian sonrío ––muchas gracias por todo, Takayuki-san–– después de eso el pelinegro se marchó con una sonrisa directamente lejos de ahí.