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Siembra de naranjas [Misión Rango D]
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Siembra de naranjas [Misión Rango D]
- Especificaciones de misión:
- Siembra de Naranjas
Un granjero les pide ayuda a unos magos a que siembren naranja en su huerta donde normalmente antes solía plantar plantas carnívoras para así venderlas al mercado.
Tu misión consistirá en sembrar dichas semillas pero ten en cuenta que ciertas semillas que no se habían quitado antes han germinado y por lo tanto estas plantas carnívoras están demasiado escondidas para así atrapar a su víctima y devorárselas. Estas mismas son considerados un monstruo de tipo rango D.
Lugar: Planicies/más lugares
Magos: 1-3
Recompensa: 200
Había sido un viaje largo, largo y agotador, demasiado agotador además de enfermizo, por demás enfermizo. Cualquiera diría que estaba exagerando pero para él, siendo un dragon slayer con la debilidad por los vehículos que eso supone, en verdad fue un martirio tener que aguantar en aquel tren durante tanto tiempo. El lugar al que se dirigía estaba demasiado lejos del gremio, en un pueblo aislado que se dedicaba más que nada a los trabajos rurales para exportar a las grandes ciudades
¿Y qué iba a hacer allí? Pues un trabajo, habían solicitado a Sabertooth ayuda para hacer una siembra de semillas de naranja en una huerta importante, la cual proveía de frutas a gran parte del reino de Fiore. La cosa sería fácil, si se pasaba por alto el detalle de que había alguna que otra planta carnívora por la zona, rezagadas que se habían quedado en el huerto escondidas luego de que las demás fueron retiradas, y claro, representaban una gran amenaza para quien se acercara demasiado y no pudiera defenderse del ataque.
Claramente un mago era la mejor opción para el trabajo de replantar, total con la magia podría defenderse de las plantas que le aparecieran.
- Nunca más... vuelvo a hacer un viaje en tren tan largo... -dijo a la nada mientras prácticamente arrastraba los pies por el camino, aún sin recuperarse al completo del malestar que sufrió durante todo el viaje hasta esa zona del reino, aunque el aire puro que se respiraba ayudaba bastante.
El camino por el cual caminaba era uno de tierra, enmarcado por el constante ir y venir tanto de personas como de animales, a los lados de este una vegetación verde no muy crecida. El camino atravesaba grandes prados llenos de vegetación, vieras por donde vieras todo era como un mar verde claro, con detalles en flores pequeñas de variados colores. Puntos rojos y amarillos era todo lo que se veía de ellas al estar tan alejadas, pero era suficiente para dar un toque aún más hermoso a ese paisaje.
El buen aire que corría lo ayudo a recuperarse más rápido, saliendo del horrible mareo que sentía desde que había salido de la estación de trenes en la que le habían indicado que se bajara. Estaba a 2km y era la más cercana, así que no se podía quejar, tampoco era una gran distancia que recorrer, podía llegar rápidamente si se apuraba, pero no quería hacerlo, prefería caminar con tranquilidad y disfrutar del paisaje que lo rodeaba.
Cuando se fue acercando fue visible para él, en la lejanía, en enorme granero de madera, la edificación más grande y central de la hacienda que se extendía por una amplia zona frente a él, a un lado del camino. Tras esta, gran parte del prado se había convertido en tierra removida y fértil donde plantar, toda esperando ser sembrada. Era una zona enorme, en la que sería fácil para plantas carnívoras ocultarse bajo tierra, a la espera de que algún desafortunado se acercara demasiado para devorarlo.
Al llegar a la entrada echo una mirada hacía dentro, donde varías personas, en su mayoría hombres vestidos con ropas simples y algo sucias, iban de un lado a otro, llevando maderas y cargamentos pesados de distintas frutas y verduras, cargando todo en enormes camiones para exportar- ¡Hay un chico en la puerta! -grito uno de ellos al notar su presencia, así que decidió quedarse allí esperando a que alguien viniera a recibirlo y explicarle un poco la situación.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: Siembra de naranjas [Misión Rango D]
Espero pacientemente a que alguien lo viniera a recibir, parado en la entrada con las manos en los bolsillos de su chaqueta negra, del mismo color de sus pantalones y botas, además del típico parche que llevaba sobre su ojo derecho. Más de un trabajador de los que cruzaban por la entrada lo miro de reojo por este último detalle, pero él no les presto mucha atención, solo se concentró en pensar una forma de sembrar más rápidamente todo ese campo.
- Hey niño -salió de la jaula de sus pensamientos al oír aquello, volteando en dirección al portón de entrada para ver parada, al otro lado de este, a una mujer joven, de no más de 25 años, vestida con un overol de jean azul corto y una remera blanca debajo- ¿Qué quieres aquí? Ya no estamos buscando repartidores, pero vuelve en unos días si quieres, te encontraremos lugar -dijo antes de voltear, muy segura de que con quien trataba era solamente un chico del pueblo.
Alex no pudo evitar sentirse algo apenado por no ser reconocido como mago desde un principio, pero prefirió no decir nada sobre ello- Disculpe señorita, pero creo que hay un malentendido -la mujer se frenó al escucharlo hablar, girando sobre sí misma para mirarlo por sobre su hombro, sin terminar de voltearse. Su mirada era fácil de interpretar como un "¿Qué?"- Soy el mago que envió Sabertooth, ya sabe, por el asunto de las plantas carnívoras y la siembra de naranja -las palabras del muchacho provocaron que la chica abriera los ojos como platos, incrédula.
- ¿Tú... eres el mago que mando Sabertooth? -pregunto, aún incrédula. Alex solo se limitó a asentir con tranquilidad pese a haber notado la sorpresa en la expresión de la mujer- Pero si pareces muy joven ¿Cuántos años tienes? -pregunto mientras se acercaba al portón de nuevo, aún sin creerse que él era mago de un gremio como Sabertooth.
- Tengo 19 años, y créalo, señorita... -bajo el cierre de su chaqueta hasta la mitad del estómago, abriéndola un poco para dejar visible la marca de su gremio en color negro sobre su pectoral derecho- Soy mago de Sabertooth, y el mago que tomo este trabajo y autorizaron para cumplirlo, así que por favor ¿Me mostraría donde está la zona de las plantas carnívoras? -pregunto con tranquilidad ante la sorpresa de la mujer, que luego de superar el shock inicial se resignó, soltando un suspiro antes de abrir el portón para dejarlo entrar a la hacienda y poder guiarlo por ella hasta la zona de peligro.
- Aquí es -indico la mujer al llegar a la zona afectada, un cuarto de hectárea de tierra fértil que se extendía frente a ellos- En toda esta zona teníamos las plantas carnívoras, pero unos días después de podar todo uno de los empleados reporto que fue atacado por una planta que salió de debajo de la tierra, al parecer quedo alguna rezagada por aquí. -soltó un pequeño suspiro- Nadie quiere trabajar con el peligro que representan, así que nos vimos en la necesidad de contratar a un mago, y Sabertooth nos pareció la mejor opción -miro al chico de arriba a abajo, inspeccionándolo- No te ves muy fuerte, pero si puede hacer esto me tragare mis palabras y además de la paga, proveeremos a tu gremio de frutas por un año, y gratis -sonaba como un desafío, pues realmente la mujer no creía que el muchacho pudiera con el trabajo.
Alex se quedó pensativo por un segundo, el trato le convenía, además de que estaba seguro de que podría con aquella planta- Tenemos un trato, señorita -sonríe leve, siendo esta sonrisa correspondida por la mujer que se acercó a estrechar la mano del muchacho, asintiendo.
- Entonces... empieza -dijo y se fue sin más, dejando al joven mago solo con un cuarto de hectárea en la cual trabajar. Él solo miro al frente y suspiro, a sabiendas de que eso tardaría bastante.
- Hey niño -salió de la jaula de sus pensamientos al oír aquello, volteando en dirección al portón de entrada para ver parada, al otro lado de este, a una mujer joven, de no más de 25 años, vestida con un overol de jean azul corto y una remera blanca debajo- ¿Qué quieres aquí? Ya no estamos buscando repartidores, pero vuelve en unos días si quieres, te encontraremos lugar -dijo antes de voltear, muy segura de que con quien trataba era solamente un chico del pueblo.
Alex no pudo evitar sentirse algo apenado por no ser reconocido como mago desde un principio, pero prefirió no decir nada sobre ello- Disculpe señorita, pero creo que hay un malentendido -la mujer se frenó al escucharlo hablar, girando sobre sí misma para mirarlo por sobre su hombro, sin terminar de voltearse. Su mirada era fácil de interpretar como un "¿Qué?"- Soy el mago que envió Sabertooth, ya sabe, por el asunto de las plantas carnívoras y la siembra de naranja -las palabras del muchacho provocaron que la chica abriera los ojos como platos, incrédula.
- ¿Tú... eres el mago que mando Sabertooth? -pregunto, aún incrédula. Alex solo se limitó a asentir con tranquilidad pese a haber notado la sorpresa en la expresión de la mujer- Pero si pareces muy joven ¿Cuántos años tienes? -pregunto mientras se acercaba al portón de nuevo, aún sin creerse que él era mago de un gremio como Sabertooth.
- Tengo 19 años, y créalo, señorita... -bajo el cierre de su chaqueta hasta la mitad del estómago, abriéndola un poco para dejar visible la marca de su gremio en color negro sobre su pectoral derecho- Soy mago de Sabertooth, y el mago que tomo este trabajo y autorizaron para cumplirlo, así que por favor ¿Me mostraría donde está la zona de las plantas carnívoras? -pregunto con tranquilidad ante la sorpresa de la mujer, que luego de superar el shock inicial se resignó, soltando un suspiro antes de abrir el portón para dejarlo entrar a la hacienda y poder guiarlo por ella hasta la zona de peligro.
- Aquí es -indico la mujer al llegar a la zona afectada, un cuarto de hectárea de tierra fértil que se extendía frente a ellos- En toda esta zona teníamos las plantas carnívoras, pero unos días después de podar todo uno de los empleados reporto que fue atacado por una planta que salió de debajo de la tierra, al parecer quedo alguna rezagada por aquí. -soltó un pequeño suspiro- Nadie quiere trabajar con el peligro que representan, así que nos vimos en la necesidad de contratar a un mago, y Sabertooth nos pareció la mejor opción -miro al chico de arriba a abajo, inspeccionándolo- No te ves muy fuerte, pero si puede hacer esto me tragare mis palabras y además de la paga, proveeremos a tu gremio de frutas por un año, y gratis -sonaba como un desafío, pues realmente la mujer no creía que el muchacho pudiera con el trabajo.
Alex se quedó pensativo por un segundo, el trato le convenía, además de que estaba seguro de que podría con aquella planta- Tenemos un trato, señorita -sonríe leve, siendo esta sonrisa correspondida por la mujer que se acercó a estrechar la mano del muchacho, asintiendo.
- Entonces... empieza -dijo y se fue sin más, dejando al joven mago solo con un cuarto de hectárea en la cual trabajar. Él solo miro al frente y suspiro, a sabiendas de que eso tardaría bastante.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: Siembra de naranjas [Misión Rango D]
Un cuarto de hectárea era un área inmensa y muy difícil de cubrir siendo una sola persona, sea mago o no, de seguro tardaría más de un día en sembrar todo esa tierra y sin contar con la interrupción de la planta carnívora si llegaba a topársela. Algo inevitable, pues entre sus tareas por hacer también estaba eliminar esa planta para no tener que hacer la siembra solo. Si el peligro se eliminaba entonces los trabajadores no tendrían miedo de ayudarlo a sembrar.
- Bueno... a comenzar -dijo al aire antes de acercarse a una bolsa que se hallaba unos metros detrás de él, reposando contra la pared de un viejo establo. Tomo la bolsa con una mano y de ella comenzó a sacar semillas, con las cuales se llenó una mano- Parece que alcanzaran... -soltó un suspiro y con un pie se pisó el talón del otro, ayudándose quitar la bota del mismo mientras dejaba la bolsa en el suelo.
No necesitaba tantas semillas, después de todo eran arboles de naranjas y cubrían un buen espacio al crecer, si ponía muchas en un espacio pequeño terminarían por no crecer nunca. Una por cada dos metros, era una buena distancia que respetar para que crecieran bien y no se estorbaran entre sí.
A paso lento, comenzando por una de las esquinas del terreno, Alex comenzó a caminar descalzo sobre la tierra removida y fértil, soltando una semilla cada dos metros y hundiéndola en la tierra con el dedo gordo del pie derecho. Iba a un paso normal, rozando lo lento, no tenía apuro para hacerlo ya que solo estaba esperando a que apareciera esa planta para podarla y así recibir ayuda de los trabajadores de la hacienda.
Con el pasar de las horas el joven continuaba sembrando, bajo el rayo del sol. Los trabajadores que pasaban por allí lo miraban con expresión de incredulidad, pues ellos debían trabajar sin nada prenda que les cubra el torso para soportar el calor, pero el muchacho se encontraba trabajando con una chaqueta negra puesta, bajo el rayo del sol y no sudaba ni una gota.
Pero claro, nadie sabía que para un mago de fuego, el calor no representaba gran molestia. Al contrario, disfrutaban de este- ¿Pasa algo? –pregunto al notar las miradas de varios trabajadores puestas sobre él con una expresión incrédula muy obvia . La mayoría voltearon hacia otro lado y comenzaron a chiflar para disimular mientras se alejaban, pero algunos si se quedaron allí, entre ellos la mujer que lo había recibido.
- ¿No tienes calor, niño? –pregunto la mujer, aun no creyéndose que con el calor que hacía el chico siguiera con la chaqueta puesta.
Alex se encogió de hombros, mirando en el cielo por un segundo- No, para nada –respondió y volvió a trabajar sin más, la mujer no supo que más hacer que dejarlo seguir, total no era problema suyo que el chico al parecer no sintiera calor a pesar de estar rondando los 40°C de temperatura al sol.
- Bueno... a comenzar -dijo al aire antes de acercarse a una bolsa que se hallaba unos metros detrás de él, reposando contra la pared de un viejo establo. Tomo la bolsa con una mano y de ella comenzó a sacar semillas, con las cuales se llenó una mano- Parece que alcanzaran... -soltó un suspiro y con un pie se pisó el talón del otro, ayudándose quitar la bota del mismo mientras dejaba la bolsa en el suelo.
No necesitaba tantas semillas, después de todo eran arboles de naranjas y cubrían un buen espacio al crecer, si ponía muchas en un espacio pequeño terminarían por no crecer nunca. Una por cada dos metros, era una buena distancia que respetar para que crecieran bien y no se estorbaran entre sí.
A paso lento, comenzando por una de las esquinas del terreno, Alex comenzó a caminar descalzo sobre la tierra removida y fértil, soltando una semilla cada dos metros y hundiéndola en la tierra con el dedo gordo del pie derecho. Iba a un paso normal, rozando lo lento, no tenía apuro para hacerlo ya que solo estaba esperando a que apareciera esa planta para podarla y así recibir ayuda de los trabajadores de la hacienda.
Con el pasar de las horas el joven continuaba sembrando, bajo el rayo del sol. Los trabajadores que pasaban por allí lo miraban con expresión de incredulidad, pues ellos debían trabajar sin nada prenda que les cubra el torso para soportar el calor, pero el muchacho se encontraba trabajando con una chaqueta negra puesta, bajo el rayo del sol y no sudaba ni una gota.
Pero claro, nadie sabía que para un mago de fuego, el calor no representaba gran molestia. Al contrario, disfrutaban de este- ¿Pasa algo? –pregunto al notar las miradas de varios trabajadores puestas sobre él con una expresión incrédula muy obvia . La mayoría voltearon hacia otro lado y comenzaron a chiflar para disimular mientras se alejaban, pero algunos si se quedaron allí, entre ellos la mujer que lo había recibido.
- ¿No tienes calor, niño? –pregunto la mujer, aun no creyéndose que con el calor que hacía el chico siguiera con la chaqueta puesta.
Alex se encogió de hombros, mirando en el cielo por un segundo- No, para nada –respondió y volvió a trabajar sin más, la mujer no supo que más hacer que dejarlo seguir, total no era problema suyo que el chico al parecer no sintiera calor a pesar de estar rondando los 40°C de temperatura al sol.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: Siembra de naranjas [Misión Rango D]
- ¡Hey chico! -a uno de los tantos trabajadores de la hacienda, quien se encontraba en su momento de descanso como la mayoría, se le dio por pasar a ver al muchacho que había llegado para ayudar con el asunto de las siembra de las naranjas, encontrándoselo aún caminando por el campo de siembra, descalzo y con los pantalones arremangados hasta las rodillas para no ensuciarlos- ¡Descansa un poco, te hará mal tanto trabajo! -gritaba, pues a la distancia a la que se encontraban era difícil que lo escuchara de otra forma.
El joven, al percatarse de la presencia de aquel hombre, levanto la mirada y se hizo sombra con una mano para poder mirarlo sin la molestia del brillo del sol en los ojos- ¡Esta bien, quiero terminar esto rápido, no pasara nada! -respondió a la distancia, restándole importancia al asunto antes de continuar con su labor de sembrar semillas de naranjas.
Aquel hombre, conociendo lo extensa que era el área que quedaba aún por sembrar, tomo la bolsa con semillas y se llenó una mano con ellas, procediendo luego a imitar al chico en la "tecnica de siembra". Básicamente se descalzo y se puso a caminar por la zona de sembrado, soltando una semilla cada dos metros y hundiéndola en la tierra con el pie, tal cual como lo hacía Alex- ¡Entonces te ayudare un poco! -aviso, continuando con su nueva labor de ayudar al chico.
- ¡No, en serio! -se apresuró a decir el muchacho, frenando en el acto al empleado de la hacienda que lo miro con gesto confuso- Es mi trabajo hacer esto, no necesito ayuda. Además es peligroso, sabe que hay una planta carnívora dando vueltas por aquí y no quiero que termine siendo atacado -explico en un tono más calmado, no queriendo que se malinterprete su grito- Me tomara tiempo, pero quiero hacer esto yo solo -sonrío y se dispuso a continuar su labor.
El hombre estaba por replicar, pero cuando iba a abrir la boca para hacerlo el grito de la jefa del lugar lo callo- ¡Hey, mago de Sabertooth, trae tu trasero aquí! -llamo/grito aquella mujer desde quien sabe que parte de la hacienda, pues con la fuerza de ese grito bien podría estar al otro lado de la misma que igual la escucharían fuerte y claro. El aludido solo suspiro, acercándose a la bolsa de semillas para dejar las que aún no había sembrado antes de ir corriendo a buscar a aquella mujer para preguntarle que quería.
- Vaya, ese muchacho sí que tiene energía... -susurro el empleado de la hacienda al quedarse solo frente ese enorme terreno de tierra fértil, del cual aún faltaba una gran parte que sembrar- Ya me lo agradecerás luego, niño -dijo para sus adentro, tomando las semillas que había dejado Alex y adentrándose en el terreno para comenzar a sembrar y adelantar un poco el trabajo del mago. Él solo quería ayudarlo, no dejarle todo el trabajo, pero nunca midió la posibilidad de que terminaría complicando mucho las cosas- ¡¿Pero qu...?! -y callo, todo se volvió silenció.
El joven, al percatarse de la presencia de aquel hombre, levanto la mirada y se hizo sombra con una mano para poder mirarlo sin la molestia del brillo del sol en los ojos- ¡Esta bien, quiero terminar esto rápido, no pasara nada! -respondió a la distancia, restándole importancia al asunto antes de continuar con su labor de sembrar semillas de naranjas.
Aquel hombre, conociendo lo extensa que era el área que quedaba aún por sembrar, tomo la bolsa con semillas y se llenó una mano con ellas, procediendo luego a imitar al chico en la "tecnica de siembra". Básicamente se descalzo y se puso a caminar por la zona de sembrado, soltando una semilla cada dos metros y hundiéndola en la tierra con el pie, tal cual como lo hacía Alex- ¡Entonces te ayudare un poco! -aviso, continuando con su nueva labor de ayudar al chico.
- ¡No, en serio! -se apresuró a decir el muchacho, frenando en el acto al empleado de la hacienda que lo miro con gesto confuso- Es mi trabajo hacer esto, no necesito ayuda. Además es peligroso, sabe que hay una planta carnívora dando vueltas por aquí y no quiero que termine siendo atacado -explico en un tono más calmado, no queriendo que se malinterprete su grito- Me tomara tiempo, pero quiero hacer esto yo solo -sonrío y se dispuso a continuar su labor.
El hombre estaba por replicar, pero cuando iba a abrir la boca para hacerlo el grito de la jefa del lugar lo callo- ¡Hey, mago de Sabertooth, trae tu trasero aquí! -llamo/grito aquella mujer desde quien sabe que parte de la hacienda, pues con la fuerza de ese grito bien podría estar al otro lado de la misma que igual la escucharían fuerte y claro. El aludido solo suspiro, acercándose a la bolsa de semillas para dejar las que aún no había sembrado antes de ir corriendo a buscar a aquella mujer para preguntarle que quería.
- Vaya, ese muchacho sí que tiene energía... -susurro el empleado de la hacienda al quedarse solo frente ese enorme terreno de tierra fértil, del cual aún faltaba una gran parte que sembrar- Ya me lo agradecerás luego, niño -dijo para sus adentro, tomando las semillas que había dejado Alex y adentrándose en el terreno para comenzar a sembrar y adelantar un poco el trabajo del mago. Él solo quería ayudarlo, no dejarle todo el trabajo, pero nunca midió la posibilidad de que terminaría complicando mucho las cosas- ¡¿Pero qu...?! -y callo, todo se volvió silenció.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: Siembra de naranjas [Misión Rango D]
Habían pasado ya varios empleados que se quejaban con la jefa de la hacienda, aquella mujer que fue recibir al dragon slayer a la puerta, todos diciéndole que le dé un descanso al joven mago, que si seguía así terminaría cayendo por un golpe de calor. En verdad la tenían cansada con ello, y llegado a un punto terminaron de hartarla, justo segundos antes de que en toda la hacienda se escuchara su grito al llamar al mago para acallar las quejas de sus empleados.
En pocos segundos el joven ya se encontraba frente a ella, a una velocidad que en verdad la sorprendió, dejándola sin palabras por unos breves segundos que el muchacho aprovecho para hablar- ¿Me llamo? -pregunto, parado frente a la mujer que no salía de su sorpresa al verlo llegar tan rápidamente, en especial pensando que la zona en la que él se encontraba estaba al otro lado de la hacienda, vamos que había una buena distancia que recorrer para llegar de una punta a otra.
Respiro profundo, saliendo del repentino shock para encarar al muchacho- Mira chico, me están lloviendo quejas de "Pobre niño" "Que le va a dar algo" "Déjalo descansar" y mierdas de esas ¿Entiendes a los que me refiero? -Alex asintió, no muy seguro, pues la manera de explicarse de la mujer no era realmente la mejor- Perfecto, entonces quiero que, o te tomes un descanso, o convenzas a los demás de que no lo necesitas -ordeno la mujer del overol, mirando seriamente al muchacho.
Alex no sabía exactamente qué hacer, pues era sabido que, aunque dijera que estaba bien, porque lo estaba, todos pensarían que solo lo dice de orgulloso, para no recibir ayuda y era todo lo contrario, quería hacer las cosas bien para que no hubiera peligro en ayudarle- Emm, bueno... -susurro mientras volteaba en la dirección en la que se encontraba una buena cantidad de los empleados trabajando la tierra para una nueva siembra- ¡Oigan todos! ¡En serio, yo no necesito descans...¡¡!! -sus palabras fueron interrumpidas por la repentina aparición de otro empleado, el cual se veía sumamente cansado y por su respiración agitada era fácil deducir que había corrido un buen tramo a gran velocidad para llegar allí- Oye, ¿Que sucede? -
- ¡Ese monstruo apareció! ¡Se está tragando a un compañero en la zona de siembra de naranjas! -informo a los gritos, siendo fácilmente visible el estado de shock y pánico en el cual había entrado el pobre hombre al ver aquella escena.
El joven mago, ni bien termino de escuchar lo que tenía para decir, prácticamente desapareció de la vista de todos para dirigirse a una velocidad endemoniada al lugar de la siembra de naranjas del cual venía. Al último que había visto por allí era aquel hombre que intentó ayudarlo, y si ahora se lo estaba tragando una planta carnívora gigante era meramente culpa suya, por no alejarlo de allí al irse- ¡joder! -grito ante la desesperación de saber que si no se apuraba no llegaría a tiempo- ¡Más rápido! -encendió sus pies en llamas negras, generando pequeñas explosiones con cada paso para acelerar un poco más. Debía llegar antes de que las consecuencias de su error se volvieran irreversibles.
En pocos segundos el joven ya se encontraba frente a ella, a una velocidad que en verdad la sorprendió, dejándola sin palabras por unos breves segundos que el muchacho aprovecho para hablar- ¿Me llamo? -pregunto, parado frente a la mujer que no salía de su sorpresa al verlo llegar tan rápidamente, en especial pensando que la zona en la que él se encontraba estaba al otro lado de la hacienda, vamos que había una buena distancia que recorrer para llegar de una punta a otra.
Respiro profundo, saliendo del repentino shock para encarar al muchacho- Mira chico, me están lloviendo quejas de "Pobre niño" "Que le va a dar algo" "Déjalo descansar" y mierdas de esas ¿Entiendes a los que me refiero? -Alex asintió, no muy seguro, pues la manera de explicarse de la mujer no era realmente la mejor- Perfecto, entonces quiero que, o te tomes un descanso, o convenzas a los demás de que no lo necesitas -ordeno la mujer del overol, mirando seriamente al muchacho.
Alex no sabía exactamente qué hacer, pues era sabido que, aunque dijera que estaba bien, porque lo estaba, todos pensarían que solo lo dice de orgulloso, para no recibir ayuda y era todo lo contrario, quería hacer las cosas bien para que no hubiera peligro en ayudarle- Emm, bueno... -susurro mientras volteaba en la dirección en la que se encontraba una buena cantidad de los empleados trabajando la tierra para una nueva siembra- ¡Oigan todos! ¡En serio, yo no necesito descans...¡¡!! -sus palabras fueron interrumpidas por la repentina aparición de otro empleado, el cual se veía sumamente cansado y por su respiración agitada era fácil deducir que había corrido un buen tramo a gran velocidad para llegar allí- Oye, ¿Que sucede? -
- ¡Ese monstruo apareció! ¡Se está tragando a un compañero en la zona de siembra de naranjas! -informo a los gritos, siendo fácilmente visible el estado de shock y pánico en el cual había entrado el pobre hombre al ver aquella escena.
El joven mago, ni bien termino de escuchar lo que tenía para decir, prácticamente desapareció de la vista de todos para dirigirse a una velocidad endemoniada al lugar de la siembra de naranjas del cual venía. Al último que había visto por allí era aquel hombre que intentó ayudarlo, y si ahora se lo estaba tragando una planta carnívora gigante era meramente culpa suya, por no alejarlo de allí al irse- ¡joder! -grito ante la desesperación de saber que si no se apuraba no llegaría a tiempo- ¡Más rápido! -encendió sus pies en llamas negras, generando pequeñas explosiones con cada paso para acelerar un poco más. Debía llegar antes de que las consecuencias de su error se volvieran irreversibles.
Alex Zeik- Rango A
- Mensajes : 278
Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
Re: Siembra de naranjas [Misión Rango D]
La velocidad con la que corría era demasiada, pero igual él se sentía cada vez más lento. La desesperación de saber que si no se apuraba, las cosas terminarían muy mal, lo obligaba a sobre-exigirse hasta llegar a los extremos de su capacidade, y aun así sentir que no era suficiente. Era una sensación extraña, el sentir que no lo lograria, que nada que lo que hiciera lo haría ir más rápido o llegar a tiempo, en verdad era horrible y más pensando en que se trataba del hombre que lo había querido ayudar minutos antes.
Finalmente, y luego de unos segundos que le parecieron interminables, llego a la zona de siembra de naranjas de la cual se había marchado al ser llamado por aquella mujer, encontrándose con la imagen de una planta gigantesca, de fácilmente tres veces su altura, con espinas por todo su cuerpo y montones de lianas bailando a su alrededor. En el centro se encontraba algo similar a una boca con dientes de espinas mucho más gruesas, pero que al parecer no servían para otra cosa que no fuera enganchar a su presa, pues era aún apreciable la cabeza del hombre asomar, inconsciente, mientras era lentamente tragado por aquel monstruo.
La imagen lo paralizo por un segundo, pero no pudo quedarse mucho tiempo allí parado pues una de las lianas de la planta ya se encontraba dirigiéndose hacía él a gran velocidad- Mierda -apoyo la mano derecha en el suelo antes de saltar, ayudándose con una pequeña explosión de fuego en sus pies para subir más rápido y esquivar el golpe. Lamentablemente, no pensó en que había muchísimos vainas rondando por allí, y no tardó mucho en ser golpeado por una de ellas al estar aun cayendo. El golpe le dio de lleno en la cabeza, mandándolo a estrellarse contra el suelo de manera brutal, levantando una pequeña nube de tierra al impactar.
Los empleados y la jefa de los mismos iban llegando, justo a tiempo para ver el momento en que Alex se levantaba del suelo, con las ropas rebosantes de tierra y un pequeño corte sobre su frente- ¡¿Estas bien chico?! -pregunto la mujer, corriendo en dirección al muchacho, preocupada por lo que un impacto como el que se había escuchado pudiera hacerle al cuerpo de un simple niño, como ella lo veía.
Alex ignoro las palabras de la mujer, volteando levemente para mirarla por sobre el hombro y dedicarle una fría y espeluznante mirada que hizo que la mujer se frente. Era claro lo que quería, y era que no se acercara más o las cosas se pondrían peor- Tsk -chasqueo la lengua, volteando de nuevo hacía la gigantesca planta carnívora y dedicándola una mirada desafiante- No dejare ni tus cenizas, cardo del demonio -susurro mientras sus manos se encendían en fuego, aquel fuego negro y maligno.
Pero claro, enojarse y bajar la guardia de esa manera no podía no tener consecuencias- ¡¿Qué...?! -del suelo bajo sus pies comenzaron a salir montones de espinas, dibujando una circunferencia a su alrededor, tras lo cual la tierra comenzó a levantarse y las espinas a sobresalir de la tierra hasta que todos pudieron ver, con horror, como el muchacho era tragado por otra planta que había aparecido justo bajo sus pies.
Todo se quedó en silencio...
Finalmente, y luego de unos segundos que le parecieron interminables, llego a la zona de siembra de naranjas de la cual se había marchado al ser llamado por aquella mujer, encontrándose con la imagen de una planta gigantesca, de fácilmente tres veces su altura, con espinas por todo su cuerpo y montones de lianas bailando a su alrededor. En el centro se encontraba algo similar a una boca con dientes de espinas mucho más gruesas, pero que al parecer no servían para otra cosa que no fuera enganchar a su presa, pues era aún apreciable la cabeza del hombre asomar, inconsciente, mientras era lentamente tragado por aquel monstruo.
La imagen lo paralizo por un segundo, pero no pudo quedarse mucho tiempo allí parado pues una de las lianas de la planta ya se encontraba dirigiéndose hacía él a gran velocidad- Mierda -apoyo la mano derecha en el suelo antes de saltar, ayudándose con una pequeña explosión de fuego en sus pies para subir más rápido y esquivar el golpe. Lamentablemente, no pensó en que había muchísimos vainas rondando por allí, y no tardó mucho en ser golpeado por una de ellas al estar aun cayendo. El golpe le dio de lleno en la cabeza, mandándolo a estrellarse contra el suelo de manera brutal, levantando una pequeña nube de tierra al impactar.
Los empleados y la jefa de los mismos iban llegando, justo a tiempo para ver el momento en que Alex se levantaba del suelo, con las ropas rebosantes de tierra y un pequeño corte sobre su frente- ¡¿Estas bien chico?! -pregunto la mujer, corriendo en dirección al muchacho, preocupada por lo que un impacto como el que se había escuchado pudiera hacerle al cuerpo de un simple niño, como ella lo veía.
Alex ignoro las palabras de la mujer, volteando levemente para mirarla por sobre el hombro y dedicarle una fría y espeluznante mirada que hizo que la mujer se frente. Era claro lo que quería, y era que no se acercara más o las cosas se pondrían peor- Tsk -chasqueo la lengua, volteando de nuevo hacía la gigantesca planta carnívora y dedicándola una mirada desafiante- No dejare ni tus cenizas, cardo del demonio -susurro mientras sus manos se encendían en fuego, aquel fuego negro y maligno.
Pero claro, enojarse y bajar la guardia de esa manera no podía no tener consecuencias- ¡¿Qué...?! -del suelo bajo sus pies comenzaron a salir montones de espinas, dibujando una circunferencia a su alrededor, tras lo cual la tierra comenzó a levantarse y las espinas a sobresalir de la tierra hasta que todos pudieron ver, con horror, como el muchacho era tragado por otra planta que había aparecido justo bajo sus pies.
Todo se quedó en silencio...
Última edición por Alex Zeik el Dom Ago 23, 2015 8:38 am, editado 1 vez
Alex Zeik- Rango A
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Re: Siembra de naranjas [Misión Rango D]
Todo paso muy rápido, al menos para el joven que había sido, literalmente, tragado por aquella planta, para los demás los sucesos se dieron tan lento que pudieron saborear el momento en el cual el cabello rojo de Alex desaparecías tras las mandíbulas de aquel monstruo, si es que así se le podían llamar. Todos se congelaron en sus lugares, shockeados por haber presenciado lo que para ellos era la muerte de un simple niño, al cual habían mandado a encargarse de una misión que no podía cumplir, que estaba fuera de sus capacidades.
- ¡Rápido! ¡Todos busquen cualquier herramienta o lo que sea con filo y vengan a ayudar! ¡Hay que sacarlos de allí dentro antes de que los digieran! -la primera en reaccionar fue aquella mujer, quien tenía el liderato de la hacienda, dando rápidas ordenes con la esperanza de que, si actuaban rápido, aún se podían salvar las vidas del joven y del hombre que estaban siendo devorados por las plantas carnívoras.
Solo un pequeño grupo de hombres reaccionaron a las órdenes de la mujer, asintiendo rápidamente antes de salir corriendo rumbo a los establos donde se guardaban todas las herramientas.
La tensión que se sentía en el ambiente se podía cortar con unas tijeras, las miradas de todos los que se habían quedado allí estaban centradas en aquellas dos enormes plantas, siendo que una de ellas aún se encontraba tragando al hombre que trabajaba allí y la otra, curiosamente, no se había movido desde que se tragó al joven mago. Ubicados a una distancia segura todos observaban con expectación, esperando el momento en que volvieran sus compañeros con las herramientas para intentar hacer algo contra esos monstruos, aunque más de uno ya dudaba que pudieran salvar al mago. Estar dentro del estómago de una planta carnívora no era algo a lo que se pudiera sobrevivir.
Oh bueno, eso era lo que ellos pensaban...
- ¡Miren! ¡Algo le pasa a esa! -grito uno de los tantos empleados de la multitud que esperaban por las herramientas, o mejor dicho rogaban porque no llegaran y así no tener que hacer frente a aquellos... monstruos. Inmediatamente todos voltearon hacía él, para luego mirar en la dirección en la que se encontraba apuntando con la mano: directo hacía la planta que se había tragado al joven mago. Más de uno pensó en gritarle que se callara, que no estaba pasando nada, al menos hasta que pusieron más atención, la suficiente para notar como las paredes del tallo de la planta comenzaban a verse cada vez más secas, perdiendo su color verde que demostraba su estado de madures para pasar a un tono levemente amarillento, y luego poco a poco se fueron formando grietas negras, las cuales rápidamente cubrieron toda la zona central de la planta.
Nadie entendía lo que sucedía, la intriga por saber que eran aquellas grietas y que significaban comenzaba a adueñarse de la mente de todos, o bueno, así fue hasta que en mitad del tallo de la planta hubo una explosión, cortándolo de forma en que la "mandíbula" y "cabeza" de la misma cayera a un lado, dejando el tronco del tallo erguido y encendido en llamas, pero no llamas normales, sino llamas negras como nunca había visto nadie de esos lugares. Más de uno quiso huir al momento, pero la estupefacción general obligo a los pocos que lo intentaron a quedarse y ver que sucedía.
- ¡Ahg!¡Es mi chaqueta favorita! -una voz familiar se escuchó entre las llamas, las cuales poco a poco fueron desapareciendo para mostrar al joven mago parado sobre el tallo de la planta, ileso, con las ropas cubiertas de tierra y agua de las plantas, pero ileso para sorpresa de muchos. Se lo notaba algo agitado, aunque intentara disimularlo, salir de allí dentro le había costado bastante pero no tenía tiempo para pensar en eso, pues la explosión no pasó desapercibida por la planta carnívora restante, la que se encontraba aun tragando al empleado de la hacienda. En menos de un segundo el muchacho ya tenía 4 gruesas lianas dirigiéndose hacía él a gran velocidad, con la clara intención de hundirlo muy profundo en la tierra. Imitando su reacción de minutos antes, Alex flexiono las piernas y salto, ayudándose con una pequeña explosión bajo sus pies para elevarse más rápido y así poder esquivar el golpe, pero en consecuencia, como antes, en el aire ya lo esperaban otras 3 lianas, listas para mandarlo contra el suelo con toda brutalidad- Oh no, no lo harán esta vez -susurro, sonriendo con confianza mientras giraba en al aire, encendiendo sus piernas hasta las rodillas en llamas negras- ¡Renryū no Hane! -grito, lanzando dos patadas al aire en dirección a las lianas. Las llamas se despegaron de sus piernas, formando dos grandes cuchillas que cortaron las lianas antes de que llegaran a tocar al muchacho.
Todos los espectadores, véase los empleados de la hacienda presentes en el lugar, contuvieron la respiración al notar que, según la trayectoria que dibujaba el joven mago en su caída, terminaría cayendo justamente sobre la cabeza de la planta que se encontraba aun engullendo al hombre. Y efectivamente así fue, Alex cayo de forma en que cada pie quedo de un lado de la "mandíbula" de la planta. Apoyando la suela de sus botas sobre los bordes de la misma, entre las espinas que simulaban dientes, el joven uso la fuerza de sus piernas para abrir lentamente la "boca" de ese monstruo, metiendo los brazos para tomar al inconsciente hombre por los hombros y sacarlo de allí rápidamente, lanzándolo a un lado con la suficiente fuerza como para que llegara a la multitud de gente que se encontraba viendo.
- Jejeje, parece que solo quedamos tú y yo... -susurro, mirando con una media sonrisa el interior de la boca de aquella planta carnívora. Unas pequeñas gotas de sudor eran perceptibles bajando por su rostro, signos del esfuerzo que le represento el salir de la otra planta, matándola en el proceso- Esta es la despedida, amiga ¡Renryū no... ! -tomo aire, mirando al cielo un segundo para percatarse como las lianas que quedaban se elevaban con la intención de golpearlo con fuerza al bajar- Muy lenta -demasiado- ... Hōkō!! -el joven rugió y de su boca salió disparado un haz de fuego negro, que fue a parar directamente en la planta, quemándola desde el interior de forma en que fue casi instantánea la "muerte" de la criatura.
Los espectadores miraron, atónitos, como la planta reventaba en una explosión de fuego que dejo pedazos de ella regados por todos lados, y el joven muchacho saliendo de entre las llamas que consumían lo poco que había quedado en ese lugar luego de la explosión, caminando hacia ellos con las manos en los bolsillos de su pantalón, como si eso fuera cosa de todos los días- ¿Ven? Les dije que no necesitaba ayu... -no pudo decir más, pues cayo desmayado, presa del cansancio del trabajo y del desgaste de magia que había hecho.
La gente de la hacienda se apresuro a llevarlo a las habitaciones, pues no se veía herido sino más que nada cansado, dejándolo dormir en una habitación inhóspita mientras llevaban al hombre liberado al hospital para que fuera revisado y atendido, pues sus pies presentaban quemaduras de primer grado por haber hecho un leve contacto con el ácido que utilizaba la planta para poder engullir a sus presas
A la mañana siguiente el joven despertó, para su sorpresa, pues no esperaba dormir tanto. Al levantarse se encontró con que los restos de las plantas ya habían sido tirados, y que la siembra ya había comenzado, sin él...
Claramente eso no quedo así, y luego de una pequeña discusión con la mujer a cargo esta le permitió ayudar con lo que quedaba pendiente: Solo un cuarto del espacio total que se debía sembrar en un principio. El joven acepto y se dispuso a ayudar, terminando con la siembra para el medio día y aprovechando para irse del lugar, ya con su paga y tras recibir el agradecimiento de todos los de la hacienda, poco más de una hora después. Debía ir a tomar el tren... no le entusiasmaba mucho la idea, pero debía hacerlo.
Pasar por la ciudad de Oshibana para tomar un descanso... tampoco estaba de más.
- ¡Rápido! ¡Todos busquen cualquier herramienta o lo que sea con filo y vengan a ayudar! ¡Hay que sacarlos de allí dentro antes de que los digieran! -la primera en reaccionar fue aquella mujer, quien tenía el liderato de la hacienda, dando rápidas ordenes con la esperanza de que, si actuaban rápido, aún se podían salvar las vidas del joven y del hombre que estaban siendo devorados por las plantas carnívoras.
Solo un pequeño grupo de hombres reaccionaron a las órdenes de la mujer, asintiendo rápidamente antes de salir corriendo rumbo a los establos donde se guardaban todas las herramientas.
La tensión que se sentía en el ambiente se podía cortar con unas tijeras, las miradas de todos los que se habían quedado allí estaban centradas en aquellas dos enormes plantas, siendo que una de ellas aún se encontraba tragando al hombre que trabajaba allí y la otra, curiosamente, no se había movido desde que se tragó al joven mago. Ubicados a una distancia segura todos observaban con expectación, esperando el momento en que volvieran sus compañeros con las herramientas para intentar hacer algo contra esos monstruos, aunque más de uno ya dudaba que pudieran salvar al mago. Estar dentro del estómago de una planta carnívora no era algo a lo que se pudiera sobrevivir.
Oh bueno, eso era lo que ellos pensaban...
- ¡Miren! ¡Algo le pasa a esa! -grito uno de los tantos empleados de la multitud que esperaban por las herramientas, o mejor dicho rogaban porque no llegaran y así no tener que hacer frente a aquellos... monstruos. Inmediatamente todos voltearon hacía él, para luego mirar en la dirección en la que se encontraba apuntando con la mano: directo hacía la planta que se había tragado al joven mago. Más de uno pensó en gritarle que se callara, que no estaba pasando nada, al menos hasta que pusieron más atención, la suficiente para notar como las paredes del tallo de la planta comenzaban a verse cada vez más secas, perdiendo su color verde que demostraba su estado de madures para pasar a un tono levemente amarillento, y luego poco a poco se fueron formando grietas negras, las cuales rápidamente cubrieron toda la zona central de la planta.
Nadie entendía lo que sucedía, la intriga por saber que eran aquellas grietas y que significaban comenzaba a adueñarse de la mente de todos, o bueno, así fue hasta que en mitad del tallo de la planta hubo una explosión, cortándolo de forma en que la "mandíbula" y "cabeza" de la misma cayera a un lado, dejando el tronco del tallo erguido y encendido en llamas, pero no llamas normales, sino llamas negras como nunca había visto nadie de esos lugares. Más de uno quiso huir al momento, pero la estupefacción general obligo a los pocos que lo intentaron a quedarse y ver que sucedía.
- ¡Ahg!¡Es mi chaqueta favorita! -una voz familiar se escuchó entre las llamas, las cuales poco a poco fueron desapareciendo para mostrar al joven mago parado sobre el tallo de la planta, ileso, con las ropas cubiertas de tierra y agua de las plantas, pero ileso para sorpresa de muchos. Se lo notaba algo agitado, aunque intentara disimularlo, salir de allí dentro le había costado bastante pero no tenía tiempo para pensar en eso, pues la explosión no pasó desapercibida por la planta carnívora restante, la que se encontraba aun tragando al empleado de la hacienda. En menos de un segundo el muchacho ya tenía 4 gruesas lianas dirigiéndose hacía él a gran velocidad, con la clara intención de hundirlo muy profundo en la tierra. Imitando su reacción de minutos antes, Alex flexiono las piernas y salto, ayudándose con una pequeña explosión bajo sus pies para elevarse más rápido y así poder esquivar el golpe, pero en consecuencia, como antes, en el aire ya lo esperaban otras 3 lianas, listas para mandarlo contra el suelo con toda brutalidad- Oh no, no lo harán esta vez -susurro, sonriendo con confianza mientras giraba en al aire, encendiendo sus piernas hasta las rodillas en llamas negras- ¡Renryū no Hane! -grito, lanzando dos patadas al aire en dirección a las lianas. Las llamas se despegaron de sus piernas, formando dos grandes cuchillas que cortaron las lianas antes de que llegaran a tocar al muchacho.
Todos los espectadores, véase los empleados de la hacienda presentes en el lugar, contuvieron la respiración al notar que, según la trayectoria que dibujaba el joven mago en su caída, terminaría cayendo justamente sobre la cabeza de la planta que se encontraba aun engullendo al hombre. Y efectivamente así fue, Alex cayo de forma en que cada pie quedo de un lado de la "mandíbula" de la planta. Apoyando la suela de sus botas sobre los bordes de la misma, entre las espinas que simulaban dientes, el joven uso la fuerza de sus piernas para abrir lentamente la "boca" de ese monstruo, metiendo los brazos para tomar al inconsciente hombre por los hombros y sacarlo de allí rápidamente, lanzándolo a un lado con la suficiente fuerza como para que llegara a la multitud de gente que se encontraba viendo.
- Jejeje, parece que solo quedamos tú y yo... -susurro, mirando con una media sonrisa el interior de la boca de aquella planta carnívora. Unas pequeñas gotas de sudor eran perceptibles bajando por su rostro, signos del esfuerzo que le represento el salir de la otra planta, matándola en el proceso- Esta es la despedida, amiga ¡Renryū no... ! -tomo aire, mirando al cielo un segundo para percatarse como las lianas que quedaban se elevaban con la intención de golpearlo con fuerza al bajar- Muy lenta -demasiado- ... Hōkō!! -el joven rugió y de su boca salió disparado un haz de fuego negro, que fue a parar directamente en la planta, quemándola desde el interior de forma en que fue casi instantánea la "muerte" de la criatura.
Los espectadores miraron, atónitos, como la planta reventaba en una explosión de fuego que dejo pedazos de ella regados por todos lados, y el joven muchacho saliendo de entre las llamas que consumían lo poco que había quedado en ese lugar luego de la explosión, caminando hacia ellos con las manos en los bolsillos de su pantalón, como si eso fuera cosa de todos los días- ¿Ven? Les dije que no necesitaba ayu... -no pudo decir más, pues cayo desmayado, presa del cansancio del trabajo y del desgaste de magia que había hecho.
La gente de la hacienda se apresuro a llevarlo a las habitaciones, pues no se veía herido sino más que nada cansado, dejándolo dormir en una habitación inhóspita mientras llevaban al hombre liberado al hospital para que fuera revisado y atendido, pues sus pies presentaban quemaduras de primer grado por haber hecho un leve contacto con el ácido que utilizaba la planta para poder engullir a sus presas
A la mañana siguiente el joven despertó, para su sorpresa, pues no esperaba dormir tanto. Al levantarse se encontró con que los restos de las plantas ya habían sido tirados, y que la siembra ya había comenzado, sin él...
Claramente eso no quedo así, y luego de una pequeña discusión con la mujer a cargo esta le permitió ayudar con lo que quedaba pendiente: Solo un cuarto del espacio total que se debía sembrar en un principio. El joven acepto y se dispuso a ayudar, terminando con la siembra para el medio día y aprovechando para irse del lugar, ya con su paga y tras recibir el agradecimiento de todos los de la hacienda, poco más de una hora después. Debía ir a tomar el tren... no le entusiasmaba mucho la idea, pero debía hacerlo.
Pasar por la ciudad de Oshibana para tomar un descanso... tampoco estaba de más.
- Técnicas utilizadas:
- ► Nombre de la Técnica: Llama brillante del dragón del purgatorio (Renryū no Kōen)
► Descripción: Hechizo de corta y mediana distancia. El usuario enciende ambas manos en llamas negras, y las reúne, creando una pequeña explosión para despejar el área a su alrededor. En caso de lanzarse, enciende sus dos manos y combina las llamas, pero en lugar de crear una explosión, lanza una bola de fuego negro a su enemigo, generando una explosión al impactar y quemándolo todo a su alrededor en un área medianamente grande.
► Limitaciones: Requiere dos post de recarga antes de volver a usarse
► Activa/Pasiva: Activa
Aunque no la nombre, fue la técnica que utilice para liberarme de la primer planta.
-----
► Nombre de la Técnica: Cuchillas del dragón del purgatorio (Renryū no Hane)
► Descripción: Hechizo de ataque a mediana y larga distancia. El usuario enciende sus piernas hasta las rodillas en llamas negras, tras lo cual procede a dar dos patadas al aire, liberando las llamas en forma de dos cuchillas que se precipitan a gran velocidad contra su objetivo
► Limitaciones: Requiere un post de recarga antes de volver a usarse
► Activa/Pasiva: Activa
-----
► Nombre de la Técnica: Rugido del dragón del purgatorio (Renryū no Hōkō)
► Descripción: Hechizo de mediana y larga distancia. Primero el usuario inhala, formando en sus pulmones una gran cantidad de llamas negras, y luego las libera en la dirección contraria, creando una gran bola de fuego negro, provocando una explosión que causa daños y quemaduras a sus enemigos. Se puede usar de dos formas: Una más "controlada", en la que el usuario prácticamente "sopla" el fuego, formando una línea delgada de llamas negras, y la otra más "Bruta", en la cual es un rugido en todo sentido, el usuario literalmente ruge y libera un haz de llamas mucho más grande y de más alcance, generando una gran explosión al impactar
► Limitaciones: En caso de utilizarse en su forma "Controlada" requiere de un post de recarga. Al utilizarse la forma más "Poderosa y bruta" se requiere dos post de recarga
► Activa/Pasiva: Activa
Alex Zeik- Rango A
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Fecha de inscripción : 02/08/2015
Edad : 26
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