Detener a los Impostores [Misión]

¡Nos han robado! ¡Malditos sean todos! – Nuestra maestra gritaba y corría por todo el gremio armando un alboroto en todos lados,  pocos se atrevían a calmarla por el miedo de que los hiciera girar, como siempre hace – ¡No puede ser! ¿Cuándo lo han hecho? – Seguía gritando la pobre Ooba, nadie del gremio sabía que nos habían robado exactamente y la maestra no decía nada más que las palabras anteriores.

Maestra… – La voz del mago pelirrojo era calmada, ya que es mejor estar calmado en estas situaciones, sin embargo Ooba no le prestaba atención y seguía gritando y maldiciendo por todo el gremio, alborotando la tranquilidad –   ¡Maestra! – Grito a todo pulmón para que se le escuchase pero ni así podía llamar la atención de Ooba – ¡Anciana loca! – Ahora sí, todo se quedó en silencio. Ooba comenzó a girar su cabeza muy tétricamente hacia Shiryu, echándole una mirada amenazadora e intimidante.

Ahora que tengo su atención, dígame que nos robaron y yo iré tras ellos – Ambos se sentaron en una mesa a hablar de las cosas importantes y preciadas que había sido robadas por la noche, Ooba le explico a Shiryu que habían robado unos documentos muy importantes los cuales contenían información sobre una magia especial y poderosa. Sin pensarlo dos veces el pelirrojo se levantó y salió del gremio sin decir una simple palabra.

Lo primero que se debía hacer en estos casos era recolectar información, toda clase de información. Hasta ahora solo había podido conseguir en qué lugar se encontraban los sujetos que habían robado los archivos del gremio, se encontraban en la ciudad de Hargeon y la misma persona que le dio esta información al mago pelirrojo también le dijo que uno de ellos llevaba una perforación en su nariz y un tatuaje de un dragón en su cuello, con esta recopilación de datos podría atrapar a los que osaron robar las pertenecías de Lamia Scale.

Perforación en la nariz y un tatuaje de dragón en su cuello – Repetía en su mente para no olvidarse de nada, el tren que viajaba hacia Hargeon iba casi vacío este día y Shiryu había podido tomar asiento justo donde más le gusta, junto a la ventana para poder observar el paisaje mientras viajaba. El tren se detuvo en el destino del mago, bajo de los vagones y observo a su alrededor con la esperanza de que aquel sujeto estuviera por ahí, pero no, ahora debería adentrarse más en la ciudad.

Malditos sean, los atraparé – Gruñía el mago mientras caminaba para adentrarse en esa ciudad.

Nunca había hecho algún tipo de misión así, buscar información no era lo suyo ya que no sabía por dónde empezar, no tenía lugar específico y tendría que recorrer toda la ciudad preguntado y preguntando para al fin dar con el paradero de que se metieron con su gremio, algo imperdonable para él.

Caminaba mirando hacia todos lados, había mucha gente por las calles haciendo sus compras y barcos que llegaban con la pesca del día lista para ser vendida a los comerciantes y al mismo tiempo ser vendidas a las personas. Shiryu se acercó a un comerciante para preguntarle si había visto a un sujeto con las características ya dichas, esté le negó con la cabeza y siguió ordenando su mercadería. Camino en dirección a una pareja que llevaban bebés en sus brazos diciéndoles lo mismo, ellos también le negaron pero con un poco más de gentileza.

Habría pasado por lo menos una hora y media que Shiryu caminaba hacia las personas para preguntarles y ninguna le dio la respuesta que esté quería, entonces procedió a sentarse en una banca a pensar, no podía dejar que estos sujetos se fueran con los archivos pero en una ciudad repleta de personas era casi imposible encontrarlos, imposible para él que no estaba acostumbrado a hacer ese tipo de cosas, Shiryu iba directo a la acción siempre y cuando le dijeran en donde y cuando, no le agradaba ir hacia todos lados sin saber nada de lo que hace.

La noche acechaba la ciudad y un viento frío se presentaba, cada vez menos personas quedaban por las calles, la mayoría de los negocios mercantes estaban cerrados. Shiryu no sabía para donde donde dirigirse, estaba perdido y nadie había visto a la persona que buscaba, la esperanza de recuperar las cosas se estaba desvaneciendo pero todavía quedaban algunas chances de encontrarlo y Shiryu no se daría por vencido en esto, los encontraría a como dé lugar.

Se levantó de la banca y camino más rápido de lo normal, nuevamente a preguntar a las personas que aún quedaban en las calles, una de ellas le dio la información que buscaba, su paradero. Según lo que le había dicho, el sujeto estaba había ido en dirección a un bar para festejar algo ya que gritaban por todos lados – ¡Lo conseguimos! Vayamos a festejar a algún bar – El mago pelirrojo le agradeció su gran ayuda y se dirijo al bar más cercano, pregunto al cantinero si le había visto pero este le negó… De nuevo tendría que ir de lugar en lugar para encontrarlo y recuperar las pertenencias del gremio, solo que ahora tenía un lugar más específico, un bar y aún le quedaba tiempo antes de que la noche cayera y poder volver lo antes posible para descansar. Algo curioso, el día de hoy no había encendido un cigarro ¿Será la furia que sentía? ¿Se habrá olvidado? O ¿Simplemente dejo de lado esas ganas que sentía de encender alguno?

Corría lo más rápido que podía entrando de bar en bar preguntando, el tiempo se acababa y ni siquiera estaba seguro de que el sujeto siguiera en algún bar, tal vez se haya marchado ya de la ciudad. No importa, nada importa, debía seguir hasta el final. La noche se presentó, ninguna persona caminaba por las calles a esa hora, Shiryu se quedó parado en el medio de la calle, agitado y sin saber a dónde dirigirse ya que no sabía dónde se encontraban los demás bares de la ciudad, una gota de sudor recorría su mejilla solo que esté no le había prestado atención.

Algunas voces se pudieron escuchar rompiendo el silencio de la noche, el mago giro su cabeza en dirección a estas voces y pudo ver al tipo que buscaba, sus ojos se abrieron y luego se entrecerraron. Allí estaba, acercándose cada vez más a él sin saber que venía por las cosas que se le fueron arrebatadas, ahora es el momento de recuperarlas y darles una lección que nunca en sus miserables vidas podrán olvidar. Nunca tratar de robar o lastimar a Lamia Scale.

¡Hey tú! El sujeto del tatuaje de dragón – Gritó interrumpiendo la conversación que se traían entre ellos, lo fijaron con las miradas sin decir nada. Shiryu con calma se sacaba su abrigo, procediendo a dejarlo en el suelo. Le miraban con extrañeza, no sabían quién era  y que quería de ellos. Levanto la manga de su remera para que pudieran ver la marca de Lamia Scale en su brazo izquierdo – Tienes algo que me pertenece, entrégamelo ahora y no te dañaré… demasiado – Los ojos de los tres delincuentes se abrieron a más no poder, quien diría que los buscarían en esa ciudad o que solo mandaran a uno solo de sus miembros a por ellos.

El sujeto del tatuaje dio unos pasos hacia él – Si los quieres, tendrás que vencerme… maldito legal – Pronunció mientras sus amigos se escondían atrás de él, parecía que los otros no pelearían y le dejarían todo al que sabe usar la magia y por su aspecto parecía bastante peligroso pero Shiryu confiaba en su fuerza y sabía que de alguna manera podría vencerle y llevarse consigo los documentos.

Así lo has querido – Tras decir esas palabras se abalanzo hacia él con puñetazo en su rostro, para luego darle una patada en las costillas. El delincuente recibió el puñetazo pero bloqueo la patada, tomándolo de la pierna y dándole un fuerte golpe en ella. Shiryu se soltó de sus manos y logro alejarse un poco, ese golpe había sido muy doloroso y le había afectado demasiado la pierna, casi ni la podía mover. Ambos se quedaron mirando entre sí, uno con la cara un poco ensangrentada a causa del puñetazo que había impactado justo en nariz y el otro, con la pierna casi inmovilizada y con un gran dolor en ella.

Buen golpe, muchacho. Al menos sabes pelear – Le decía con una sonrisa en su rostro, al parecer no le había afectado el golpe y se disponía en golpear nuevamente al mago. Con una gran rapidez golpeo el estómago de Shiryu para luego, cuando este se arqueara golpearlo con una patada en su cabeza, el mago cayo a algunos metros del ladrón, adolorido por esa serie de golpes. Con dificultad logro ponerse de pie, su pierna no había mejorado y ahora tenía una herida notable en su rostro.

Lo miró fijo y vio cómo se multiplicaba, la patada en la cabeza le había afectado aún más que el golpe en su pierna ¿Cómo demonios alguien podía dar una patada de tal magnitud? Y ¿Qué onda con su rapidez, de donde la habrá sacado? Ahora la ventaja la tenía el sujeto del tatuaje, que no había sido afectado por el golpe de Shiryu. Esté volteo a mirar a sus compañeros para que se quedarán más tranquilos, esté era el momento de atacar aunque al pelirrojo no agrada atacar cuando su oponente esta distraído pero debía hacerlo, debía recuperar los documentos. Con su brazo apunto hacia la dirección en la que el otro se encontraba, una corriente de llamas negras comprimidas en una esfera fue disparada hacia él y como estaba distraído no logro esquivar el ataque, esta colisionó expandiéndose y creando una gran explosión, los compañeros del sujeto fueron dañados pero no muertos, lograron alejarse un poco antes de que ocurriera la explosión.

Aunque no podría decirse lo mismo del oponente, esté había quedado tirado en el suelo pero aun respirando, con dificultad para aun así respirando. Shiryu levanto su mirada en forma de triunfo y con una gran dificultad se acercó a los otros tipos que seguramente llevaban los documentos – Entréguenlos ¡Ahora! – Los tipos muy asustados y dañados le dieron los importantes documentos, los tomo y dio un gran suspiro de alivio en recuperarlos – Ni… ño… Niño, n-no creas que esto ha t-t-termina…do – Dijo con bastante dificultad el sujeto tatuado dándole a entender que cuando se recuperara volvería para matarlo, Shiryu sonrió y a paso lento se alejó de ellos para así volver a su gremio y devolver los documentos a Ooba.