Asalto en la noche de luna menguante [Misión]

Aburrido… – Comentaba el mago pelirrojo dentro del gremio. Todo estaba en silencio, los que hablaban lo hacían en voz baja para que nadie pudiera escucharlos ¿Por qué lo harían? Bueno, tema suyo ese – Querido Shiryu… ¡Sal a hacer otra maldita misión! Solo has hecho una y ya crees que estas a salvo de que te haga girar – Gritó la maestra Ooba, nuevamente obligándolo a hacer otra misión y a él ya le había bastado con la anterior del volcán, solo quería descansar un tiempo más pero claro, a nadie le gusta girar.

Con fatiga se levantó de su banco, apagando su cigarro y dejando la botella de cerveza en una de las mesas para dirigirse hacia el gran tablón de misiones. Empujo con sus hombros a un compañero del gremio para que le dejase pasar y observar las misiones que había para hoy. Dio una leída rápida a cada una y decidió tomar la que se veía más interesante, evitar un asalto en el banco de Shirotsume.

Según decía la misión estos asaltantes podían usar la magia y robarían el banco por la noche, cuando este la luna menguante – ¡Perfecto! – Pensó Shiryu abriendo sus grandes ojos color ámbar, de nuevo, sería otro entrenamiento para mejorar sus habilidades en el combate aunque esta vez no debería confiarse demasiado, la última vez le dieron una gran paliza y gracias a su compañero de misión pudo llegar aquí con la recompensa.

Nos veremos pronto – Dijo el pelirrojo mientras estiraba su mano derecha hacia arriba, en significado de despedida mientras caminaba hacia la salida del gremio para luego digerirse al tren para tomarlo y llegar a su destino.

El tren llego a su destino, la ciudad de Shirotsume. Shiryu bajo del vagón junto con otras personas, cuatro de ellas le parecieron muy sospechosas, pero bueno, ahora debería dirigirse hacia el banco donde estaría el dueño del lugar para hablar sobre el asunto que lo había traído allí. Era una ciudad muy tranquila, perfecta para Shiryu aunque mucha tranquilidad aburre.

Camino por las calles tratando de ubicar el banco que debía proteger, esquivando a los niños que jugaban entre ellos, a los animales corriendo de un lugar a otro y escuchar a todas esas personas despreocupadas, no le molestaba para nada pero él no estaba acostumbrado a que todos estuvieran tan pacíficos. Tras unos cuantos minutos de caminar logro encontrar el banco de la ciudad, allí le esperaban el dueño y el que parecía ser el Duke de la ciudad.

Buenos días – Les saludo con una voz sería pero humilde, ambos le miraron extrañados, al parecer no se habían dado cuenta que él era el mago que venía por su petición y a cobrar la recompensa. Suspiro y de su bolsillo saco la hoja donde informaban de la misión, el dueño del banco y el duke dieron una leve risa, y con gentileza le explicaron a Shiryu sobre lo que iba a suceder, afirmo con un movimiento de su cabeza para que supieran que entendió todo lo que dijeron.

No podía matar a los asaltantes, debía vencerlos y entregarlos a las autoridades de la ciudad, y tampoco podía causar grandes daños en la ciudad, cosa totalmente imposible ya que tanto los asaltantes como el mago de Lamia Scale usaban la magia, y la magia que usaba el mago era muy destructiva… obviamente algún que otro local iba a terminar dañado por la batalla.

La luna menguante… iba a hacer esta noche, según tenía entendido Shiryu y todavía quedaban alrededor de cuatro horas para que anocheciera y para que los asaltantes aparezcan. Le sobraba tiempo para ir a dar un paseo por la ciudad sin alejarse demasiado, podría tomar unas copitas ya que tenía que esperar pero como todos saben, el alcohol entorpece los sentidos y en una batalla eso puede costarle la vida al mago legal.

Decidió que era mejor ir a observar los alrededores, interactuar y socializar con las personas no era su fuerte pero podía intentarlo aunque no sabría muy bien cómo hacerlo y creo que ninguna de estas personas está enterada que Shiryu es un mago que vino a proteger el banco de la ciudad, mucho interés no hay en las personas sobre eso – Ñeh… es aburrido esperar – Comento al azar el pelirrojo.

Encendió un cigarro y emprendió una pequeña caminata por la ciudad, casi todas las personas ya habían entrado a sus hogares con sus respectivas familias, posiblemente a cenar ya que él sol se estaba ocultando y pronto aparecería la luna junto con los asaltantes. Termino su cigarro más rápido de lo esperado, puede que sean por los nervios que cargaba consigo ¿Qué pasaría si fallara? Puede que muera en batalla, ya que no supieron decirle cuantos ladrones eran y que tipo de magia usaban, pues bueno, ya estaba siendo hora para averiguarlo.

Ya es hora – La luna menguante se estaba haciendo presente y con ella se acercarían los delincuentes, sería mejor que tomará su posición, como la había pensado en estas pocas horas que habían pasado. Con su habilidad de parkour bien desarrollada logro trepar las paredes del banco, quedando así arriba de este, tomo asiento y espero con ansías hasta que los ladrones llegarán.

Si ponían atención se podía oír varios pasos y voces muy bajas, eran ellos sin duda alguna. Aquellos hombres no pudieron notar la presencia de Shiryu que los observaba desde el techo, estaban más ocupados en entrar y robar todo lo que pudiesen sin ser atrapados, bueno, esta noche ningún banco iba a hacer asaltado – Buenas noches, caballeros ¿Qué hacen por estos lares a altas horas de la noche? – Les dijo con sarcasmo, ellos solo lo miraron con sorpresa. Una leve sonrisa apareció en el rostro del joven mago pelirrojo y se lanzó del techo para caer justo frente a la puerta del banco, evitando el paso de los ladrones.

Pobres, creen que un simple tipo pelirrojo podrá con nosotros – Dijo uno de los asaltantes mientras los otros reían, se lo tomaron con mucho humor a pesar de no saber que ese pelirrojo era un mago que venía a patearles el trasero – Ha ha ha, lamento decirte que no soy un simple pelirrojo… idiota – El tonó sarcástico había desaparecido, lo cambio por un tonó más serio e intimidante. Estiro ambos brazos hacia los costados correspondientes y de ellos empezaron a aparecer llamas negras, en sus ojos se podía notar un poco de fuego – Un mago… con una magia perdida. Esto será interesante – Todos los delincuentes tomaron sus posiciones para atacar a Shiryu, pero él esta vez estaba preparado para lo que viniera, sea lo que sea.

Tres sujetos, tres ladrones que debían ir tras las rejas, tres delincuentes que debían ser pateados día y noche, y ahora soy yo quien tiene que cumplir todo eso… es mi trabajo. Uno de los sujetos que se encontraba del lado izquierdo fue el primero en atacar, su magia era de tierra, le lanzo una roca de tamaño considerable a Shiryu, esté logro cubrirse a tiempo pero su brazo izquierdo recibió un daño, no mucho, pero era molesto y sangraba.

Los otros dos sujetos no se quedaron parados, juntos hicieron ataques combinados por suerte, el pelirrojo contaba con una técnica que podría protegerlo. Fuego negro cubrió todo su cuerpo, se transformó todo en una gran esfera de fuego que lo protegió de los ataques combinados de los ladrones, luego de que el ataque terminara la esfera había desaparecido dejando llamas negras alrededor del suelo donde se encontraba Shiryu, ahora era su turno, optó por atacar al que se encontraban en su lado izquierdo. Se abalanzó sobre él con el puño encendido, dándole un buen golpe en el rostro, esto lo dañaría y lo dejaría algo aturdido para así tratar de ocuparse de los demás pero el delincuente no quedo aturdido, luego de recibir el ataque, con mucho esfuerzo golpeo el estómago de Shiryu haciendo que chocara contra la pared del banco y la dejara casi hecha polvo.

Joder… – Estos tipos no eran algo que se podían tomar a la ligera pero ellos tampoco deberían confiarse demasiado. No eran muy inteligentes, uno se había puesto frente a otro y con un fuerte ataque de Shiryu podrían caer fácilmente al suelo y solo le quedaría uno – ¡Rugido del Dios de Fuego! – Abrió su boca y de ella salió disparada una gran bola de fuego que impacto sobre uno y también al que se encontraba justamente atrás de este. Ambos salieron volando por la explosión del ataque, el primero quedo gravemente dañado por recibir directo y el otro sujeto, quedo dañado pero con mucha dificultad logro ponerse nuevamente de pie. Bueno, por lo menos un golpe más y acababa con ese.

Cayó uno y está por caer otro más ¿Aun sigues pensando que soy un simple pelirrojo? – Dijo mientras que con su mano derecha frotaba su estómago y la izquierda había quedado en un breve reposo por el ataque que le habían dado anteriormente

Tsk… – Las luces de todas las casas se habían encendido y algunos vecinos se asomaban por las ventanas mientras otros salían de sus casas para ver lo que sucedía, pronto llegaría las autoridades para resguardar el orden en la ciudad y encarcelar a los delincuentes, el tiempo se les agotaba.

El ladrón que había logrado ponerse de pie luego del ataque de Shiryu, se había apoyado en un muro por que no podía mantenerse de pie por sí solo. El brazo izquierdo del pelirrojo seguía sangrando y al parecer en estos momentos el golpe en el estómago estaba haciendo más efecto ya que Shiryu empezó a sentir un gran dolor en esa área y lo peor es que aún le quedaba uno intacto y que tenía las energías para seguir luchando, mientras que el pelirrojo no le quedaba demasiada por usar el rugido del dios de fuego que gasta mucha energía mágica, nada estaba saliendo según lo planeado.

Sin pensarlo dos veces el delincuente se abalanza sobre Shiryu para golpearlo, los reflejos del mago no estaban al cien por ciento y no puedo esquivarlo o bloquearlo. Puñetazos sin para en su rostro, estaba usando su magia para golpearlo pero él no podía decir con exactitud qué tipo de magia era, todo estaba pasando muy rápido – Vamos, Shiryu. Recuerda tu promesa, animo mi pequeño nieto ¡Animo! – La voz de su fallecido abuelo resonaba en su mente, alentándolo a seguir y cumplir la promesa que esté había hecho hace muchos años. De un movimiento rápido pudo tomar el brazo del sujeto y doblarlo para que quedara de espaldas a Shiryu, de ahí procedió a ponerle el pie para que cayera al suelo y ahí rematarlo a golpes cubiertos de fuego negro hasta que su poder mágico se agotara.

Shiryu se puso de pie y cayo sentado en el suelo con una respiración muy rápida y mareado por la pérdida de sangre, el delincuente estaba tirando en el suelo con dificultades para respirar pero de eso se encargarían las autoridades que se estaban acercando al lugar de los hechos. Unas enfermeras se acercaron al pelirrojo para sanarlo, él no puso resistencia y dejo que hicieran su trabajo. Termino con casi toda la cara vendada junto con todo su brazo izquierdo, tuvo suerte de no a ver quedado inconsciente. Observo como las autoridades se llevaban a los delincuentes tras las rejas, fue un alivio para el dueño del banco quien le traía la recompensa, no menciono nada acerca de la pared que casi quedaba hecha polvo y con gentileza le agradeció a Shiryu mientras que le entregaba la recompensa. Al fin podrá volver a su gremio.