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Mensaje por Papichulo Sáb Oct 24, 2015 10:48 pm

Magnolia una ciudad muy enorme donde se ha de conocerse como un lugar donde hay mucha magia, mucha multitud teniendo exactamente unos 60.000 habitantes, un sitio donde la mercadería también se haya con facilidad donde hay muchos magos, en esta ciudad ha tenido comercios mágicos donde se tuvo desde la misma antigüedad de hace años. En un día muy casual un 31 de Octubre donde una celebración muy importante para todo el país del mismo Fiore, se anunció un evento muy importante para todos, magos y no magos pueden participar en dicha ocasión tan importante. Halloween, lo hermoso donde uno se disfraza de un monstruo, bruja, vampiro, momia y más cosas por el estilo, muchos no, dado que últimamente muchos viven en los bosques y no saben de las noticias de cada tiempo se hace dichos eventos, hoy toca el hermoso Halloween.

Justo en la fecha 30 d Octubre, se pidió a todos los interesados por dicho evento que buscarán un disfraz y se podrían reunir y pedir dulces, el mismo Rey junto a su propia hija cuales tomarán disfraces e irán también quienes han dado la oportunidad de hacer esto posible y hacerlo de una forma más exótica posible, con muchas mejoras, concursos y más. Aunque dicho Rey no sabía que, Lyan haría de las suyas en este evento para que todo este Halloween sea destruido, aunque de momento todo iba bien y al parecer el acto del  hombre malvado aun no haría su jugada. Mientras todos los del palacio se dirigían hacia el lugar donde todo haría comienzo, en Magnolia, muchos magos estarían actualmente disfrazándose para llegar hasta la central de la ciudad.

Actualmente los magos deberían estar pidiendo dulces lo cual, tenían que lograr traer cien (100) dulces para así pasar la primera prueba del evento que se hacía presente en la ciudad de Magnolia, donde los magos de Fairy Tail cuyo gremio era en el mismo lugar no dudarían en ingresar, cosa que el rey tenía miedo que hicieran un destrozo, pero de igual forma confiaba en ellos sin importar que pasará.

Los adornos han sido colocados, calabazas, unas magias ilusorias en casas abandonadas, también hay una nueva atracción como: “La casa de los sustos” donde magos con sus parejas o amigos pueden mostrar su valor, pero claro, todo lo que ocurre ahí es con magia de ilusiones.
OFF ROL
Si no sabes como contestar el tema, aquí te diré algunas ideas donde podrá resultarte más fácil, recuerda no es necesario hacer 50 líneas, con que hagas 10 o un poquito más, me basta, aquí es para divertirnos, que no se te olvide eso ^^ nada de presiones <3

––––Disfrazarte: Debes poner como conseguiste el disfraz y también que te lo has colocado, dado que no vas aparecer de la nada con eso puesto sin una explicación (?) no es necesario ser tan explicito de como te lo has colocado, ten eso en cuenta.

––––Dulces: Rolea como consigues 100 dulces (no es necesario ponerlo todo en 1 post, puedes hacerlo en el 2 o 3) y así podrás acceder a la otra parte del evento.

––––Casa del Terror: Puedes ir con algunos, conoce gente en el evento y visita eso (si lo desean).

Orden de posteo
ARCUEID CRIMSON - 1
ALEX ZEIK - 2
VANYA WOLVES - 3
TRISTÁN CERBERUS - 4
AKI INUZUKA - 5
ELIE VALENTINE - 6
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YAMADA SEIRYUU - 8
KING MALKOVICH - 9

De momento es eso, son cosas simples. Cualquier duda ando disponible, en la cb o MPe.
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Mensaje por Arcueid Crimson Lun Oct 26, 2015 9:07 pm


Comenzaba a dudar sobre mi rutina de cenar pesado todos los días antes de acostarme, sería buena idea cambiar de alimentos menos grasosos si no quería amanecer nuevamente de cabeza. Al principio estaba segura que el mundo había decidido jugarme la más pesada de las bromas colocando todo al revés de modo que sea la única en volverme loca en cuanto viera mi cama sobre la cabeza. Pero después de sentir la respiración agitada sobre mis hombros y el palpitante dolor que emanaba de mi pierna derecha, comprendí que aquello no era una conspiración como al principio creía; era más bien mi mascota que de alguna forma se había transformado a pesar de ser aún muy temprano. –Buenos días, Spike–éste me alzo hasta la altura de sus ojos y sentía el movimiento oscilante de mi cabello después de aquel movimiento. No lucía muy contento que digamos– ¿Días? Ya pasan de las siete. Te quedaste dormida 15 horas exactas–eso era demasiado tiempo incluso para mí. Alguna especie de droga debió llegar hasta mi cena porque no recuerdo haber consumido tanto alimento la pasada noche. Seguiré su juego para molestarlo un poco– ¡Va! Un nuevo record. ¿Lo escribirás en tu libro cuando seas famoso? –dos segundos después de mencionar aquello, el agarre que la tortuga me había echo para despertar finalmente desapareció intercambiándolo por un dolor mucho más fuerte. Di justo en el blanco de la madera del suelo. –Dijiste que te despertarías temprano para comprar tu disfraz. Incluso pusiste una alarma, ¿dónde está? si, muchas gracias por preocuparte de no haberme ocasionado una contusión cerebral.

Ahora la cabeza me dolía demasiado. Mientras intentaba disminuir el dolor a base de masajes señale una de las esquinas del departamento donde se encontraba el pobre cadáver de un reloj que había causado su muerte en cuanto decidió soltar ese insoportable sonido. Se lo tenía merecido. Si Slash estaba enojado antes, ahora estaba furioso. Pero como siempre, decidió retenerlo sobre su mano cubriéndole por completo el rostro–Dame paciencia…–luego de decir esto, dio un par de suspiros para tranquilizarse y cuando finalmente equilibro su estado de animo, me observó nuevamente pero esta vez con ambos brazos cruzados. –Y, ¿ahora qué te pondrás? Todas las tiendas ya deben estar vacías porque solo a ti se te ocurre ir a comprarlo el mismo día del evento–en mi cabeza la idea sonaba mucho mejor. Tuve todo el resto del año para comprar un atuendo que seguramente no me volvería a poner hasta dentro de un par de años más. Tampoco me gustaba la idea de gastar dinero a lo tonto. La única opción que me quedaba era el pedir ayuda.

–La anciana tenía muchas cosas en el ático. Seguramente encontraré algo–esto no pareció agradarle bastante a la tortuga–No, ahí solo encontrarás papeles y telarañas. Y no creo que sea buena idea usar ropa de una occisa–punto para Slash. La sola idea de usar unas ropas de una persona fallecida provocaba algo de escalofríos, pero ¿qué no era esa la idea? Va…supongo que tendría que preguntarle a los demás inquilinos–El resto de los inquilinos se fueron desde hace dos horas. Como no respondías la puerta decidieron marcharse sin ti–mierda, ahora ya no me quedaba nadie.

Me levanté del suelo, aún con la cabeza enrojecida, y busqué entre mis ropas alguna prenda que no haya usado antes para de una vez estrenarla. Solo encontré el kimono de siempre y el bedlah que me había regalado en una de las misiones. Tendría que improvisar. Entonces saqué todas las ropas del armario separándola por colores sobre mi cama además de todos los pares de zapatos ayudaran al vestuario. Después de un rato tratando de hacer alguna combinación convincente, una de mis playeras a rayas me recordó bastante a uno de los personajes que a Slash le encantaba–Slash, ¿cómo se llama el sujeto loco que te mata en los sueños? –él, que hasta ahora estaba comiendo fruta del refrigerador, contesto de inmediato sin siquiera parpadear–Freddy, Freddy Krueger. ¿Por qué? –y con solo una mirada tierna por parte mía, comprendió que buscaba tutorías para terminar el disfraz. Como no tenía pantalones negros, utilizamos los shorts que normalmente uso en verano y para evitar las molestias del enfriamiento, las únicas botas que tenía en mis zapatos y unas medias negras…bueno, una media negra y otro de encaje, porque no encontrábamos los pares. Solo hacia falta el sombrero y el guante de jardinería con cuchillas, aunque este último sería el mayor problema a pesar de que ya tengo el guante, solo le faltarían las cuchillas.

–Yo iré por el sombrero, tu enfócate en conseguir el guante–claro, me deja lo más difícil a mí. Aunque fue mi culpa por no despertarme como me lo había indicado la alarma en vez de asesinarlo en mi propia casa. Cuando vi salir a la tortuga del departamento como si nada, busque entre mis cosas de jardinería el guante derecho que tanto ocupaba. Tenía que ingeniármelas para agregarle los materiales de metal sin gastar mucho dinero. Algo dentro de mí no dejaba de gritarme “Debiste ir de fantasma”, total ya tenía las sabanas para hacerlo. Pero pareció que a Slash le emocionaba tanto la idea de que fuera como el que no me quedó de otra que seguirle el juego. Incluso no le había molestado que una vez puesta la playera, el sostén de encaje que traía puesto lograría verse con facilidad. Luego de tanto pensar, la puerta se abrió de golpe dejando entrar a una tortuga de dos metros que tenía un sombrero idéntico al del personaje sobre sus manos. Me lo entregó sin pensarlo dos veces y se dirigió nuevamente a la cocina. Mas tarde le preguntaré donde lo consiguió. Por ahora, quedaba buscar las cuchillas. –No se como ponerle las cuchillas. No tengo idea de donde encontrar una herrería abierta a estas horas–no era tan tarde, pero debido al evento, debieron de haber cerrado todo. Tal vez lo consiga cuando este en Magnolia. Ahí encuentras de todo.

Me llevé el disfraz puesto, pues no quería cargar nada, y le pedía Slash que tomara su forma original para que no me tengan que cobrar por dos pasajes. Le puse un pequeño antifaz negro para que cubriera sus ojos y la gente pensara que también estaba disfrazado. Se veía muy tierno. El viaje no fue tan lento como me imaginaba, llegamos en menos de una hora muy a pesar de que el lugar estaba repleto de gente disfrazada. De echo, varias tiendas de disfraces continuaban abiertas. Y hasta ahora me vine enterando de eso. Parece ser que no tendría que ir a una herrería después de todo. Deje a Spike en un callejón antes de ingresar a una de las tiendas solicitando dicho guante para concluir con mi disfraz, pero el encargado me había dicho que eran de colección así que solo podrían rentármelo. Por mi no había ningún problema. Me coloqué el guante una vez pagada la factura de renta y salí a la calle con dos bolsas en las manos que me habían regalado dentro de la tienda por mero placer. Regresé al callejón donde había dejado a Spike, el cual ahora estaba convertido en Slash, para poder ir por los dulces que tanto había deseado obtener. Nadie sospecharía que era una tortuga mágica, cualquiera podría pensar que se trata de alguien disfrazado. –Es la única fecha del año donde puedo salir a la vista de todos–me sonrió antes de alborotar mis cabellos con todo y sombrero e ir hasta las casas de la zona para solicitar los dulces que eran necesarios obtener.  

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Mensaje por Alex Zeik Lun Oct 26, 2015 11:14 pm

La traicionera cortina, movida por una pequeña ráfaga de viento que se coló por el pequeño espacio que sobraba entre la puerta y el suelo, dejo cruzar un pequeño rayo de sol, el cual choco directamente contra mis ojos obligándome a cerrarlos con fuerza por la molestia mientras lentamente iba despertando- Umn~ -estire los brazos, soltando un largo bostezo mientras extendía mis piernas y tensaba cada musculo de mi cuerpo, tratando de despertarme- Cinco minutos más... -susurre, girándome sobre la cama hasta envolver mi cuerpo entero con las sabanas, formando algo similar a una oruga hecha de tela con mi cabeza sobresaliendo por un lado. Tenía sueño aún, quería poder dormir un poco más, total, solo era otro día más. 30 de Octubre, si no mal recordaba...

- ¡30 de Octubre! -salte de la cama, girando en el aire hasta deshacer aquel espiral de tela que me cubría, cayendo de pie en el suelo ya libre de aquella atadura y con la sabana cayendo al suelo tras de mí, pero eso no importaba ¡Me había quedado dormido!- Me van a reñir por esto... -susurre mientras me acercaba a un pequeño cajonero que había a un lado de la cama, abriendo uno de sus compartimientos para sacar una muda de ropa y vestirme allí nomás. No me complique mucho: Un pantalón corto rojo, una remera negra de mangas cortas y un par de zapatillas, era suficiente. Tome la mochila que había dejado junto a la puerta de la habitación la noche anterior y salí, cerrando la puertas tras de mí, dirigiéndome a paso rápido hasta las escaleras, pues usar el ascensor era solo una pérdida de tiempo. Salte las escaleras piso a piso hasta llegar a planta baja, atravesando la puerta que llevaba al lobby y saludando fugazmente al encargado antes de salir disparado por la puerta principal.

Al llegar a la calle me percaté de que ya había gente disfrazada caminando por allí, como también otros que, suponía, se disfrazarían en la noche. Era Halloween, andar vestido normal cuando era la única fecha en la que todo el mundo se disfrazaba y salía a buscar dulces no tenía sentido. En mi camino hasta la zona central de la ciudad, donde sería el epicentro de la celebración, me topé con personas disfrazadas de todo tipo de criaturas. Era divertido ver hasta qué punto podía llegar la imaginación a la hora de crear un disfraz, pero lamentablemente no tenía tiempo para quedarme a admirar los mejores disfraces, ya estaba llegando tarde.

- ¿Dónde estabas chico? Son veinte minutos pasada la hora en que debías llegar -fue lo primero que escuche al abrir la puerta de entrada a aquel local, el más famoso en Magnolia en confeccionar disfraces mágicos para fechas especiales. La dueña del mismo creía que hacer un disfraz era un arte, se lo tomaba muy en serio cuando confeccionaba uno, sin dejar ningún detalle al azar. Ganar el concurso del disfraz más aterrador de Halloween era para ella una meta que debía cumplir todos los años, pero como su figura no se acoplaba a la imagen que tenía de quien llevara sus disfraces, que curiosamente siempre eran para hombres, debía de buscar a alguien para que lo usara, y en esa ocasión yo fui el elegido.

- Lo siento, me quede dormido -me excuse mientras ingresaba y cerraba la puerta del local tras de mí. En Magnolia me había vuelto medianamente conocido tras aquel desastroso concurso de belleza, aquella mujer al parecer estaba entre el público el día del mismo y me había visto arriba del escenario. Días antes de la fecha envió una carta a Sabertooth solicitando mi ayuda: Necesitaba que usara el disfraz que confeccionaría para Halloween, asegurando que pagaría con una jugosa cantidad de dulces que compraría para la ocasión por mis servicios.

Mi respuesta fue prácticamente inmediata.

- Bueno, ahora no importa. Quítate la camiseta, el pantalón y siéntate en aquella silla solo con la ropa interior puesta, ahora te mostrare el disfraz - dijo antes de salir de aquella habitación mientras yo la miraba, arqueando una ceja y bastante confuso por aquella petición pero no dije nada, solo obedecí, dejando tanto mi remera como mi pantalón colgados en el respaldar de una silla y mis zapatillas y medias en una esquina. Me senté en aquella silla como me indicaron, esperando a que la mujer volviera- Bonita espalda -chasquee la lengua por aquel comentario y escuche como la mujer se reía entre dientes, al parecer le gustaba molestarme con eso pues la noche anterior me había hecho lo mismo mientras me tomaba las medidas para el disfraz- ¿No te puedes quitar el parche también? -me pregunto mientras se paraba detrás de la silla, apoyando algo similar a un ovillo de lana negra contra mi nuca.

- No, no puedo -respondí con simpleza, a lo cual la mujer respondió encogiéndose de hombros y apretando aquel ovillo de lana con fuerza contra mi nuca. Después de un segundo el ovillo se deshizo y la "lana" comenzó a desparramarse por mi cuerpo por sí sola, como si estuviera viva.

- Esta tela es invención mía, esta combinada con distintas lacrymas de magia que le permiten amoldarse al cuerpo y reaccionar de distintas formas a estímulos mágicos -mientras ella hablaba, la "tela" seguía extendiéndose por todo mi cuerpo, cubriéndolo como si de alguna clase de maya se tratara al tiempo en que dibujaba algo similar la silueta de una araña blanca que se extendía por todo el torso y parte de las piernas, además de una prácticamente igual en la espalda. Cuando la tela dejo de moverse por sí misma ya había cubierto la gran mayoría de mi cuerpo, las únicas zonas que no estaban cubiertas eran la mayoría de mi cabeza, mi pectoral derecho, dejando ver el símbolo de mi gremio, y parte del brazo derecho también, todo el resto estaba bajo la tela- ¿Y? ¿Cómo se siente? -me pregunto mientras se hacía a un lado, dejando que me levantara.

Al dar el primer paso ya me percate de la buena movilidad que daba a pesar de cubrir todo el cuerpo como lo hacía, cada paso que daba sentía que no llevaba nada encima, pero al mirar era claro que el disfraz seguía allí- Es increíble ¿Como hizo esto? -pregunto sinceramente sorprendido mientras comenzaba a dar pequeños saltos en mi lugar, para luego dar varios golpes a la nada solo para comprobar lo que ya había intuido: Ese traje era perfecto para pelear.

- Secreto de la casa querido, ahora sal allí fuera y sorprende a todos. -estuvimos un buen par de horas allí, probando las distintas funcionalidades del traje, hasta que todo, cada minimo detalle del mismo, estuvo repasado- Es todo, ahora toma -de debajo de una de las mesas de trabajo que había en el lugar saco un bolsón bastante grande, no estaba lleno, pero solo con lo que se podía apreciar mis muelas temblaron- Este es el pago por adelantado, si haces bien tú trabajo te daré más al final de la noche -me dio la bolsa y a empujones me saco del local, mandándome a recorrer las calles un rato- Por cierto, no concentres magia en el traje a menos que quieras dar un buen susto a alguien. Te buscare más tarde -y dicho aquello cerró la puerta del local, dejándome fuera y aún con mis ropas dentro. Bah, en otro momento me preocuparía por ello, después de todo tenía una bolsa de dulces bastante grande en mis manos y toda la tarde para comérmelos. Me dirigí al parque más cercano, aquel donde pase la noche en una ocasión, durmiendo a las faldas de un árbol, y me senté en uno de los bancos que había por allí, abriendo la bolsa y sacando un dulce de esta. De seguro los eventos y las cosas interesantes serían por la noche, así que iba a esperar un poco sentado allí, comiendo algunos dulces.

Disfraz:
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Mensaje por Vanya Wolves Mar Oct 27, 2015 4:48 pm

No se lo podía creer, estaba cansada ¿Porque iba a mentir aquel hecho? Lo admitía estaba totalmente agotada, era como si su cuerpo no quisiera responder solo quedarse en aquella cama durante todo el día, ni siquiera se acordaba del día en el que se encontraba, solo se acordaba del día anterior y de todo lo que había tenido que hacer así que en aquellos momentos sus ojos no querían abrirse, se acurrucaba entre las sabanas, con unas cortinas que le impidieran al sol clavarse en sus parpados cerrados, lo había planeado todo para pasar aquel día en cama, totalmente tranquila, sin embargo, algo estaba saliendo mal, gritos, unos gritos que parecían imitar la alarma de un reloj, algo que la de cabellos rosados estaba acostumbrada a tirar cuando lo escuchaba a su lado, pero esta vez no podía hacerlo, sus parpados se abrieron poco a poco saliendo de aquella habitación acariciando su nuca para ver como efectivamente las chicas gritaban, no dejaban de alzar la voz, como si estuvieran enfadadas entre ellas, pero en realidad solo estaban ilusionadas, sus orbes fucsias se dirigieron a un reloj intentando comprender y no enojarse por la hora que era, aun así el ceño en su rostro se frunció, en aquel instante tenía envidia de su mascota, la cual pertenecía a otro gremio, tan solo no lograba comprender porque no podían estar ilusionadas sin necesidad de estar gritando y saltando como si fueran niñas pequeñas, en su opinión aquello que estaban haciendo no tenía ningún sentido, parpadeo un par de veces para sentarse en una silla algo alejadas de las demás intentando comprender todos aquellos gritos sin lograr nada, solo que en su rostro se viera una mueca de duda - ¿Que es lo que pasa? - Termino por preguntar a uno de las jóvenes que estaban allí llevando uno de sus manos a su oído pues estos le comenzaban a doler de lo alto que estaban siendo las "conversaciones" aquel día.

La mujer en cuestión de segundo con la que la joven de cabellos rosados estaba hablando dejó ver una sonrisa en su rostro, una pequeña y ladina, pero allí estaba, mientras los dedos tocaban la mesa haciendo un mismo sonido cada cierto tiempo, más o menos cada cinco segundos volvía a golpear su dedo contra la mesa de madera haciendo que volviera a escucharse aquel sonido haciendo solo que la joven de cabellos rosados se pusiera un poco más nerviosa ¿Acaso se estaba burlando de ella por no saber lo que pasaba? Se comenzó a preguntar en la cabeza sin apartar la mirada de aquella mujer, dejando que sus labios poco a poco comenzaran a apretarse clavando uno de sus colmillos en su labio inferior con un poco de fuerza - ¿Y bien? -formulo aquella pregunta esperando la razón de porque aquella mujer estaba sonriendo de aquella forma, estaba más que segura de que la razón no era otra sino porque no sabía de que se trataba, la mujer sin quitar aquella sonrisa en su rostro saco un calendario señalando el día en el cual se encontraban, ¿30 de Octubre? Se pregunto a si misma mientras quedaba mirando aun a aquella mujer con una mueca de confusión, pues realmente no sabía lo que estaba pasando - Vaya, es cierto que no sabes nada Vanya- escucho como se burlaba un poco de su persona, haciendo que cogiera un color rojo en su mejilla, no solo a causa de la vergüenza de no saber a que se debía tanto escándalo, sino también por su rabia, esta se había aumentado ligeramente en su interior a causa de aquella respuesta tan directa por parte de la mujer, obteniendo solo como respuesta de la menor que apartara la mirada de la indignación que sentía en aquel instante -Hoy es cuando empieza el evento de Halloween ¿Recuerdas? Algunas chicas irán a Magnolia para disfrutar, pero la que esta más ilusionada es Ana, ya que va a ser la que lleve el disfraz, tendría que estar ya de camino a la tienda donde se lo van a dar, sin embargo he escuchado que tiene un tobillo torcido y por eso no puede ir, eso es lo que ocurre, pues ninguna quiere ir en lugar de Ana- Ahora lo comprendía, había escuchado algo últimamente sobre aquello aunque no hizo mucho caso a ello.

Aun después de comprender lo que estaba pasando con aquellas chicas, no entendía porque no querían ir en lugar de Ana, era cierto que en su gremio se había comentado más de una vez que la mujer que se encargaba de hacer el disfraz con el cual pudiera ir a aquel evento no era realmente la mujer más cariñosa e amable del mundo, pero era la mejor que conocían, la joven de cabellos rosados en aquel instando cogió un vaso para comenzar a escribir diferentes nombres en pequeños papeles metiendo estos en el vaso para después mover este un poco, en uno de aquellos papeles incluso estaba puesto su nombre, de aquella forma todas estarían más tranquila, el nombre que saliera de aquel vaso sería la que tendría que coger el lugar de Ana para llevar el disfraz e ir al evento, pues su gremio ya se había comprometido a llevar al menos a uno de sus chicas, con el ceño un poco más relajado acerco aquel vaso a la mujer con la que estaba hablando antes de hacer que sus labios se movieran para explicar porque había hecho esto- será por votación - al decir esto para las que estaban a su alrededor no hacía falta que pronunciara ninguna palabra más, lo habían comprendido, todas miraban aquel vaso con algo de nerviosismo con miedo, menos aquella joven de cabellos rosados, la cual estaba tan confiada de que no iba a salir que simplemente ignoraba aquella escena, eran muchos papeles y su nombre era el primero que había escrito, así que supuso que se encontraría en la parte final de aquel vaso, la joven que hasta ahora estaba hablando con Vanya, cogió el primer papel abriendo este poco a poco logrando solo que las jóvenes comenzaran a morderse las uñas, la joven de cabellos rosados que parecían hechos de chicle solo esperaba que todo aquello se acabara de una vez, pues quería volver a acostarse en la cama, a estar tranquila y pasar el día como lo había planeado- Vanya- durante unos segundo se quedo tranquila, escuchando los suspiros de alivio de las demás mirando de un lado a otro pues no había escuchado el nombre que había salido en aquel papel, lo cogió con cuidado para abrir los ojos como platos al ver que era su propio nombre comenzando a negar con la cabeza por esto.

-No, no puede ser ¿yo? - las cabezas comenzaron a asentir con rapidez haciendo que el ceño se frunciera más, ahora si que era sencillo entender que aquella joven estaba enojada, parecía que siempre lo que planeaba no podía hacerse por cualquier cosa, dejo escapar un suspiro levantándose para comenzar a caminar hacía aquel lugar, con un papel en la mano que le ayudaba a saber por donde debía de ir, llegando en cuestión de segundo a la tienda entrando en esta intentando ocultar aquel enojo en una sonrisa falsa que se quedo en su rostro al ver en la forma que aquella mujer la iba a tratar -LLEGAS TARDE- un grito hizo que su espalda se pusiera totalmente recta antes de inclinarse un par de veces intentando disculparse con aquella mujer por llegar un poco tarde, pero ella no sabía a que hora habían quedado en encontrarse - mira niña tengo mucho que hacer y no tengo tiempo para esto solo quítate la ropa de una vez- era verdad que aquella mujer no era la más amable, es más se parecían bastante y eso era lo peor, pues por primera vez tendría que suportarse a si misma, probaría un poco de su propia medicina, trago un poco de saliva antes de quitarse todas las prendas dejando solo la ropa interior sintiendo aquella cinta que pasaba por su cuerpo queriendo cruzar los brazos por poder hacer esto escuchando las quejas de aquella mujer, tanto por su pecho como por sus caderas o piernas, no era su culpa ser así, sabía que Ana era más fácil de disfrazar pues su físico era más normal, sin embargo le había tocado a ella, la joven de cabellos rosados tampoco estaba pasando un agradable rato que se pudiera decir, además de que había tenido que volver a Magnolia, había tenido que buscar la tienda de esta mujer tan desagradable y ahora se tendría que vestir segundo ella quisiera, tendría que aguantar el cansancio, el dolor de su cuerpo, dejo escapar un suspiro dejando caer un poco el cuerpo sintiendo un golpe en su espalda para que volviera a coger aquella postura inicial -¿Cuanto va a tardar en hacerlo? -Sintió en aquel momento una mirada que parecía la quisiera matar tirando a su cabeza las prendas.

Al parecer ya lo tenía preparado solo lo quería ajustar según sus medidas, Vanya en aquel instante comenzó a ponerse este el cual costaba de un vestido azul con un delantal blanco, en sus piernas unas medias de rayas blancas y negro, las cuales llegaban hasta sus pies, donde se encontraban unas grandes botas que parecían algo pesadas para moverse, aunque las apariencias engañan, era un traje bastante bonito a decir verdad pero de aquella forma no parecía que fuera a asustar a nadie y mucho menos a conseguir caramelos, cuando la joven iba a abrir los labios para decirle estos sintió como le salpicaba con sangre falsa quedando así su mejilla un poco manchada con esta al igual que sus labios, mientras que el delantal blanco ahora tenía grandes manchas de color carmín al igual que aquellas medias, entregando un cuchillo falso a la joven dejando que sus manos también se mancharan de aquella sangre falsa al cogerlo - más te vale aprovechar tu aspecto- tras aquella amenaza salió de aquella tienda tosiendo un poco por haberse tragado algo de sangre falsa comenzando a pasar por las calles tocando algunas puertas consiguiendo unos quince caramelos en unos segundos dejando que sus orbes rodaran y bajara la cabeza con cierta indignación- parezco una niña pequeña con estás prendas -se toco un poco aquel vestido antes de seguir por las calles comenzando a divertirse un poco por aquello, aunque tampoco se lo iba a decir a nadie y mucho menos lo iba a mostrar en su rostro ya que esa no era su personalidad.
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Mensaje por Tristán Cerberus Miér Oct 28, 2015 3:31 am

Hoy iba a ser noche de Halloween y su cuerpo lo sabía. La noche santa, el día en que los demonios y fantasmas salían a asustar a las personas que se atrevían a caminar por las calles de los distintos distritos de la zona y quizás del mundo. En la lejanía podía escuchar los gritos de euforia de las personas que iban a participar del evento en Magnolia y un poco más cerca las almas del inframundo susurraban con alegría que posiblemente en la noche iban a poder librarse aunque sea por unos momentos de las cadenas que los atan a la oscuridad, pero de seguro, más feliz que estos se encontraba Tristán que desde muy temprano ya se encontraba arriba. No era una persona que demandaba mucho sueño, por eso mismo aquella instancia no le afectaba en lo absoluto. Desde ya hace varios días venía pensando muy bien el disfraz que vestiría en el evento, este tenía que ser lo bastante serio y lo más terrorífico posible, ¿Qué sentido tiene ir a un evento de sustos con un traje que apenas podría causar un suspiro a la gente? No entendía a las personas que si quiera se esforzaban por disfrazarse de algún monstruo, especialmente aquellas que de hadita del bosque asistían, esto le generaban unas terribles ganas de causarle uno que otro susto en primera instancia.

30 de octubre a la mañana, y aún no tenía su disfraz. Normalmente era de hacer los preparativos una semana antes pero los últimos días estuvo muy complicado con el gremio y un par de persecuciones. -Cerberus, ¿Estás seguro que deberíamos de optar por eso?¿No se nos hará demasiado tarde?- Preguntó Ilyion preocupado, ya que no había nada más preparado que la montura de metal que él iba a vestir. "La mismísima muerte sobre su corcel, el imponente terror de aquellos destinados a morir" era el concepto que en sus mentes trabajaban. -Por algo nos levantamos tan temprano, no hay de que preocuparse. Ya arreglé todo para el día de hoy el jueves pasado. Tenemos que hacerle una visita a nuestro querido amigo Richest- Inmediatamente dijo esto, le pareció notar que al caballo le dio un escalofríos. Claro, era de esperarse, la mascota de Richest siempre fue un dolor de cabeza para él, cada vez que se encontraba con esta la pasaba realmente mal. Aquella ave de rapiña parecía tener una adoración y siempre terminaba clavándole las garras en su lomo inconscientemente, haciendo que Ilyion saltara del dolor. Pero antes de pensar en ello, había que completar su disfraz. Para ello, se acercó al pequeño alijo del cuarto que estaba rentando desde hacía ya un tiempo. Allí dentro había depositado un montón de cosas que iba recolectando en sus viajes, no eran muchas pero las consideraba de utilidad para algún futuro cercano. Entre ellas se encontraba un manto color negro desteñido, en muy mal estado que se había adueñado durante una emboscada a un templo hacía ya un par de años. De seguro esa prenda iba a ser la que usaría junto a unos maltratados pantalones, más los accesorios de la caballeriza de su antiguo reino. Todo eso lo tenía debidamente preparado, pero aún no se lo había probado como para saber si era apropiado o no para la ocasión, después de todo, aún faltaba ese detalle importante para complementar su apariencia.

Durante toda la mañana se había dedicado a pasarle un poco de pomada a las piezas metálicas de la montura de Ilyion, mientras comentaban uno que otro temas triviales de la vida y de esta forma, tras cargar únicamente su disfraz en un bolso amarrado a su cintura y su arma sostenida con su brazo sobre su hombro, partió a las perisferias de Magnolia donde se encontraba su viejo amigo Rischest. Él era un tatuador y un artista, su cuerpo entero lo demostraba. Bastante mórbido y buen conocido de Tristán. Solían compartir momentos desde mucho antes y lo conoció en sus viejas tierras cuando el mismo se encontraba de viaje por allí. Sus trabajos eran realmente buenos, por eso le había confiado esta labor a él: tenía que hacerle un body paiting en prácticamente todo su cuerpo y para ello al momento de encontrarse y saludarse procedió a desvestirse dejando toda su ropa de lado. El artista en medio de risas y charlas, comenzó con su arte el cual le demandó bastantes horas como era de esperarse de él, pero sabía muy bien que iba a valer la pena por todo lo que conocía. Rischest mezcló pintura y corcho quemado para lograr la profundidad y sombras, y pintura blancla para remarcar los huesos de lo que figuraba como el esqueleto. Para un mejor trabajo sobre el rostro este había recogido y echado su cabello moreno hacia atrás fijándolo con productos sin quitarle su movimiento natural. Una vez terminado el trabajo se observó a través de un viejo espejo como nunca agradeció a su amigo por lo que había hecho, pero este no había terminado con muchas ganas le entregó un reloj de arena para complementar su disfraz. Hablando de disfraces, inmediatamente había terminado fue en busca de este y se lo colocó de una vez por todas. << Aún no está listo >> Pensó algo insatisfecho. -Le falta el toque final...-dijo Rischest al ver el rostro decepcionado de Tristán y por ello, desgarró con sus manos aún más la túnica que llevaba puesta y la ensució con corcho quemado para darle un toque más robusto y deplorable. De esta forma, terminó reajustando su traje, hasta llegar a la versión final y lo mismo hizo con el montaje de Ilyion, quien agradecido un poco más se largaba a llorar de la suerte que había tenido, aquel ave había salido a visitar el monte a un amigo.

Y así, amarrando alrededor de su mano la cadena que sujetaba el reloj de arena y con la otra sosteniendo su guadaña, se subió sobre su mascota y procedió a ir en busca del alma desafortunada que habría de ser la víctima de su primer truquillo. De momento no había encontrado a nadie, solo un par de niños dando vueltas por las calles, pero ninguno le había inspirado realmente. Ya era de noche, pero igualmente se manejaba por las sombras de la luna para no llamar mucho la atención. Con su capucha puesta, totalmente cubierto se adentró silenciosamente por el patio de una casa con Ilyion quien buscaba un poco de comida para llenar su estómago. A lo lejos, la voz de unos niños se sentían carcajear de un lado a otro. Se movilizó por el costado de esta casa y se vio obstruido por un arbusto. En la puerta de aquel aterrador domicilio, un par de niños fueron a pedir dulces pero la anciana que los atendió prácticamente los mandó a volar diciendo "¡Si querían que les entregue dulces se hubiesen tomado el trabajo de hacerse un buen disfraz aterrador!". De esta forma, la abejita y el hada de los bosques casi se largaron a llorar. Ilyion olfateaba, la fragancia de su hierba favorita había perpetrado sus fosas nasales y tras observar con seriedad y concentración su entorno dio con su blanco al otro lado del arbusto. De esta forma y sin avisar pegó un salto emocionado el cual atravesó e hizo crujir las ramas de la planta, sin si quiera avisarle a su jinete el cual tomó desprevenido. Los niños también se sorprendieron y al ver la figura que había causado tal desorden directamente se espantaron y salieron gritando, rezando por sus vidas, algo bastante esperable para pequeños de su edad. La anciana atónita, se acercó a Tristán y a poco que le estaba por lanzar más de mil maldiciones pero al darse cuenta que era un simple hombre sobre un caballo.-¡Muchacho!-La abuela tuerta forzaba su ojo para observarlo mejor.-¡Ese es el mejor disfraz que apareció por estos lares! Te mereces mis respetos, toma, un par de caramelos...-Y de esta forma le entregó unos veinte dulces dentro de una bolsa artillera. A Tristán, aquella vieja le había caído muy bien y por eso le agradeció y continuó con su camino en busca de más caramelos y sustos por las calles, eso si, luego de que su mascota terminara de comer.-Tuvimos un buen comienzo, Ilyion...-Dijo con una sonrisa en su rostro mientras acariciaba su hocico. -Tiempo record...-le contestó el animal caminando rumbo al centro.


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Mensaje por Aki Inuzuka Miér Oct 28, 2015 12:46 pm

Genial, Kuro había vuelto a hacer de las suyas, me había inscrito en un evento de halloween sabiendo como lo odiaba. Era demasiado asustadizo, no podía esperar que me gustase esa fiesta y además, la primera prueba era conseguir cien dulces. Yo era incapaz de hacerlo por mi personalidad, pero aun así no parecía que a Kuro le importase, de hecho, empezó a discutir con Hydra según lo que me contó sobre que disfraz tenía que llevar, si de vampiro o de momia. Conociéndolos, no me hizo falta que me dijera cual decía cual, Hydra el de momia y Kuro el de vampiro. Suerte que al final Inu los calmó a los dos y eligió un disfraz de Gremlin, no daba tanto miedo como ellos querían, pero igualmente a mi me gustaba mas. Me vestí con el traje, solo me dijeron que era de su mundo, por lo que no quise darle mas importancia. -Espero que no hayan demasiados sustos...- Una cosa estúpida de esperar considerando que era Halloween pero no le podía hacer nada, por lo que empecé a caminar hacia el lugar del evento.

Mientras caminaba por Magnolia, tenía que recoger dulces, pero... además de eso, había gente que daba miedo con sus disfraces. No quería ir, no quería para nada, pero Kuro dijo que si no iba, no volvería a hablarme y no quería eso. Tuve que aguantarme las ganas de salir huyendo y ir a buscar los dulces. Considerando que eran cien dulces, lo mejor que podía hacer era ir a por las casas ricas por así decirlo. Llegué a una que me daba algo de miedo, pero toqué el timbre y de ella salió una vieja con una bolsa. -E-esto... tr-truco...o tra-trato...- Como siempre no podía evitar tartamudear cuando hablaba, y además, tenía miedo seguro que no le gustaba el disfraz, o algo así y se había enfadado, si, de seguro habría sido eso. -Que muchacho mas adorable... jojojo... ten, unos dulces.- Y dicho eso la señora me dio diez dulces y se volvió para dentro. Bueno, al menos había conseguido diez dulces, solo faltaban noventa. Pero si todo iba bien, podría conseguirlos rápidamente.
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Mensaje por Elie Valentine Jue Oct 29, 2015 11:37 am

Y era la segunda vez que Julia me la jugaba, primero había sido la misión y ahora el evento de Halloween en el que pretendía que conociera a más gente y me olvidase un poco de mi propia misión: recordar quién era. La rubia era demasiado testaruda así que no podía siquiera intentar evitar contradecirla.

-Vamos, Julia tengo demasiadas cosas que hacer -me quejé.

-Me da igual todo lo que tengas que hacer -me dijo buscando algo por el armario-, no vas a perderte este evento como que me llamo Julia Ardid así que te he comprado un disfraz muy llamativo -soltó alegremente con una sonrisa de oreja a oreja.

-Pero… -empecé a quejarme, pero no me dio más opciones pues empezó a quitarme la ropa para vestirme.

Una par de horas más tarde, estaba disfrazada y preparada para ir a la dichosa celebración. Julia se había encargado de que llevase también una bolsa para recoger los caramelos. No quise preguntarle gran cosa sobre eso, pese a que no tenía ni idea de qué se hacía en Halloween, ya que me había dejado bien claro que tenía que hacer que me dieran hasta cien caramelos.

Empecé a caminar por aquella gran ciudad viendo a varios chicos y chicas con sus disfraces. Me sentía estúpida, sobre todo porque me parecía una pérdida de tiempo tener que estar por allí y no poder estar haciendo lo que tenía que hacer realmente. Pero bueno, parecía que la gente se divertía, así que trataría de hacer lo mismo.

Me quedé parada frente a una casa para ver qué hacían unos niños. Fruncí el ceño al escuchar sus palabras y, luego, sonreí al ver que les echaban caramelos en sus bolsas. Me acerqué corriendo para hacer lo mismo que habían hecho ellos, pero no tuve que decir nada, la señora de la casa me miró sonriente y me echó un puñado de caramelos a mí también.

-Gracias -dije alegremente antes de irme de allí-. No está nada mal -dije contando los caramelos, eran un total de diez.

Continué mi caminata tranquilamente mirando a los chicos y chicas pues parecía que al final me divertiría. Maldita Julia, parecía que sabía cómo hacerme pasar buenos ratos y olvidar mis propias obligaciones.
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Mensaje por Tsubasa Youzora Vie Oct 30, 2015 3:34 am

Al fin… Halloween. Esa época otoñal del año en donde las calabazas con rostros aparecían en las casas, el olor a caramelo casero se sentía en el aire, las calles se llenaban de hojas secas y… sobre todo… cuando la gente comenzaba a disfrazarse para ocultarse de las brujas y espiritus. Un glorioso evento. Y yo había sido invitado a una fiesta en Magnolia, en donde todos se disfrazaran. Esa era mi parte favorita del dia, además de la recolección de dulces. Eran las 10:30 AM y ya me había preparado para comenzar este día, aunque no pasarían muchas cosas hasta la noche. Ahora era el momento de conseguir, o mejor dicho, confeccionar un disfraz. Pero la pregunta era de qué. Fantasmas, zombis, vampiros, incubos… Había tantas opciones, pero tan poco tiempo y tan poca originalidad… Quizás una pequeña caminata me haría inspirarme para poder empezar a trabajar rápidamente, así que también llevé un pequeño cuaderno de notas por si se me ocurría algo. Pensé en algo gótico, ya que tenía que ver con la época y con mi amor incondicional hacia ese concepto, pero el tiempo escaseaba, dado a la complejidad y lo elaborado que suele ser. Pasando por una de las tantas vitrinas, vi en una de ellas, un set de cartas. Parecían ser cartas para leer la suerte, pero… eran muy pocas para eso. Habían siete de ellas y venían con los siguientes nombres: Saber, Lancer, Archer, Rider, Caster, Assassin y Berserker. Las ilustraciones sombrías y medievales me atrajeron bastante, en especial a la carta que decía Caster. Un hechicero de antaño de barba blanca y larga… Algo clásico, si, pero sumamente atrayente. Entré a la tienda y pedí si es que podía ver de cerca la carta de Caster, a lo que, amablemente, accedió la señora que atendía. Me puse a dibujar el traje, con algunas modificaciones, principalmente, el largo de la túnica. Le agradecí a la señora y salí con apuro de la tienda, para luego comprar telas para trabajar. Resultó que encontré la única tienda de telas en esta calle comercial. Me dijeron que, por ser Halloween y por quedar apenas un par de rollos de tela, me los podía llevar gratis. ¿Es qué tengo taaan buena suerte? Tomé con una sonrisa unos rollos de telas negras y grises, y agradecí con una sonrisa y una reverencia rápida, para luego salir de la tienda. Bien… Ahora solo me quedaban horas, descontando mi almuerzo, para hacer este disfraz. Pero con mi experiencia de costurero, no creo que sea tan difícil. Llegué al apartamento que me estaba hospedando y comencé a trabajar en mi diseño con precaución, pero con cierta prisa. Lo malo es que eran varias capas y detalles, pero era un diseño simple. Una hora antes de que el evento comenzara, había terminado. Estaba hecho un desastre… Yo y la habitación. Retazos de telas, carretillas de hilo vacías, sudado y cansado, pero… satisfecho. Mi disfraz estaba terminado y listo para ser usado. Me di una ducha rápida, pero relajante, me puse camisa negra, jeans negros y unas botas algo pesadas de apariencia steampunk. Luego, comencé a ponerme la túnica con cuidado y por partes para no pasar a llevarla. Me quedaba algo grande, justo como quería. Tomé un pequeño saco para los dulces, ya que necesitaba recolectar 100 para entrar a la segunda parte del evento y salí del lugar. Este sería un Halloween inolvidable. Podía sentirlo.

Al salir del edificio, ya veía como todos se ponían en campaña de recolectar dulces con sus disfraces, unos más elaborados que otros… Había de todo por aquí, fantasmas, espiritus, apariciones… hasta habían unos que se notaban que estaban fluyentes de mana, pero eso no me detuvo. También tengo un disfraz tan bueno como el de cualquiera. Toqué la primera puerta y antes de que me abrieran, inspiré y exhalé algo nervioso, para luego ver que una mujer relativamente joven con un disfraz de bruja se acercó a mí. Se veía bien, hasta tenía esa nariz falsa y verdosa de plástico. Eso me hizo sonreir. “Dulce o truco.” Dije sintiéndome como un niño otra vez. Recordé un poco las veces que celebré Halloween con mi abuelito… Fueron tiempos muy bonitos aquellos. La señora, al ver que sonreía algo soñador y entusiasta, hizo lo mismo, diciéndome que era un muy buen disfraz, que incluso podía notarse que era hecho a mano, comentario que me hizo sonrojar algo apenado. Recibí un puñado de dulces en el saquito y me dijo que me divirtiera de lo lindo en estas festividades. Luego de que cerró la puerta, vi cuantos dulces me dio. Eran 10. “Es un buen comienzo”, pensé determinado. “Bien. ¡Hay que seguir adelante!” Dije con un puño en alto y comencé a trotar hasta la siguiente parada.
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Mensaje por Yamada Seiryuu Vie Oct 30, 2015 10:49 am

Era completamente de dia el sol apenas y se levantaba tornandose el cielo de un color blanquesino y al mismo tiempo poniendose como el azul que todos conocemos. Mi alarma apenas y andaba sonando en uno de mis muebles que tenia causando que me encontraba dormido en mi cama con los pies fuera de mis cobijas entre y las manos flexionadas, ya saben, todo completamente arrumbado disfrutando de mi sueño. Al escuchar dicho reloj, lleve mi mano para asi apagarlo sin ningun problema, hecho esto me levantaba pues empeze a frotarme un poco mi ojo derecho para asi estirarme por completo y hechar un esbozo. Hecho esto, me levantaba para asi cambiarme de ropaje la usual que siempre utilizo, causando asi que me fuera de mi casa donde me encontraba y me dirigiera hacia el gremio de Blue Pegasus.

Como siempre el lugar se encontraba lleno de chicas y de chicos guapos cortejando a cada mujer que se encontraba por ahi cerca y por supuesto no faltaban las que me seguian a todos lados para que les diera un beso, yo era famoso en el gremio por el bien que besaba por supuesto, pero habia alguien que me habia robado el corazon despues de aquel acontecimiento dado, esa chica de cabellera rosada que me recordaba mucho al pastel de fresa por alguna extraña razon, pues casi todo tenia relacionado a ese color mas aparte habia veces en que pensaba en la comida. No obstante uno de los miembros se me acercaba para asi mencionarme lo siguiente.

???: OYE! no vas a participar en el evento que se realizara en magnolia?

-Eh? en magnolia? y que tipo de evento es ese, apenas que me dices tal vez y me entere-Terminando de decir esto el chico me habia llevado a cierto lugar donde mencionaban que se andaba haciendo concursos en el lugar, dicho lugar estaria tambien repleto de magos entre otras cosas, sin embargo acepte dicho reto de conseguir los 100 dulces-Por mi bien, hare que tenga ese premio mas aparte haber si me encuentro a esa pastel de fresa-Decia para luego escuchar una voz basatante familiar a mi lado-et qui est que le gâteau fille le fraise?-al voltear a mi lado me sorprendi y al mismo tiempo me asustaba, pues era nada mas ni nada menos que Osiris Baker el guerrero del agua quien protegia a Ruan quien se encontraba en el consejo por el momento, no obstante estaba con el mismo ropaje de siempre, todo bien formal como principe y al mismo tiempo como si fuese un militar, en sus manos estaba comiendo un dulce como si nada pasara y como siempre, esa mirada tan inocente que tenia-Osiris!-

???-aa si ese chico te estaba buscando, queria hablar contigo sobre algo, aunque a veces habla en un idioma extraño-Decia aquel compañero mio que se encontraba a lado mio-apenas y le dices, eres muy malo jeune-Decia el chico de cabellos azulados obscuros-Ven Yamada, tengo un pequeño regalo para ti y lo traje desde mi dimencion, espero que te guste- aaam...si por supuesto te sigo-Estaba algo nervioso pues era la segunda vez en mi vida que lo veia a vivo y a todo color asi que nos dirigimos a unos ascientos que se encontraban por ahi en la taberna para asi sacar el una caja envuelta, hecho esto el mismo me decia-toma, espero que te agrade- Como siempre el chico teniendo la voz tan inocente me lo mencionaba asi que lo habia abierto y era nada mas ni nada menos que un traje para asustar a la gente por sobre todo era perfecto, pues al parecer si daba algo de escalofrio, pero al mismo tiempo faltaba algo, una capucha-...este falta una capucha y me veria genia!-Decia para asi sonreirle- -Non, te pondras este gorro de bruja, al fin acabo te vi en cierto lugar de mi mundo asi que se me ocurrio que ese disfraz fuera de brujo-por un momento de mi sien se me caia una gota en la sien causando que me avergonzara- de un brujo!, y por que no mejor fue de la muerte!- el mismo pokeaba la frente un poco con suavidad para mencionarme lo siguiente- por que fue lo unico que se me ocurrio, ahora anda y pontelo, luego regresas Ryu Yamada- ahora el mismo me mencionaba un extraño nombre, Ryu yamada, de donde diablos sacaba ese nombre?!. A veces pensaba que cada vez que le hablaba me volvia loco, pero a pesar de eso era un gran chico asi que sin refunfuñarle me dirigi par asi cambiarme, terminando de hacerlo, no veia mal, pues realmente parecia un brujo derecho y genialoso-no veo nada mal, gracias Osiris, eres muy amable-Le decia mientras me miraba en el espejo y tan solo el me miraba con una sonrisa tan de niño como siempre-No fue nada, ahora, tengo que advertirte de algo serio-De la nada el chico se volvia serio, pero no era una seriedad como los demas solian tener si no, una seriedad pero al mismo tiempo mostrando tranquilidad-Ten mucho cuidado, tengo un mal presentimiento que pueda pasar algo en magnolia y por lo tanto te pido que te cuides y por sobretodo, fijate en los alrededores, no tengo idea de que vaya a pasar, pero tengo ese presentimiento extraño en el lugar, me entendiste?- Le miraba con algo de extrañesa pero al mismo tiempo no le creia del todo pues le habia hecho pat pat en su espalda- a no te preocupes Guerrero del agua, no pasara nada y si pasa lo detendre con la magia que me enseñaste manejar- Ponia mi mano para mostrar mi musculo y asi marcharme del gremio e ir directamente hacia magnolia sin ningun problema-....-suspiraba aquel chico de cabellos azulados oscuros- como dice Ruan, no tiene remedio el Jeune-.


Por fin habia llegado a mi destino, todo niño y todo mago alrededor mio se encontraba deambulando por las calles y lugares en toda magnolia causando asi que los niños corrieran entre otras cosas mas, habia cosas magicas alrededor mio asi como tambien dulces por doquier, todo era fascinante, asi que por una casa habia llegado causando asi que le mencionara lo siguiente-Dulce o truco- el mismo señor me habia dado los dulces sin ningun problema pues ahora tenia 10 en mis manos asi que esto era un buen comienzo, no hasta que me dirigia a otra casa caminando y.-todos se ven muy alegres, eso es algo en el cual deveria de estar sonriendo-cerrando los ojos me habia topado de nuevo con una cierta persona cayendo asi en el suelo y por si fuera poco casi le daba un beso en sus labios, no sabia quien era en lo absoluto y mucho menos que pasaba, no obstante me levantaba para asi sobarme un poco la cabeza- itai itai itai-Decia para luego despues mirar aquella persona ajena con la que me encontraba de nuevo en el suelo-

Brujo, quitandole esa capucha y poniendole uno de bruja:
Osiris Baker:
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Mensaje por King Malkovich Lun Nov 02, 2015 5:55 am

Un día simple, habitualmente el primer momento cuando uno sabe que ha sido recompensado por todo es cuando ya eres maestro y tus pocos subordinados, no, miembros, familia te han dejado un momento en paz, se podía observar que el viaje a Magnolia un 29 de Octubre sabiendo que no había mucho que hacer. Bajando del tren donde su viaje se torno un poco cansado, dado que había que ir por muchos lados, además de miles de personas nuevas claramente señoritas jóvenes no era nada malo, al contrarió pero también siendo adulto debía tener sus "cuidados" dado que tenía una pequeña reputación que debía cuidar a toda costa aunque claramente muchas veces eso... No sé podía asegurar caminando cada paso hacía algo nuevo, mirando como muchos magos, civiles, todos hacían una rutina bastante entretenida, mientras observando con plenos ojos abiertos, una sonrisa amplia en sus labios había mucha gente por doquier y eso lo hacía muy feliz.

Observando con plena claridad con sus ojos negros como la noche, sus dientes con los colmillos una sonrisa que muchos no podrían ver como algo "bueno" había observado a unas chicas pasar por su lado, en ese momento movió sus cabellos de distintos colores en una posición hacía atrás mientras emanaba unos brillos negros, una nube apareció por debajo de él haciendo que flotará, es decir volara un poco hacía arriba mientras miro a las mujeres, a las doncellas quienes quedaron impactadas, asustadas, no viendo dicho sentimiento de "asco" y miedo que tenían aquellas chicas hacía él, noto que huyeron rápidamente a una velocidad sumamente extraordinaria ––pobresitas... Quizás pensaron que no llegarían a mi altura...–– dijo algo triste mientras todos le miraban como un bicho raro, aunque no había notado que le veían de esa forma.

Muchas personas hablando de todo lo que ocurrirá dentro de poco, el mago había quedado impresionado por los civiles quienes discutían de un disfraz, de algo grande, algo que pasaría dentro de dos días aproximados, siendo un evento del reino global en esta misma ciudad pasaría pero antes de pedir una explicación más detallada de lo que decían, de lo que hablaban, ellos se habían ido cada uno a su camino, dejando en dudas de lo que pasaría.

King caminando por todos lados, hasta que por fin, un hotel, en Magnolia algo raro, increíble y maravilloso buscando por todos lados hasta que vio uno.  Habían unos magos que también se inscribían, ya que... ¡Era muy raro! cada vez llegaban más magos al lugar, un hotel muy pequeño habían muchas personas. Claramente vino de viaje pero, no haría ningún mal divertirse, tenía toda la emoción ––con su permiso, señor–– dijo cuando tomo su lugar y hablo con la señorita que estaba allí para atenderlo ––¡Oh my lady!~–– dijo mientras la señorita contesta con un "¿Eh? al decir eso tosió y pidió nombre, dinero y también unos de sus datos, después de eso con gusto se detuvo, dijo todo lo que tenía que dar e incluso más pero no paso nada.

Subido a su habitación, pensando que mañana buscaría información de lo que pasaría y andaría con mayor información en su cabeza de lo que pasaría dentro de poco, aquel festival de nombre raro, no pudo recordarlo pero en su isla jamás paso eso que decían los civiles con tanta admiración, con tanto anhelo y diversión.

30 de Octubre, un día muy normal, al igual que el otro. Despertando a las 06:30 de la mañana un horario temprano a lo habitual de su horario, aunque durmió también temprano. Se dirijo hacía algún bar a ahogar sus "penas" de hombre al no tener un hombro y pechos, en donde llorar y dormir, aunque al parecer pregunto por todos los lados hasta que por fin encontró sitió ––así que... ¡Aquí es, es enorme, gran lugar!–– dijo muy emocionado cuando ingreso normal y tranquilo, unas puertas fáciles de abrir con solo empujarlas con un mínima de fuerza, sonriendo, decidido y con ganas de embriagarse ingreso.

Muchos magos fuertes, ancianos, poderosos por doquier, ¡Era increíble el lugar, habían muchas cosas interesantes! Sin duda alguna llamativo, llamaba toda su atención y además se sentía mucho peligro, todos vieron hacía su dirección era visto por todos los tipos fuertes ––¡Una cerveza fuerte, por favor!–– decidido empezó a beber y bailar con todos, cantando como ebrios que eran, rápidamente a una velocidad muy alta se llevo bien con todos, un hombre aventurero capaz de todo, hacía lo imposible totalmente posible. Mientras que cada anciano también competían por quién bebía más, quién tenía más aguante de todos los ancianos presentes dicho caso ¡King jamás se daría por vencido! Sabiendo eso, golpeando su pecho, sus mejillas todas rojas haciendo una sonrisa de un pendejo, el cabrón no se haría hacía atrás, daría un buen combate a los viejos.

Al terminar de beber quedo casi k.o pero quedo como ganador, dado que los ancianos habían quedado bebiendo hasta muy tarde, sin duda había sido un "ganador" de forma muy injusta, pero ganar es, ganar sin importar nada. Al acabar todo esto, les pregunto cuando ya andaba menos ebrio de como iba este evento, esta celebración que habían dichos muchos ––¡¿Halloween?!–– algo totalmente nuevo, pero le explicaron con detalles todo lo que tenía que saber.

Despidiéndose con su mano y una gran sonrisa marcada en sus labios fue hacía su disfraz, algo elegante. ¡Un payaso con traje! No iba a dar mucho miedo, pero sería una locura muy hermosa, algo que sería genial. Entrando en una tienda, ingreso tomando lo requerido. Caminando hacía el hotel, ingresando a este, yendo hacía un espejo y maquillando su rostro, al finalizar termino con todo ese 31 de Octubre ––¡Listo!~–– comenzó a reír como un loco y miro hacía todos lados, mientras salía del hotel todo andaba listo.

Yendo por las casas pidiendo dulces, teniendo muchos, se ponía muy contento claramente era divertido.
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Mensaje por Papichulo Lun Nov 02, 2015 7:02 am

Ya había empezado lo que todos querían, niños corriendo por todos lados... ¡Fantasmas! Con magia de lacrima por doquier, en todos lados habían asustando, haciendo todo más real, habiendo muchas cosas por lo cual sería un Halloween de miedo, daban muchos espectáculos dado que muchas cosas habían sido puestas para que todos tuvieran una atracción llamativa, como si en verdad todo pasará de verdad. También habían calaveras "vivas" mediante una invocación mágica por medio de lacrimas donde hacían eso posible con dichos usuarios de magia que habían sido contratados por el rey. Todo había salido de su bolsillo pagando todo, además de que también tuvo que ver la reina siendo joven podía dar unas ideas juveniles hacía su padre para dar más "miedo" en esta festividad.

Mientras todos pedían dulces en cada casa que se podía ya que muchas no andaban habilitadas aun para eso ya que no tenían dulces, otros hacían algún truco haciendo muchas travesuras pero de buena fe de manera que todo andaba controlado para que fuera algo sumamente ordenado, tranquilo y sin problemas.

La siguiente fase ya faltaba poco para activarse, muchos magos daban de lo mejor para también estar en ciertos lugares divertidos hechos con el fin de asustarlos.

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Deben ajuntar 100 dulces o quedan fuera ¡USTEDES PUEDEN!
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Mensaje por Arcueid Crimson Mar Nov 03, 2015 2:44 am



–No ganas nada estando ahí sentada–nadie me aseguraba aquello, ni siquiera los oráculos. Ahora mismo había tirado la toalla manteniéndome sentada en la banqueta de la calle como muestra de mi singular fracaso. Para empezar había sido una mala noche, demasiado para mi gusto. Creí que si juntaba al menos 50 dulces podría subirme los ánimos, pero no, ni eso logré conseguir en toda la maldita noche que llevé tocando timbres en más de diez casas, vaya suerte la mía. –Veinte dulces Slash, solo llevo veinte dulces, cinco mandarinas, dos naranjas, dos cañas de azúcar y cacahuates, ¡CACAHUATES, SLASH, CACAHUATES! ¿Quién rayos te da cacahuates en Halloween? –no sabía si era la ira o la falta de alimento en mi cuerpo lo que me había causado un mareo a la hora de estirar los brazos para expresar mi disgusto, pero definitivamente no estaba contenta con lo que había recibido en toda la noche. Si continuaba de esta forma seguramente no podría entrar al evento como tanto había planeado en las últimas semanas.

Lo único interesante de toda la noche, fueron las maravillosas catrinas que danzaban por todo magnolia al unísono de la música que llevaba consigo un pachuco de traje amarillo y mascara verde, hasta ahora el mejor disfraz que he visto. Mientras intentaba perderme en las decoraciones de las casas, una pesada mano se poso sobre mi cabeza sacándome de la única fantasía que lograba mantenerme viva. Observé los enormes ojos amarillos de mi tortuga pidiéndome que me levantara para continuar con la noche, eso o quería una de las mandarinas que me habían dado, cosa que igual se la otorgué. Tenía tantas ganas de regresar a la casa de la desgraciada señora que me dio cacahuates en vez de dulces pero cada que intentaba dar la vuelta en búsqueda de su casa, la gigantesca mano de Slash me levantaba sin problema alguno para volver al camino junto a él. Maldito monstruo. –Venga, quizás del otro lado de la ciudad tengamos suerte–pues ya que. Necesitaba ahora mismo de un milagro para poder juntar los otros 80 dulces para el evento. Comenzaba a dudar si realmente valía la pena.

Estábamos a punto de atravesar el puente que daba hacia la iglesia pero me detuve al notar que mi tortuga no me estaba siguiendo el paso, se quedó ahí parado en medio de la calle. – ¿Qué te pasa? –pregunte desde lo lejos, no tenía ganas de regresar hasta su lugar. No contestó, solo olfateo un par de veces y desvió su camino hacia el otro lado. Parecía que estábamos caminando gracias su olfato en vez de utilizar un mapa como cualquier otra persona normal haría; confiaba demasiado en los instintos de mi mascota así que esta vez se la dejaría pasar. Caminamos hasta llegar a un punto donde la tortuga dejó de olfatear, por culpa de andar distraída choqué con su caparazón, suerte que no me lastime. –Vamos Slash, no te detengas de golpe. ¿Ya llegamos? –preguntaba mientras sobaba la parte afectada del golpe, la nariz. La única forma de vida que logró mostrar su horrible cara fue una descarada sonrisa y un ruido proveniente de su cuello. Me gustaría saber que lo puso tan alegre. Sacudió mi cabeza con todo y sombrero, otra vez, y señaló en dirección a un parque en una de las bancas para ser más específica. Ahora entendía porque el desgraciado me había echo caminar durante veinte minutos por todo Magnolia, se había topado con el olor del pelirrojo que una vez conocí de manera…un tanto peculiar. Tal vez con su ayuda podría obtener más dulces. Di el primer paso para ir hasta él, pero Slash se puso frente a mí indicándome que guardara silencio por quererle hacer una especie de broma. Me daría la señal de cuando tenía que acercarme. Algo divertido tenía que salir en toda la noche.

Ni cinco minutos pasaron cuando observé la manera en la que saludaba mi tortuga a Alex, lo había volteado de cabeza como había echo conmigo esta mañana, salvo que él parecía tenerle más respeto, estoy empezando a tenerle envidia. Me acerqué hasta el lugar y observe detalladamente el disfraz que llevaba consigo. Se veía bastante cómodo pero a la vez sofocante. – ¿Dulce o truco? –sonreí notando que llevaba consigo una bolsa enorme de dulces. Lo único que lograron hacer mis ojos fue iluminarse hasta el punto de irradiar calor. Le pedí a Slash que lo bajara para saludarlo de forma debida. Estrechando las manos. –Dime tu secreto. ¿Cómo lograste conseguir tantos dulces? A mi todavía me faltan 80 y con suerte lograré conseguirlos todos. Si me ayudas, te daré una de mis naranjas–saqué de la bolsa de “dulces” una de las naranjas que tanto me estorbaban y se la entregué esperando un poco de su ayuda. Tal vez sea mejor no participar en dicho evento y mejor dedicarme a la venta de frutas–Te diré algo mejor, iremos a uno de esos concursos que hacen las personas para conseguir golosinas. Ya sabes, atrapar manzanas con la boca, piñatas, y esas cosas que les gustan a los humanos–bueno, siquiera sabía como lograban hacer todo aquello en solo una noche, pero si la única forma de obtener los dulces era de esa forma, mejor para mí, por fin me podré divertir sin que los ojos de Slash me mirasen de manera incomoda. Slash alborotó los cabellos del pelirrojo y se encamino a otra dirección para llevarme hasta donde se encontraran los dichos eventos. Era decisión suya si quería seguirnos o no, pudiera incluso estar esperando a alguien en ese lugar, la verdad ahora mismo solo quería enfocarme en los dulces.

–Buenas noches, quisiéramos entrar a sus pequeños concursos por favor–una de las señoras, encargadas de la organización y disfrazada de vaca, estaba atendiendo a las personas que quisieran entrar al concurso, obviamente nos inscribiríamos Slash y yo, así completaremos fácilmente el pedido. Ella se sorprendió más que nada por el tamaño de mi tortuga, incluso llego a admirar el maravilloso diseño de su “traje” aparentando ser piel de reptil. Era la primera vez que lo veía sonrojarse ante los comentarios de otra persona. Nos indicó el camino de donde comenzarían las pruebas pidiendo amablemente la espera de más personas. Unas cuantas más y empezaba la lucha por los dulces.

Finalmente se había completado la lista de solicitantes y se dio comienzo a los concursos de diferentes categorías, Slash y yo tuvimos que separarnos debido al numero que se nos había impartido al momento de inscribirnos, mientras que a él le tocaron los impares, yo me fui por los pares. El primero fue sencillo, solo debía acomodar un rompecabezas que formaban una calavera en un paisaje aterrador. Fácil y rápido, debía ser porque mi competencia, la mayoría, eran niños. Slash tuvo que sumergir su cabeza en un barril de agua para tomar las suficientes manzanas para llevarlo al siguiente nivel. El siguiente fue más difícil, vendaron nuestros ojos para probar por medio del tacto la parte del cuerpo que debíamos adivinar, fue bastante ingenioso como hacían todo aquello con comida y magia, se sentía tan real que varios desistieron sin siquiera adivinar el primero. Mientras tanto, Slash debía atravesar el jardín lleno de telarañas para tomar una calabaza, no se como lo logró debido a su tamaño, supongo que es la dicha de ser un ninja. El penúltimo fue algo similar a las manzanas, salvo que esta vez teníamos amarrados ambos brazos, y debíamos comer por completo una dona que colgaba por medio de magia y que iría moviéndose para dificultar las cosas, fue bastante complicado debido a mi tamaño. Al menos no fue tan absurdo como el de Slash, el pobre tenía que bailar al ritmo de la música y detenerse en cuanto la pausaran sin tener que mover un solo músculo. Insisto, ser un ninja tiene sus ventajas, pero es increíble que esté haciendo todo aquello por ayudarme a obtener unos cuantos dulces.

– ¡Muy bien gente, es hora del último nivel! Ya que han disminuido las personas de ambos equipos serán juntados para decidir a los tres primeros lugares, pero no se preocupen, el resto podrá disfrutar de premios por participar–por muy amable que sonara eso, sonaba tentadora la idea de pelear contra el monstruo que terminó con su orgullo al participar en este evento. El nivel fue de esta forma: se habían ocultado fantasmas con letras marcadas en chamoy sobre ellos, se debían juntar los fantasmas suficientes para juntar las palabras “bruja”, “tumba”, “vampiro”, “calavera”, etc.; la persona que logre juntar dos palabras será el ganador y se contará el número de fantasmas para decidir los otros dos lugares. Nos pusieron frente a la línea de meta para iniciar cuando se nos fuese indicado. Me puse en posición de avance al igual que la tortuga que estaba junto a mí–Que gane el mejor–soltó un pequeño bufido por su boca respondiendo a mi suerte–Descuida, te daré una ventaja de 10 segundos–reí ante el comentario y solo me limité a ver los posibles lugares donde podrían estar dichos fantasmas.

¡PUM!

El estruendo de un arma sonó para dar inicio al concurso. Slash y yo nos separamos yendo cada quien por su lado. Tenía que agradecer los meses de entrenamiento y el incremento de velocidad que llegué a conseguir con el paso de los años. Iba de arbusto en arbusto obteniendo fantasmas con las letras “O”, “A”, “V”, entre otras logrando juntar la primera palabra “vampiro” en cuestión de minutos. Esa palabra me hizo dudar en continuar, me detuve en medio de la nada observando la palabra formada e intenté recordar porque me afectaba tanto. De no ser por el sonido del silbato ocasionado por una de las encargadas, hubiese continuado en ese estado por varios minutos más, aparentemente solo quedaban 30 segundos para formar otra palabra. Solo una palabra más y ganaba el evento. Estaba apunto de tomar un fantasma más pero al momento de tomarlo note que no me servía para nada y el concurso se dio por finalizado. Que decepción. Los encargados revisaron los fantasmas de todos los participantes y luego de unos minutos decidieron a los ganadores–Te quedaste parada en medio de la nada, ¿qué ocurre? –preguntó Slash mientras esperábamos la decisión final,–No tengo idea, solo…me quedé ahí–no sabía siquiera que contestar, estaba muy confundida ante la pregunta y ante lo sucedido. Pero eso lo deje en el pasado una vez que escuche a los ganadores–Tercer lugar, Arcueid Crimson, segundo lugar, Jonathan Kulikov, y en primer lugar… ¡Slash! El extraño con su traje de tortuga. ¡Muchas felicidades! –estaba feliz. Era la primera vez que le daban un premio a mi tortuga por ser…por ser él mismo, sin necesidad de ocultarse a través de un disfraz o en las sombras. Incluso el lucía contento. Nos entregaron los premios por los cuales luchamos toda la noche: al primer lugar se le daría un trofeo de alfeñique lleno de dulces además, al segundo lugar se le dio una calabaza también llena de dulces y al tercer lugar solo se le entregarían unas cuantas paletas. Bueno, cuentan como dulces.

Al final de todo eso contamos los dulces ganados, mientras Slash devoraba su trofeo, llegando a juntar hasta 90 dulces. Fue más de lo que necesitaba, podríamos inclusive comernos los sobrantes. Pero estaba tan feliz que siquiera eso quería hacer, ahora si podíamos entrar al evento.
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Mensaje por Alex Zeik Mar Nov 03, 2015 2:54 pm

Los minutos pasaban y con cada uno de ellos había un dulce menos en la bolsa que llevaba en mis manos. Estaba siendo realmente aburrido pasar el rato en aquel parque, aunque no podía negar que los dulces eran una buena forma de hacer pasar el tiempo más rápido. Aquella bolsa que en un principio estaba casi llena ya no parecía tener más de la mitad de su contenido inicial. Contándolos solo quedaban unos sesenta dulces, me había comido ya una buena cantidad.

- Buff, mi estómago... -susurre mientras me reclinaba hacía atrás y apoyaba la espalda sobre el banco, recostándome sobre este mientras dejaba la bolsa cayendo por un lado del mismo, sujeta por solo dos dedos de mi mano- Definitivamente no fue buena idea hacer esto... -comer tantos dulces me había dejado con un dolor de estómago bastante intenso, además de una sensación de boca muy poco placentera. Estaba completamente empalagado por los dulces, sinceramente no creía poder comer ni uno más en lo que quedaba del día al menos. Para menguar el dolor, o al menos distraerme de este, concentre un poco de magia en mis manos y forme unos pequeños aros de fuego negro con los cuales comencé a jugar un poco para distraerme. Los lanzaba hacía arriba y mientras caían los iba atravesando con pequeñas flechas de fuego que soltaba de mi boca, era alguna extraña forma de tiro al blanco. Lo que no sabía era que cada vez que concentraba al menos un poco de magia, el traje reaccionaba deformando las telas y alargándolas, formando un pequeño espectáculo de pequeños "rostros" y manos que parecían surgir de mi espalda para luego desaparecer. La gente que pasaba por allí se quedaba mirando por un rato, intrigados por el extraño espectáculo que me estaba montando sin siquiera saberlo. Al final, cuando cada uno decidida irse tenían la amabilidad de dejarme algunos caramelos como pago por el "show". Aunque no faltaba aquel que se asustaba al pasar por allí y ver como de la nada un brazo negro salía de mi espalda e intentaba sujetarlo, esos eran quienes dejaban más dulces que nadie.

Pasados uno minutos me aburrí también de aquel juego y decidí levantarme, encontrándome con la sorpresa de que estaba rodeado por un buen número de gente y que aquella bolsa que hacía unos minutos estaba por la mitad, volvía a estar llena- Emm, ¿Hola? -salude, bastante confundido por la forma en que la gente había formado una ronda a mi alrededor- ¿Pasa algo? -nadie respondió, solo escuche algún que otro suspiro y un grito de "El espectáculo término", y puf, todos se fueron, cada uno por su lado- Eso si fue extraño... pero meh -me encogí de hombros, restándole importancia al asunto mientras metía la mano en la bolsa y comenzaba a revisar qué tipo de dulces tenía. Mientras lo hacía, note que en el poste que se encontraba junto al banco donde estaba recostado había un cartel, en el cual se anunciaba un concurso en el cual se debía de llegar con al menos cien dulces para participar. Sonreí ampliamente, mirando la bolsa era fácil decir que había mucho más que cien- Al fin algo con qué entretenerme -dije a la nada antes de cerrar la bolsa, levantarme del banco de un salto y encaminarme a paso ligero hasta el centro de la ciudad, donde se concentraba la mayoría de puestos de comida y juegos. Podría pasar el rato por allí en lo que llegaba la hora señalada para aquel evento.
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Mensaje por Vanya Wolves Mar Nov 03, 2015 6:15 pm

La joven de cabellos rosados estaba bastante contenta, era cierto que se había pasado toda la noche de puerta en puerta, buscando dulces para poder participar en el evento y tras esto había conseguido 35 de los siguientes, eso significaba que en total ahora en su bolsa con aspecto de calabaza tendría 40 dulces, en pocas palabras solo tendría que conseguir 60 dulces, caramelos o golosinas más, por eso se encontraba con tan buen humor, pues creía que aquellos que le faltaban para poder entrar en el evento solo tendría que tocar en varias casas más para conseguirlos, no pensaba que el disfraz que llevaba fuera tan bueno, pero si las personas que le habrían las puertas le habían entregado tantos caramelos por su traje eso indicaba que la mujer con la que había tenido que aguantar su personalidad había hecho un gran trabajo, incluso en el rostro de nuestra joven de cabellos como el chicle y orbes que intentaban imitar a las fresas se podía ver una leve sonrisa ladina, casi in notable si no te quedabas un buen rato mirando el rostro de la joven, en su boca tenía una paleta de lo segura que estaba de poder conseguir los dulces, moviendo su bolsa de un lado a otro procurando que ninguno de aquellos dulces se cayera sacando aquella paleta de sus labios mirando esta cerrando un momentos los ojos sintiendo como alguien impactaba contra ella, era mucho más alto, lo noto pues su cabeza había chocado con un pecho cayendo al suelo, dejando que los dulces se cayeran al suelo, pasando algunos niños cogiendo estos.

Cuando se quiso dar cuenta de lo que pasaba solo le quedaban 25 dulces, en pocas palabras el trabajo de toda la noche había desaparecido por culpa de aquella persona que no tenía cuidado, además de que casi le daba un beso, su ceño se frunció elevando el cuerpo con los ojos aun cerrados acariciando la zona del golpe, como si de esta forma fuera capas de hacer que le doliera menos aquel golpe, sus orbes poco a poco comenzaron a abrirse, aun que la voz que había escuchado en el momento que se intentaba acariciar, había sido bastante conocida, como si ya se hubiesen encontrado antes en el pasado en algún momento, solo confirmo que conocía a aquella persona que se había tropezado con ella cuando sus orbes se abrieron por completo, dejando que sus labios se abrieran un poco por la sorpresa, era el chico pervertido, la última vez que lo había visto había tocado su pecho como si nada y ahora había intentando besar sus labios, estaba claro que aquel chico la quería enojar, la quería molestar, era como si le gustara esto, ahora tenía muchas más cosas por las cuales odiar a esa persona, en cierta forma el haberlo encontrado en aquel momento era una sensación de alegría que comenzaba a crearse en la joven, pues al fin podría discutir con alguien, podría alzar la voz a aquella persona o incluso darle algún que otro golpe para poder tranquilizarse, era el momento perfecto para poder descargar todo la rabia que había tenido que aguantar mientras se le hacía el traje, en un  movimiento rápido se acerco a aquel joven para agarrar a este del disfraz que llevaba dejando que entre ambos hubiera solo un pequeño espacio el cual si la joven quería podía cortarlo, aunque de momento se encontraba bastante cómoda en aquella posición, moviendo los labios dejando ver una sonrisa la cual se notaba que era bastante falsa en su rostro.

-Me debes 15 caramelos pervertido- susurro antes de sacudir un poco sus pendras para soltarle dando un empujón a este con fuerza indicando con su dedo que la siguiera y por si acaso a este se le ocurría no seguirla o intentaba escapar agarro su brazo con fuerza, ahora aquel chico la tendría que ayudar a obtener los caramelos, aunque realmente no esperaba que pudiera hacer nada para conseguir los dulces, solo podía hacer una cosa, había escuchado que había una casa del terror y que a los que lograban salir de esta le daban caramelos, además de que dentro de la casa si te atrevías a acercarte a uno de los muñecos o actores que intentaban asustar entonces podrías también obtener unos cuantos más, la pregunta que ahora pasaba por la cabeza de la joven de cabellos rosados era ¿Cuantos caramelos entregarían? Necesitaba 75 caramelos y aquella era su última oportunidad de conseguir estos, pues sabía que las casas por las cuales ya había pasado no le volverían a dar caramelos, además de que las casas que faltaban no parecían de esas que te daban muchas cosas o que estuvieran preparadas, sus labios se apretaron con fuerza sin dejar de pensar, nunca había entrado antes a una casa de terror, pero al parecer lo tendría que hacer, dejo escapar un leve suspiro llevando su mirada a aquel que era arrastrado entrecerrando los ojos antes de cruzar sus brazos adoptando una posición la cual indicaba que se estaba burlando de aquel joven con el que se había tropezado, haciendo como si fuera superior a este -yo voy a entrar en la casa del terror, si te ves con la suficiente valentía como para seguirme entonces hazlo, no quiero que salgas corriendo- mostró de nuevo una sonrisa en su rostro la cual no se podía notar comenzando a caminar en dirección a aquella casa, dejando la bolsa de los caramelos quieta por si se le caía alguno más.

En cuestión de minutos se encontraban en aquella casa, desde afuera se podía notar que el miedo estaba en el ambiente, también se podían ver algunos niños que salían corriendo por la puerta dejando incluso atrás sus propios caramelos, con un rostro de incredulidad y sorpresa se había quedado la joven, pues no se esperaba que diera tanto miedo, tal vez solo era porque a los niños era mucho más sencillo asustarlos, ella no iba a dejar que le metieran el miedo en el cuerpo con tanta facilidad, estaba dispuesta a obtener los caramelos, comenzando con los que se habían quedado en el suelo por aquellos niños, aunque solo consiguió 10 caramelos más, no se atrevía a tocar las bolsas en el suelo, pues sabía que los jóvenes que habían salido corriendo volverían a buscarlas y aunque no pareciera propio de esta joven no quería ver que unos niños lloraban porque no encontraban nada en aquellas bolsas, los caramelos en el suelo no le importaba pues sabía que esos se quedarían en este si ella no lo cogía, incluso para que los niños no tuvieran que volver a entrar a la casa colocó las bolsas en el exterior de esta tragando un poco de saliva y respirando un par de veces para calmarse, estaba bastante nerviosa, además de que estaba sintiendo mucha curiosidad, sus piernas temblaban un poco mostrando lo mucho que deseaba entrar en aquella casa, moviendo su cabeza de un lado a otro divisando lo que se encontraba  a su alrededor, sin percatarse si aquel joven con el que se había tropezado la perseguía o no, una vez entro en aquella casa la oscuridad, se hizo, no veía más allá de su mano, estaba totalmente oscuro, podía divisar algunos objetos y muebles por una tenue luz que ambientaba aquella casa, pero incluso con esta costaba bastante saber que era lo que estaba a tu alrededor, comenzando a escuchar ruidos aterradores.

Tal vez por la personalidad de esta joven podría parecer que no le tenía miedo a esas cosas, pero lo cierto es que ni una vez había ido de pequeña a esos lugares, lo que significaba que esta sería su primera experiencia en ese campo, aun cuando era lo suficiente adulta para poder usar la razón y la cordura en aquella situación, sin embargo tenía miedo, estaba vez el temblor de su cuerpo era por lo que podría pasar en aquella casa, pues parecía que ya había empezado, el viento, antes de entrar no había notado este pero al parecer desde dentro de aquella casa era como si hubiera una tormenta fuera, intentaba mantener su cuerpo lo más encogido posible, con los brazos cruzados y dando pequeños pasos, puertas que se abrían y se cerraban de golpe, hasta que sintió algo tocar su pie, haciendo que alzara la voz dejando escapar un gran grito agarrándose a algo que estaba a su lado o alguien, no sabía que era o de quien se trataba pero al menos parecía que este no se trataba de uno de aquellos que la intentaba asustar en aquella casa, apretaba este con sus manos y contra ella, de esta forma se sentía un poco más segura, aunque tal vez luego si se trataba de una persona a lo que se estaba agarrando sabía que le tendría que alzar la voz intentando explicar o convencer a esta de que no estaba asustada, de que solo era porque tenía frío, esa era una buena escusa, la que había pensado en tan poco tiempo, sin embargo en cuestión de segundo volvió a sentir como algo la tocaba dejando que de sus orbes salieran unas pequeñas gotas, lágrimas, por el miedo que estaba pasando, su cabeza se bajo un poco observando un cadáver puesto a la perfección en su pierna, cuando se acerco a este para quitarlo, la cabeza se movió haciendo que se quedara totalmente quieta, paralizada durante un corto tiempo por este, viendo como metía la mano en la bolsa que llevaba soltando algo, seguramente unos cuantos dulces.

Piso de arriba, incluso tenía que subir por la casa, topándose con varios objetos y seres que la tocaban, le hacían gritar y quedar quieta totalmente, en todos ellos metían algo en su bolsa cuando se quedaba quieta, para la joven al ver que desaparecían aferrarse con más fuerza al brazo de su lado cuando salió de aquella casa del terror por la parte de atrás no podía pronunciar palabra, sus labios solo se movían para temblar, al igual que su cuerpo, el cual dejo sus rodillas juntas observando a los actores que la habían aterrorizado con una gran sonrisa, notando como se burlaban de ella haciendo que un color rojo leve apareciera en sus pómulos, intentando ocultar este bajando la cabeza -Gracias por atreverse a entrar en la casa, he disfrazado mucho de escuchar su grito- dijo uno de estos mirando a la joven de cabellos rosados aun con un tono de burla haciendo que esta frunciera de nuevo el ceño comenzando a inflar sus mejillas viendo como le entregaban una calavera llena de caramelos haciendo que la joven lo cogiera de golpe saliendo corriendo de aquel lugar para al estar lo suficiente lejos de aquella casa comenzar a contar lo dulces percatándose de que había conseguido 85, eran diez más de los que necesitaba, lo que indicaba que podría participar en el evento, comenzó a saltar un poco de la felicidad pensando que nadie la estaba viendo llevando uno de aquellos caramelos a su boca, para saborear este -al final tanto que he tenido que gritar y el estar tan asustado a valido la pena- Se toca la garganta varias carraspeando un poco esta, pues le dolía al parecer había gritado más de lo que había imaginado -espero no quedar afónica por eso-
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Mensaje por Tristán Cerberus Miér Nov 04, 2015 5:37 pm

Cada vez más cerca del centro, eso era seguro. A medida que avanzaba por las calles los niños se iban multiplicando como conejos, ¡Qué molesto! Recorría el camino con un rostro no muy animado, pues tanto niñerío hacía que se encrespara un poco los cabellos de su cuerpo. En el camino, recorriendo por un par de casas de conocidos, le fue entregado por lo menos unos quince caramelos, que sumaban al total que tenía cuarenta y cinco dulces. A diferencia de muchas personas, el no era de ir puerta por puerta pidiendo dulces más bien le gustaba salir y asustar desgraciados en la hermosa noche de Halloween, si no fuera por aquel evento que tanto le picaba ir dentro del palacio o eso creía. Pero, para su mala suerte, las casas de conocidos le agotaba y su orgullo se sentía dañado con solo pensar en ir a rogar por caramelos casa por casa con la edad que tenía. Por eso mismo tenía que idear un plan, un plan infalible que le permita conseguir más dulces. Mientras se encontraba bajo la copa de un árbol, subido al lomo de su mascota, a esta misma le preguntó mientras acariciaba un poco su cabeza.-¿Cómo hacemos para entrar, Ilyion?- Dijo con una sonrisa en su rostro y un travieso tono en sus palabras. Justamente venían comentando en el camino este problema, pero ahora que todo su trayecto había llegado a su fin tendrían que tomar una decisión y continuar. El caballo había quedado agachó su cabeza, mientras observaba a un lado a otro pensativo.-Si llegas a dar vuelta por alguno de esos pórticos preguntando por dulces, dejo de ser tu mascota- Ciertamente se mostró serio, pero al final terminó siendo un tanto gracioso-Ya se, ya te dije desde un principio que no tengo la más mínima intención de salir a pedir limosnas por las casas de estos tortolítos-. Tras decir esto rió y visualizó su entorno medio agachado y con bastante ánimos.

-Oye, Ilyion, mira aquella casa.-señaló con su vista el chalé que estaba al lado de la casa embrujada. Allí una mujer de apariencia adinerada en sus manos cargaba un recipiente lleno de dulces que le estaba entregando a unos niños que justo pasaban por allí. No pasó ni un minuto, que los niños abandonaron la casa. Si hacer mucho ruido, se bajó de su caballo y le indicó que se mantuviera tranquilo y al tanto de cualquier cambio en la zona. Sigiloso se acercó, tocó el timbre y se ocultó en un sector oscuro cerca del pórtico. De seguro lo que la mujer pensó al encontrarse con absolutamente nadie en la puerta es que algún niño le debió de haber jugado una broma, y antes de que esta cerrara la puerta, él entró haciendo bastante escándalo. -¡Permiso señorita! Pero necesito un par de caramelos.- La mujer atónita comenzó a gritar del terror y a echar maldiciones al aire. Había dejado caer el recipiente de dulces y varios se desparramaron por los suelos cuando se fue gritando llamando por el nombre de su hermano en el piso superior. Aprovechando la oportunidad, el joven tomó un puñado de caramelo sin contarlos, pero eran más o menos unos cuarenta caramelos, que sumaban un total de ochenta y cinto dulces. Solo le hacían falta quince, y también salir corriendo en busca de aquella mujer. Se dispuso a subir las escaleras y se encontró rápidamente con la misma, la cual seguía gritando a más no poder. A lo lejos se escuchaba el sonido de la ducha y un fuerte golpe, de seguro era el hermano que se había pegado un buen golpazo intentando ayudar a su hermana.-No te preocupes, como ya dije, vengo por sus dulces.-dijo esto acompañado de un tono picarón  para callar los gritos agudos de esta le chantó un beso tan profundo que la misma no pudo emitir ni una palabra tras el mismo, solo taparse el rostro ocultando el rojo tomate del mismo. Aprovechó esta distracción para salir corriendo hacia una de las habitaciones. Allí, sin salida, lo único que quedaba era un ventanal qué, lamentablemente apenas podía abrirse unos centímetros, igualmente esto no lo iba a detener, cubriendo su rostro con su capucha, con el peso de su cuerpo salió corriendo hacia la abertura rompiendo un gran sector del mismo y saliendo hacia el exterior.

Cayó sobre el techo de la galería, apenas con unos rasguños en sus extremidades y espalda. Silvó lo suficientemente fuerte como para darle aviso a Ilyion que lo venga a recoger y antes que el hombre semidesnudo (solo llevaba una toalla) saliera a  perseguirle a través de la ventana rota, saltó hacia el edificio de la casa embrujada y se perdió en el mismo dejando atrás a su perseguidor -Bye bye~-saludó al hombre y tras escuchar el fuerte galope de su caballo se arrojó al piso e inmediatamente se subió encima. -¡Corre como el viento, Ilyion!-Dicho esto golpeó con sus pie el costado del animal para salir a galope lejos de aquella zona para evitar más conflicto. Fue ene ese momento, que frente a él se cruzó una solitaria chica que tal parecía se estaba devorando un caramelo. Montando a Ilyion corre en dirección a esta, con una amplia sonrisa en su rostro pues había dado el palo al encontrarla. Lanzó una carcajada muy fuerte y detuvo su andar a una escasa distancia de la misma. ¡Era su momento de suerte! Si llegaba a asustarla o algo podría extraerle un par de caramelos para completar su faltante. Se arrojó al suelo justo a la par de esta y le tomó fuertemente del brazo -Creo que tienes algo que yo quiero...-se mostró amenazante al decir esto. Con su mano libre golpeó el lomo de su mascota para que el mismo se agachara y allí sin ninguna consideración montó a la joven a la fuerza e Ilyión se puso en pié. -¡Esto es un atraco! Si no me das un par de dulces hoy no volverás a tu casa-Dijo esto con una pícara sonrisa, tenía muchas ganas de decir eso. Ciertamente este Halloween se estaba volviendo bastante divertido, cosas rotas, niños llorando y saqueos, ¡todo eso le llenaba de adrenalina!, aún faltaba mucho por hacer y la noche es bastaste larga.-...y si no quieres cooperar, vas a tener que acompañarme hasta que termine de recolectar mis dulces.-. Esbozó una amplia sonrisa en su rostro, mientras pulía un poco la hoja de su guadaña con la túnica negra que llevaba puesta.
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Mensaje por Aki Inuzuka Jue Nov 05, 2015 9:55 am

Solo me faltaban noventa caramelos, iba a ser difícil pero si me esforzaba un poco los conseguiría sin demasiado esfuerzo. Y no quería que Kuro me dijera nada, lo mejor sería conseguir los dulces rápidamente, entrar en el evento y luego huir, o quedarme y pasar mucho miedo y luego si, irme. Mientras caminaba por las calles, las personas que veía disfrazadas me hacían temblar de miedo y me venían ganas de chillar asustado. Tanto que quería esconderme y esperar a que pasaran esas fechas. Vi una parada en la que regalaban dulces si acertabas, eran de ese tipo de con una pelota golpear a la diana. Intenté hacerlo, total, por divertirme un rato en algo que si me gustase... Le pedí al señor para participar, lancé la pelota y golpeé el centro. Me dieron veinte dulces por ello, ahora solo me faltaban setenta y ya empezaba a acostumbrarme a ver a los demás disfra... No, para nada, a quien quería engañar, me seguían dando miedo quería irme y todo eso, pero no podía porque Kuro y Hydra se habían encaprichado.

Entonces, mientras seguía caminando, un esqueleto, seguramente una persona disfrazado de eso me dio su bolsa de dulces, en las cuales parecían haber cien y se fue. -E-esto... ha si-sido... ra-raro...- Pero al menos tenía los cien dulces, aunque no sabía como pero bueno, tenía treinta de más por lo que, por comerme uno de los que me había dado la vieja mientras me dirigía al lugar del evento no me iba a pasar nada raro... ¿no?
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Mensaje por Elie Valentine Jue Nov 05, 2015 7:19 pm

Los primeros caramelos habían sido fáciles de conseguir, así que decidí seguir durante un rato a aquellos chicos y me dio resultado, en un rato, no muy largo, ya me había hecho con otros cuarenta caramelos más, teniendo ya la mitad de los necesarios para el dichoso evento al que quería que asistiera Julia. Así que bueno, le daría el gustazo a mi amiga y no me quejaría más de la cuenta.

Sin embargo, aquello de seguir a los niños me estaba aburriendo demasiado, así que decidí que lo mejor que podía hacer era irme por otro lado. Al parecer en el centro de la ciudad había bastante alboroto. Me encogí de hombros y me dirigí hacia ese lugar. Mientras caminaba hacia allí pude ver a mucha gente disfrazada y con bolsas llenas de caramelos. Rodé los ojos al ver a dos chicos haciendo el payaso para impresionar a dos chicas.

Cuando, por fin, llegué al centro de la ciudad, me fijé en que había por allí varias zonas de juego. Mi mirada se fijó expresamente en uno: unas dianas para disparar y si dabas en el centro en más ocasiones que el resto, ganabas. Me acerqué para ver el premio y resultó ser más caramelos.

-Esta es la mía -sonreí al dueño-. Quiero participar.

El señor no dijo nada, solo rió como si no fuera capaz de ganar el premio, es más, los chicos que allí estaban también rieron. No dije nada, solo me limité a mirar lo que hacían los demás. El primero acertó dos de tres y la tercera se acercó mucho al centro. El segundo no acertó nada y se fue molesto. El cuarto acertó dos y la tercera la falló. Entonces fue mi turno y me fue a entregar una escopeta. Sonreí con cierta sorna y saqué mis tonfa pistola.

-Ahora veréis qué es disparar -dicho aquello disparé a todas las dianas y les di a todas en el centro, acertando en las seis que había-. No hay que subestimar a nadie -dije sonriente mientras me llevaba mi premio, bajo la atenta mirada de los molestos chicos.

Por lo general, no me gustaba utilizar las armas, pero tenía que demostrar que por ser una chica no soy peor que ellos. Guardé las armas y los caramelos en su sitio, ya tenía los cien necesarios, quizás alguno más, pero como no los había contado del todo, prefería no arriesgarme. Me paré por allí para ver qué haría mientras esperaba al inicio del evento. Entonces vi una cabeza con un color de pelo peculiar, fruncí el ceño y me acerqué por detrás rápidamente para tocarle en el hombro izquierdo y colocarme en su lado derecho.

-Hola pelirrojo -dije tranquilamente-, ¿también vas a participar en el evento? -pregunté tranquilamente.
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Mensaje por Tsubasa Youzora Sáb Nov 07, 2015 2:09 am

La recolección de dulces estaba marchando bastante bien. En cada casa, me daban de 5 a 15 caramelos, de distintos tipos y tamaños, como chocolates, mentas, de muchos colores, entre otros. Todos eran sumamente apetitosos, pero no podía tocar ninguno. Debía guardarlos para el evento mayor. Ya iba con casi la mitad de lo requerido, pero las cosas se iban poniendo más… difíciles. Al parecer, los organizadores de este evento otoñal comenzaron a activar proyecciones hiperrealistas de fantasmas y calaveras. Algunas… Bueno, varias de esas proyecciones me hicieron dar pequeños saltos del susto. Debía recolectar dulces rápido o que me dé un paro cardiaco en el intento. Lamentablemente, no había tenido tanta suerte. Varias casas ya no les quedaban dulces y una que otra persona amargada decía que detestaba el Halloween por ser “pagano” y esas cosas. Sin embargo, eso no me detuvo. A las siguientes casas que aun continuaban con la luz encendida, me habían dado dulces. Entre esas personas había un médico que me dio unos ricos caramelos con vitamina C, una amable señora mayor que me dio una bolsita con almendras con chocolate, un padre soltero y dos niñas que me dieron unos dulces con forma de confeti, entre otras amables personas. Y finalmente, en eso de media hora, llegué a los 100 dulces con éxito, descontando todas esas veces que me asusté por culpa de esas proyecciones. Está bien, estamos en una época en donde la noche y los espíritus se toman la ciudad… Pero ¿qué les cuesta a los organizadores hacer un poco menos aterradores esos fantasmas y calaveras? Bien, sé que lo que ando reclamando es una locura. Debería empezar a acostumbrarme, y más si quiero entrar a la casa embrujada.

Caminé por las calles aun repletas, buscando la distintiva “casa de los sustos”, en donde se llevaría a cabo la segunda parte del evento, pero mientras la buscaba, me topé con el corazón de la ciudad de Magnolia, en donde había música, divertidos juegos y muchos puestos de comida. Mucha gente se divertía, reía, comía y jugaba. Toda esa felicidad hizo que sonriera ampliamente. Al parecer, esa felicidad se me contagió rápidamente. Al parecer, la casa de los sustos podrá esperar un poco. Quería probar algun juego, pero no sabía cuál. Un puesto de tiro al blanco, otro de golpea al topo mutante, otro de piñata zombi… Uff… Además, cuanta gente, sin mencionar las enormes filas para los juegos. Y mientras exploraba, vi como una chica joven, de cabello corto y de color castaño claro, vestida de guerrera, que más que guerrera, me parecía algo “berserker”, disparaba a unos blancos con unas… ¿tonfas? Vaya, buena idea para un arma. Me quedé de boca abierta ante tal puntería… y cierta brutalidad, incluso tenía el rostro con una expresión de molestia. No sabía que había pasado, pero eso fue asombroso. Quise ir a felicitarla, sin importarme que yo fuera un completo extraño, así que la seguí, para luego ver que comenzó a conversar con un pelirrojo que llevaba un traje negro algo… no, ajustado… Pero ese pelirrojo me pareció algo familiar. Creo que lo había visto la primera vez que entré a Sabertooth. Claro, no hablé con él, pero… sería una buena oportunidad de hacer amistades, ¿no? Me acerqué a ellos, mientras el nerviosismo comenzaba a carcomerme. Había olvidado cómo me ponía en estas situaciones, pero… tengo que superarlo. Tengo que saludarlos primero… Me acerqué a la chica y le toqué el hombro suavemente con mi índice derecho un par de veces.

“Emm… Este… Hola…” Comencé a decir algo nervioso y sonrojado de la pena que estaba sintiendo. “V-vi como derribaste todos los blancos… Estuviste asombrosa, de verdad.” Dije tratando de calmarme un poco… Solo espero que no me vea como un bicho raro… De verdad, quiero hacer amigos.
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Mensaje por Yamada Seiryuu Dom Nov 08, 2015 4:03 am

Estando en el suelo y levantandome poco a poco doliendome un poco  la cabeza empezaba a tronarme un poco el cueyo causando que se escuchara un poco el tronido del mismo, claro que para tronrmelo tuve que llevar mi mano al cuello y hacer el movimiento brusco, hecho esto mire a la joven que estaba en el suelo, de inmediato con la boca abierta quedaba algo impactado al ver quien era realmente, poniendome comicamente mi rostro en morado con una sombra en la cabeza y con los ojos en blanco.-tu!-Decia mientras me levantaba rapidamente y me alejaba de ella por un momento.

En instantes la chica ajena me tomaba de mi disfras para asi rechinar mis dientes ante ella frunciendo mis cejas y observarla por un momento para escuchar lo que ella tenia que decir, no obstante mire abajo despues de que habia dicho sobre sus caramelos, los mios tambien se habian caido, de los quinse ahora solo tenia 15 que estaban dentro de la bolsa pues los niños se habian llevado unos cuantos, esto causo que pusiese otro rostro comico de decepcion-No puede ser, y ahora me encuentro contigo mujer-Decia sin pensar lo que mi boca decia.

La chica me soltaba dandome un empujon para mencionarle asi lo siguiente con preocupacion de nuevo- mira escucha yo lo siento asi que-Miraba como me hacia señas con su dedo casuando que me molestara un poco y le mencionara lo siguiente- no me pidas que vaya contigo pastel de-Un momento romantico sucedio, pues la chica me tomaba del brazo causando que me ruborizara ante ella y por si fuera un pensamiento shojou la atmosfera se habia vuelto rosado con unas cuantas rosas alrededor nuestro del mismo color- este...-miraba a otro lado sonrojado siguiendola sin ningun problema-esta bien te ayudare a conseguir los demas y yo intento recuperarme quieres?

Siguiendo caminando ciertos niños que habian pasado a lado nuestro divertiendose mencionaban de un lugar terrorifico donde espantaban, que sin embargo te darian algun premio en especial, pues tal vez era mi oportunidad, habrian dulces tirados por doquier y no me dejaria vencer tan facilmente por la chica de cabellos rosados, aparte...tal vez jugaria un poco con ella para hacerla enfadar un poco.

Mire por un momento malicioso a Vanya casuando que riera un poco bajando un poco la cabeza-seria divertido lo que vaya hacer-Dije en voz baja para que no me escuchara, aunque sabia que ese era la intencion, haber si me escuchaba un poco y por lo menos para dejarla en duda si es que solamente escucho el susurro y no lo que dije sobre mis labios. Observe que instantes se detenia tratando de burlarse de mi siendo que escuchara cada palabra que salia de su boca y se me grabara un poco en mi cerebro para no olvidar los detalles en el cual estaba pasando.

-Estas tonta?-Decia arqueando la ceja para luego cerrar los ojos, poniendo mis brazos sobre mi nuca y levantando un poco el menton para asi seguir de frente-Yo no le tengo miedo a los fantasmas ni siquiera a los zombies, tienes idea de que puedo hacer con ellos antes que nada? y por supuesto le hecharia agua a esas cosas monstruosas antes que nada-Sin importarme en lo absoluto y dejando a un lado a Vanya segui adelante pero al mismo tiempo esperando a que ella me siguiera pues caminaba a paso lento para que estuviese a lado mio.

Estando en dicha casa del terror se notaba que daba escalofrios por afuera causando que me quedara algo impactado y mirara con ojos en blanco, pues creo que retirolo dicho, me daria miedo, asi que tuve que bajar mi energia de magia para no hacer algun tipo de estragos a lo Fairy Tail y por si fuera poco tendria que aguantarme un poco, asi que tragaba un poco de saliba pasando por la garganta-Okay vale, tengo que ser fuerte, pero antes que nada-Mire hacia abajo y habia agarrado cierta bolsa de dulces que se encontraba ahi, asi que le habia quitado la mitad a uno de ellos consiguiendo asi 10 dulces, habia recuperado los que se habian caido por el suelo y que se habian robado los niños, asi que tome otro mas en el suelo consiguiendo otros 10 mas, los demas Vanya se habia encargado de ponerlos en cierto sitio para que los niños lo volvieran a coger sin ningun problema, aunque pensandolo bien, parecia ser que iria hacer envano.

Soundtrack casa de terror:

Los dos nos adentramos a dicha casa, habian sonidos extraños, el lugar no era para nada agradable, si daba un poco de miedo y por sobretodo eso me tenia de nervios, claro, no tanto como vanya al parecer ella estaba peor pues notaba como temblaba de miedo, asi que aproveche ese momento para burlarme un poco de ella causando que me riera un tanto nervioso- jajaja tanto tienes miedo al lugar oscuro de este cuarto?, no tienes agallas despues de todo pastel de fresa-Decia para luego sonreir, pero por un instante unos portasos se escucharon tan fuertes que eso me habia llegado a dar un brinco, sin gritar para nada en lo absoluto y tener la iris demasiado pequeño y casi apegandome a la joven ajena que se encontraba a lado mio. Por un momento suspire para luego seguir hacia adelante hasta que en ese momento Vanya se habia agarrado de mi brazo tan fuertemente que eso me habia hecho gritar un poco, pero el grito de ella fue mas fuerte y durarero-MALDICION VANYA! POR QUE ME ASUSTAS!-Hecho esto seguiamos hacia adelante pues varios sustos nos habian cargado, pero por sobretodo la escandalosa de Vanya que no dejaba de gritar y eso me recordaba a cierta pelicula que habia mirado en los cines que era Indiana Wolves y el templo perdido. Vaya que coincidencia sobre el apellido del personaje con Vanya, pero esta no tenia nada de agallas.

Por fin habiamos terminado de salir pues al parecer vanya no lo habia pasado nada bien, tan solo me burlaba de ella y a la vez me daba risa por como estabamos los dos, aunque viendo mi bolsa en mis manos al parecer no habia perdido nada en lo absoulto, pues hubo momentos donde dentro sentia que golpeaba a alguien sin querer por los sustos que daba. Todos se burlaban de ella pues nos habian dado el bono de los dulces ahora ya tenia recolectados 85 caramelos.-nada mal -esbozaba una sonrisa sin mostrar mis dientes mientras que escuchaba lo que decia vanya al seguir caminando como si nada pasara.

Sin embargo hubo cierto momento donde la perdi causando que ya no estaba a lado mio, pero aun no me percataria hasta que-Haber escandalosa, si tanto te importa te gustaria probar cierto dulce que me e encontrado en el...-Mire hacia mi derecha y no habia absolutamente nadie tan solo unas cuantas hojas habian volado por ahi simulando un circulo, instantaneamente me quede impactado mostrando en mi sien una vena de enfado  todo comicamente-VANYA MALDITA ME DEJASTE Y TE LARGASTE!, ERES UNA TRAIDORA!-.
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Mensaje por King Malkovich Lun Nov 09, 2015 4:04 am

Mientras caminaba con una sonrisa marcada, todo un disfraz había conseguido un payaso con una cara muy divertida, donde las ideas no eran aptas para asustar si no más bien unas cosas sencillas. Sus manos moviendo de un lado a otro, girando con plena actitud de si mismo con seguridad ante todo, la gente, niños, ancianos y mujeres asustados por lo que un payaso loco pasaba por ahí decidieron huir de aquel tipo, King como todo un rey marco territorio en cada pisada donde dirigía su sensual cuerpo hacía algún sitió, mientras observo a una casa donde podría buscar dulces donde allí mismo conseguiría algo bueno, algo que podía saborear de momento, ya habiendo consiguiendo todos los dulces, la oscuridad iba a ser larga, como un buen sabio dijo una vez ––hazle el amor a la noche muchacho~–– en voz alta sin pena claro como el agua, mientras muchos le miraban pero no importo en lo más mínimo, menos dudas y el payaso ríe, una frase estúpida, pero obvia del momento.

Acomodando sus guantes morados con plena tranquilidad mientras caminaba directamente, noto que un artefacto mágico que reproducía una música muy llamativa tanto que hacía que su cuerpo no tuviera control de si mismo, aunque no lo controlaban si no que la canción era muy pegajosa tanto que daban ganas de bailar, pisando el suelo levantando su rostro hacía adelante, moviendo su cuerpo como si no hubiera mañana con unos zombies, con gente disfrazada, moviendo su cuerpo, su cuello, manos, todo lo que fuera necesaria haciendo una danza de Thriller, muchas personas participando en este momento de baile como si fuera algo contagioso de manera que había diversión, sustos, muchas sorpresas que venían, con su bolsa de dulces bailando como todo un bailarín pero claro trataba de seguir el ritmo que hacían los demás para bailar bien.

Cuando todos se habían detenido, fue donde llego hacía un lugar un tanto peculiar, donde caían rayos desde el cielo, en donde muchos fantasmas hechos con magia de ilusión hacía paso en aquel lugar, donde había humo por doquier haciendo que todo fuera más difícil de ver ––¡Oe! Que cosa más loca–– dijo muy animado mientras se acercaba más, sin duda alguna hacía mucho que no veía algo así, o nunca, sus pasos se hicieron rápidos, seguros y sin miedo.

Había llegado al punto de donde había visto una enorme casa, un sitió donde hacía honor a su nombre ––¿La casa de los miedos, eh?–– se dentro de forma rápida mientras se escuchaban muchos gritos. Pudo sentir como había sido hecho de una forma muy realista, con la magia se podía hacer de todo, algo muy interesante. Cadáveres falsos en el suelo, sangre, muchas calaveras, teniendo vida de si mismo e intentando asustar sin tocarle de forma que pudiera hacer algún susto sin la necesidad de un contacto físico, pero fue en vano. King pasando de forma tranquila, nada le daba miedo nada más que pasar caminando recto, hasta que encontró un lugar donde se había perdido una puerta negra con unas letras blancas que tenían forma muy extraña pero se podía leer con claridad aún así ––”La muerte siempre ha sido fiel a la vida, los muertos han sido fiel a su sacrificio y tu has sido fiel al leer esto, el fuego del infierno, desde un principio siempre estuvo aquí”–– algo tenebroso, estúpido e infantil, pero daba miedo, aunque más intriga ciertamente, pero no tenía tanta intriga.

Saliendo de aquella casa, sin necesidad de haber entrado por aquel lugar, levanto sus brazos, acomodo su cabello verde y miro hacía la multitud, había mucha gente reunida, ya era hora de ir para los eventos principales. Había visto muchas cosas, pero detuvo su paso mientras observo su bolsa la cual sintió que iba un poco vacía ––¿Qué rayos?–– observo, con cuidado su pequeña bolsa donde solo tenía cincuenta dulces y eran necesario otros cincuenta más ––¡¡Maldición!!–– grito, mientras comenzó a correr como si fuera el más rápido del mundo de forma que buscara dulces por todas las casas hasta lograr conseguir cien dulces que debía conseguir justos.

Aquel lugar caminando y todo eso, donde había pasado de largo moviendo aquellos esqueletos debió haber tirado la mayoría de sus dulces, aunque claro debía ser cuidadoso con lo que tiene mientras al fin había conseguido todos los dulces faltantes, haciendo que fuera uno de los últimos, pero sin prisa y con las manos en el bolsillo fue directo hacía el lugar donde habían sido llamado, un sitió donde irían los eventos.
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Mensaje por Papichulo Lun Nov 09, 2015 4:20 am

El rey cuya sonrisa marco su rostro su pelo hacía atrás y acompañado de su hermosa y dulce hija, la princesa de Fiore. Los guardias quienes tenían escoltados a estos dos, cuidando de su bien estar por el bien del reino, el rey poniendo la mano en su barbilla pensando que ya era hora de que todos se reunieran al lugar donde estaban, ya habían montado el lugar donde harían el evento, un enorme escenario gigantesco, donde muchas luces resaltaban de tres pisos donde también había alrededor donde podría ocupar más de cien personas en dicho escenario y además el lugar donde andaban ocupaba mucha más población así que todo iría a la perfección.

Levantando su mano el cual unos cuantos soldados mágicos vinieron al llamado de su majestad donde pidió que hiciera público quién tuviera los cien dulces hasta las 8 de la noche debía ir directamente hacía él, o mejor dicho hasta el lugar ubicado, era casi al lado de la población civil así que perderse era imposible, también hizo una calle con flechas mágicas señalando dicho camino, por si había gente que no tuviera idea de donde sería el lugar donde participarían todos las personas.

Ya con todos los guardias yendo de aquí para haya todos debieron ser avisados, era imposible que nadie se diera cuenta. El rey esperando impaciente la llegada de todos para el enorme evento que tenía planeado para todo Fiore, o los que participaban.
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Mensaje por Arcueid Crimson Mar Nov 10, 2015 4:50 am



–Vamos, solo uno–costaba mucho trabajo convencerlo. Estuve bastante rato rogándole de distintas formas para que me dejara comer aunque fuese un solo dulce, pero ni logrando humillarme logré algún avance de persuasión. Virtud o no, costaba trabajo comprender dicha forma de pensar. –Deja de insistir, solo te dejas en ridículo. Si tomas un solo dulce de la bolsa, te haré la peor manita de puerco que te hayas podido imaginar–y se cruzó simplemente de brazos. No quería sufrir otra de sus agresividades por mi testarudez, así que le daré la razón por esta vez.

Habían pasado unos cuantos minutos desde que salimos del dichoso concurso y nos dedicamos a pasear por toda la ciudad para ver que tan divertido se ponía el ambiente. Los niños de las calles llegaban con Slash para tocar su “disfraz” y colgarse a su espalda columpiándose de sus enormes brazos, me extrañaba que actuara tan efusivo en especial con su fobia hacia los niños, aunque divertía su estado pasivo para no llamar la atención. Mientras él se mantenía ocupado con los niños, me dediqué a buscar los disfraces más atrayentes de la zona, la mayoría de ellos eran utilizados con magia y eso les daba un toque de realismo bastante llamativo– ¡Su atención por favor! –uno de los guardias, que no tengo ni idea de donde salió, comenzó a llamar a las personas presentes para dar un aviso; la gente se estaba amontonando demasiado y no me dejaba escuchar atentamente a las palabras del guardia, ni siquiera el pobre Slash podía escuchar palabra alguna debido a los niños que aún estaban sobre su cabeza. Busque entonces a otro guardia, sabía que merodeaban por ahí así que no sería mucho problema. En cuanto encontré a uno de ellos, me dirigí hasta su lugar y pregunte por lo sucedido–El rey solicita la presencia de todos aquellos que lograron reunir los dulces solicitados–finalmente había llegado la hora que tanto había esperado. También me dio unas indicaciones de cómo llegar hasta el palacio sin mencionar unas peculiares flechas que indicaban fácilmente el camino para que nadie pudiese perderse. Una buena idea. Le agradecí al guardia por sus molestias y tuve que pedirle a los niños que se bajaran de Slash si queríamos llegar a tiempo con el rey.

Seamos son honestos, de no ser por esas dichosas flechas ya estaría perdida en medio de la nada y me hubiese perdido el evento. También estaba agradecida de estar acompañada por mi tortuga de grandioso olfato y buen sentido de la orientación, tantos años de entrenamiento valieron mucho la pena. En cuanto llegamos al lugar, después de un largo camino, quedé anonada por tan maravillosa decoración; el lugar era enorme, gigantesco y otros sinónimos que hasta ahorita no recuerdo. Había espacio suficiente para… ¿qué serán?...cien personas o hasta más. –Tenemos un problema–me sacó de mi trance la enorme tortuga con la que hasta ahora no había entablado conversación alguna. Le miré para que continuara–Solo tenemos cien dulces…para ti–oh vaya…ese si que era un problema. Ahora tenía que arreglármelas para llevarlo como tortuga mascota mientras estuviésemos frente a todos y como tortuga gigante durante el evento, no era romper las reglas si llevabas a tu mascota…bueno al menos ellos creían que era una persona y no una mascota. Pero vamos, que hasta el rey sabría diferenciar entre una persona y un ser mágico, eso creo. –Hagamos esto, por ahora mantente de esta forma y en cuanto el rey revise los dulces tomaras la forma pequeña sin que te vean, así será más fácil que participes. Además, es el rey…ya sabrá de tu estado–asintió, ahora solo teníamos que esperar a que funcione nuestro plan mientras llegaba el resto de los participantes.
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Mensaje por Alex Zeik Mar Nov 10, 2015 3:45 pm

El camino hasta la zona céntrica de la ciudad no fue muy largo, llegue en solo unos minutos a pesar de ir a un ritmo relativamente lento. El evento no tenía hora exacta, o al menos en el cartel que llegue a ver no decía ninguna hora, así que a mi parecer tenía todo el tiempo del mundo. En última instancia siempre podía llegar allí volando, con la excusa de Halloween dejar ver mis alas no era algo que me importara, eran fácilmente confundidas con algún aditamento mágico de mi disfraz. Esa era la única fecha en la que no importaba quien las viera y me gustaba aprovechar eso.

Me frene a mitad de una de las calles principales de la ciudad, aquella que conectaba directamente con aquel enorme escenario que se había montado durante el día. La gente seguía caminando a mi alrededor, en verdad estaba metido en la mitad de todo el tumulto, pero curiosamente nadie se acercaba demasiado a mí, quizás les asustaba el disfraz, pues aunque yo no me percatara de ello las telas seguían deformándose hasta tomar la forma de brazos de tela que salían por mi espalda u hombros, algo bastante... inquietante pensando que de esa forma parecía que yo formaba los brazos, no el traje. Cuando me percate finalmente de ello, cerré mi ojo y respire profundo, tratando de cortar cualquier flujo de magia en mi cuerpo para que el disfraz se calmara un poco. Mientras lo hacía, sentí como alguien me tocaba el hombro izquierdo, pero al voltear en esa dirección no había nadie...

- ¿Acaso...? -dude por un segundo en si mi mente me había engañado, pero aquella duda se disipo al escuchar una voz conocida a mi derecha. Al girar de nuevo en aquella dirección, teniendo que mover el cuerpo entero pues ese era mi lado ciego, y para poder ver tenía que estar de frente y enfocar con mi ojo izquierdo- Hey, es bueno verte, chica del Resort -salude como bien pude, pues a decir verdad no recordaba si le había preguntado su nombre- Claro que participare -sonreí ampliamente, mostrando mis afilados dientes mientras levantaba la bolsa de dulces con la mano izquierda y me la colgaba al hombro- Por hacer de modelo para este disfraz una mujer me pago con muchos dulces, además de que me regalaron unos por allí así que creo que llego a los cien fácilmente -le hice un resumen rápido de cómo había conseguido los dulces, solo para tener algo que decir.

Mientras hablaba, se escuchó el anuncio del rey sobre el comienzo del concurso, llamando a todos los que tuvieran la cantidad necesaria de dulces a llegar a cierta zona señalada. Las flechas que indicaban el camino eran bastante fáciles de seguir, no me costaría más de unos segundos llegar si me apuraba, pero estaba con la chica, y como ambos íbamos hacía el mismo lugar se me ocurrió que lo mejor era ir juntos. Cuando me dispuse a mirar a la chica y ofrecerle ir conmigo, me percate de la presencia de un muchacho acercándose a esta, por mera curiosidad lo mire, levantando una ceja levemente al verle cara conocida, definitivamente lo había visto por el gremio. Estaba en duda, pero como no había venido a saludarme a mí, sino a felicitar a la chica a mi lado por algo relacionado con unos blancos, me limite a saludarlos con la mano, extendiendo los dedos indice y corazón y tocando con la punta de estos mi frente antes de moverlos hacia adelante, cuál saludo de marinero, y dedicarle una sonrisa llena de confianza. Si era de Sabertooth, entonces era un compañero.

Me quedé observándolos, callado y esperando no interrumpir nada, pero cuando note que la gente comenzaba a moverse hacia la calle señalada me impaciente un poco- Bueno, ya que somos tres ¿Les apetece ir juntos hasta el evento? ¿O prefieren ir cada uno por su lado? -les pregunté, esperando una respuesta mientras sostenía la bolsa de dulces colgando de mi hombro. Si tenía que pasar un evento, al menos sabía que sería divertido si tenía a personas que conozco cerca, solo nunca es mejor.
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Mensaje por Vanya Wolves Miér Nov 11, 2015 12:43 am

Vanya estaba totalmente metida en la felicidad de poder participar en el evento, solo tenía que esperar a que este comenzara para poder ir, entregar los dulces y por una vez todo saldría como ella lo estaba planeando o eso era lo que creía antes de escuchar el galopar de algún caballo haciendo que girara su rostro solo por curiosidad pasando poco a poco el caramelo que tenía en la boca de un lado a otro en el interior de la misma, buscando impregnarse de aquel dulce sabor comenzando a arrugar su entrecejo al ver a aquel joven pararse justo a su lado ¿Acaso quería algo de su persona? Comenzó a preguntarse la joven de cabellos rosados dejando la mirada en aquel personaje que había aparecido ignorando por completo a aquel pervertido joven con el que estaba hablando para dejar los ojos abiertos por el fuerte agarre en su brazo comenzando a mover este demostrando con su rostro lo enojada que estaba por tomarla de aquella forma, como si se conocieran de antes o simplemente estaba enojada porque aquel joven pensara que era tan sencillo secuestrarla, pues para aquella joven aquello que estaba haciendo el mayor no tenía más palabras que eso, secuestro y además el que estaba a su lado ni se daba cuenta, estaba claro de que era un idiota que solo estaba buscando besarle, por esto mismo no se había percatado de todo lo que le hacía aquel desconocido agarrándose de aquel animal comenzando a clavar sus uñas un poco tras terminar de escuchar lo que tenía que decir aquel desconocido -No te pienso dar ni uno de los caramelos que he conseguido- se notaba que había estado gritando mucho en su voz pues esta comenzó a sonar más apagada como si le estuviera ahogando algo.

Eso para la muchacha era lo peor, pues en un momento que necesitaba de sus gritos para que la ayudaran y se quedaba afónica, ya tenía absolutamente claro que su destino era ser así, tener tan mala suerte, pues de otra forma no llegaba a comprender como era posible que le pasaran tantas situaciones ilógicas, cómicas y que la hacían enojarse, estaba dispuesta a ayudar a aquel joven si con eso terminaba pronto, si la dejaba de una vez tranquila para seguir como si nada, esperando a que diera comienzo el evento, además seguro que aun quedaba mucho como para que aquel muchacho pudiera obtener los caramelos que le faltaban, a ella por ejemplo solo le sobraban 9 caramelos, después de comerse uno, pero le ofrecería estos al joven si los necesitaba a última hora para poder participar ella, estaba segura que de otra forma no la dejaría bajar de aquel caballo, por otra parte era la primera vez que montaba a uno de aquellos animales, no estaba realmente acostumbrada y le hacía un poco de daño, estaba tan tranquila que incluso se detuvo a revisar el ambiente escuchando de boca de algunos guardias la noticia de que el evento ya estaba dando inicio, las personas que querían entrar tendrían que ir a su presencia y ella estaba secuestrada, no podía bajar de aquel caballo pues no sabía como bajarse, sin lugar a dudas el mundo estaba en su contra, después de tanto que había pasado, cuando buscaba un momento de tranquilidad le pasaban tantas cosas a la vez, eso solo lograba que se pusiera cada vez más furiosa golpeando un poco a aquel que la había obligado a ir con su persona -tú.... no puedo seguir contigo... tienes que llevarme a donde dices los guardas, por tu culpa no me voy a quedar sin poder entrar en el evento, yo he conseguido los caramelos quiero bajar en este instante-

Comenzó a quejarse moviendo las piernas buscando de alguna forma que el caballo parara con los golpes que le daba a este en el lomo sintiendo como de repente este comienza a ir con mayor rapidez haciendo que se agarrara a este con todas sus fuerzas con algo de miedo por si se acababa cayendo de aquel animal, sus ojos incluso se cerraron esperando a que cesara todo aquello, por una vez incluso Vanya tenía ganas de encontrarse con aquel joven pervertido de la última vez, seguro que este le podría ayudar de alguna forma, aunque si la ayudaba luego se quejaría por haber sido ayudada, pero era mejor tener que soportarla en los momentos que se queja por la ayuda que en aquellos instante, que como una niña pequeña no dejaba de quejarse por haber sido secuestrada, no, en realidad Vanya era peor que una niña pequeña, pues estás si les dabas algo se quedaran calladas, sin embargo la joven de cabellos rosados por mucho que le dieran no se quedaría callada, mientras todo aquello pasaba la joven solo pensaba en como conseguir que aquel joven lograra los caramelos, tal vez este también deseaba participar en el evento, si lograba que tuviera los caramelos que le faltaban entonces la llevaría al evento porque él también debía de participar, en pocas palabras, en aquellos momentos solo tenía que hacer una cosa, pensar rápido en una idea, sus orbes se clavaron en una casa bastante peculiar, la cual estaba llena de adornos de aquella festividad, en pocas palabras, tenía que ser una casa que te daban muchos dulces porque les gustaba pero que a la vez te darían un pequeño susto para conseguir estos o que les tendrías tal vez que mostrar algún truco- ..... para!... allí hay una casa, puedes pedir y si te piden hacer algún truco te puedo ayudar, estoy llena de sangre falsa, eso debe de servir de algo ¿cierto?
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Mensaje por Tristán Cerberus Jue Nov 12, 2015 1:42 am

¿Pero qué le pasaba a Illyion? Este caballo siempre andaba con la defensa baja, a tal punto de que se dejó montar por una chiquilla de entre tantas. Normalmente no solía dejarse dominar por personas desconocidas, pero parece que hoy andaba más distraído que de costumbre. -¡Oye!¡Illyion! ¿Qué miércoles estás haciendo? ¡No me dejes atrás!- De esta forma salió corriendo en la misma dirección que el animal tratando de alcanzar al mismo para que no le dejara botado. Le costó un poco, correr con una guadaña gigante no era lo suyo, pues los tramos largos normalmente los solía efectuar como jinete. De todas formas, no era que estaba cansado y no podía con ello, simplemente se le dificultaba un poco tomar velocidad y más con semejante atuendo que llevaba puesto. Cuando la bestia se detuvo, por fin logró acortar la distancia, y jadeando un poco se detuvo junto a esta para comenzar a acariciar su cabeza tratando de tranquilizarla. -Antes que nada, niña, podrías dejar de maltratar a los animales. ¿No ves que lo asustaste con tus patadas? Él no necesita de eso para movilizarse.- Dijo serio, clavando su vista en la joven que tenía raptada. Ciertamente había escuchado los anuncios de la guardia real lo que llevó a impacientarlo un poco más. Como bien se sabe, antes de ir mendigando dulces el prefería ganárselo de la forma práctica, aquello que estaba haciendo era un método de aquellos, pero tal parecía que no iba a ser suficiente como para lograr entrar a aquella particular fiesta del rey, tenía solo noventa y cuatro caramelos, a lo que le hacían falta solo seis dulces. Seis míseros dulces debía conseguir, antes de llegar tarde al festejo. -Ya te llevaré allí cuando consiga los dulces que me faltan...-No dijo mucho más, y se dirigió a la casa que la chica le había indicado.

Solo por una vez, una sola vez iba a hacer las cosas como corresponden, se iba a parar frente a una puerta, iba a golpearla y a esperar a que salga alguien a atenderlo. Eso hizo, de muy mala gana y esperó. Tenía un tic nervioso en su pierna, lo que hacía temblar el arma que tenía apoyada contra la misma pero bien sujeta con su mano. Su mirada estaba clavada en la ventana de la vivienda, tratando de ver alguna clase de movimiento dentro de la sala. Pasaron un par de minutos, y de allí un hombre de más o menos su misma edad le atendió. Lo que este vio no fue muy agradable, pues la mirada que Tristán le había dirigido fue un poco rígida y malhumorada. -Discúlpame, la verdad es que no tengo la más mínima gana de estar aquí tocándote la puerta...- tras decir esto último acomodó el arma sobre su hombro, intentando dar la impresión de no muy amigo ante el desconocido, pero este, parecía que tenía el mismo o peor humor que él, de seguro por alguna broma que le jugaron con anterioridad, pues su camisa celeste estaba empapada completamente de sangre y restos que tampoco quería saber de qué son.-¿Cuantos caramelos quieres?- Preguntó aquel, indiferente intentando esquivar cualquier tipo de conversación, o por lo menos eso le pareció. -Seis caramelos, no más- Bufó de mala gana, viendo como estaban rebuscando dentro de una vieja cajita de cristal, algo rota y también llena de sangre.-Tengo unos ocho, estos niños no me dejaron más nada.-Dicho esto se los entregó en la mano y cerró la puerta de un portazo, sin si quiera despedirse, algo que la verdad no le molestó en absoluto, el hubiera hecho lo mismo.

Y de esta forma regresó, a donde la chica y su mascota se encontraba, ya con sus cien dulces en mano. Cerró la bolsa en que los guardaba, bien fuerte para que ninguno se perdiera y luego la guardó dentro de un bolsillo escondido entre sus ropas. -Vamos hacia el evento...- mientras decía esto intentó tocar al caballo, pero este se alejó unos metros a un trote acelerado- ¿Ah?- Realmente se sorprendió por la reacción de la misma, y caminó rápido junto a este-¿Pero qué te pasa?- alzó una ceja y refunfuño.-Te dije que dejarías de ser mi jinete si mendigabas dulces de esa forma.-Respondió el caballo con tranquilidad y continuó su camino, en dirección a la fiesta, sin pronunciar ni una palabra más, iba muy en serio.-No lo puedo creer...-Dio un fuerte pisotón en el suelo y le siguió el paso. -Espero que esté contenta, señorita, que parece que el día de hoy no vas a tener que caminar.- Balanceando su guadaña sobre el hombro, volteó su mirada a un lado para evitar ver a la bestia, ofendido, continuó con su camino.
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