Lágrimas de Sangre-Misión rango D

por **Arcueid Crimson** Dom Dic 20, 2015 11:44 pm

Está vez el día no había comenzado de la mejor forma posible. Normalmente despierto gracias a los destellos del sol que atraviesan las blancas cortinas de la única habitación del apartamento donde se encuentra la cocina, el comedor, la sala y la cama, aunque el baño y el closet tengan sus propias puertas no las cuento como habitación. En fin, a lo que iba es…al día tan gris infestado de melancolía no era la mejor forma de comenzar una mañana. Me gusta la lluvia, pero de noche, en las mañanas se me complica bastante el poder moverme por la ciudad en busca de comida o libros, no quiero que terminen mojados. Busqué el paraguas ubicado debajo de mi cama al mismo tiempo que Spike me traía las botas para la lluvia que suelo guardar en el closet, no se como logró entrar ahí si siempre la mantengo cerrada, pero mientras sea de ayuda todo me viene y me va. –Gracias–agradecí por el gesto y me coloqué las dichosas botas anaranjadas decoradas con calaveras y pétalos rojos. No tenía pensado en cambiarme, tenía puesta una pijama bastante abrigada, así que solo usaría la gabardina café con gorro para el frío colgada en gancho de la puerta en casos de emergencia. Solo me faltaba la pequeña tortuga, aunque a juzgar por la posición que había tomado sobre la almohada, preferiría quedarse en un lugar caliente en lugar de arriesgarse a salir al frío y coger algún resfriado. Me despedí y salí.

Hacía frío en la calle.

Las personas corrían por todas partes en busca de refugio y algunas otras caminaban en parejas tomados de la mano bajo un paraguas que cubriese a ambos. Respiré hondo y saque todo el aire por la boca observando el vapor que se creaba debido al frío en el ambiente. Caminé hasta la librería mas cercana, pero se encontraba cerrada para mi muy mala suerte. Aparentemente los dueños se encontraban de vacaciones gracias a un premio que habían ganado. Prefirieron cerrar el local en lugar de arriesgarse a que alguien más lo cuidara.

Me resigne. No tenía planeado ir al gremio en búsqueda de alguna misión, pero se encontraba a unos cuantos metros de la librería que no tuve más opción que caminar hasta allá y pedir alguna bebida caliente que me animara un poco para salir por algo de dinero. Incluso en un clima tan deprimente como el de hoy no dejaría apagar la chispa que había dentro del gremio. Las personas reían y bebían sin cesar, la música sonaba a todo volumen y el slogan se escuchaba desde afuera del edificio. Era agradable el ambiente. Me senté en el bar y pedí un chocolate con pan dulce de compañía para quitarme el escalofrío que se encontraba en mi nuca. –Aahhh~…finalmente un poco de calor–le decía al barman mientras me entregaba mi pedido e introduje el pan dentro del chocolate para luego devorarlo. Me sentía como una niña nuevamente. Observé a mi alrededor, el grupo de Bacchus se encontraba en medio del lugar bebiendo y cantando de manera desintonizada, el chico de cabello azul y bandana en la frente tenía su mesa llena de comida, Ren estaba en una esquina con ambos brazos cruzados y…no sabría decir si estaba meditando o se encontraba dormido. El resto de las personas estaba bebiendo o buscando en misiones que les fuese de su agrado. Me mantuve en mi posición comiendo de lo que restaba del pan dulce esperando a no ser interrumpida.

Pero era demasiado pedir.

El escalofrío finalmente había desaparecido. Pero fue sustituido por uno nuevo al sentir la presencia de alguien a mis espaldas. Un brazo rodeo mis caderas y luego un segundo hizo lo mismo para hacerle compañía y así ayudarle a levantarme de la silla y alzarme por los aires. Era Rocker, le gustaba hacer eso cuando veía a alguien aburrido o demasiado callado en su gremio. Le parecía algo demasiado “no wild”. – ¡¡¡Arrrrcueeeeeeid!!! ¡Ven a beber con nosotros!

– ¡Bájame Rocker! ¡Hace mucho frío acá arriba! –después de un par de vueltas en el aire, por fin toqué el duro suelo del gremio y trate de componerme del mareo y de no vomitar lo que recién había ingerido. Menos mal no fue mucho si no tendría que ir por un trapeador. Volví a sentarme sobre la acogedora silla y observe el rostro ebrio de Rocker, aún no daban ni las doce y ya estaban bebiendo, que novedad. –Hace demasiado frío para una cerveza, prefiero algo caliente como mi… ¡hey! –en búsqueda de mi bebida caliente, noté como Semmes se bebía mí bebida, MÍ BEBIDA, sin dejar gota alguna. Sentí como algo se rompía dentro de mí. Lo último que recuerdo era el haber tomado por el cuello a Semmes y arrogarlo hasta el otro lado del gremio. Creo que incluso me pare sobre la barra y comencé a arrojar a todo aquel que se me acercara.

Y luego desperté. Estaba sobre una de las mesas notando como la mitad del gremio había sido noqueada. –Va… ¿pero que ha pasado? –intentando encontrar alguna ayuda para recuperar la memoria, Bacchus me levanto por las ropas y me observó algo molesto. –Muy bien niña es hora de que te vayas a trabajar, ya hiciste mucho por hoy. Toma esto y vete.

Me había entregado un papel donde decía la misión que aparentemente me habían asignado sin avisar y me di el lujo de comenzarla con tal de salir del horrible clima de la ciudad. A Spike le gustaría la idea. Siempre ha querido visitar la Isla Galuna desde nuestro ingreso al gremio.